Me cogí a mi cuñadita durante la Vacaciones
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Primero debo decir que como suele ocurrir en estos relatos fuertes, he cambiado nombres, solo el lugar donde ocurrió es verdadero. Lo segundo es agradecer a mi suegro, porque sus dos hijas son muy hermosas, parecen modelos y muy buenas en la cama.
Antes de esas vacaciones, no había nada entre mi cuñadita Luz María y yo, solo me daba buenos bocadillos de ojos, cuando miraba a mi cuñadita de 19 años con unos short, vestidos y trajes de baño, tenía un cuerpecito para comérselo, bello rostro, cinturita de avispa, lindas caderas, sus tetitas bellas, paraditas y con pezones carnosos. Debo decir que mi esposa es muy parecida a mi cuñadita Luz Maria.
El primer día en Cancún, fuimos a una playa y tuve una erección solo de ver a mi cuñadita en traje de baño, dejaba poco para la imaginación, con un hilito dental que le hacía lucir sus nalgas, mi esposa en ese aspecto ha sido más recatada. La segunda noche mi esposa cayó con un resfrío, de hecho ya había llegado un poco enferma antes del viaje. El hotel nos había regalado dos entradas para una discoteca famosa, todos estuvieron de acuerdo en que fueramos mi cuñadita y yo para no perder los pases de cortesía. Asi que me llevé a mi cuñadita, quien se puso una mini, sus piernas eran hermosas y con tacones altos, se veía apetecible Luz María.
Entramos en ambiente, la discoteca casi a reventar, debíamos estar muy juntos, yo la puse adelante de mi y mi verga rozaba todo el tiempo sus nalguitas, que yo sabía tenían una tanguita puesta, luego de un rato yo veía que ella se restregaba solita contra mi pene, y en ocasiones le gustaba que mi pene quedara en medio de sus nalguitas, todo esto y el licor que tomabamos fueron poniéndonos cachondos. Yo la tomaba por la cintura y la atraía hacia mi para que nuestros cuerpos se frotaran mejor. Por el ruido de la discoteca no podíamos comunicarnos mucho. Pero los dos estabamos encendidos. En eso Luz María desliza su mano hacia atras y acaricia mi pene sobre mi pantaloneta, ella debe notar que tengo una descomunal erección. Yo no me quedo atras, como la tengo sujetada por la cintura, comienzo a meter una mano debajo de su mini, le toco las nalgas y compruebo que tiene puesta una tanguita diminuta, me pongo a acariciar sus bellas nalgas, su piel parece de terciopelo, suaves y duritas. Asi permanecimos unos diez minutos, ella acariciando mi pene sobre mi pantaloneta y yo acariciando sus nalgas piel a piel.
La temperatura fue subiendo entre los dos, comencé a meter mis dedos siguiendo la linea de su tanguita, hasta llegar a su panochita, ese lugar estaba muy calientito y eso que era sobre su tanguita, ella se excitó y poco a poco fue abriendo sus piernas para que mis dedos entraran con más facilidad, le acaricie su vulvita y ella mojó su tanguita en pocos minutos. El ruido la algarabía y los shows que habían en la discoteca, hacian que las luces se apagaran y se prendieran por minutos, eso facilitaba que yo le siguiera metiendo mano a mi cuñadita, y me bajé un poco la pantaloneta en una de las ocasiones que se apagaron las luces y saqué mi verga totalmente empalada y ella la tomó con su delicada mano y se puso a masturbarme rico, yo no aguanté y metí dos dedos entre su tanguita y le acaricie su rajita directamente, sus labios vaginales estaban totalmente empapados de su juguitos íntimos, una de las puntas de mis dedos la llegué a la entrada de su vagina, ella se reclinó cerrando sus ojos e invitándome a penetrarla con mi dedo, lo hice, metí un tercio de mi dedo en su panochita, estaba hirviendo la rajita de mi cuñadita, me puse a mover mi dedo dentro de su vagina y ella apretaba con más fuerza mi pene erecto, ella ya no aguantó más y me quitando mi dedo de su panochita se volteo y me dijo que quería irse de alli, que la llevara a otro lado donde pudiéramos estar solitos.
La tomé de la mano, fuimos saliendo con dificultad de la discoteca, al salir lo primero que se me ocurrió fue parar un taxi, y acercándome al taxista le dije que me llevara a un motel cercano, me preguntó si solo para pasar un rato, le dije que si, él entendió y me llevó a uno a cinco minutos de alli. Me dejó en la puerta, alli un muchacho muy listo, me pasó rapido a una habitación, le di dinero de más y él me cerró la puerta metálica. Subimos a un segundo nivel con Luz María, nos fuimos besando y tocando cuando caminabamos, al llegar vi una cómoda cama enorme, espejos y luces cortas. Nos besamos muy ardientemente y caimos en la cama, mis manos recorrieron sus muslos y subían a acariciar su panochita sobre su tanguita, le besé la boca y el cuello, ella que seguía caliente, comenzó a emitir pequeños gemidos que me calentaron aún más, bajé uno de tirantes de su vestido y me di cuenta que no llevaba sostén, que bellas tetitas tenía, la acaricié primero y luego las fui devorando con besos y lamidas, sus pezones exquisitos y carnosos, ella seguía gimiendo ahora mucho más fuerte.
Me puse de pie y me quité toda la ropa, ella vió mi erección y abrió la boca, creo que le pareció grande mi verga. Luego ella se quitó su ropa, los dos quedamos en cueros, nos besamos de nueva cuenta y poco a poco la fui colocando en una 69, estando yo arriba, me metí entre sus muslos y comencé comerle la panocha y ella se metía mi verga en la boca, comenzamos con mucho ímpetu, con muchas energías, señal que estábamos muy calientes, yo le lamía desde su ojo del culo hasta su vagina, Luz María daba gemidos de placer, sus gritos sin embargo era como si la estuvieran torturando; en cambio ella me lamía los huevos y todo el tronco luego engullía mi verga y la mamaba rico. Yo le abrí más las piernas y divisando la entrada de su vagina le metí la punta de mi lengua y me puse a meterla y sacarla, pronto sentí sus jugos agridulces salir de su cavidad, señal que mi cuñadita estaba corriendose una barbaridad. Le metí un dedo en su raja para aumentar su orgasmo.
Luego me quité de encima y le pregunté como quería iniciar, ella no contesto, solo se puso en cuatro y abrió sus piernas para recibirme y bajó su cabeza levantando su lindo trasero, sus nalgas eran bellas, redondas y lozanas, no evité darle primero varios besos y chupones en las nalgas antes de cogerla, luego me puse atras tomé mi verga y poniendola en la entrada la penetré, ella emitió un gemido de gusto, luego los dos comenzamos a movernos, ella moviendo su hermoso trasero en movimientos laterales y yo cogiendola duro, sujetándome de su cinturita y metiendo mi verga hasta los huevos en su apretada vagina. Entramos pronto a un ritmo que hacia rechinar la cama, yo veía en los espejos como nuestros sexos se unían y separaban con lujuria; hubo un momento en que nuestros gemidos se armonizaban. Que rica la panochita de mi cuñadita recuerdo, apretadita con poco uso, calientita y mojadita. En eso los estabamos muy cerca del punto de no retorno, por un momento me acordé que no usaba condon, ella lo presintió y me dijo que eyaculara adentro que no había problema, primero ella se corrió como una bestia, cayó en la cama y yo encima de su trasero todavía pistoneandola, y un par de minutos después yo exploté adentro, mi verga dio varios latigazos de leche dentro de su rajita hasta que entró en calma. Me quedé un rato todavía encima de ella, besandole los hombros y la espalda, nuestras respiraciones se fueron calmando. Luego le di paso para que fuera al tocador a asearse, yo la seguí y dispusimos alli ducharnos un poco, pues el sudor escurría de nuestros cuerpos.
Ya en la ducha, desnudos, comenzaron los besos de lenguita, le mamé sus tetitas de nueva cuenta, le dije que era una preciosa hembra y que desde hace ratos la deseaba, ella también me dijo que su hermana era muy afortunada de tener a alguien tan lindo y caliente en la cama. Los besos y tocadas siguieron, mi verga fue poniendose dura de nuevo, ella la tenía sujetada con una mano y luego bajó a chuparla un rato, la metía y la sacaba de su boca como si fuera una panocha.
Como si nos hubieramos puesto de acuerdo, nos tomamos de la mano y caminamos de nuevo a la cama, esta vez yo me acosté primero y ella se metió entre mis piernas, comenzó a lamer mis muslos y mi entrepierna, con una mano me chaqueteaba la verga, luego llegó a mis huevos y los lamió de arriba a abajo, eso fue exquisito, mi verga terminó de ponerse erecta; Luz María fue subiendo, su lenguita tibia lamió lo largo de mi verga, de arriba a abajo, luego con la punta de su lengua lamió mi glande, subiendo su vista me dijo -que rica la tienes-, luego se puso a horcajadas y fue subiendo sobre mi cuerpo, aunque su intención era montarse sobre mi verga, le dije que subiera hasta mi rostro, asi que me puso su panocha sobre mi boca y comencé a darle una mamada de rajita de campeonato, mi lengua jugaba con sus labios vaginales y podía llegar facilmente a su clitoris y a la entrada de su vagina, mi cuñadita daba de alaridos gozando mi lengua, hasta intentó quitarse porque no aguantaba la excitación, pero yo la sujete y seguí comiendole su rajita. Sentí de nuevo como sus jugos agridulces bajaban de su panochita hasta mi boca. -Quiero que me la metas!- me dijo ella.
La solté de las piernas y ella inmediatamente se montó sobre mi verga, y dejándose caer sobre ella la penetré, mi verga se fue deslizando suavemente en su vagina hasta que sus labios vaginales se posaron sobre mis huevos, la tenía toda clavada. Luego se agachó a besarme mientras movia como una diosa sus caderas, jalaba y movia mi verga dentro de su apretada panocha. Más tarde solté su boca y tomé sus senos con mis manos y le chupé sus pezones hasta ponerlos colorados. Luz María se movia muy bien sobre mi verga, en un momento volvimos a entrar de nuevo a un ritmo endiablando, yo tomándola de las nalgas y ayudando a movernos sobre la cama, mi verga y su panocha hacian un ruido como un chasquido de carnes. Yo estaba a punto de explotar de nuevo, pero aguanté hasta que ella llegó a una nueva corrida, luego le dejé ir de nuevo un chorro de semen dentro de su vagina, nos movimos un par de minutos después hasta que ella me dejó seca la verga. Otra vez sudados nos metimos de nueva cuenta a la ducha, todavia nos quedaba fuerzas para seguirnos besando.
A todo esto habían pasado más de dos horas; dos horas de sexo duro. Pagamos otro taxi y llegamos al hotel, cada uno se fue a su habitación, mi esposa y mis suegros estaban dormidos. Al otro día nos preguntaron como había estado la discoteca, Luz María me miraba y luego decía que había estado fantástico.
Mi cuñada, bastante madura, no dio problemas de ponernos en evidencia, seguimos el viaje como grupo familiar. Yo aveces le veía su trasero apretado por un pantalón y las imagenes venían a mi mente de como lo había cogido rico.
Regresamos a nuestro país. Y alli si, nos contactamos a la semana y quedamos en vernos una noche, la pasé recogiendo y directo a un motel, alli revivimos otro encuentro sexual delicioso. Han pasado más de diez meses de eso y todavía solemos juntarnos para follar rico, ella tiene su novio y yo mi esposa, sigue siendo rico.
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