Me acuesto con mi ex.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, me llamo Yudid, tengo 52 años, soy peruana, nacionalizada española, una mujer normal, me conservo bastante bien, me cuido mucho, y para ser una mujer madura se que estoy bastante buena.
Cuando llegamos acá a España, empezamos a tener problemas con el padre de mi hija, ya que él trabajaba mucho, y yo quería vivir mi nueva vida en Europa, así que la convivencia se hizo insoportable y nos separamos.
Yo empecé a salir con mi hermana, aunque ella es casada, no le hace ni caso al marido.
Así saliendo y saliendo, conocí a Roberto, mi esposo, él es transportista.
Empezamos a salir, hasta que a los tres meses me pide matrimonio y nos casamos.
Él es un hombre que me da todo, como era el padre de mi hija, con la diferencia que gana mucho mas dinero, pero, siempre hay un pero, es muy malo en la cama, nada que ver con Eduardo, el padre de mi hija.
Hablando con mi hermana, le dije lo malo que es Roberto en la cama, que nada que ver con Eduardo, "y métele los cachos hermana, busca a Eduardo, y que te eche tus buenos polvos", me decía mi hermana, pero a mi me daba cosa meterle los cachos a mi marido, pero realmente estaba muy mal follada.
No me hacía nada en la cama, eran dos besos en mis tetas y ya me cogía, yo ni siquiera me mojaba, nada, la verdad estaba mal, hasta que decidí encontrar por "casualidad" al padre de mi hija y ver que pasa.
Yo por mi hija se mas o menos los horarios que tiene en el trabajo, así que me fui en el coche a esperarlo, estaba fumando un cigarrillo, cuando lo veo venir, estaba muy nerviosa, no sabía como decirle que quería que me coja, quería ser sutil, y de última se lo iba a decir directamente, "huy, que agradable sorpresa", me dijo, sonriendo y dándome dos besos, "y vos como estas?", le dije, parada en medio de la plaza del Renfe de Torrejón, "bien, muy bien, de vos no digo nada porque se nota que estas muy buena", me dijo, riendo, "hay calla loco, siempre igual vos", le decía, estaba nerviosa, no quería que me vieran, ya que muchos conocen a mi marido, "vamos a desayunar?", le dije, dándole las llaves del coche para que conduzca él, "a un bar o vamos a casa?", me dijo cuando subimos al coche, pasando una mano por mi pierna, "oye, que haces?", le dije, quitando su mano de mi pierna riendo y nos fuimos en mi coche.
Íbamos hablando de como nos iba la vida a cada uno y Eduardo volvió a pasar su mano por mi pierna, llegando a mi muslo, "oye, espera en el coche no", le dije, cerrando mis piernas apretando su mano, "mmmmm, querés que te coma la conchita?", me dijo, sacando su mano de entre mis piernas, "he, no te confundas que soy una mujer casada", le dije, sin dejar de reírme, "pero se nota que estas mal cogida", me dijo, agarrando una de mi tetas, "estaciona bien el coche, no te distraigas", le dije, si sacar su mano de mi teta.
Mi marido nunca me metió mano cuando iba conduciendo y para que me toque un poco en casa, tenía que estar como una mosca al rededor de él, mientras Eduardo, me metía mano en todos lados, sin importarle nada.
Bajamos del coche y entramos en el edificio donde él vive con mi hija, que no estaba ya que estudia.
En el ascensor me abraza y me besa, metiendo su mano debajo de mi falda, "hay, que te confundes, yo no vine a eso", le decía, pero no ofrecía ninguna resistencia, sentía como me apretaba las nalgas, me quería bajar las bragas, hasta que llegamos, él vive en el cuarto piso, bajamos y entramos a su casa, y empezó de nuevo a besarme y meter su mano debajo de mi falda, me baja las bragas hasta mis rodillas, su mano acariciaba mi coño, yo abría las piernas sintiendo como metía el dedo, como me mojaba, como nos besábamos y todavía no habíamos pasado al salón, "sigues siendo el mismo loco", le decía, desabrochando mi camisa, caminando entra besos y caricias al salón, "tu marido no sabe como cogerte?", me decía, bajando el cierre de mi falda, haciendo que caiga hasta mis pies, así me iba desnudando hasta llegar a su cuarto, me senté en el borde de la cama, Eduardo se terminó de sacar el pantalón, "mira quien vino a saludarte", dijo, como hablando a su pija que estaba dura y me agarra de la cabeza y la acerca a su pija, yo sonriendo abrí mi boca y se la empecé a chupar mientras él se terminaba de sacar la ropa, "que hambre de pija que tenés", me dijo, apretando mis tetas mientras yo seguía chupando su pija, y si, es la verdad, tenía hambre de pija, quería que me cogieran.
Me hace acostar en la cama, me abre las piernas y me empieza a chupar la concha, yo grite de placer al sentir su lengua lamer mi clítoris, como metía sus dedos en mi concha a medida que me la chupaba, como extrañaba eso, como extrañaba el placer que me da Eduardo en la cama.
Ahora si que estaba mojada, empapada, sentía a Eduardo subir besando mi cuerpo, yo estaba de piernas abiertas esperando que me meta la pija.
Apoya la pija contra mi concha, me mira, "esto va por el cornudo de tu marido", me dijo, metiendo toda su pija en mi concha, haciendo que grite de placer al sentir como me metió toda su pija de una sola vez.
Sentía su pija entrar y salir, como la movía dentro de mi concha, como me hacía gozar, "que es tu marido?, me decía, metiendo y sacando su pija de mi concha, "es un cachudo", le decía yo salida de caliente que estaba, "quien te coge mejor?, el cornudo o yo?", me decía, dándome una cogida que me había echo correr una vez, "que pija te gusta mas?", me decía, moviendo su pija para los costados y frotándola contra mi clítoris, yo estaba gozando tanto, "tu pija me gusta mas, tú me coges mejor", le decía, con los ojos cerrados y moviendo mi cabeza de un lado a otro, "que te estoy haciendo?", me decía, sin dejar de hacerme gozar, "me estas cogiendo mi amor, me estas cogiendo", le decía yo, gozando tanto, pero tanto, que no quería que Eduardo me deje de coger, "y que es tu marido", me dijo, levantando bien arriba mis piernas, metiendo su pija hasta el fondo de mi concha, "es un cachudo, un cornudo y tú mi macho", le dije, ahogada de tanto placer, "ha quien le voy a meter la pija por el culo, quien va a ser la puta que se va a dejar coger por el culo?", me dijo, sacando su pija de mi concha y así con las piernas en alto, siento que la acomoda contra mi ano, no era la primera vez que Eduardo me iba a coger por el culo, estuvimos juntos mas de 16 años y casi del primer día me empezó a coger por el culo, fueron muchos años de recibir su pija por mi ojete.
"Yo soy la puta que se va a dejar coger por el culo, soy la puta que le vas a meter toda la pija por el culo", le dije, dando un gemido al sentir como hacía fuerza y su pija me empezaba a entrar en el culo, "hay Roberto, si vieras como le estoy metiendo toda la pija en el culo a tu mujer", dijo, y en dos embestidas me la metió toda, volví a sentir esa sensación de placer que siempre sentí cuando Eduardo me cogía por el culo así, casi con violencia, ese placer de sentir como me abría el ojete.
"Donde esta el cornudo?", me decía, cogiéndome ahora por el culo, "durmiendo, el cornudo esta durmiendo", le decía, sintiendo su pija entrar y salir de mi ojete, "y vos, que estas haciendo?", me hablaba, moviendo su pija en círculos, dentro de mi culo, "dejando que mi macho me coja por el culo ya que el cornudo me coge muy mal, no sabe cogerme el cornudo", le decía, gozando como loca, sabía que había asumido el papel de puta con Eduardo, sabía que le gustaba ese juego, y yo lo disfrutaba también.
Parecíamos dos desesperados cogiendo, "Eduardo me voy a acabar, que bien que me haz cogido, ahora llena mi culo de leche", le decía, a punto de tener un orgasmo como hacía mucho tiempo no tenía y explotamos los dos juntos, yo gritaba de placer mientras Eduardo metía y sacaba su pija de mi culo, "sentí cornudo como le lleno de leche el culo a tu mujer, como la cogí por todos lados", casi gritaba Eduardo, con su pija metida hasta lo mas hondo de mi culo, "si, jódete cornudo por no saberme coger, hay que rica leche me dejaron adentro del culo, que bien me cogieron", gritaba yo, siguiendo el juego, pero en el fondo tenía mucha rabia, porque sabía que todo lo que habíamos dicho era verdad, estaba tan mal follada, que termine cayendo en los brazos de mi ex.
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