Me cogí a la vecina que está criando bebe
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy Ruben de 36 años, casado.
Yo alquilo un apartamento que construí con la herencia que me dejó mi padre.
Como sucede, cambió inquilino y ahora recibí una pareja.
El de cincuenta y tantos años y ella entre 30 y 35 años, ella llevaba en brazos a un bebe, de no más de 3 meses.
Ella que llamaré Marisa, con las tetas agrandadas por la lactancia, es de tez muy blanca, con amplias caderas y un tremendo par de nalgas, se notaba bastante sencilla, casi ni habló en todo el rato que estuve entregandoles la casa.
El, que llamaré Carlos, se notaba nervioso y me dijo poco de ellos.
El vecino Carlos, ya no lo ví por semanas, cuando llegué a cobrar el mes, me dijo Marisa que su esposo no estaba, y noté que el pequeño tenía una tos muy fea, le dije que lo llevara a un médico, entonces ella me dijo que su esposo no estaría por varios días, si no le prestaba un poco de dinero para ir al doctor, asi que lejos de llevarme dinero le dejé dinero.
Pasaron los días y le había dejado mi numero de telefono a la vecina (esta como a tres casas de donde vivo) y que me llamara cuando su esposo se apareciera.
Mi esposa y mis hijos suelen visitar cada tres semanas a mis suegros el fin de semana, asi que esa noche estaba solo en casa.
En eso como a las 8:00 pm, suena mi móvil, era Marisa, la oí llorando, le pregunté que le pasaba, me dijo que su bebe no estaba bien.
Me fui corriendo a su casa, ella abrió y me llevó a la recamara donde estaba la cuna del bebe, el pequeñin tenía una fiebre alta, asi que le dije que trajera agua fría y le puse compresas en el vientre y la frente.
Ella estaba descontrolada, le pedí que se calmara.
A los quince o veinte minutos la fiebre cedió y fui a sacar mi auto y la llevé a la emergencia de un hospital cercano, alli le controlaron la fiebre y le dieron medicamentos.
Como a las dos horas, ya eran como las once de la noche, dieron de alta al chico, y la llevé a su casa.
Entramos y ella rompió de nuevo en llanto, me dijo que la disculpara, pero que el dinero que le había prestado no lo había usado en visitar un médico, sino en comprar alimentos, pues lo que les había dejado Carlos, su marido, se les había acabado hace dos semanas.
La calmé y le dije que no había pena que su esposo debería responder cuando apareciera.
Me pidió que me quedara un rato más, pues ella pasaba mucho tiempo sola.
En eso el bebe despertó y tenía hambre, entonces ella sacó su seno, grande y con los pezones oscuros, a pesar que ella era muy blanca.
No se que me pasó, pero viendo a ella, dar lactancia a su bebé a mi lado, me puse duro sin remedio, quise no hacerlo, pero no pude, se notaba mi paquete erecto en mi pantalón, hasta me sentí incomodo a su lado.
Me decía -Ruben, eres un hombre muy bueno, gracias, ojala mi pareja fuera asi como tú-.
Como a la media hora, era casi media noche, le dije -te dejo este dinero, que sirva y después nos arreglamos, me tengo que ir-.
Ella me miró fijamente y me dijo -quedate un ratito más, tengo algo que confesarte-.
Me quedé y ella comenzó a contarme su historia.
Ella era la sirvienta de la casa de Carlos, él es casado con tres hijos, y tuvieron una aventura y ella resultó embarazada, la familia de Carlos no sabe de la existencia del bebé.
Y para ocultar todo, ella renunció y han estado cambiando de casa, luego el nacimiento del bebé y después llegaron a mi casa.
Realmente ella tenía un lindo cuero, con piernas regordetas que finalizaban con un culo grande en forma redonda.
En eso nos tomamos las manos, chocamos miradas y le dije -no tengas pena, mientras yo este por aca te ayudare- ella se me acercó y me dio un beso en los labios.
Luego me dijo -quedate conmigo esta noche, si?-
Se acercó de nuevo y ahora yo respondí abrazándola y besándola, como que ella necesitaba un hombre esa noche.
La llevé a la cama, seguimos besándonos fuerte, yo encima de ella, le quité la blusa y vi sus senos grandes llenos de leche materna y comencé a mamarselos, sentí su leche y eso increíblemente me super excitó, le quité toda la ropa y vi su lindo parche pequeño de pelitos, me sumergí entre sus muslos carnosos y mamé su sexo, ella daba fuertes gemidos y me decía -assii, sigue, uyy que ricooo!!- y yo disfrutaba su fruta prohibida, al poco rato sentí sus jugos íntimos bajar por su vagina y que eran tomados por mi lengua.
Yo tenía una erección que me molestaba entre mis pantalones, me los quité para liberar eso.
Puse mi verga en la entrada de su raja y la penetré duro y con fuerza, se la metí casi toda y me puse a bombearsela con fuertes empellones, ella gritaba y gemía de placer, ella llegó rápido a una corrida, yo también gemía, pero no me corrí, solo le daba duro y me recliné a seguir mamando sus buenas tetas lechosas, mamé y mamé leche materna, era una cosa que nunca había hecho, pero que estaba loco por eso.
Luego la puse en cuatro y comencé a lamerle y chuparle las nalgotas, era duras con buena piel.
Cuando pasé mi lengua por su ano y por su raja ella me pidió que la penetrara de nuevo.
Eso hice, le puse mi verga en la raja y tomándola por los hombros para aferrarme, se la metí de nuevo de un solo golpe, la cogí duro y profundo, ella se quejaba rico, pidiendo que no me detuviera.
Presentí que me iba a correr, asi que le di más rápido y más duro, ella comenzó a gimotear y bajó su rostro sobre las sabanas, entonces le tomé de las caderas y las nalgas para ensartarla más fuerte hasta que comencé a disparar varios latigazos de semen dentro de su vagina.
Ella también comenzó a gritar que se corría.
Le eché tanto semen que cuando se la saqué, salió un chorrito de su raja.
Fue un tremendo palo.
Descansamos un rato.
En eso mi móvil, era mi esposa, diciéndome que había llamado a la casa y que nadie había contestado, pensó que había salido con mis amigos y que llamaba para saber si estaba bien.
Le dije que si era cierto, que había salido con mis amigos y que ya estaba entrando a la casa.
Colgué.
Marisa se fue a asearse, y cuando regresó tenía puesto un babydoll transparente (creo que asi se llama), iba con un bikini diminuto y con un sostén para que no se le saliera la leche.
Seguimos besándonos y tocándonos.
Le dije que tenía que irme, pero ella comenzó a besarme el cuello, luego el torso, después mi estomago y tomando mi pene comenzó a darme una rica mamada, lamía y chupaba muy rico.
Me puso de nuevo empalado.
Luego se quitó el sostén y me dijo, -sé que te gusta mi lechita-, tomando cada teta con cada mano, me la puso en la boca para mamarlas por turnos, eso terminó de ponerme muy caliente.
Le dije que se subiera encima de mi erección, ella se fue colocando encima y tomando mi verga se la puso en la raja y ésta se fue desapareciendo dentro de su mojada y caliente vagina.
Luego comenzó a moverse encima como si fuera una jinete, lo hizo lentamente, me dio tiempo a seguirla besando y también mamando su grandes tetas hinchadas de leche materna.
Lo hicimos sin prisa, lento y profundo.
Ella llegó primero y luego me cabalgó para que nuevamente eyaculara dentro de su raja.
Amanecí en su cama Me levanté temprano y salí disparado a mi casa.
Esperando que nadie me viera.
Pasaron los días y ella me hablaba la móvil para charlar conmigo, su pareja no aparecía.
Ella me decía que la visitara, pero yo le decía que no podía, que lo que había pasado había estado bárbaro de bueno, pero no podíamos seguir viendonos.
Entonces ella me dijo -llegate un ratito y te daré algo que a nadie le he dado-.
entonces yo interesado le dije -primero, me tienes que decir cual es el obsequió-.
Asi nos estuvimos un rato en el teléfono, yo solicitándole que me dijera su obsequio y ella tratando de interesarme más.
Hasta que por fin me dijo -es algo que les encanta a los hombres de las mujeres y no es la cuca- y se río.
Para resumir, llegué con ella, nos bañamos juntos, le pedí mi obsequió, ella me acostó en la cama, se desnudo, tomó un frasco de aceite de bebé y se lo untó en el culo y poniéndose en cuatro me dijo, -solo para tí-.
No se imaginan lo caliente que eso me puso, me puse atras de ella y le metí la verga por el recto, hasta que se la metí casi toda, comencé a bombearsela, su culo estaba apretadisimo pero delicioso, me hizo acabar en cinco minutos, le llené sus intestinos de semen caliente.
Acabé pronto pero no estaba satisfecho todavía, asi que me puse a mamarle su sexo y sus tetas lechosas de nuevo.
Me volví a excitar y le pedí su colita otra vez, esta vez, ella me puso boca arriba, y tomando mi verga la frotó para ponerla lista y se introdujo con su mano en su culito y sentándose sobre ella se la metió todita en su cola.
Luego se movió lento y rico, como ella lo sabe bien hacer.
Ahora si tardamos, se movió hasta que no aguanté más y volví a mojarle su recto con mi semen.
Mientras eyaculaba sentí un placer intenso, parecía que tocaba el cielo.
Qué clase de polvo anal.
El tal Carlos apareció luego de dos meses.
Para dejarle dinero y se fue.
Yo seguí tirándome a la vecinita, quien me llama para llenarle su raja y su culito de leche masculina.
A los cinco meses, llegó Carlos a mi casa a decirme que se mudaran.
Asi que con sentimiento le dije adios a Marisa.
Me ha llamado unas cuantas veces, pero no hemos vuelto a vernos.
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