Me gustan los hombres fuertes
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, me llamo Erika, soy rumana, tengo 29 años, vivo en pareja con un chico también rumano, muy fuerte, como me gustan a mi, vivo a las afueras de Madrid, en un edificio donde solo conozco a algún que otro vecino.
Mi compañero trabaja por las noches y yo por las tardes, así que mientras el duerme yo salgo a correr por una plaza que hay detrás del edificio, hay un señor, argentino él, de algo mas de 50 años que siempre sale a correr y nos vemos en la plaza, habremos cruzado algún que otro saludo, cada uno va su bola, una mañana yo estaba trotando y tropiezo y casi me voy al suelo, Gastón, que así se llama este señor, vino corriendo a auxiliarme, me cogió del brazo y me sentó en una banca, "estas bien", me preguntó con el clásico acento argentino, "me duele mi pie", le dije, él de inmediato me quitó la zapatilla, el calcetín y me tocó el tobillo, la planta del pie, haber si el daño era mayor que un simple tropezón, a mi me daba un poco de vergüenza, ya que tenía el pie sudado, pero a Gastón parece que no le importó, ahí recién repare en los tremendos brazos que tiene, en su pecho, que a pesar de su edad parece echo de roca, en sus ojos verdes que parecían brillar con el reflejo del sol, un hombre verdaderamente atractivo y simpático, me puse el calcetín, la zapatilla y renqueando un poco me fui a mi casa, el se ofreció a acompañarme pero le dije que no, que estaba bien, pero igual me acompañó, yo me quedé en casa y él se fue a la suya.
Estuve dos días sin salir a correr, cuando vuelvo a salir, nos encontramos en el parque y me preguntó como estaba del pie, mientras tratábamos juntos, y seguimos hablando, terminamos de hacer los ejercicios de elongación, y cada uno a su casa. Él me había contado que era guarda de seguridad y que trabajaba de noche, yo le dije que mi compañero también trabajaba como él y así nos fuimos haciendo amigos. A mi me gustaban sus brazos, tremendos, parecían dos columnas, mas grandes que los de mi compañero.
Otra mañana en estábamos corriendo, finjo que me vuelvo a tropezar, pero esta vez el me atrapó casi sin dejarme trastabillar, me volví a quejar de dolor en el pie, pero le dije que no me saque la zapatilla, que me daba vergüenza me toque los pies sudados, Gastón se rió de buena gana, y me dijo de ir a su casa, para hacerme un masaje con una crema que tiene para cuando termina de hacer pesas se frota en los músculos para que se relajen, accedí y fuimos a su casa, yo caminaba mal, me dolía pero no tanto, es que Gastón me gustaba, para que negar eso, pero no fui a su casa con ánimos de tener nada con él, entramos fue a por la crema y cuando regresa yo me había quitado las zapatillas y los calcetines, quedando descalza, "Erika, que bonitos pies que tienes", me dijo, cogiendo una de mis piernas y poniéndola sobre su rodilla, sentí que me había puesto roja por lo que Gastón me había dicho, "disculpa, están sudados mis pies", le dije, "si, pero son bonitos de igual forma", me dijo pasando su lengua por la planta de mi pie y metiéndose los dedos en su boca, pasando su lengua por entre medio de ellos, "que haces?", le dije, sintiendo como una descarga eléctrica en todo mi cuerpo, nunca me habían lamido los pies, "te gusta el masaje que te estoy dando?", me dijo, cogiendo mi otro pie y lamiéndolo de igual manera
Al tener las dos piernas en alto, hizo que me recueste en el sillón donde estaba sentada, mientras él me lamía los pies, empezó a pasar su mano por mis piernas, muy suave, haciendo una caricia que me hacía estremecer, sentía sus mano grandes, fuertes, recorrer mis piernas, llegando un poco mas arriba de mis muslos, casi tocando mi coño, pero no lo hacía, yo cerré mis ojos y disfrutaba de las caricias de sus manos en mis piernas y su lengua pasando por los dedos de mis pies, siento que pasa sus manos por debajo del borde de mi pantalón corto, llegando al borde de mis bragas, no era una caricia burda, era una caricia delicada, yo me estaba excitando, sentía un cosquilleo en mi estomago, "sigo?", me preguntó, "si, sigue", le dije, completamente relajada y muy excitada, él muy lentamente fue metiendo su dedo debajo de mi braga buscando mi coño, cuando siento su dedo sobre los labios exteriores de mi coño di un suspiro de placer, él seguía pasando su dedo por los labios exteriores de mi coño y yo temblaba, suspiraba, sola abrí mis piernas invitando a que meta su dedo en mi coño, que estaba muy mojado, pero para mi sorpresa el no lo hizo, quitó su mano, se quitó mis pies de su boca y muy suavemente me fue quitando el pantalón y mis bragas juntos, yo lo miré y levanté mi cintura, dejando que me quite la ropa, quedando desnuda de cintura para abajo, Gastón me abrió mis piernas dejando mi coño totalmente depilado a su vista, acomodó su cabeza entre mis piernas y abriendo mis labios exteriores
Empezó a lamer mi clítoris, haciendo que gima de placer, no me importaba estar toda sudada, sentía el placer de la lengua de ese hombre en mi vagina, como hacía que me revuelva de placer al sentir su lengua en mi coño, yo estaba con mis piernas en alto, abiertas todo lo mas que podía, siento que empieza a pasar su dedo por mi ano, lo mete en mi vagina, yo casi grito de placer al sentir su dedo dentro mio moverse y su lengua martirizando mi clítoris, lo saca, lo coloca contra mi ano, y mientras me seguía dando placer con su lengua en mi vagina, me lo empieza a meter, que delicia sentir su lengua y su dedo dentro de mi culo, me quería correr de placer, "vamos a tu cama", le dije, con un hilo de voz, se pso de pie frente mio, y me quito la camiseta y el sujetador dejándome completamente desnuda, me alzó en sus formidables brazos, sentí lo pétreo de su pecho y cuando me llevaba alzada en sus brazos, busqué su boca, nos besamos, sentía el sabor de mis propios jugos vaginales en su boca, me recostó en su cama y se desnudó dejando una polla que no voy a decir que era la polla de un burro, pero era de buen tamaño, yo la cogí con mi mano y me llevé a la boca, chupando con mucho placer su polla, mientras él apretaba mis tetas, las acariciaba, las manoseaba, disfrutando del placer que ahora le estaba dando yo con mi boca, me coge de mis hombros, haciendo que me acueste, abre mis piernas y se acomoda sobre, siento como su polla contra mi coño, siento como empieza a hacer fuerza y su polla a llenar mi mojado coño, la sentía entrar, disfrutaba sintiendo como Gastón me estaba metiendo su polla en mi coño, como ese hombre tan musculoso me estaba follando, nos besamos, nos lamíamos las caras, su polla entraba y salía de mi coño arrancándome gemidos de placer, se endereza sin sacar su polla de mi coño, me coge de las piernas y empieza a lamer mis pies de nuevo, y su dedo a pasar contra mi clítoris que estaba inflamado, Gastón no era el segundo hombre de mi vida, había tenido varios amantes, pero si era el primero con el cual yo le metía los cuernos a mi compañero
Cuando siento sus caricias, me corro de placer, grite, le pedía mas polla, le pedía que me siga follando, que me siga haciendo disfrutar, estaba tan caliente que mis jugos desbordaban mi vagina, los sentía mojar mi ano, y su polla entraba y salía de mi coño, yo temblaba de excitación, no recuerdo haber disfrutado tanto follando como Gastón me estaba follando, me levanta mas mis piernas, siento que saca su polla de mi coño, y con una mano la dirige a mi ano, yo por instinto, me abro las nalgas, estaba tan caliente que no me importaba por donde me folle, solo quería tener su polla dentro mio, siento su polla presionar sobre mi ojete, siento como mi ojete se abre para él, siento como me iba metiendo su polla en mi culo, tampoco es el primero en meterla por mi culo, su polla fue entrando lentamente sentía cada centímetro de polla que me entraba por el ojete, disfrutaba como loca, hasta que siento sus huevos chocar contra mi ano, tenía toda su polla metida en mi culo, mi ojete abierto al máximo, su lengua en los dedos de mis pies y su dedo jugando con mi coño, yo estaba tan caliente que lo insultaba en rumano, en español, "folla bien mi culo cabrón", le decía abriendo mis nalgas todo lo que mas podía
Me estaba volviendo loca con su lengua en mis pies, su dedo en mi coño, y su polla entrando y saliendo de mi ojete, yo no se cuantas veces me había corrido, era la primera vez que me corría tantas veces, jamás ninguno de mis amantes me había echo correr mas de una vez y algunas veces ni siquiera me había corrido, pero con Gastón es distinto, me había echo perder la cuenta de las veces que me corrí, y él se aguantaba, no se corría, yo le pedía su leche a gritos, me estaba sintiendo cansada, quería parar de follar, me gustaba si, pero estaba tan satisfecha que quería que se corra de una vez y me deje respirar un poco, "llena mi culo de leche, por tu madre te lo pido, no doy mas, córrete de una puñetera vez en mi culo, por favor", le decía, quería que pare de follarme, pero él seguía metiendo y sacando su polla de mi ojete que ya me estaba doliendo, yo ya no estaba disfrutando, se lo dije, él empezó a mover su polla mas fuerte y mas rápido, dale y dale, mete y saca de mi ojete, hasta que me muerde uno de mis talones y me mete su polla lo mas adentro de mi culo que pudo, empecé a sentir los chorros fuertes, calientes de su leche llenando mis intestinos, él se había pegado bien contra mi ojete, abría su boca como buscando aire, tenía como temblores, era impresionante verlo gozar, ver como disfrutaba llenando mis intestinos con su leche, sentía mi culo lleno de leche, mi ojete me escocía, pero me dio mucho gusto ver disfrutar a Gastón como se corría dentro de mi culo
Cuando hubo terminada, la sacó lentamente, mi ojete me había quedado como jamás me quedo de abierto, sentía su leche salir, me pasé el dedo, y les juro que podía haber metido hasta tres dedos de lo abierto que me había dejado el ojete, Gastós se recostó a mi lado, resoplando como una locomotora, nos abrazamos, nos besamos, estábamos satisfechos, cansados, habíamos disfrutado mucho el uno del otro, yo no sentía culpable de haberle metido los cuernos a mi compañero, con el que vivo, si bien me folla bien también, con Gastón fue algo inigualable, jamás ningún hombre con los que me había ido a la cama, me había follado, me había echo disfrutar como Gastón.
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