Me hago el tonto porque me gusta IV
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Durante las observaciones que hacia de la iglesia y de la casa del cura me pude ir dando cuenta que los dias martes y jueves llegaba una muchacha como de 14 años a hacer la limpieza de la casa del cura, la iglesia la limpiaban unas señoras como de 50 años cada una entre las 11 y las 1 del dia todos los dias, la muchacha llegaba a las 8 de la mañana.
Lo primero que hacia era ir al cuarto del cura, el cual se encontraba en la cama todavia, se metia bajo la sabanas por los pies e iba subiendo lentamente hasta llegar al nabo del cura el cual agarraba con su boquita y comenzaba a pegarle una succionada fenomenal, luego seguia subiendo hasta llegar a su boca donde la estaba esperando el cura y se besaban, cura la desvestia, y se la cogia como si estubiese endemoniado, estas sesiones de sexo duraban como una hora aproximadamente y luego el cura se metia al baño y la muchacha a hacer la limpieza, se despedian con un beso hasta la proxima vez.
El miercoles que llego mi mujer todo transcurrio como la ultima vez, con la excepcion de que esta vez durante el abrazo el cura habia bajado su mano hasta el culo de mi esposa y se lo estubo sobando como unos 3 minutos, mi mujer se dejo llevar pegandose a la polla del cura, se despidieron hasta el viernes.
El dia jueves la muchacha no llego a hacer la limpieza, le mando recado que tenia un problema y que llegaria hasta el martes.
Observe que el cura paso templado todo el dia jueves y por la noche no podia dormir, si fuese sido yo, me pego una pajeada de la gran puta, pero a el parece que no le gustaba masturbarse.
Bueno el dia viernes llega puntual mi esposa y lo encuentra en camiseta y pantalones cortos, mi esposa sorprendida por la indumentaria del cura le pregunta asustada.
— Que paso?, porque esta asi?, le robaron, lo golpearon?
— NO pasa nada, la situacion es que la muchacha de la limpieza no vino y tengo ahora que limpiar yo.
— ah! bien, menos mal, pero no se preocupe yo le ayudo en la limpieza -dice mi mujer-
— no que va, usted, tan limpiecita, se va ensuciar, no hay deje que yo puedo hacerlo solo -dice el cura-
— no hay problema solo presteme una camisa, me cambio y le ayudo.
— esta bien vamos al cuarto para que le preste una camisa grande.
— ok.
Se fueron al cuarto, el cura busco en el closet una camisa grande y se la entrego a mi esposa, saliendo del cuarto, no se si con intencion y sin ella la cosa es que dejo medio abierta la puerta y a traves de ella se podia observar como mi esposa se quito la blusa, ella observaba a traves del espejo que es la estaba mirando, se puso un poco de lado y se quito el brasier, presentando un espectaculo de tetas de vista lateral, inmediatamente el nabo del cura se paro y no se podia disimular porque estaba en camiseta, despues mi mujer solto su falda quedando en bragas blancas nada mas el cura estaba hasta rojo de la excitacion que se tenia, mi mujer se puso la camisa la cual le llegaba bastante por encima de la rodilla, que cuando caminaba, levantaba los brazos o se agachaba dejaba ver todo su calzon blanco, ya humedos tambien de la excitacion, en el ambiente se respiraba sexo, sexo, sexo, por todos lados.
se metieron a la cocina el limpiaba las partes de arriba por ser mas alto y ella las de abajo, en una de esas, estando muy junto limpiando mi mujer se agacha y queda en contato su culo con la verga del cura que esta por explotar, se mantienen asi ella moviendo el culo y el haciendo movimientos de vaiven como si estubiese limpiando, mi mujer le dio ayudeme por favor que tengo un mareo y me puedo caer, el sosteniendola de la cintura se la pego mas a su verga y ella en posicion flexionada ni se movia, ay dice ella mejor me siento un ratito en el suelo, dandose la vuelta se fue bajando poco a poco observando el bulto que se habia formado en la entrepierna del cura, el cual seguia inmovil con un limpion la mano.
Ella quedo sentada con la boca abierta frenta a su entrepierna separados como por unas 10 pulgadas, con las piernas abiertas, mostrando todo su calzon blanco mojado alrededor de su concha razurada, el le dijo que iba a limpier la parte de arriba de donde estaba ella, asintiendo mi mujer que no habia problemas, el acerco su entrepierna a mi esposa, cuando la tubo pegada a su cara mi esposa comenzo a besar el bulto del cura por encima del pantalon, el no decia nada, mi esposa subio su mano acaricio el garrote del cura y bajo la cremallera, saliendo una polla morena, delgada, larga y mojada de su encierro, siendo atrapada inmediatamente por la boca de mi mujer que comenzo a hacerle una espectacular mamada, lo hacia como si tubiese años de no tener una polla en su boca, estaba super excitada, pegaba lamida tras lamida, luego el cura se agacho un poco la tomo por los brazos la levanto un poco, la sento en la mesa,le quito e calzon blanco y la penetro limpiamente, mi mujer emitio un suspiro prolongado y se dejo llevar por la polla del cura, le quito la camisa y las tetas de mi mujer quedaron en el aire, pegandose inmeditamente la boca del cura en ellas, mi mujer comenzo a decir:
— asi padrecito, cogeme, culiame, partime, dame dura, la quiero toda, mamame las tetas, son tuyas.
llevaban como unos 10 minutos y mi mujer lo detubo, se saco la verga del cura, se bajo un rato, la limpio con la boca y dio la vuelta sobre la mesa, el cura entendio inmediatamente lo que mi esposa queria, apunto su verga hacia la entrada del culito de mi esposa y se la dejo ir completamente hasta los huevos, mi mujer dio otro suspiro de deseo y siguio diciendo:
…Eso padrecito, asi partime el culo, que hace rato que no me lo baquetean, dame duro, haceme sufrir, quiero pagar este pecado, asi, mas, mas, mas, clavame, te quiero entero dentro de mi, asi papacito, soy tuya, que rico, culiame, culiame, culiame… aaaaahhhh, siiiiiii, ahhhh, si, mas, mas, aahhhhh.
El cura se salio de mi esposa, la volteo le puso la polla en la boca y mi mujer siguio mamando hasta sentir como los chorros de semen salian de la verga del cura, se la comio toda, la limpio y se la dejo brillante, con todo el glande rojo, por la cogida y la mamada.
Terminaron, se fueron a vestir, se dieron el beso en la mejia y le dijo mi esposa.
…. vengo el lunes
…. a la misma hora -contesto el-
Mi esposa llego feliz, a la casa, en la noche me pregunto si queria que me mamara la polla, le conteste que si, tubimos la sesion de sexo quincenal y se durmio sonriente y feliz, por una nueva polla encontrada.
Autor: Anonimo
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