ME DEJE LLEVAR POR LA PASION Y AHORA LO DISFRUTO
Después de almorzar, habiendo compartido un par de copas de vino, empezaron sus caricias por debajo de la mesa y volvió a recordarme lo maravilloso que fue para él esa primera vez.
Les comento que soy una señora casada con un hijo, mi peque de 8 añitos, me case a los veinte años trabajo como secretaria. Desde que era soltera me gustaba vestir formal para salir, venir a la oficina o para una ocasión especial con medias a medio muslo sujetadas con ligueros, tangas, estar cómoda tener una buena presentación. Me han gustado las pláticas con los hombres que saben cómo tratar a una señora, con instantes de seducción, pero una nunca sabe lo que pueda pasar, como en esta primera ocasión.
Tenía doce años de casada, y en la empresa había una cena de festejo por los logros obtenidos, todos estábamos muy felices, días antes le había comentado a mi esposo el quedo de acompañarme y fuimos a comprar el vestido que llevaría ese día. Mi esposo fue el que escogió un vestido rojo ajustado abajo de medio muslo para que no se notara el encaje de mis medias sujetadas con ligueros, y para esa ocasión escogí unas medias negras, liguero y tanga negro. La fiesta seria el viernes al final del día de trabajo, para esa ocasión nos autorizaron salir una hora antes de la hora normal, por la mañana del viernes mi esposo me comento que no sería posible que me acompañara porque tendría que estar en una reunión en la universidad donde dicta clases y que habían programado a última hora para ese mismo día. Sinceramente me sentí triste le comente que no iría si no me acompañaba me dijo que no debía faltar que tendría que ir pues ya habíamos programado que mi suegra vendría a la casa para quedarse a cuidar a nuestro hijo.
El día estuvo con mucho trabajo en la oficina mis compañeros, mi jefe, todos estábamos muy contentos porque nos felicitarían por los logros obtenidos motivo de más para estar presentes. Después de salir de la oficina al llegar a casa estaba por cambiar de idea de llevar el vestido que mi esposo me había comprado y a cambio ponerme uno más suelto por que mi suegra estaba presente y no quería que se molestara al verme tan atractiva para esa fiesta. Ella siempre comentaba que una señora casada como yo no debía vestir con vestidos ajustados y menos usar medias a medio muslo con ligueros y tangas. Como no quería tener inconvenientes con mi suegra o con mi esposo por no usar el vestido, decidí ponerme el vestido, mis medias negras sujetadas con los ligueros, mi tanga pero adicionalmente una gabardina que ocultara el vestido ante mi suegra cuando saliera.
Sin embargo, cuando salí la mirada de mi suegra no fue de aceptación el que fuera sola, pero ya no podía hacer nada, al subir a mi auto note como se recogía mi vestido y se notaba donde terminaba el encaje de mis medias, pensé en regresar a cambiarme pero no quería dar motivos así que me fui al lugar donde sería la celebración. Asignaron una mesa para nuestra área, una de mis auxiliares me aparto un lugar, me senté a su lado y me preguntaron por mi esposo les conteste el motivo por el que no me había acompañado. Minutos después llego mi jefe había un lugar vacío a mi lado y lo invitamos a que se sentara ya que su esposa tampoco lo había acompañado, hicieron mención de los logros obtenidos en la presentación, mencionaron nuestra área tenía que pasar mi jefe para recibir un premio, en verdad estábamos muy contentos cuando llego nuestro turno mi jefe me pidió lo acompañara a recibir el premio, yo no quería pasar pero me insistió y finalmente acepte.
Nunca me había sentido tan apenada por subir a un escenario y sentir las miradas de todos haciéndome recordar que no debía haber llevado ese vestido, mi jefe dijo unas palabras de agradecimiento que no puse atención ya que quería terminar ese momento, una sabe cuándo las miradas están fijas en una.
Cuando regresamos a la mesa mis compañeras hacían porra festejos nos dijeron… hacen bonita pareja y ambos dijimos, no como creen ya somos casados y reímos todos. En un suave susurro mi jefe me comento al oído lástima que estemos casados, en los dos años que teníamos desde que lo nombraron como mi jefe nunca me había hecho un comentario de ese tipo sinceramente me tomo por sorpresa simplemente le mire le sonreí, por mi nerviosismo te conteste, si verdad, nos empezaron a servir los platillos mi jefe me pregunto por mi esposo le comente porque no había podido acompañarme, me dijo… que lastima estas más guapa que de costumbre, solo le respondí gracias, le sonreí y no le di más importancia al cumplido.
Nos felicitábamos, hacíamos bromas, había música, se levantaron algunas parejas para bailar, un proveedor fue a sacarme a bailar cuando estaba bailando con él me pregunto si mi jefe era mi esposo le dije que no, menciono que me veía muy guapa que felicitaba a mi esposo, su comentario sinceramente me puso inquieta. Cuando regrese a la mesa mi jefe me saco a bailar era una música suave me susurro al oído que era una lástima que no hubiera ido mi esposo que le gustaba como se me veía ese vestido, me felicitaba que usara medias de liguero que se había dado cuenta en la oficina como se notaba el encaje bajo mis faldas, que le gustaría que su esposa vistiera como yo, y no supe que responderle.
No pensé que antes mi jefe se fijara en mí, sentía su mano como la ponía sobre mi cadera en el borde de mi liguero y al sentir su voz en mi oído me puso nerviosa, al saber que un hombre que no era mi esposo me hiciera esos comentarios no pude evitar ponerme nerviosa y un poco húmeda mi tanga. Como decía en los dos años que lo tenía como jefe nunca me hizo algún comentario de ese tipo, agrego que le gustaba como movía mi cadera al caminar, como bailaba cuando lo hice con el proveedor y que se había dado cuenta como me miraban, le mire a los ojos y le pedí que no siguiera que era mi jefe y que estábamos casados.
Nos fuimos a sentar dejo que caminara adelante de él y sentí su mirada en mi cadera, la verdad no sabía qué hacer quería irme pero no sé porque no salí. Nos sirvieron la cena, hablábamos de todo, cuando sentí que el pie de mi jefe pasaba por debajo de mi zapatilla, hacia el movimiento para separar mis piernas, trate de oponerme, pero evitando hacer un escándalo, cuando lo mire me sonrío susurrando ábrelas. Le dije que no, que no era correcto, me volvió a insistir y sentí como se subió mi vestido hasta el encaje de mis medias donde empezaba mi piel, el me dijo al oído que rico se ve, me levante para ir al tocador por segunda ocasión estaba por irme cuando entre al tocador sentí que estaba húmeda mi tanga, no podía creerlo me seque pero estaba mojada mi tanga y regrese a la mesa por mis cosas para irme.
Tome mi bolso mi gabardina les comente que tenía que irme porque la persona que cuidaba a mi hijo tenía que irse, así que salí al estacionamiento estaba totalmente solo, vuelto a comenzar el baile y se escuchaba la algarabía. Estaba por llegar a mi carro que lo había dejado al fondo cuando escuche unos pasos, era mi jefe quien me dijo que lo disculpara que no sabía porque se había portado así. Le dije que no era correcto que me dijera eso que sabía que era casada y el también, me dijo que no pudo evitarlo, que hacía días me lo quería decir, que le gustaba como me vestía como lo atendía que lo disculpara pero no podía evitar que yo le gustara tanto y que varias veces cuando hacía el amor con su esposa había pensado en mí.
Le dije que ya no me dijera nada mas, camine y tomándome por el hombro me dijo que no podía evitarlo, que lo seguiría haciendo, me abrazo se me pego y trate de librarme, moví mi cara para mirarle y le dije que gritaría y me soltó pero solo para besarme. Trate de librarme le dije que no, y empezó a besarme el cuello y mis oídos, y me dijo que me deseaba todo el tiempo, bajo una de sus manos la puso en medio de mis muslos subió mi vestido sintió lo húmeda que estaba mi tanga y me dijo… que rico, mira como estas, mi humedad me delato, me dijo te quiero coger y se pego a mí, le dije que no, y me volvió a besar, le abrí mi boca y deje entrar su lengua y la acariciaba con la mía y no pude evitar que él me acariciara.
Mi concha húmeda y deseosa la tenía en su mano y empecé a gemir mientras la otra mano acariciaba mis nalgas, mi vestido recogido en mi cadera en medio del estacionamiento me recostó contra una camioneta, nos besábamos con desesperación y le dije que nunca había estado tan excitada desde que me había casado y que no me había tocado otro hombre y menos dejar que acariciara mi intimidad. Baje una de mis manos, le empecé acariciar su verga, el se la saco y la sentí caliente y gruesa diferente a la de mi esposo acaricie su verga sentí los líquidos preseminales en mi mano hice el intento para mamársela, pero me dijo que no, que me la quería meter, le dije que si tenía condón, me dijo que no, le dije que sería otro día, que me tenía que ir.
Nos volvimos a besar y se me pego mas, le solté su verga que rozaba mi concha depilada y sentí como su cabeza tocaba mis labios vaginales queriendo entrar y yo ya no podía más, le decía que tenía que irme que me dejara ir, pero me seguía acariciando y besando, lo que nunca pensé decirle fue cógeme, pero mis fuerzas no pudieron mas y me volteo puso mis manos sobre el cofre de un carro y haciendo a un lado mi tanga, sentí como la cabeza de su verga se abría camino en el interior de mi concha, sentí por primera vez desde que me había casado una verga diferente, poco a poco me fue penetrando hasta que su vientre choco contra mis nalgas y empecé a gemir después que le dije… por favor sácalo cuando te vayas a venir, me dijo sí.
Sentía el rico vaivén entra y sale gemía mordiéndome los labios para no delatarme, el me susurraba al oído… por fin eres mía y empecé a moverme con deseo, con desesperación, me decía que mi concha le apretaba muy rico su verga, que cogía delicioso, y yo entregada finalmente le decía… así, así, cógeme, cógeme, soy toda tuya… cógeme, cógeme, méteme toda tu verga, hasta el fondo, eso así, con fuerza, mas, mas, mas, ahnnnn, ahnnnn. El fondo fui consciente que estaba deseando que me cogiera.
Me moví mas y tuve mi orgasmo, sentí que él estaba a punto de venirse y le dije sácala, sácala, pero no me hizo caso, me abrazo con fuerza y sentí como su verga se ponía rígida y soltaba los golpes de leche bañando mi interior, era la primera leche de otro hombre después que me case, escuche su respiración agitada mientras se vaciaba en mi interior.
Sus últimos disparos los sentí como el recuerdo de la primera vez que le fui infiel a mi esposo en un estacionamiento, saco su verga y sentí como escurría su leche por mis piernas. Me hizo que me hincara para mamarle su verga y se la mame mirándole a los ojos probando la mezcla de mi entrega y su leche. Me levanto me recostó contra la camioneta de espaldas, empezó a mamar mi concha, me saco la tanga y se la guardo, me dijo quiero tenerla de recuerdo y quede sin nada bajo mi falda.
Me acompaño a mi auto nos despedimos y esta fue la primera vez que iba a llegar a mi casa sin tanga y con mi concha llena de leche de otro hombre. Y mientras manejaba camino a mi casa con un pañuelo desechable, trate de borrar los recuerdos de mi primera infidelidad. Después de ese día, cada vez que mi jefe se acercaba y había algún roce, comenzaba a humedecer mi tanga y él lo sabía y una vez que el trabajo termino al medio día, el me invito a almorzar y con algún recelo lo acepte, aunque en el fondo saberme infiel me excitaba, pero estaba segura que amaba con toda mi alma a mi esposo.
Después de almorzar, habiendo compartido un par de copas de vino, empezaron sus caricias por debajo de la mesa y volvió a recordarme lo maravilloso que fue para él esa primera vez, que pudo estar dentro de mí y me dijo que le gustaría que estuviéramos en un lugar más privado y con mayor libertad. Creo que por el efecto de las copas no lo dude y acepte su proposición advirtiéndole que debía estar en casa a las seis de la tarde. El pago la cuenta dejamos mi auto en el parqueadero del restaurante y nos fuimos a un motel. Nunca mi esposo ni mis novios anteriores me llevaron a un lugar de estos.
Entramos y estando en la habitación me ofreció otra copa de vino, pero le dije que ya era tan suficiente lo que había tomado en el restaurante que hasta había aceptado estar con él en ese lugar y sin mucho prologo nos desvestimos y estando solo con mis medias, el liguero y mis zapatos de tacón me dijo… quédate así que me excitas mucho.
Y comenzó por darme sexo oral, arrancándome un orgasmo delicioso, luego me pidió que le diera sexo oral y esta vez sin afán y sin ningún pudor deje que follara mi boca hasta la garganta y cada vez que llegaba al fondo era como si estuviera dentro de mi concha. Pero de pronto se detuvo, me levanto y acostándome en la cama, me miro desnuda de arriba abajo, separo mis piernas y colocando sus rodillas en medio, fue acercando su verga a mi concha y al primer contacto sentí un corrientazo y después de lubricar su verga en mis flujos empezó la penetración, disfrute cada centímetro hasta que toco fondo, y esta vez pude sentirlo el cien por ciento en mi interior. La verga de mi jefe era más grande que la de mi esposo. Y cuando empezó a entrar y salir yo sentí como fue subiendo mi excitación y liberada de todo pudor le pedí que me follara con fuerza y el así lo hizo, cada entrada sentía que golpeaba mi útero, mis gemidos pedían, dame mas, mas, ay, ay, que rico, eso, eso y una vez que el vio que alcance mi orgasmo se corrió dentro de mí y quedamos inmóviles y en ese momento le dije… yo no tomo anticonceptivos porque a mi esposo no le gusta, si termino embarazada el hijo será tuyo. El se sorprendió y me dijo… ¿Verdad? Si aunque no lo creas me puedes embarazar, mi esposo siempre usa condón, pero ahora me ha gustado recibir tu leche en mi interior.
A continuación nos vestimos y él me llevo a recogiera mi auto para estar en casa a la hora acostumbrada. Sé que no me va a embarazar, pero cada vez mas disfruto sentir su verga en mi interior, aunque no sé qué va a ser de mí en un futuro, por ahora lo disfruto.
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