Me cogí por primera vez a la Comadre en un velorio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mis compadres son Samuel y Victoria (Vicky), de 58 y 39 años desde hace como 17 años, nosotros somos padrinos del segundo se sus hijos.
La comadre Vicky siempre me ha gustado, tiene cabello corto, ahora se lo tiñe de rubio completo y le va muy bien.
Tiene unos senos grandes preciosos, ahora un poco caídos, pero aún sacan la tarea muy bien.
Bonitas piernas y a pesar de casi tener cuarenta se mantiene muy bien.
Aveces cuando nos juntamos con mi compadre y bebemos, le he insinuado que me gusta mucho y que me gustaría tener un arrimón con ella, pero Vicky siempre se había negado, diciendo que ella está casada y que ama a su esposo, pero de buenas fuentes he sabido que mi compadre ya por la edad y alguna que otra enfermedad ya no atiende bien a la comadre en la cama.
Y alli entró yo.
Como las oportunidades se dan, se dio la mía.
Se había muerto un amigo en común con las dos familias, entonces había que ir al velorio, pero mi esposa tenía una gripe muy fuerte con fiebre y congestión, me dijo que no se sentía bien para ir, entonces le dije que iría yo con los compadres, pero resulta que Samuel, que era comerciante, tenía que cerrar un negocio y no estaba en el pueblo, me pidió por favor que lleváramos a Vicky pensando en que yo iría como mi esposa.
Total que fuimos Vicky y yo al velorio.
No conocíamos a la mayoría de las personas, por lo que nos fuimos a un rinconcito a sentarnos al aire libre.
La comadre estaba lindisima esa noche, mucha gente se pone bonitas galas para los funerales, siempre de negro.
Y mi comadre Vicky iba con un vestido de una pieza, pero con escote amplio y arriba de las rodillas, se veía muy rica.
Se lo dije y ella se sonrió.
Le tomé la mano y muchos pensaron que era mi esposa.
Ella no dijo nada.
La noche empezó a enfriar y Vicky me dijo que tenía frío, ninguno había llevado una chamarra.
Entonces la abracé y ella se dejó, mi mano la rodeo y quedó sobre uno de sus lindos senos, nosotros charlamos y mi mano frotaba su seno sobre la tela delgada de su vestido, ese tipo de vestido no usaba sostén, asi que sentía la redondez de su pezón, ella no decía nada, pero yo sabía que lo sentía.
Senti como ese pezón se puso erecto con el masajeó que yo le daba.
En la charla yo saqué el tema sexual, le decía a Vicky si el compadre la hacía feliz, ella me dijo que si, pero yo le dije -y en la cama?-, ella hizo una pausa y me dijo que lo necesario, -eso no es un si- le dije a la comadre.
– Es que el pobre ha estado enfermo- me agregó como defendiéndolo.
Le agregué -si pero, una esposa necesita que le recuerden que es mujer y tu eres una mujer muy atractiva-.
Ella se quedó pensando.
Y lo que dijo a continuación me abrió las puertas.
-Creo que tienes razón- terminó diciendo Vicky.
Le puse una mano en su rodilla y la acaricie.
Ella vio mi mano y me sonrió.
Eso me dio valor.
Mi mano subió por su muslo lo metí debajo de su vestido y le acaricie sus bellas piernas.
Ella cuando sintió que mi mano seguiría a su entrepierna, me detuvo poniendo su mano sobre la mía.
-Nos pueden ver- me dijo.
Entonces, la tomé de la mano y del patio entramos a la casa, ella caminando conmigo me preguntaba que a donde vamos.
Vi que había un corredor y varias puertas, en muchas casas antiguas, a los lados de los corredores que les dice zaguán aqui, caminamos habían personas sentadas en la orilla, vi una puerta y la abrí, era un dormitorio y era pequeño con una cama, entré y cerré con pasador, prendí la luz y nos sentamos en la cama, no había sillas en esa habitación ni sillones, solo un armario y la cama.
-Qué hacemos aqui?- me preguntó mi comadre, entonces la abracé y le dije que la había deseado siempre, desde que somos compadres, luego la besé, ella me intentó quitar y me decía que no podía fallarle a su esposo, que eso era pecado, que iríamos al infierno, pero yo la volvía a besar y por fin ella correspondió.
Mientras la besaba, le bajé los tirantes y por fin, después de varias ocasiones fallidas, tenía su tetas a mi disposición, le tomé unos de sus senos con mi mano y lo levanté para que mi boca lo tomara y lo mamé, busqué su pezón con mis labios y le pasé la lengua, ella aún decía no! no!, pero no me detenía.
Luego hice lo mismo con su otro seno y lo mamé también.
A pesar de sus dos hijos, las tetas de mi comadre estaban muy buenas.
-ay compadre, dios nos va a castigar-, me dijo la comadre.
Le contesté -no me importa comadre, pero esta noche la hago mía-.
Subí para besarla de nuevo, ella me esperaba y nuestras lenguas se revolvían una con la otra.
Mi mano se metió entre sus piernas y luego entre su braguita y acaricie su pelambre primero y luego sus labios vaginales, que se mojaron al contacto de mis dedos, la comadre estaba cachonda y le estaba gustando porque me abría las piernas para meter bien mi mano y tocar toda su chuchita.
Después acosté a la comadre con las tetas afuera, se veía preciosa, le saqué su braga y la metí en la bolsa de mi saco, le abrí las piernas, y ella aún me dijo -no por favor!- que traducido quería decir -házmelo rápido-, comencé a chupar su chuchita, con los dedos le abría los labios vaginales y le lamía y chupaba la entrada de su vagina y su clitoris, este último lo tenía bien abultadito, la comadre comenzó a dar de gemidos ricos, que me indicaban que la estaba pasando bien.
Para nuestra suerte, había rezo en toda la casa y eso apagaba los gemidos de Vicky; la comadre se retorcía en la cama y yo no dejaba de comerle su bollito delicioso.
Se la comi intensamente y la hice llegar a los pocos minutos a un delicioso orgasmo.
Me quité de entre sus piernas, y me quité el pantalón y el saco, me dejé la camisa, por cualquier cosa, me subí encima y le llevé mi verga hasta su boca, ella la tomó con ambas manos y comenzó a darme una buena felación, lamía y chupaba mi verga, la metía en su boquita y succionaba rico, me hizo pasar buenos minutos de placer.
La comadre mamaba rico en serio, además parecía que no había mamado una verga dura en bastante tiempo porque la chupaba con mucho ardor.
Pero por más rico que me lo hiciera, lo que yo quería era cogerla.
Asi quite mi verga de su boca y la puse en la entrada de su chuchita y se la comencé a meter, mi verga fue entrando y con lo mojada que estaba no tuve problema de meterle casi toda, ella comenzó a gemir de como loca.
Yo la empecé a bombear duro y nos fusionamos, cuerpo a cuerpo, entramos en un vaivén placentero, en donde la cama rechinaba tanto que parecía que se iba a derrumbar.
Alli estaba yo cogiendo a mi comadre en pleno velorio y en pleno rezo.
Yo le levanté sus piernas, para metersela más profundo y le daba buenos bombeos, estaba tan excitada que tuvo que morder una almohada para no gritar tanto, porque podrían darse cuenta los familiares del muertito.
En eso empezó a invadirle un nuevo orgasmo a la comadrita, -ayy compadre, que rico, que rico, que ricoooo!!!- y se corrió, ella gimiendo y yo dándole buenos bombeos profundos, sentí como ella me mojaba la verga dentro de su chuchita.
Sin darle mucho tiempo a reponerse, dado que no teníamos mucho.
La puse en cuatro, ella se sostuvo con la cabecera de la cama que era metálica, tomé sus nalgas grandes, duras y redondas y guié mi verga a su chuchita y de nuevo la cogí, se la llegué profundo y de nuevo comencé a bombear, la cama rechinaba más, le di duro, de nuevo ella comenzó a gemir, casi gritar, mi bombeos llegaron a ser tan fuertes que mis huevos rebotaban en sus nalgas.
-ayyy dios mio, ayyy que rico, ayy compadre que me esta haciendo?- me repetía la comadre Vicky.
Yo estaba al punto de correrme, esperé un poco, porque ella daba señales de llegar al climax de nuevo.
Con una mano le estimulé su clitoris y eso dio resultado, la comadre volvió a correrse y apenas empezó yo estallé y le llené la chuchita de leche caliente, entre gritos de ambos.
Yo casi caigo encima de su espalda, porque tuve una corrida brutal, mi verga descargo varios latigazos de leche dentro de la vagina de mi comadre.
Estabamos cansados y sudados.
Nos vestimos rapidisimo, y abri la puerta, ya habían puesto algunas sillas cerca de alli, vi unos rostros que no nos quitaban la vista, tal vez oyeron algunos gemidos entre los rezos.
Nos fuimos a sentar, al cabo de unos minutos, mi comadre se me acercó al oído y me dijo, -me está saliendo tu leche de mi chuchita, dame mi braguita para ponérmela-, lo que sucedía es que nos vestimos tan a la carrera, que se me olvido darle su braguita a la comadre, la tenía en la bolsa, la saqué y se la dí.
Se fue a preguntar por un servicio santiario y regresó ya con su braguita puesta.
Salimos de allí como una hora después.
En el auto me estacioné frente a su casa y todavía nos dimos un agasajo con la boca, le mamé sus tetas por última vez ese día, le chupé sus pezones hasta dejarselos hinchados.
Luego nos despedimos.
Ese singular día empezamos a ser amantes con la comadre Vicky.
Yo le hacía lo que su marido no le hacía.
Yo le hice su colita, es decir me la cogí por su delicioso ojete del culo y fui el primero, mi compadre no le había hecho nada en tanto tiempo a una colita tan rica.
Pero.
hace unos meses se mudaron de alli, y lo hicieron cuando mi esposa y yo viajamos a ver a mis suegros y nos quedamos quince días, los compadres se fueron a otro lugar, desde entonces ya no la he visto.
Ya me dijeron por donde viven en ese nuevo pueblo, quiero ir a buscarla, es muy buena en la cama.
Ella me dejó una notita, en un lugar donde ella sabía que solo yo vería, en donde solo puso -búscame-.
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