Me encanta el sexo y los hombres dominantes en él
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo siempre he sido una mujer gordita.
No mucho, pero sí lo suficiente para que me traumara por ello y no disfrutara de mi sexualidad esperando a aquel hombre ideal.
Soy alta, blanca, de cabello largo y café, bastante normalona, pero no fea.
Qué montón de tiempo perdí por la basura que nos venden a las mujeres!
Después de hacerme novia de un hombre que yo creía perfecto y ver que en realidad era un hombre jodido que me engañó con una perra que yo consideraba mi hermana, decidí mandar todo al diablo y vivir mi vida en celibato.
Los hombres podían irse al diablo!
Lo que no contaba es con mi amigo Mau que no me iba a dejar hacerlo.
Mau (ya casado) fue mi primer hombre y de ahí empecé mis pocas aventuras sexuales antes del ex bastardo.
Pero les puse un freno para respetar al tipo jodido que me engañó, qué ironía.
Bueno, la historia que les comparto hoy viene después de todo esto, una vez que invité a Mau a la casa nada más a ver pelis como amigos.
Sé que es casado, y por eso no me gusta mucho acostarme con él.
Pero, honestamente, es un hombre en el que confío y, no lo negaré, me atrae de alguna manera aunque no lo quiero de pareja.
Resulta que estábamos en la mesa hablando de cualquier cosa, pero había una tensión sexual terrible.
Eso de que sabes que dos personas se desean pero no actúan? Era sofocante.
Mau, siendo el que es, de fijo se dio a la tarea de terminar con esa tensión y comenzó a hablar de lo que le gusta a él en la cama, no importa que tanto yo intentara cambiar el rumbo de la conversación.
"Es que a mí me encanta que me pidan pene.
Y por supuesto, el sexo oral.
Es que hay doñas que en serio no saben mamar, o no quieren, y esa doña de fijo es un revolvón aburrido" decía Mau mientras veía tele.
Yo estaba cocinando a unos pasos del comedor y le daba la razón.
Pero ya sentía la vagina super mojada y el clítoris se me estaba endureciendo.
"Pero Nicole, usted si que mama rico.
Eso me encanta de cuando cogíamos.
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.
" me dijo Mau mirándome fíjamente.
Yo estoy segura de que me sonrojé y le dije, pues, que eso me gustaba mucho, entonces era normal de que tuviera cierta habilidad.
"Ah, ud nunca me dijo que le gustaba mamar verga.
Ya sabe, si quiere darse un gusto, aquí estoy.
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.
"
Para cambiar un poco el enfoque, yo le dije que lo que a mí me pone a mil es que me chupen las tetas y me las dejen llenas de chupetes.
Lo que siempre me ha enorgullecido de mi cuerpo son mis tetas.
Son grandes, paradas y bien llenas, con pezones sensibles.
Me encanta cuando los hombres las miran lujuriosamente y cuando las tocan y retuercen los pezones, todavía mejor.
Mau ya dejó de pretender ver televisión y me dijo que a él también le gustaban tetas grandes como las mías.
Me reí, y seguí cocinado.
En serio no quería acostarme con un tipo casado, pero la lujuria me estaba ganando.
Él empezó a hablar de posiciones sexuales y me dijo que cuál me gustaba más.
Yo le dije que la de cuando el hombre ponía mis piernas sobre sus hombros para penetrarme, y que me gustaría tratar la de la cuchara, en donde un hombre me penetrara la vagina por detrás pero abriéndome bien las piernas para que jueguen con mi clítoris.
Sí, lo estaba tentando.
Quería ver cuánto iba a durar esta tensión.
Mau abrió los ojos y se volvió a verme.
"Si anduviera condones, la hacemos fijo.
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"Muy mal.
Yo no ando en anticonceptivos" le dije.
Como ya nos habíamos acostado antes, ya sabíamos que no teníamos enfermedades.
Su única preocupación (y la mía) era dejarme embarazada.
Aunque me estaba muriendo porque me llenara la vagina de leche caliente y espesa.
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A la comida le faltaba bastante, así que le pregunté si quería un sandwich o algo así en lo que me sentaba a ver tele con él.
Él se me quedó viendo y sonrió, "Si es uno de teta, venga.
Yo traté de ignorarlo pero me tomó de las manos y me jaló hacia mi habitación.
Me decía que sólo me quería chupar las tetas y no iba a hacer nada más.
Llegando a la habitación se puso detrás mío a besarme el cuello y a morderme el lóbulo de la oreja.
Me restregaba su bulto en el trasero y eso me ponía la vagina todavía más mojada.
Le empecé a tratar de masturbar por encima del pantalón y él aprovechó para levantarme la camiseta y el top, apoderándose de mis tetas.
Me rozaba los pezones ya duros con su brazo derecho mientras me daba chupetones en el cuello.
Con rapidez me quitó la ropa y me vi piernas abiertas en mi cama.
Mau de inmediatamente se puso entre mis piernas, restregando su bulto todavía en su pantalón sobre mi vagina expuesta.
Se prendió de mis pechos y se puso a chuparlos riquísimo mientras hacía espacio y me metía sus dedos hasta el fondo de mi vagina.
Yo me restregaba más a sus dedos.
Me sentía como una gran puta.
Le saqué los dedos y los chupé todos, saboreando mi propio fluido en ellos.
Le abrí el pantalón y le bajé su boxer, su pene saltando justo a la altura de mi boca.
Saqué la lengua buscando la cabeza y la empecé a chupar con lujuria.
Cómo quería ese pene dentro de mí.
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Empecé a masturbarme mientras masturbaba y chupaba ese rico pene y sus testículos de vez en cuando.
Los gemidos de Mau me calentaban y me hacían que lo chupara con más desesperación.
Le pasaba la lengua por debajo, saboreando esas venas y los fluidos que empezaban a salir.
Se alejó de mí, se quitó la ropa, y se arrodilló en la cama, abriéndome las piernas.
Sentía que los labios de mi vagina se abrían riquísimo, y mi clítoris estaba tan duro que, cuando me lo empezó a chupar, casi me vine ahí mismo.
"Qué rico clítoris, hmmmm" me decía mientras me metía los dedos de nuevo y me lamía toda la vagina.
Poco después agarró su pene y empezó a restregármelo por toda la vagina, siendo brusco como si quisiera penetrarme, pero no pudiera.
Entre los gemidos, me susurraba que tenía una vagina demasiado rica y que si en serio no tenía condones.
A mí me valían un diablo los condones, pero nada que pudiera hacer, él no quería penetrarme sin ellos.
Al final, le dije que se viniera en mis tetas.
Entonces se arrodillo a la par mía y se puso a masturbarse encima de mis pechos mientras yo me tocaba con las piernas abiertas.
Mi vagina hacía sonidos de lo mojada que estaba y me vine justo cuando sentí su semen caliente sobre mis tetas.
Me esparcí su leche sobre mis pechos y mis pezones, también un poco en mi vagina, porque todavía seguía MEGA caliente.
Cuando se fue, quedamos para vernos otro día ya con más tiempo.
Nos pasamos mandando mensajes eróticos, y de todo lo que queríamos hacernos, estábamos super excitados.
Yo todavía estaba un poco adolorida por como habia restregado su pene contra mi vagina, pero eso era super erótico para mi.
Y llegó el día en el que nos íbamos a ver.
Llegó a mi casa en la pura mañana, pues los dos teníamos libre.
Yo a propósito me puse una camiseta que hace que mis senos se vean enormes y vi que él lo noto.
Llegamos a mi habitación rápidamente y nos quitamos la ropa.
Se prendió de mis pechos de una manera super agresiva.
Me los mordió y me pegaba cachetadas en ellos para ver cómo rebotaban.
Nos besamos con calentura y me abrazó, restregándose mis tetas en su pecho.
Su pene erecto se metía entre mis piernas, y sentía como sus fluidos mojaban mis muslos y vagina.
Después de chuparme la vagina y morderme los labios ahí abajo, él escupió en mi vagina y me penetró de una vez.
Me encantó sentir su largo pene adentro de mí.
Me daba rico y duro, y aguantaba un montón.
"Ábrame las piernas, no me las cierre.
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Si, así, bien abiertita.
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" me susurraba cuando se me cansaban las piernas y las cerraba aunque fuera un poco.
En un momento que me dejó el pene adentro y empezó a tocarme el clítoris, me vine riquísimo mientras jalaba mis pezones.
Una vez que me vine, él se echó sobre mí y empezó a darme tan rápido y duro como podía, ya queriendo eyacular.
Yo, hiper sensible después de mi orgasmo, estaba recibiendo un placer casi doloroso.
Justo cuando se iba a venir, me sacó el pene y lo puso en mi cara, echándome todo su semen en el rostro.
Nos seguimos acostando, y me sigue gustando que me coja duro y profundo.
Pero no lo he logrado convencer para que se me corra adentro, como yo quiero.
Es como una obsesión que tengo.
Y quisiera un pene más grueso que el de él penetrándome.
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Estoy super caliente.
Me encanta acostarme con Mau, pero yo quiero a un hombre que me controle más en la cama, que sea rudo pero que respete mi límite.
A mi me encanta que me dominen en la cama y que me hagan de todo.
Amo que los hombres pierdan el control conmigo, pq la mitad de mi placer es verlos venirse y saber que eso fue por mi.
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