Me encontré con un compatriota
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Mirta, soy argentina, vivo en España hace mas de 30 años, mi marido es español, tenemos dos hijas ya mayores e independientes, se que a mi 53 años, no soy una diosa, pero los hombres se dan vuelta a verme, ni alta, ni baja, 1,52, eso si, un poco rellenita, pero se que estoy de buen ver.
La relación con mi marido sigue ahí, ya no es como cuando recién nos casamos, después de tantos años, de vez en cuando tenemos relaciones sexuales, pero bueno, la costumbre y los años, nos hacen atenernos a las circunstancias.
Yo no sabía que en el pueblo donde vivo,vive otro argentino, lo conocí de casualidad en el súpermercado, él estaba pagando y lo escucho, el típico acento, el coqueteo con la cajera para robarle una sonrisa, "eres argentino?", le pregunto, sabiendo la respuesta, "si, soy de Buenos Aires, y vos?", me dijo, sonriendo, "de La Plata", le dije, que esta a las afueras de la capital, y nos pusimos a conversar, y hasta resultó ser vecino, ya que yo vivo en el portal 28 y él en el 30, estuvimos hablando, "che y tu marido es Español?", me dijo, "si, como no conocí a nadie de haya, me case con uno de acá", le dije, "haber cuando nos reunimos y tomamos unos mates y hablamos", me dijo y cada uno a su casa, pero antes nos dimos los números de teléfono.
Habrán pasado tres o cuatro días, y como mi marido es transportista, estaba sola en casa y lo llamo, y estábamos hablando cuando me dice si quiero ir a su casa a tomar mate, "a tomar mate si, mira que no quiero historias", le dije, "no, nada que ver", me dijo, y fui a su casa.
Estábamos tomando mate y me contó que hace 11 años que vive acá y que es soltero, me hacía reír tanto, que me ahogaba con el mate, "y como te llevas con tu marido?, me dijo, cambiando la yerba, "como, como me llevo con mi marido, no te entiendo", le dije, "es que vos estas fuerte, tiene que cumplir el hombre", me dijo riendo y dándome un mate, "que voy a estar fuerte, después de 30 años de casada, 53 de edad y dos hijas, estoy bastante caída", le dije, "no digas boludeses, estas re bien", me decía, y yo como toda mujer madura, me sentía alagada, "pero vos me estas tirando los perros?", le dije, "y a vos que te parece?", me dijo, acercándose a mi, y me beso los labios, "para boludo, que haces?", le reproche, aunque Eduardo me atraía, es simpático, agradable, de ojos verdes bien claros, barba y pelo canoso, para sus 55 años estaba bueno, "no te gustó?", me dijo, volviendo a besar mi boca, "para, te dije que no quiero historias", le dije, "y que historia va a ver, si somos grandes los dos", me dijo, y cuando me estaba besando de nuevo, siento como me empieza a acariciar las tetas por sobre la ropa, "para que esto se nos va a ir de las manos", le decía, ofreciendo cada vez menos resistencia, "y que se nos va a ir de las manos?", me dijo, queriendo meter sus manos debajo de mi ropa, sin dejar de besarme, "no seas boludo que me estas poniendo a mil", le dije, dejando que me acaricie las tetas, "y como te pensás que estoy yo", me dijo, el muy atrevido, sacando su pija y acercándola a mi boca, yo lo miré y sin decir nada, se la empecé a chupar, "haaaa, que rico chupas la pija", me decía, habiendo sacada mis tetas del sujetador y acariciando mis pezones, y eso, me estaba poniendo mas loca, "vamos a la cama Mirta", me dijo, haciendo que me ponga en pie y nos fuimos entre besos, abrazos y caricias a su dormitorio, "sabía que iba a pasar esto", le decía a Eduardo, mientras me iba desnudando y chupando mis tetas, yo estaba re caliente, quería coger, me deje desnudar, me tendí en la cama de piernas abiertas dejando que Eduardo me vea la concha, "mira, bien peladíta para que la chupes bien", le dije, viendo como Eduardo se metía entre mis piernas y me hacía gritar cuando me empezó a chupar la concha, "así, así, chupame la concha así que me estas matando", le decía, revolviendo mi cuerpo y gozando de como Eduardo me chupaba la concha, "para, para, subite encima mio y cogeme", le dije, estando a punto de acabarme en su boca
Siento el peso de Eduardo sobre mi, y como acomoda su pija contra mi concha y grito de placer cuando me la empezó a meter, sentía como me entraba la pija de Eduardo, mientras me chupaba las tetas, nos besábamos, nos lambíamos las caras, sentía como la pija de Eduardo entraba y salía de mi concha, como me estaba cogiendo, "me estas matando hijo de puta, que bien me coges", le decía, con mis piernas lo mas abiertas que podía, "date vuelta que te voy a hacer la cola", me dijo, sacando su pija, yo me puse en cuatro patas, bien abierta de piernas, sacando mi culo lo mas que podía para afuera, y siento como me abre las nalgas y me empieza a chupar el culo, me mataba lamiendo mi ojete, yo ya había cogido infinidad de veces con mi marido por el culo, pero sabía, notaba, que este me iba a hacer gozar lo que no estaba escrito, "dale, mete la pija por el culo, clavála bien en el orto", le decía, abriendo ahora yo mis nalgas, dejando que acomode su pija, "que abierto que tenés el ojete", me dijo, empezando a meterme la pija por el culo, "haaaaaaaa, y que pensabas que ibas a ser el primero?", le dije, sintiendo como me entraba la pija haciendo que gima de placer al sentir como me llenaba el culo, "haaaaaa, como me rompes la cola, mete la pija bien hasta el fondo, así papito, así, rompéme bien la cola", le decía yo, gozando como una loca, sintiendo como Eduardo metía y sacaba su pija de mi culo, "haaaaaa, como me haces la cola, clavame bien adentro esa pija por el orto", le decía, gimiendo de placer, como estaba gozando, "dejame poner boca arriba y me seguís haciendo la cola", le dije, abriendo mis nalgas lo mas que podía, sintiendo como sacaba su pija y yo como me tiraba un pedo, "como esta mi ojete?", le dije, "bien abierto", me dijo, "te gusta?", le decía mientras me iba poniendo boca arriba y levantaba mis piernas, dejando que Eduardo me vuelva a meter la pija en el culo
"me encanta como tenes abierto el ojete, se ve que te gusta mas coger por el culo que comer chocolate", me dijo, levantando mas mis pierna y siento como metía su pija lo mas adentro de mi culo que podía, "si, me encanta que me hagan la cola", le dije, gimiendo, disfrutando de esa pija que me entraba y me salía del ojete, "ahora cada vez que quieras venía y me chupas la pija y te hago la cola", me decía cogiendo mi culo mas fuerte, mis dedos se perdían en mi concha, estaba empapada, "asi papi, cógeme así que me estoy por acabar, llename el orto de leche", le gritaba yo, gimiendo y explotando en un orgasmo, que como hacía tiempo que no tenía, tres de mis dedos bien metidos en mi concha, la pija de Eduardo reventando mi ojete, sintiendo como me la metía bien hasta el fondo del culo y la sentía palpitar, llenando mi culo de leche, era tanto el placer, que no podía hablar, solo decía cosas incoherentes, sonidos guturales, casi me desmayo de placer, "casi me matas de la cogida que me diste, me reventaste el orto", le dije, abrazando a Eduardo, agitada, feliz, satisfecha de como me había cogido, "Mirta, nunca hiciste un trío?", me dijo, acariciando mis tetas, "si, dos veces, una con una amiga de mi marido, que fue la primera vez que chupe una concha mientras mi marido me cogía por el culo y la primera vez que una mina me chupo la concha a mi, mientras mi marido le cogía el culo a ella, y otra con mi marido y un compañero de su trabajo, que fue la primera vez que me clavaron por la concha y por el orto a la vez, querés que hagamos un trío?, le dije, besando sus labios, "busca una amiga y vení con ella", me dijo, chupando uno de mis pezones, "no, prefiero con otro macho, prefiero que me claven los dos al mismo tiempo por el orto y por la concha, chuparles las pijas, que chupar una concha", le decía, notando como se le ponía dura de nuevo la pija, "que pasa papi, estas caliente de nuevo?", le dije, acariciando su pija
"si, pero una buena chupada de pija y que te tragues la leche, me va a dejar bien", me dijo, y me fui a chuparle la pija, lo escuchaba gemir, "que bien que chupas la pija, seguí, seguí chupando que me acabo", me decía, mientras yo subía y bajaba mi cabeza, haciendo la pija de Eduardo entre y salga de mi boca, los gemidos de Eduardo se hacían mas intensos, mas fuertes, hasta que dando un gemido largo y fuerte, siento como se acababa en mi boca, sentía su leche en mi lengua, y yo seguía chupando fuerte, hasta que se calmó, me trague la leche que tenía en la boca y le deja bien limpia la pija con mi lengua.
Así conocí a mi compatriota, y de vez en cuando vengo a su casa y me hago medir el aceite por el culo.
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