Le cumplí su fantasía
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por erebo1984.
Mi mujer, Ada, y yo, Pablo, estamos casados desde hace nueve años. Ella tiene treinta y yo uno más.
Ada está muy buena, una figura esbelta, pelo castaño oscuro, ojos grises. Un minón. Siempre ha causado sensación en las fiestas o cuando salimos. Baila muy bien, es muy sexy. Yo me defiendo bailando pero por lo general prefiero quedarme y verla ser el centro de la pista. Me gusta ver el deseo que provoca en los tipos. Nunca le confesé esto a nadie, me tratarían de cornudo pero me gusta verla seduciendo, aunque no lo haga con intención.
Alguna vez al poco tiempo de casarnos nos invitaron a una reunión de intercambio, una compañera de Ada, y ella se negó de plano, casi terminan la amistad por esa razón. Yo le he sacado el tema en joda alguna vez mientras tenemos sexo pero se niega a tocar el tema hasta en chiste. Opté por no volver a sacarlo.
Casi me olvidé del tema hasta hace unos mese que buscando un enlace viejo en la computadora de la casa fui al historial y oh! sorpresa, páginas porno. No tenemos hijos así que la que entró fue Ada.
Entré por curiosidad para ver que le estaba causando excitación y me encuentro que las entradas más antiguas erar videos de parejas pero fue pasando a tríos cada vez más fuertes y los últimos son todos de orgías de una o dos mujeres con muchos hombres.
Al principio las entradas eran una ves por semana pero ahora entra dos o tres veces al día y mira más de un video. Ada trabaja en casa, da clases de baile y gimnasia femenina. Por eso el lomo que tiene.
Otra cosa que noté fue que los días que miraba porno, a la noche, era una diosa de sexo, todo lujuria, no nos privábamos de nada, eso que siempre fuimos muy buenos en la cama los dos pero desde los videos está perfecta.
Con todo esto de los videos me empezó a dar vueltas la cabeza y un sábado en una fiesta de un amigo que se casó al verla bailando entre tantos hombres, todos la atienden a ella cuando va a la pista la vi mucho más zafada que lo habitual, se movía de una manera que pasaba de ser sexy, era lujuria. Los tipos estaban emputecidos. Como siempre cuando la cosa se pone pesada voy en su rescate, bailo un rato con ella y la saco de la pista.
Esa noche al volver a la mesa le pregunto
– ¿Qué pasa si un día no voy a rescatarte y te dejo en medio de los lobos?
– No sé, si me dejás sola me comerán supongo.
No volví sobre el tema pero esa respuesta me sorprendió, si no la rescato yo ella dejaría que los lobos la coman. La fantasía había prendido en Ada, quería su orgía y yo me dispuse a que la tenga.
Proponer una reunión de intercambio o una fiesta de lujuria está descartado, el camino es que ella lo acepte. Y no a escondidas, yo me banco ser cornudo pero no perderme el espectáculo. Me tengo que portar mal con ella delante de un grupo de tipos para que se tome revancha.
Todo esto pasó por mi mente hasta que aprovechando un feriado largo nos fuimos a la playa. Ahí vi mi oportunidad y no la dejé pasar.
Llegamos el viernes al mediodía y enseguida fuimos a la playa, tenemos una casa a unos pocos metros del mar en el extremo de un balneario nuevo, un terreno grande en el que pensamos construir para alquilar en temporada, por ahora sólo tenemos una casa de un ambiente grande y una pileta.
Como es un lugar alejado no va mucha gente y más que nada van jóvenes con sus enduro y sus 4X4. Ni bien nos ubicamos me puse a admirar y comentar lo buenas que estaban las minas que pasaban o tomaban sol cerca. Hablaba fuerte para que además de Ada me oyeran un grupo de muchachos que estaban junto a nosotros.
Pasó así la tarde, llegué a ponerme bastante pesado y Ada estaba molesta, hasta comenté con los muchachos que bien estaban las minas y como se animaban algunas a estar en top less.
A la noche Ada estaba enojada y yo no hice nada para que se le pase, me fui a dormir. El Sábado estaban los mismos muchachos y me ubiqué otra vez cerca. Ada estaba con un bikini que le hacía un cuerpazo. Yo seguí con la misma táctica y uno de nuestro vecinos se animó a decirme que no tenía de que quejarme, que mi mujer estaba muy buena. A Ada esto le encantó y sirvió para romper el hielo, al rato nos invitaron a jugar con ellos al boley.
Ada hace mucha gimnasia, baila muy bien pero no ha practicado muchos deportes, yo valiéndome de esto la critiqué cada vez que erraba un tiro hasta que uno de ellos se ofreció para enseñarle.
Al rato para explicarle la forma de levantar la pelota con las dos manos la abrazaba y le apoyaba todo. Los amigos no dejaban de pasarse miradas cómplices. La cosa iba funcionando, todos querían enseñarle algún tiro o forma de jugar, de paso la tocaban lo más posible.
El domingo no fue distinto, algo de juego, todos cerca de ella. Por la tarde subí algo el tono de la charla y apunté para las que se animaban a sacarse el sostén y que para eso tenían que estar muy buenas, enseguida apuntaron que Ada lo podría hacer, que físico le sobraba
-Sí, en lugares menos públicos lo hace.
Fue mi comentario, los muchachos se miraron y Ada me echó unos ojos furiosos.
-El problema no es que sean o no públicos, yo no tengo nada que esconder, pero hay playas que están habilitadas.
Ada me dobló la apuesta, estaba mordiendo el anzuelo.
Esa noche casi ni me habló, nada más me mandó un
¡No sé por qué estás tan antipático estos días!
Mi idea era concretar para esa noche, el lunes ya era laborable, pero no se dio, tenían planes con la familia de uno de ellos y por suerte como nosotros se quedaban un día más.
El lunes fuimos temprano a la playa, hacía mucho calor y encima había cambiado el viento y el mar estaba lleno de aguas vivas, Ada les tiene mucho miedo así que estaba bastante molesta. Quedaba muy poca gente pero justo enfrente nuestro había dos chicas que se sacaron el corpiño y yo no dejé de mirarlas y elogiarlas.
-¿Si me saco el sostén me prestarás un poco de atención a mi o te gustan más ellas?
Como no contesté enseguida la reacción fue sacárselo y tirármelo en la cara y así se fue hasta el agua, no tardó nada en volver por las medusas. Cuando la vi venir así me tenté en decirle lo linda que estaba pero me contuve. Se quedó en tetas tirada boca arriba sin darme bola.
Al rato llegaron los muchachos, se quedaron mudos al ver a Ada en tetas, cuando ella los vio se levantó a saludarlos con un beso y ni amagó taparse. La invitaron a nadar pero les contó de las aguas vivas y del miedo que les tiene así que se pusieron a pelotear un rato pero al llegar el mediodía el calor apretó demasiado y ahí lancé mi ataque
-¿Que tal si vamos para casa que al menos está la pileta? Tiene agua nueva y de paso tomamos algo fresco, hace mucho calor.
-Sí, me muero de calor, vengan chicos, es esa de ahí arriba. Nos damos un chapuzón y se se aburren se vienen para acá de nuevo.
Ada me recogió el guante, quería desquitarse pero no sabía que ese era mi plan.
Apenas se tapó con un pareo hasta llegar a la casa, como está sobre un médano y tiene una pared no se ve desde afuera. Ni bien entró al jardín quedó en cueros, para deleite de nuestros cuatro invitados que la miraban con ganas y a mi con recelo.
Los cinco se metieron a la pileta y las manos de los chicos trataban de tocar lo más posible de Ada que no los esquivaba demasiado. Cuando salieron para buscar algo para tomar busqué la forma de hablar con Ada en privado pero con toda intención esperé que uno de ellos, el más audaz, estuviera cerca como para escuchar.
– Si te metés sola en la manada de lobos no se si te puedo rescatar…
– No sé si quiero que me rescates…
Estaba hecho, Ada se había decidido a tener su fiesta delante mío… Abría que ver hasta dónde se animaba. Igual estaba yo ahí para arengar en caso de que comience a arrepentirse.
Cuando salimos dos de los muchachos estaban en la pileta, uno era el que había escuchado y Ada se metió con ellos. Yo me tiré en una reposera y me puse anteojos para sol quedando como dormido aunque veía todo.
Ada estaba contra un borde de la pileta y los chicos la rodeaban cada vez más cerca, no alcancé a oír que dijo ella pero uno le contestó que yo estaba durmiendo.
– No, no creo que duerma.
– Igual parece que no le importa…
– ¡Pablo, venís a jugar!
– No, jueguen ustedes, hace mucho calor.
– Ves, ya tenemos permiso
Uno empieza a acariciarle los hombros y el cuello, Ada no presta mucha colaboración. ¿No estará pensando en resistir?
El chico la toma de la cintura y la sienta en el borde de la pileta, acaricia las piernas subiendo a los muslos y los empieza a besar, Ada lo deja, conozco esa mirada, está excitada y se está entregando. ¡Lo conseguí!
Le separa las piernas y besa el interior de los muslos, sube, Ada estira las piernas cuando él se acerca al bikini. El otro chico toma un pie de Ada lo chupa, dedo por dedo. Ada se tira hacia atrás y se apoya en los codos mientra la lame sobre el bikini.
Los otros dos cuando ven esto me miran y le hacen señas, el que le está chupando los pies les indica con gestos que no pasa nada, que se sumen. No se hacen rogar, la orgía está empezando.
Cuando llegan al lado de Ada ya tiene corrido el bikini a un costado y la lengua recorre su sexo. Uno no pierde el tiempo y la besa en la boca, el otro acaricia los pechos y enseguida los lame y los chupa. Ada abre la boca y besa con ansias mientras los dedos del chico exploran su vagina despacio y así aumenta la excitación en todo el ambiente.
Salen los dos del agua y ya Ada no tiene su bikini. Todos tocan, lamen, besan, chupan. El que empezó todo se saca el short.
– Te quiero coger
– Acá no… Adentro
La levanta de las axilas y Ada se cuelga del cuello y rodea la cintura con las piernas. Así la lleva para adentro, la casa tiene en un extremo la cocina y en el otro la cama, ahí fueron derecho y yo, claro, los seguí y me ubiqué en un sillón, con buena vista pero sin hacer ruido.
Ada está muy excitada, la conozco bien, se abre rápido para recibir a su amante, los otros tres se desnudan y los rodean, uno se anima y acerca el pene a la cara de Ada, no saben que a ella le encanta el sexo oral, el oral y todos lo otros también, nunca nos hemos privado de nada. Enseguida estaba chupando a dos y el otro le cambió el lugar para cogerla. Se turnaron los cuatro y Ada tuvo más de un orgasmo.
Otra cosa que había dejado preparada sin que Ada notase fue esa mañana al salir dejar el tubo de lubricante sobre la mesa de luz, bien a la vista. Uno de los tipos la estaba cogiendo en perrito y pasando los dedos por el culo y otro tomo el tubo, se puso en los dedos y se los empezó a meter. Ada es muy sensible en su cola y la excita mucho. Todos jugaron un rato hasta que uno le dice
– Tenés una cola hermosa, te la voy a romper.
En ese momento por primera vez Ada mira para dónde yo estaba, como no me veían los otros le guiñé un ojo con media sonrisa. Ada miró primero asombrada pero enseguida se la iluminó la cara y muy sexy le contesta
– Sí, rompeme la cola.
Y bueno, no es por presumir pero no había mucho para romper, ninguno era más dotado que yo y el sexo anal era uno de nuestras aficiones.
– Sí, rómpame toda la cola… Me vuelven loca…
No fue mucho lo que aguantaron, Ada los hizo acabar en poco tiempo con esa cola maravillosa que tiene y que sabe usar como una experta.
Cuando Ada pasó a mi lado para ir al baño y los cuatro estaban desparramados en la cama aproveché para decirle.
– Vi tus videos… Está todo bien… Sacate todas las ganas…
– ¿Todas?
En respuesta me sonreí y levanté un pulgar en signo de aprobación.
Ada salió del baño y fue a la pileta llamándolos para que vayan con ella. Pasaron casi sin mirarme, ninguno se atrevió a decir nada…
Jugaron un rato en el agua hasta que uno se puso el short y salió hasta su auto a buscar la conservadora que tenían llena de cerveza. Ada puso música y tomaron y bailaron. Hasta uno me ofreció una cerveza que rechacé y me abrí un vino blanco y lo llevé en un balde de hielo al lado de mi asiento.
Hay dos cosas que excitan mucho a Ada, el alcohol y bailar… Estaba haciendo ambas… Como el equipo estaba cerca mío me encargué de poner música más sexy y ella empezó con sus movimientos bien sensuales, cerca de ellos, rozándolos, acariciándolos… Seguían todos desnudos y se empezaba a notar la recuperación de los muchachos… No se conformaban con que Ada pasase cerca, ya la acariciaban, la abrazaban y besaban. Las manos buscaban su sexo, sus senos, su cola… Y las de Ada también buscaban los penes cada vez más duros…
Ada doblada sobre la mesa del jardín aceptaba las embestidas de uno y de otro mientras le aceitaban la cola otra vez con sus dedos.
– Sí, háganme todo… Los quiero sentir…
– Nos vas a sentir… Te vamos a hacer todo… Más de lo que imaginás.
Después de la primera sesión estaban con más resistencia así que se habían envalentonado, sobre todo viendo que yo no intervenía y Ada pedía más. Así volvieron a coger su cola desde atrás y también alguno de frente mientras le masajeaban el clítoris y ella gemía como loca.
– Me parece que esta putita quiere más que esto.
– Vení putita, subite y cogeme… Así, muy bien…
– ¿Te gusta? ¿Soy bastante puta?
– Todavía no… Para ser bien puta tenés que pedirle a ellos que te rompan la cola… Eso sin dejar de cogerme…
– Pero… Sí… Quiero que me la rompan…
No se hicieron rogar, colocaron más lubricante y uno se ubicó sobre la cola de Ada y tuvo su doble penetración, como en esos videos que tanto había mirado. Se pasaron a unos almohadones en el suelo y cambiaron de postura, Ada para arriba, para abajo y se turnaron en todas las combinaciones posibles hasta que uno dijo
– ¡Basta! No aguanto…
Y acabaron los cuatro casi a la vez, alguno dentro de Ada y otros encima de ella.
Hubo un momento de calma hasta que Ada se levantó
– Chicos no puedo más… Me despido y me voy al baño…
Ada desapareció en la casa y ellos se vistieron sin hablar y se fueron…
– Hijo de puta… Lo planeaste todo vos…
– ¿La pasaste bien?
– De maravilla, primero en venganza… Después… Ummm… Riquísimo… No sé como te voy a devolver el favor…
– Algo se te va a ocurrir…
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