Lo conocí en el supermercado donde trabajo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Rocío, tengo 45 años, casada, madre de dos hijas.
Soy una señora delgada, sin esos cuerpos que en muchos lados dicen tener las amantes de turno, sino que soy muy normal, tetas pequeñas, culo poco pronunciado, ya digo, normalita.
Hace 25 años que estoy casada, no se si por los años, o por la rutina de la convivencia, la relación con mi marido se fue enfriando lentamente.
Tenemos sexo, si, pero muy de vez en cuando, y tenemos que utilizar lubricantes y estímulos exteriores para poder hacer algo.
Mi marido sale por su lado, y yo por el mío, de lunes a sábado, trabajo en un supermercado en el pueblo donde vivo, que no voy a decir cuál es, pero si diré que esta cerca de Talavera de la Reina.
Hay un señor, algo mayor que yo que va casi a diario, vive solo, es todo un personaje, por su forma de vestir, sus barbas enormes y su pelo por debajo de sus hombros, pero muy educado y simpático, a mi personalmente me encanta hablar con él, y a otra compañera también, nos causa mucha gracia sus ocurrencias.
Haga el tiempo que haga, Gastón esta siempre como si fuera verano, es muy raro verlo abrigado.
A mi me encanta salir los domingos a la tarde a caminar, me voy por un camino que se llama el camino verde, que da vueltas por zonas rurales, y pasa por la vieja estación de trenes.
Una tarde caminando, lo encuentro por casualidad a Gastón, nos saludamos y sigo mi caminata, "a donde vas Rocío?", me dice en voz alta, sin llegar a ser un grito.
"A caminar, siempre lo hago", le dije, cuando llegó a mi lado, "voy con vos?", me dijo.
Gastón es argentino.
"Vale", le dije, y empezamos a caminar juntos.
Gastón es de esas personas que inspiran confianza de inmediato.
Íbamos hablando de cosas sin importancia, hasta que me pregunta que porque mi marido no me acompaña en mis caminatas, yo no sabía si decirle la verdad o inventarme una escusa, pero opte por decir la verdad, y le fui contando a grandes rasgos como mi matrimonio se estaba deshaciendo, sin llegar a contarle cosas íntimas.
Por primera vez me fijo en sus ojos, de un verde intenso, y seguimos caminando por el camino rural, viendo a nuestros costados construcciones abandonadas y derruidas, yo estaba que me orinaba y le dije que iba a ir hasta una de esas construcciones a hacer pis, Gastón me acompañó y se quedó a una distancia respetuosa sin verme nada.
"Si yo fuera tu marido, hubiera ido con vos, y te habría echo el amor", me dijo cuando llegue a su lado, dejándome muy sorprendida por lo que me dijo, pero no lo tomé a mal, seguimos caminando y Gastón me preguntaba si había echo el amor en el campo, tirada en los pastos, de parada en algún lugar que no sea la intimidad de mi casa, "no, nunca lo hice", le respondí un poco acalorada por el tema y seguíamos hablando de eso y de otros temas y Gastón no dejaba de decirme algún que otro piropo, me di cuenta que me estaba tirando los tejos, aunque si yo no estuviera con mi esposo, la cosa hubiera sido distinta, ya que me gusta, y entrando en confianza le conté como iban mis cosas con mi esposo, a lo que él intensificó mas su seducción conmigo.
no se porque le seguí el juego, hasta que sin querer me tropiezo con una piedra y casi me caigo, a lo que Gastón de inmediato me abrazó evitando que me caiga, nos quedamos mirando e inicié la marcha de nuevo, pero lo que no me soltó Gastón, fue mi mano, seguimos caminando de la mano, sentía como a medida que hablábamos, él pasaba sus dedos por los míos, pero yo no soltaba su mano, "tengo las manos ásperas, verdad?", le dije, "son hermosas como vos tus manos", me dijo, dándome un beso en la mano, "Gastón, me estas tirando los tejos?", le dije, parándome frente a él, "si", me dijo, besando mis labios sin que pueda evitar el beso, "sabes que soy casada", le dije, sin decir nada del beso y sin soltar su mano, "si", me volvió a decir, volviendo a besarme, "a cada si, me vas a besar?", le dije, sonriendo, "si", me dijo, y zas, otra vez el beso, y otro, y otro mas largo, al que yo no hice nada por dejar de que me bese, me siento muy a gusto con Gastón.
Siento que me empieza a abrazar por la cintura y me vuelve a besar, pero ya no era un beso fugaz, era un beso en todas las de la ley.
Yo simplemente me deje abrazar y respondí el beso, hasta que siento como quiere meter su lengua en mi boca, poco a poco fui abriendo mi boca y deje que meta su lengua, dándole la mía, sentía como su mano que me tenía abrazada, bajaba hasta mi culo, apretando mis nalgas mientras nos besábamos, "estas loco Gastón", le dije, apartando un poco mi boca de la suya, "estamos locos los dos", me dijo, volviendo a besarme y metiendo su mano dentro de mi pantalón deportivo y de mi braga, sentía como me acariciaba el culo, mientras nuestras lenguas se lamían, pasaban de una boca a la otra, "quita tu mano de mi culo, estoy toda sudada", le dije, a lo que Gastón, lejos de hacer lo que le pedí, volvió a besarme y me empezó a bajar el pantalón, "no, acá en el camino no", le dije, evitando que me siga bajando el deportivo, Gastón miró para los cuatro costados y vimos una casa detrás de un cañaveral, sin decirme nada, cogido de mi mano nos fuimos hacia ahí, la casa estaba cerrada, pero el cañaveral no dejaba que se vea nada y volvimos a seguir besándonos, ya con total descaro, Gastón, abrió mi sudadera y me sacó las tetas del sujetador, empezando a chupar mis pezones, me daba un poco de vergüenza, ya que estaba toda sudada, pero se ve que a él no le importaba, ya que me chupaba los pezones, me lamía las tetas, yo le apretaba la cabeza contra mi pecho, dejando que vuelva a meter su mano dentro de mi deportivo, yo gemía a medida que él no dejaba mis tetas en paz y me bajaba el deportivo junto con las bragas, yo tenía el coño mojado, la adrenalina a tope, estaba nerviosa, era la primera vez que estaba así.
Entre besos y besos y sus manos acariciando mi culo, me hizo poner de frente a una de las paredes de la casa, con los brazos estirado me apoyo en la pared, quebrando mi cuerpo, sacando mi culo hacia Gastón, me baja más el pantalón, y siento como con su polla busca la entrada de mi coño, haciendo que levante mi cabeza y gima de placer al sentir como me iba metiendo la polla, como mi coño se abría y su polla entraba toda, quedando mis nalgas pegadas a su cuerpo.
"Que locura que estamos haciendo", le decía entre gemidos y sintiendo como me estaba follando, "es distinto a hacerlo en una cama", me dijo, apretando mis tetas, haciendo que entre su follada, sus caricias y que tenía la adrenalina a tope, estaba gimiendo y gozando como loca, sintiendo como su polla entraba y salía de mi coño, "y si querés, te la puedo meter por el culo, así si te duele, podes gritar que nadie te va a escuchar", me dijo, metiendo fuerte su polla en mi coño, haciendo que de unos gemidos de placer tremendos, nunca nadie me había follado así, de parada y en medio de la nada, como me estaba follando Gastón, "no, por el culo hoy no, otro día, cuando no tenga tanto miedo de que nos vean, estoy muy nerviosa", le dije, temblando entre sus brazos, "no te gusta como te estoy cogiendo?", me dijo Gastón, "si, me encanta, de echo estoy disfrutando mucho, pero no quita que este nerviosa", le dije, metiendo mi cabeza entre mis brazos que estaban apoyados contra la pared, "Gastón, me voy a correr, me voy a correr", le dije, casi gritando y siento como se me aflojan las piernas cuando me empecé a correr, Gastón me tenía cogida de mi cintura, metiendo y sacando su polla de mi coño
"Rocío, te voy a llenar la concha de leche", me dijo, metiendo su polla bien adentro de mi coño, empecé a sentir como me llenaba de leche, sentía sus chorros golpear contra mi matriz, como mi coño se estaba llenando, como a cada movimiento que hacía Gastón, metiendo y sacando su polla, su leche caía sobre mi braga, me apretaba fuerte las tetas, yo quería gritar de lo que estaba gozando, sentía como si me clavara la polla y hacía que mis pies se levanten del suelo, "como me haz echo disfrutar, nunca me imagine follando así como me haz follado", le dije, notando como Gastón se estaba quedando mas tranquilo, con toda su polla dentro de mi coño, "el domingo que viene salimos a caminar de nuevo?", me dijo Gastón, sacando su polla y siento como me cae un montón de leche de mi coño en la braga, que ya estaba mas para tirar que para volver a ponérmela, "si volver a follar, le dices caminar, si", le dije, limpiando un poco de leche con mi mano, para poder subirme la braga y que no esté tan mojada, "nos damos los números de teléfono, así si en la semana tenés un rato te venis a mi casa?", me dijo Gastón, arreglando su ropa, "si, nos damos los números, pero dejemos para los domingos lo de vernos fuera del supermercado", le dije subiendo mi deportivo y arreglando mis tetas dentro del sujetador, volviendo al camino y seguimos caminando, siempre de la mano para llegar nuestras casas, yo a medida que iba caminando sentía como me salía leche del coño y me mojaba mas, "cariño, el domingo que viene, vamos a traer algo para limpiarnos, no sabes como tengo las bragas de mojadas con tu leche, y siento como me sigue saliendo del coño", le dije a Gastón, ahora yo buscando su boca, la boca del amante que salió así, de improviso.
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