Le pongo los cuernos con el novio de mamá
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Entramos a la habitación de ese motel, comiéndonos a besos, luego él me cargó en peso tomándome por las nalgas de frente a él.
Su lengua quería ingresar hasta mi garganta, los dos emitíamos muchos jadeos de placer.
Me depositó en la cama y el sobre mi, su boca bajó a mi cuello y sentí su tibia lengua bajar, sus hábiles manos abrieron mi blusa y luego con fuerza hizo lo mismo con mi sostén, con sus labios atrapó uno de mis senos y lo mamó rico, sus dientes apretaron el pezón sin causarme daño, luego la punta de su lengua paso varias veces por él, me hizo vibrar de placer.
Casi al mismo tiempo, sus manos se metían debajo de mi minifalda, apretando mis muslos.
Yo ya estaba muy mojada de la rajita, en ese momento quería que me penetrara ese hombre que me hacía gozar, quería tener su pulsante verga dentro de mi vagina, pero él tenía otras ideas en mente antes, sentí sus manos arrancarme las bragas de mi cuerpo, asi mientras el mamaba mis tetas, el me incrustaba dos dedos gruesos y toscos en mi rajita, luego comenzó a masturbarme fuerte, sentí que sus dedos se metían hasta los ovarios, primero me sentí violada pero conforme pasaban los segundos y que sus dedos entraban y salían de mi vagina, todo se convirtió en un lujuria y placer sexual, grité y gemí mucho, pidiéndole que lo siguiera haciendo y luego de varios minutos asi me corrí en sus dedos, llenándolos de mis fluidos íntimos.
El no cesaba de meter sus dedos y su boca apretaba mis pezones, me retorcí entre las sabanas.
El tipo me decía, –Siempre me gustaste y deseaba comerte toda!!- me repetía.
Sin perder tiempo, mi macho se metió entre mis muslos y ahora sentí su aliento y luego su boca lamer mi vulva, desde mis pelitos púbicos a mis labios vaginales y bien podía sentir mis flujos que me bajaban por mi rajita.
Levantó mis piernas tomándome por los tobillos con una sola mano, ya que eran enormes, eso provocaba que yo le mostrara no solo mi raja dilatada y mojada, sino también mi culito apretado.
Sentí su voraz lengua frotar con fuerza mi clítoris y luego bajar a lamer mi ojo del culo como queriendo introducirla, el tipo sabía como hacerme sentir suya, su hembra, no quería dejar nada para otro día.
Volví a gritar cuando, de repente, uno de sus dedos comenzó a ingresar en mi culito, me tuve que relajar y dejar que lo fuera deslizando dentro de mi recto, luego lo metía y lo sacaba de mi ano, se fue lentamente porque yo le pedí que fuera delicado en ese lugar.
Al rato, metió otro dedo de la misma mano, pero ahora en mi rajita, para después bombearme los dos dedos en mis distintos agujeritos, lo hacía primero lento, pero a los pocos segundos, su movimiento era salvaje, al mismo tiempo sus labios chupaban mi clítoris, sentí primero dolor y luego placer fue el resultado, yo aullé de placer todo el camino.
No pude más y empecé a gritar.
–papi métemela ya!!, quiero que me la metas!!, aayy que riicoo!!-.
No cabe duda que esto encendió a mi macho y abandonando mi rajita y mi ojete, puso mis pies en cada hombro, sacó su verga hinchada llena de venas, la puso en la entrada de mi vagina y me ensartó de un solo golpe, su enorme glande me penetró y gemí, luego empujaba y sacaba con mucha fuerza, me ensartó toda su verga en pocos segundos, me sentía llena de su carne como nunca lo había sentido antes.
Era tal la intensidad que parecía que me estaba violando.
Su verga podía ser el doble del tamaño que la de mi esposo y en grueso no se diga.
El novio de mi madre me cogió, como dije, como desesperado, me la hundía completa y luego la sacaba, lo repetía a cada momento.
Me tenía loca de placer, ahora comprobaba que lo que había pensado y deseado, de ser cogida por él era una realidad y me tenía a su disposición, era su perra en ese momento.
Tomó mis pies, me quitó los zapatos, y los metía en su boca chupándolos con mucha propiedad, me lamió cada dedito de cada uno de mis pies, metía su lengua entre mis dedos.
En ese momento, yo tuve un orgasmo tan tremendo que me dejó exhausta, el siguió penetrándome sin piedad, la cama rechinaba con cada empellón que él me daba.
Yo le arañé las piernas y eso le gustó.
Luego él se colocó encima de mi cuerpo para más contacto y su verga llegó a lo más profundo que podía dentro de mi vagina, yo me estremecí de placer.
Se puso a bombear abrazado a mi y metiendo las manos debajo de mis nalgas, me levantó y asirse de mi para darme más duro, nunca me había sentido más puta que en ese momento, cogida por el novio de mi mamá y al mismo tiempo sintiendo las mieles de la infidelidad.
Por fin vi gimiendo y jadeando a mi macho, luego sentí algo caliente dentro de mi vagina, los gritos de él me decían que estaba eyaculando adentro de mi una gran cantidad de esperma.
El se agitó varias veces y por fin dejó de hacerlo, había sacado toda su leche y la había puesto en lo más profundo de mi rajita.
Por fin hubo paz, yo estaba muy sudada al igual que él.
Un minuto después, se quitó de encima y pude ver su verga brillosa y perdiendo su verticalidad.
Yo me quedé un rato más acostada, estaba cansada, al poco rato, me salía su leche de la vagina y terminaba en las sabanas.
Había tenido un tremendo palo con este hombre.
Por fin nuestra respiración se iba aplacando.
Vi que él se quitó la ropa en vez de ponérsela, dijo que quería una ducha caliente.
Me dijo que lo acompañara, yo me levanté de la cama un poco mareada, terminé de quitarme la ropa, el no perdió vista de mi cuerpo, que como dije no estoy nada mal.
Me esperó en la puerta y entramos abrazados, el midió el agua, para que cayera tibia y nos metimos juntos desnudos.
El al rato me abrazó y comenzó la danza sexual de nuevo, nos besamos con mucha lengua, mamó mis senos y apretó mis nalgas todo lo que quiso.
Me dijo –tu cuerpo me ha tenido loco todo este tiempo, quería cogerte desde hace tiempo!-.
Yo hice una carita como de no entenderle.
Agregó –que me perdone tu mama, pero, cuando he estado en el acto sexual con ella, me imagino que te lo hago a ti-.
Entonces le dije espontáneamente, -yo también quería hacerlo contigo-.
Entonces, el novio de mi madre, me pidió que se la mamara allí en la ducha, me puse de rodillas y contemple su verga casi en reposo, sin erección era casi del tamaño de la de mi esposo.
Engulli su glande y lo masajee con la lengua.
Asi estuve hasta que intenté meterlo dentro de la boca, apenas pude meter con esfuerzo la mitad de su verga, ahora ya empalada, se la mamé y la chupé como si fuera un caramelo gigante.
Noté que mi macho se calentaba cada vez más, y lo logré cuando bajé a lamerle sus bolas, su verga se puso como piedra lista para un nuevo encuentro.
Me pidió que me pusiera de pie, me cargó en peso tomándome de las nalgas, y me depositó encima de su enorme erección.
Su verga, gracias a mi vagina dilatada y a la lubricación interna, se deslizó dentro de mi sin ningún problema, solo pegué un grito cuando me sentí llena de su dura carne de nuevo.
Nos besamos mientras el me levantaba y me dejaba caer sobre su virilidad.
Ahora si la tenía toda adentro de mi.
Empezamos a gemir de pasión, él me mamaba la boca y luego las tetas, parecía que quería devorarlas.
Por la diferencia de tallas, parecía que yo era una muñeca de trapo en sus manos.
Me levantaba y me follaba sin limite.
Después me pegó contra la pared de la ducha y allí se puso a cogerme salvajemente, entre gritos y quejidos mios, yo le pedía que no cesara de cogerme.
No satisfecho, me llevó cargada fuera de la ducha y volvimos a la cama.
Alli me bajó.
Me colocó en la posición perruna y poniéndose atrás me penetró de nuevo, se aferró de mis hombros y me folló con largos y profundos bombeos.
De nuevo de mi boca comenzó a exclamar gemidos de placer.
Mi macho arremetía de nuevo su verga dentro de mi, provocándome el más puro placer carnal.
No pude evitar correrme otra vez.
Ahora ya no fueron gritos o quejidos, ahora comencé como a llorar, como pidiendole clemencia a mi amante, la cual no llegaría nunca.
Pues el novio de mamá, me la sacó, apenas pude ver que se fue donde estaba su pantalón, sacó de su cartera un condon, lo sacó de su envoltorio con los dientes, lo colocó en su miembro empalado, luego se fue acercando a mí y primero me metió su dedo pulgar en mi culito, ahora sabía su propósito, yo estaba apenas recuperándome de mi eyaculación, él me dedeo el ojete repetidamente tratando de dilatarmelo, a los dos minutos, puso su glande cubierto por el condón, y me fue penetrando el culo, yo grité cuando ingreso el cabezón de su verga en mi recto.
Le dije y pedí que se detuviera un rato para que mi agujero se fuera acostumbrando al visitante, lo hizo por pocos segundos, luego comenzó su labor de ensartarme su gran verga en mi ojete, no se detuvo hasta que me la tuvo a más de la mitad del recorrido.
Yo en ese preciso momento no sentía un gran placer, pero me gustaba ver a mi macho gesticulando, gimiendo y gozando al máximo mi culito.
Mi macho me estuvo jodiendo el recto por buenos minutos, -que apretadito esta!!- decía frecuentemente mientras me endosaba su virilidad.
Mi recto le apretaba su gruesa verga, sin embargo, se la arregló para metérmela casi toda por allí, me tenía envainada por atrás, se notaba que el novio de mamá gozaba como nunca, pues pude oirlo gemir a todo pulmón.
En mi caso comencé a sentir placer, no era mi primera vez por allí, pero nunca de ese tamaño, mi ahora esposo había tardado dos años pidiéndome mi ojete, mi macho unos minutos.
Pude sentir la eyaculación de mi hombre, pues oí sus quejidos; movió sus caderas repetidamente, hasta saciarse.
Ya estaba hecho me había estrenado como amante y me había dado por los dos lados.
Salimos del motel, yo aún transpiraba mucho.
Me dejó donde estaba mi auto.
Regresé a casa, mi marido veía tv, lo saludé y me fui directo a darme una ducha de agua caliente, mis dos agujeros aún estaba un poco dilatados.
Mis relaciones sexuales ya no fueron lo mismo, mi mente me traicionaba comparando al novio de mamá con mi marido, y ya saben quien ganaba.
Hablamos por teléfono repetidamente, el insistía en repetirlo y yo le decía que no.
Días más tarde, yo estaba con dos amigas en un centro comercial, entonces recibí un mensaje del novio de mamá, no se cómo se enteró que yo estaba precisamente en ese centro.
Me decía que estaba en el segundo sótano del edificio, que quería verme.
Les dije a mis amigas que haría una llamada, me dirigí al sótano, identifiqué el auto, me subí en el asiento de atrás, porque allí me esperaba, de entrada me tomó y comenzamos a besarnos, me fue quitando la ropa y me fue poniendo sobre él sentada en sus piernas, me subí sobre su enorme erección y me ensarté su verga, estaba caliente, lo hicimos asi yo cabalgándolo y el mamando mis senos, me cogió como veinte minutos, eyaculó en el interior de mi rajita y me hizo llegar a dos orgasmos casi consecutivos.
Me vestí, le dije que había estado rico.
Regresé con mis amigas, aún saliéndome el semen por la entrepierna.
En un casamiento, fuimos los cuatro, mi esposo, mi mamá, su novio y yo.
Yo me había puesto un vestido pegadito a mi cuerpo, se notaba mi trasero en todo su esplendor, varios hombres me hicieron insinuación o piropos.
De pronto en un mensaje en mi móvil, el novio de mamá, me citaba de nuevo en su auto, dijo que quería cogerme el culo porque me miraba muy rica vestida asi.
Me fui directo al parqueo, allí me puso hincada recostada viendo hacia atrás con mi culito parado y me ensartó por el culo, esta vez sin condón, se puso a bombearme su verga erecta dura y venosa, me culió rico por un largo rato, me hizo gozar delicioso, hasta que mi móvil sonó, era mi esposo, seguramente estaba buscándome, le dije al novio de mamá que terminara rápido, asi que me dio más duro hasta que soltó su leche en mi recto.
Salí de allí corriendo dejé hasta mi calzón.
Busqué a mi marido y le dije que algo me había caído mal y había estado en el tocador de damas.
El lo creyó.
Ahora no se qué hacer, me he vuelto la perrita del novio de mamá y lo peor del caso es que me gusta serlo.
Incluso me proponía hacer un trio, pues me decía que tiene un amigo que le gustaría cogerme, pues me había visto un par de veces en la calle.
Yo me mojaba en la cama de solo pensarlo.
Nunca lo había hecho y por fin me decidí hacerlo y resulta que.
"Fue la mejor cogida de mi vida", en el segundo relato lo confesaré con detalles.
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