Me cogi a la mujer de mi hermano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La esposa de mi hermano Jeremías (ficticio) la llamaré Magda, como una antigua novia que tuve. Realmente él es mi medio hermano lo somos solo de madre. El es mi hermano más chico, tiene unos 26 años. Es un comerciante de éxito, ha acumulado mucho dinero y tiene una casa enorme con mucho lujo, pero como dicen, éxito en el negocio y fracaso en el sexo, pues sus múltiples ocupaciones hacian que abandonara a su mujer.
Magda mi cuñada es mi tipo de mujer, ella tiene 25 años, es delgada y alta, mide 1.75 mt, que para una mujer latina es bastante bueno, con piernas largas y delgadas, unas nalgas redondas y tiene un busto granda para ser delgada, tiene una boca y labios grandes y carnosos, sus pies son largos pero delgados y siempre los anda bien presentables, además siempre viste con faldas cortas o pantalones apretados, y con un escote que deja ver una buena parte de sus buenas tetas. Ella siempre me ha gustado desde que la conozco y siempre le echó sus piropos y alguna que otra propuesta. Ella en ocasiones responde a mis propuestas con respuestas a medias.
Esa vez sucedió que mi medio hermano viajaría al norte por negocios, al parecer quería abrir una sucursal en ese pais, asi que estaría ausente casi un mes, me llamó por teléfono para que me quedara en su casa, cuidando a su mujer, en ese momento yo no tenía empleo, asi que me ofreció una buena paga y acepté. Además ver a su mujer todos los días como que era un bono extra para mi.
Al principio Magda resultó esquiva, casi no hablabamos los primeros días, al parecer la idea de que me quedara en su casa no era de su agrado, pero si algo dios me dio fue ser orador, soy bueno para hablar y en relaciones interpersonales, asi que poco a poco fui hablándole, en algunos días yo le hice el desayuno y se lo subía a su habitación, en otras me ofrecia a hacerle favores en la ciudad, por fin después de dos semanas asi, ella se estaba bañando en la piscina de la casa, usaba un traje de baño de infarto, apenas tapaba sus tetas y era minúsculo en la parte inferior, ella debía tener afeitada su chuchita. Yo venía de hacerle algunos encargos que me pidió, al verme ella me dijo que me fuera a cambiar y me pusiera un traje de baño, le dije que no tenía, ella me dijo que en la habitación en tal parte, mi hermano guardaba sus trajes, me fui rápidamente, escogí el traje más apretado, que me marcara la verga, pues tengo una verga de 8 pulgadas y gruesa, me masturbé un poco en la habitación, de modo que la quería semi erecta, me presenté ante Magda y ella no dejó de verme de reojo el paquete que se dibujaba en mi traje de baño ajustado.
Bebimos una cerveza dentro de la piscina, luego una segunda cerveza, ya con la segunda me animé a preguntarle cosas íntimas, al principio ella lo esquivaba pero poco a poco me fue confesando que mi hermano la tenía descuidada en las relaciones maritales. Yo la llené de alabanzas de su cuerpo, ella me sonreía y bebimos juntos una tercera cerveza, luego de eso jugamos a ahogarnos, ella reía y yo podía tocar con propiedad su cuerpo, cada vez más le rozaba sus tetas y sus nalgas con mis manos, ella me decía que no abusara pero luego se reía. Ya había una atmósfera entre ambos, el licor y la conversación hacia el resto. En una de esas, en el juego, yo la tomé y quedamos abrazados, con nuestras bocas a centimetros, me decidí y le di un beso en la boca, ella me quiso retirar, pero con más fuerza no la dejé, al cabo de unos segundo sentí como su lengua se entrelazó con la mia y asi estuvimos unos segundos, aproveché para tomarla de la cintura y bajar mis manos por sus buenas nalgas. Pero enseguida de eso me detuvo y me quitó las manos de su trasero, dijo que eso no estaba bien, sin embargo seguimos aún jugando otro rato.
Luego salimos de la piscina, pude observar que sus pezones estaban bien erectos, eso era señal que ella se había puesto cachonda con todo esto. Llegamos a la sala de estar dentro de la casa y aún riéndonos de algunas cosas, en eso pensé en arriesgarme, total no perdía nada y ganaba mucho, me fui acercando por detras y la abracé, ella se sorprendió y me dijo que pasaba, le dije al oido que era una barbaridad que mi hermano la tuviera descuidada con un cuerpo como el suyo, le froté mi paquete contra sus nalgas, mis manos la abrazaron por encimas de sus tetas y las acaricie encima de su traje de baño, ella intentó quitarme de encima, los dos estabamos de pie, pero yo la iba tranquilizando, por fin ella se dejó hacer.
Le bajé su traje de baño inferior y quedaron expuestas su dos bellas nalgas, yo me bajé el mio y ahora frotaba mi verga erecta contra sus nalgas y en medio de sus nalgas, mis manos se metieron debajo de su sosten del traje de baño y acaricie la silueta de sus dos bellos senos, ella se fue excitando muy rápidamente, yo lo sabía por la respiración acelerada que tenía. La llevé hacia una cómoda que tenia en la sala y alli la puse de rodillas sobre ella, de ese modo me queda su bellas nalgas a mi disposición, me fui agachando hasta casi hincarme y comencé besar sus nalgas y acariciar sus chuchita, al pasar mis dedos por sus labios vaginales pude sentir ese aceite ´único que segregan las chuchitas, abri sus ricas montañas de carne con mis manos y mi lengua pasó encima de su ojete del culo y entre sus labios vaginales, ella pegó un gemido y en mi lengua empecé a sentir como bajaban sus jugos íntimos de su chuchita y se prendían en mi lengua. Le pegué una chupada de culo y de raja que Magda apenas se podía sostener sin caerse de la cómoda, se corrió la primera vez y no dejé de mamarsela hasta que la oí llegar a una segunda corrida minutos después, ella me decía que nunca le habían comido asi su sexo.
Luego la acosté y yo me subí encima, le tomé la manos y se la puse hacia arriba a los lados de su cabeza, eso dejó libre el camino para ahora mamarle las tetas, tomé cada pezón entre mis labios y los apreté a la vez que les pasaba la lengua, ella volvió a gemir de gusto, cerraba los ojos y se notaba que estaba concentrada en las caricias que yo le hacía. También le besé la boca, las orejas, el cuello y yendo hacia abajo le pasé la lengua por su ombligo y su vientre, seguí lamí sus labios vaginales de nueva cuenta y después bajé a sus muslos y entrepierna. Ella seguía gimiendo y ya estaba lista,
Le levanté sus dos largas piernas y puse el cabezón de mi verga entre sus labios vaginales que estaban muy mojados y calientes, moviendo mis caderas la penetré, ella gritó y cerro sus ojos, yo la seguí ensartando poco a poco, gozando cada centimetro que mi verga la penetraba, tomé uno de sus pies y me lo llevé a la boca y le mamé cada dedito de su pie, ella ya no gemía sino emitía chillidos de placer, la terminé de penetrar y luego me puse a pistonearle mi verga, primero con movimientos suaves, pero la excitación también me embargaba, asi que me puse darle más duro y mis pistonazos se volvían secos y profundos, yo también gemía de gusto, ella abría más sus largas piernas y yo me puse directamente sobre ella dandole buenos pistonazos, toda mi verga estaba en su vagina, en eso ella me envolvió con sus largas piernas que yo sentía en mis gluteos, quedamos bien acomodados y yo seguía cogiendola duro. Entre gritos de ambos ella llegó a otro orgasmo y yo ya casi no podía retener el mio, pistonié duro y profundo unas cinco veces más y solté un chorro de esperma caliente dentro de su chuchita, entre gemidos y quejidos de los dos, compartimos fluidos corporales.
Solo descansé un minuto, pues no quería perder mi tremenda erección totalmente, asi que le di la vuelta a Magda sobre la cómoda y me quedaron sus nalgas de frente, me fui montando y volví a penetrarla, solo que ahora me fui suave y comencé a besarle el cuello por detras y la espalda, le pasaba la lengua como si fuera un helado enorme su espalda, mi verga entraba lento y salía lento de su raja que estaba mojadisima de sus jugos y de mi esperma. De pronto vi que su ojete del culo estaba como dilatado, eso suele suceder con las mujeres que frecuentan el sexo anal, teniendo relaciones por la vagina su ano también se abre un poco y ese era el caso de Magda. Asi que con mis dedos jugué con su ano y vi como uno de mis dedos entraba sin mucha dificultad dentro de su recto, ella apenas se movía, estaba fatigada de su orgasmo anterior, asi que saqué mi verga de su chuchita y la puse contra su ojete del culo y comencé a empujar suave mi glande contra su culito, por fin después de varios minutos, mi cabezon fue entrando en su ano, ella casi ni se movió, mi glande entro todo y comencé a empujar para que entrara el tronco de mi verga, fui haciendolo despacio,, sin prisa, ella se dejó penetrar solo ronroneaba mientras la iba penetrando por el culo.
Cuando ya se la tenía a más de la mitad dentro de su apretado orificio comencé a pistonear un poco más rápido y fuerte, entraba y salía hasta el glande, luego repetía la operación, de se modo comencé a culearla rico, mi verga recobró toda su erección, los gemidos de Magda comenzaron a se audibles, lo cual me hacía hervir la sangre y con eso yo pistoneaba más fuerte, luego de algunos minutos más mi verga entraba totalmente, todas mis pulgadas estaban dentro de su recto, mis huevos chocaban contra sus nalgas, Magda levantó un poco más su trasero casi como ofreciendomelo para que la culeara con todo, asi lo hice mis pistonazos empezaron a ser duros y profundos, noté también que Magda metía una de sus manos hasta su chuchita por debajo y se la frotaba. Nuevamente empezamos a gemir y gritar los dos, su culo me apretaba la verga dándome un placer inmenso y a ella se le oía gemir y casi chillar de gusto. Presentí cuando ella iba llegando a su nueva corrida y yo aceleré quería llegar casi al mismo tiempo, primero ella se corrió y dijo algunos oprobios -maldito que cogida de culo me estas dando!!- destrozame el culo cariñoo!! ahhh!!- que me calentaron y enseguida yo le di unos pistonazos que la cómoda rechinaba y se movia unos centimetros sobre el piso. Otra enorme tanda de esperma fui depositando en su recto, parecían latigazos de leche que terminaban adentro de su ano. Ahora si nos quedamos unos minutos descansando, yo encima de su cuerpo, de su espalda, luego me puse a su lado y seguimos descansando.
Yo rompí el hielo diciendole que había estada exquisito. Ella dijo que asi había sido. Luego se arrepintió y me dijo –mira lo que hemos hecho!!-, yo respondí –los dos los deseamos y estuvo rico–. Ella ya no quiso hablar más. Cada quien se fue a su habitación. Pero ese mismo dia por la noche, luego de cenar juntos. La acompañé a ver tv en la sala, al principio ella guardaba la distancia, pero luego de charlar un rato y de hablar de cosas triviales, la tomé de la mano y le dije que todo estaba bien. Luego de terminar la peli que vimos, la acompañé hasta la puerta de su habitación, nos vimos y nos dimos un beso suave, me despedí y ella me dijo si quería estar un rato con ella, yo me regresé la tomé entre mis brazos nos besamos y la cargué hasta su cama y volvimos a follar por segunda vez ese día. Mi verga entró en sus tres deseados agujeros, en su boca, en su chuchita y en su culito de nuevo. No soy un tipo que suele llevar estadística o conteos de sus relaciones con sus chicas en la cama, pero antes de que regresara mi hermano me la cogí catorce veces en diez días que faltaban. Ella me hizo jurar guardar el secreto.
Aún tenemos sexo de vez en cuando.
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