MARINA, de ErotikaLectura
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ErotikaLectura.
Hacia pocos meses que me habia casado y que vivia en el piso de mi marido. El piso es un atico y esta en una buena zona de la ciudad, en un edificio de lujo. La verdad es que es genial vivir aqui y la unica pega que le ponia antes era nuestra vecina.
Se llama Marina, tiene una edad indefinida que calculo rondara los 35, pero su aspecto es el de una chica mas joven debido a su cuerpo de jovencita en desarrollo, su caracter descarado y su forma de vestir, siempre a la ultima. Cuando le miras a los ojos es al contrario, da la impresion de tener una experiencia infinita y saber mucho sobre cualquier cosa. La cuestion es que mi vecina tiene una ajetreada vida social y la semana que no celebra un par de fiestas es porque esta de viaje. Ademas, se relaciona con todo tipo de gente, incluida la “poco recomendable”, supongo que debido a su trabajo como asesora en una agencia de arte, ya sabemos todos que los artistas son de lo mas variopinto.
A mi no me hubiese molestado tanto si no fuese por el mal humor que se le pone a mi marido con todo lo relacionado con ella. Mi marido es un hombre mas bien conservador al que le gusta guardar las formas y dar buena imagen. Por eso las idas y venidas de “gentuza” (como el llama a los invitados de mi vecina), las provocaciones de las que hacen gala ya en el portal o la escalera, las conversaciones subidas de tono que se escuchan desde la terraza, y hasta los inequivocos gemidos y sonidos que se propagan en muchos momentos a traves de las paredes que nos separan de su casa, consiguen sacarle de sus casillas y hacen que se refiera a ella como una furcia, desvergonzada y ninfomana sin ningun valor moral.
No es raro encontrarse con ella en el descansillo a medio vestir porque lleva prisa. Ni seria la primera vez que sale a abrir la puerta en ropa interior para recibir quejas de los vecinos.
Un dia al llegar al portal me encontre con Marina, estaba totalmente concentrada en magrearse con un joven mientras esperaban el ascensor, recuerdo haber dicho “hola” muy bajito, porque casi ni me salia la voz, sin obtener respuesta. Unos segundos despues vino derecha hacia nosotros la bruja del 2º que, al ver el panorama, no pudo contenerse y empezo a criticar a Marina en voz alta mientras nos metiamos en el ascensor los cuatro.
-¡Que desvergüenza! ¡En plena tarde! ¡Ya no puede una ni salir de su casa! Lo siento por ti Marga, que tienes que aguantarla de vecina ¡Imagina que hubiese niños delante!
El acompañante de Marina debio sentirse un poco incomodo y aflojo su pasion. Marina, contrariada por la interrupcion se digno a contestar.
-Pero señora, si no hay niños en todo el edificio,… y yo le prometo que cuando a usted le hagan un hijo yo dejo de practicar sexo en el portal.
La del segundo se bajo en su planta sin dejar de murmurar una sarta de frases de las que se entendia poco y se adivinaba mucho.
Marina se volvio hacia mi. Yo no habia participado en el incidente pero temi que fuese a tomarla conmigo y le puse cara de “yo no digo nada”. Ella me sonrio amablemente y dijo:
– Asi que tu eres Marga, la novia de Andres.
– Su mujer – le corregi yo.
– Andres me hablo de ti. No entiendo como te has casado con el con lo mal que folla, yo ni le he vuelto a invitar a mi casa.
El mundo se me cayo encima. Andres me habia sido infiel. Por eso el muy cerdo se ponia de tan mal humor con Marina, de pura rabia al sentirse descartado de su cama. Debi ponerme de todos los colores en los pocos segundos que tardamos en llegar al atico, y mis sentimientos pasaron de la mas bochornosa vergüenza a la furia total.
Me dirigi a mi casa lo mas rapida y dignamente que pude. Estaba intentando abrir la puerta y contener las lagrimas al mismo tiempo, pero se me cayeron las llaves y sin poder evitarlo rompi a llorar. No me di cuenta de que se me habia acercado Marina hasta que acariciando mi cara intento una disculpa.
– Siento mucho haberte hecho daño, no era esa mi intencion.
Pasaron un par de minutos, hasta que pude recomponerme y secar mis lagrimas y ella seguia alli conmigo.
– Ya estoy mejor, gracias – de dije para librarla del compromiso de acompañarme.
– Ahora no te voy a dejar sola, ven a mi casa – y dandolo por hecho recogio las llaves del suelo, agarro mi mano y me metio en su piso.
La verdad es que preferia no estar sola para no tener que enfrentarme a mis pensamientos en esos momentos. No sabia que hacer. ¿Hacia las maletas y me iba? ¿Esperaba a que viniese y le pedia explicaciones? ¿O le recibia sin mas echa una fiera? Estando acompañada mantenia a la espera cualquier decision.
El piso de Marina es de revista de decoracion, no podia ser de otra forma, moderno y sencillo pero comodo. Me puse a curiosear los cuadros que adornaban el salon mientras ella iba a por el agua que le habia pedido, note una presencia a mi espalda y me volvi, era el chico que acompañaba a Marina en el ascensor, me habia olvidado de el. Se habia puesto comodo en el sofa, iba en bañador o en calzoncillos no era cuestion de fijarse demasiado, pero ni se inmuto al verme.
– Marina me ha invitado a quedarme un rato – me justifique yo estupidamente.
– Estupendo – contesto mirandome detenidamente.
No me habia dado cuenta hasta ese momento, era el hombre mas guapo que habia tenido nunca delante, castaño, con el pelo muy corto, los ojos muy azules, la piel bronceada y una sonrisa de anuncio, su cuerpo iba en consonancia con su cara, precioso. Sin darme cuenta habiamos pasado unos segundos mirandonos atentamente sin disimulos.
– Tu agua – oi a mi espalda, y vi a Marina mirandonos con una sonrisa de lo mas descarada.
– Marga, el es Oscar, es modelo y llegara lejos, te lo digo yo que tengo buen ojo para estas cosas. ¿No crees que esta para comerselo?
– Pues yo me dejo – dijo el riendose.
– Creo que deberia irme ya – de repente se respiraba tension erotica en el ambiente.
Marina me quito el vaso en cuanto deje de beber, me cogio la mano y me animo a sentarme junto a Oscar, ella se dejo caer a mi lado. Estaba atrapada entre ellos.
– Me apetece un rato de relax en el jacuzzi, ¿serias tan amable de ir a prepararlo? – le dijo Marina a Oscar asomandose por encima de mi.
El se incorporo y la beso, yo estaba entre los dos, sin atreverme a moverme. Cuando el se levanto Marina no se movio, empezo a hablarme mientras acariciaba mi pelo y mi cara, la tenia casi sobre mi.
– Marga, eres preciosa, me gustas mucho y he visto como te mira Oscar, no te vayas, lo pasaremos bien juntos. Ademas, no se me ocurre mejor venganza para ti.
Y me beso. Me beso en la boca. Y yo no pude resistirme a devolverle el beso. Sabia a golosina, dulce y acida al mismo tiempo. No queria que acabase aquel beso, pero acabo. Me oi decirle:
– Solo me he acostado con Andres, con nadie mas. Y no quiero hacerlo con öscar, solo contigo.
Me miro como si fuese la primera vez que me veia, se quedo pensativa un momento.
– Marga, seria injusto que le echase ahora, pero si conseguimos que acabe rapido… ¿estas dispuesta a ayudarme en eso?
Asenti y eso me hizo ganarme otro beso, esta vez mas lento, mas intimo, mas profundo. Nunca pense que me podria excitar con una mujer, y apenas dos besos habian sido suficientes para hacerlo. Sin pensar en lo que hacia acerque mas mi cuerpo al suyo y debio gustarle que lo hiciese porque senti un leve gemido vibrar dentro de mi boca. En esa deliciosa situacion estabamos cuando note que me agarraban de la mano y tiraban suavemente de mi para incorporarme, fue como despertar de un sueño. Oscar nos llevaba a cada una de una mano, estaba desnudo, con una tremenda ereccion.
– Venga chicas, al agua, que yo tambien quiero participar.
Entramos en un baño de ensueño preparado con luz tenue, aroma de plantas, sonido de burbujas y musica melodica, el vapor habia empezado a crear una suave niebla que templaba el ambiente y lo hacia todo un poco irreal.
– Esperanos en el agua Oscar, tenemos que desnudarnos – dijo Marina mientras bajaba un poco la cremallera de su moderna blusa y le guiñaba un ojo.
El, encantado se dispuso a contemplarnos desde la bañera burbujeante.
Marina se volvio hacia mi y empezo a quitarse la ropa sin dejar de mirarme, simplemente por su forma de moverse ya era fantastico observarla mientras lo hacia. Se quito la blusa, los zapatos, los pantalones, llevaba un conjunto de tanga y camiseta blancos, la camiseta transparente dejaba ver sus pequeños pechos y marcaba sus pezones y el sencillo tanga hacia resaltar su bonita piel.
Me ayudo entonces a quitarme la camiseta que llevaba yo y desabrocho mi falda que cayo al suelo, se arrodillo para sacarla de entre mis piernas y me quito los zapatos. Yo me habia puesto aquel dia un conjunto rosa de sujetador y braguita de encaje. Me cogio las manos y las llevo a su camiseta, yo se la quite y en un arranque de atrevimiento y excitacion bese uno de sus pezones que respondio al instante. Ella rodeo mi cuerpo con sus brazos y desabrocho mi sujetador, lo deje caer y me acerque un poco mas a ella, nuestros pezones se rozaron y fue como recibir una descarga. Nos besamos.
– Dejad que os quite yo lo que queda – Oscar ya no podia estarse quieto por mas tiempo.
Marina me pregunto con la mirada, yo respondi acercandome a Oscar que se habia puesto de pie en el jacuzzi. Metio desde abajo un dedo a cada lado de la cintura de mis bragas y empezo a bajarlas despacio mientras iba frotando sus labios contra la parte de mi piel que iba quedando al descubierto, justo cuando acabo de quitarmelas note su lengua en el comienzo mismo de mi rajita, no se como me contuve para no agarrar su cabeza y pedirle mas. Me dio la mano para ayudarme a bajar al agua y fue a por Marina, ella se puso en cuclillas, el cogio su tanga y lo fue deslizando hasta las rodillas mientras ella cerraba las piernas, luego, mientras acababa de quitarselo del todo, las abrio de nuevo para quedarse asi abierta de piernas y desnuda delante de Oscar que la atrajo hacia el.
Quedo sentada en el borde del jacuzzi, el le acariciaba las tetas y metia la cara entre sus piernas para comersela. Me acerque por detras de Oscar y fui deslizando mis manos por su piel mientras apretaba mi cuerpo contra su espalda, encontre su verga durisima y empece a acariciarla, mi accion debio tener una reaccion en lo que el hacia porque Marina subio el volumen de sus gemidos hasta que no nos quedo duda de que se estaba corriendo.
Cuando Marina termino, Oscar se dio la vuelta y me sento sobre el mientras me besaba y recorria mi cuerpo con sus manos, en esa postura cualquier movimiento hacia que su polla rozase mi clitoris asi que empece a moverme ritmicamente. Marina se sento sobre Oscar, detras de mi, pegada a mi, notaba sus pezones duros clavados en mi espalda y sus manos agarrando mis tetas, estimulando mis pezones. El besaba mi boca, ella mi nuca. No creo haber estado mas mojada en mi vida. Una de las manos de Marina abandono mis pechos y empezo a hurgar desde detras entre mis piernas, eso hizo que mis movimientos se acentuasen. Oscar intento penetrarme, Marina no le dejo.
– Ella es mia Oscar, hoy no te la vas a follar.
– Si lo esta deseando – dijo el.
En ese momento yo ya no sabia lo que queria asi que no dije nada, hubiese aceptado cualquier cosa, asi de excitada estaba.
– Es lo que hay – le reto Marina.
– Tu y tus juegos – acepto el medio fastidiado medio divertido.
Oscar me puso en pie sobre el asiento de la enorme bañera, agarro mi culo y acerco su cara a mi empapado sexo, tuve que apoyar las rodillas en el borde mismo del jacuzzi. Al mismo tiempo, Marina ocupo mi lugar anterior, pero a diferencia de mi, ella si se empalo en el mastil de Oscar. Sentir la lengua de aquel hombre recorriendo mi interior y sentir sus labios besando mis intimidades me estaba dando un inmenso gusto, mirar hacia un lado y ver la escena reflejada en un espejo consiguio mi maxima excitacion, pero el colmo del placer llego cuando vi y note un dedo de Marina pidiendo permiso para entrar en mi culo. Casi unos segundos despues de que entrase del todo no pude resistirme mas y me corri.
Baje de encima de Oscar, sus movimientos se intensificaron dentro de ella.
Marina me atrajo hacia ella y me beso mientras seguia follando. Al oido me susurro:
– Estoy deseando tenerte. Vamos a dejar a gusto a Oscar y nos quedamos solas. Ahora te toca hacerle a el lo que yo te acabo de hacer a ti.
Dicho esto Marina se puso en pie, se arrodillo en el asiento de la bañera justo enfrente de Oscar, mostrandole su culo, agarro una nalga con cada mano y se abrio mientras le decia:
– Elige por donde – con una cara de fingida inocencia que me provoco hasta a mi.
– Te voy a romper el culo por provocarme asi Marina – Oscar no se lo penso dos veces y lamio el culo de Marina para prepararselo.
Me acerque a ellos, no sabia como pero queria ayudar. En una postura bastante incomoda empece a lamerle la polla, me di cuenta de que acababa de salir de dentro de Marina y aun debia tener parte de su sabor asi que me la meti en la boca con gusto, saboreandola. Oscar resoplo, Marina gimio. Me aparte para que pudiese penetrar su culo. Entro suave. Casi envidie a Marina por los quejidos y gemidos que emitia. Cuando Oscar empezo a acelerar sus acometidas yo me puse tras el y con bastante timidez empece a acariciar su ano, perdi la timidez cuando me di cuenta de cuanto le gustaba. Meti un dedo, sus sacudidas contra Marina eran terribles, meti otro dedo, Marina se corria y nos lo decia a gritos; con las convulsiones de su orgasmo y mis dedos presionando en el interior de su culo Oscar se corrio tambien mientras soltaba todas las obscenidades que se le ocurrian. Saque mis dedos y le ayude a sacar la polla del interior de Marina, chorreaba un poco de su semen, lo frote con mis dedos, Marina gimio. Oscar me sonrio. Bese a Marina.
– Coge ese albornoz y vete a mi habitacion, es por esa puerta – me dijo en voz baja.
Se volvio y le abrazo. Asi les deje. La habitacion de Marina era grande, calida, sencilla y acogedora. Me seque y me meti en su enorme cama, las sabanas olian a ella. Apenas tuve que esperar unos minutos hasta que vino, se habia secado tambien ella, se metio conmigo en la cama y empezo a acariciar desde mi espalda hasta mis piernas. Mi piel se calentaba con el roce de su mano.
– ¿Se ha enfadado? – le pregunte. No podia evitar que Oscar me cayese bien.
– No, no. Ha intentado convencerme para quedarse, pero sabe cuando debe desistir. Me gusta ese chico.
– A mi tambien – confese yo.
Marina se rio con ganas y luego me beso apasionadamente. Tiene una forma de besar que me llena de deseo. Se dedico a recorrer mi cuerpo con su boca, yo temblaba de excitacion. Cuando la tuve al alcance de mis manos la atraje hacia mi y lami uno de sus pezones, me encanto notar como se endurecia contra mi lengua, hice lo mismo con el otro. Una de mis manos bajo hasta su pubis y empezo a acariciarla tal y como lo hacia conmigo misma. Marina entorno los ojos, se mordio los labios y suspiro profundamente. Desde el momento en el que se habia desnudado me habia fijado en el tatuaje de una rosa que tenia en la ingle izquierda y deseaba besarlo, lo hice y una vez alli di un paso mas, releve a mi mano con mi boca y probe su sabor, su olor, lami delicadamente mientras exploraba un mundo nuevo para mi, ella me dirigia, me animaba o gemia, me encantaba oirla gozar. Le hice el amor con mi boca y mis manos hasta que se corrio.
Marina fue hasta un armario y abrio un cajon, la vi trasteando con algo que no distinguia bien desde la cama. Cuando vino hacia mi de nuevo vi que llevaba puesto un arnes con un consolador.
– Voy a follarte. Te lo mereces – me dijo mientras se arrodillaba ante mis piernas y metia sus dedos en mi vagina para comprobar mi humedad, mi cuerpo reacciono rapido ante la idea de ser penetrada por ella y cuando saco los dedos de mi interior y los chupo los tenia ya muy mojados.
– Mmmmm, que bien sabes Marga, ¿no quieres que te coma antes?
– Por favor Marina follame ya – ¿quien me iba a decir a mi unas horas antes que esa frase saldria de mi boca?
Entonces me abrio bien de piernas, abrio mi coño con sus manos y me penetro, fue una sensacion de lo mas erotica sentirme follada por una mujer, sentia ademas el morbo que le producia a ella estar en ese papel y disfrutaba con ello. Me embestia suavemente al principio, tocando mis tetas, mimandome, pero su movimiento fue ganando intensidad al notar mi creciente excitacion. Puso la palma de su mano encima de mi clitoris sin dejar de follarme y empezo a masajearme cada vez con mas presion hasta que me corri. Se quito el arnes, se tumbo a mi lado y me abrazo.
– Tienes que dejarme probar tu juguete – le pedi señalando el arnes.
– Tengo muchisimos juguetes Marga, cuando quieras vienes y te los enseño todos para que elijas lo que quieras.
Cuando nos vestiamos no pude resistirme y bese de nuevo su rosa tatuada.
– Es muy bonito tu tatuaje – le dije acariciandolo con mi dedo.
– Hace tiempo ame a una mujer con nombre de flor, como tu – dijo con una sonrisa melancolica – Y si no me ando con cuidado pronto me veras con una margarita tatuada.
Aunque lo dijo riendo me llego al alma.
Pasaron dos semanas. Decidi actuar con Andres como si nada hubiese ocurrido, salvo que le evitaba en la cama.
Marina habia estado de viaje, sabia que habia vuelto esa noche porque oi su puerta de madrugada. Hubiese dado cualquier cosa por ver su cara cuando encontro el sobre que cole por debajo de su puerta. Dentro solo habia una foto. Una foto del final de mi espalda donde ahora lucia un pequeño tatuaje y su descripcion escrita: “Ola Marina”.
Espere todo el dia alguna noticia suya sin resultado, me entretuve todo lo posible para encontrarmela al salir o entrar pero parecia que se hubiese ido de nuevo. Cuando vino Andres, ya tarde, yo estaba de un humor de perros. Al mirar la cara que traia supe que pasaba algo.
– Oye Marga, la vecina celebra mañana una fiesta de tatuajes y nos ha dejado una invitacion en el buzon. Yo creo que deberiamos ir ¿que dices? – su cara de mal fingida inocencia no llegaba a disimular la ilusion que le hacia, aunque no era ni la mitad de la ilusion que me hacia a mi.
– Me parece genial. Ademas, hablando de tatuajes, tengo que enseñarte algo…
Un relato de Erotika Lectura.
erotikalectura@hotmail.com
Autor: ErotikaLectura
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