Mi amante se encuentra en mi casa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todo comenzó cuando mi primer marido me comunicó que un antiguo amigo suyo de juventud, estudiaron juntos, viviría en la casa, le alquilaríamos una habitación dentro de la casa, y la razón era que mi esposo no duraba en los trabajos que conseguía debido a que tomaba licor frecuentemente. Yo no estuve de acuerdo con la decisión, me enojé mucho en ese momento. Pero por otro lado era necesaria una entrada económica, debido a constante desempleo de mi marido.
El amigo de mi primer esposo, que llamaré Julian, de la misma edad de mi marido, o sea 29 años en ese momento, un joven de muy buen ver, alto, bien proporcionado, bastante educado y respetuoso, en resumen era muy guapo. En mi caso, tenía 28 años y soy morena clara, de 1.62 mt de estatura, no soy delgada ni gorda, si tengo cintura y mis senos son de buen tamaño, pero mi mejor atractivo siempre ha sido mi trasero redondito y bien paradito, el cual fue la locura desde siempre de mi marido quien siempre me cogía por la colita frecuentemente para degustarlo y a mi me encantaba también. He sido muy caliente toda mi vida, desde adolescente, tuve sexo con todos los novios que tuve desde los 14 años. Pero me casé enamorada de mi primer esposo.
Mi primer esposo era un buen hombre, pero no controlaba la bebida, perdió varios trabajos por ese motivo, pareciera que no puede probar el licor, pues quiere hacerlo todos los días, por eso hemos peleado hasta casi separarnos antes de lo que aconteció en este relato.
Continuando.. al principio yo no tenía mayor conversación con Julian, pero como es un tipo afable y atento, poco a poco fuimos cruzando palabras y conversación, luego él mismo me ayudaba con las tareas domésticas, como sacar la basura, lavar los platos sucios, limpiar con la aspiradora, lo cual no hacía mi marido, pues todo eso llena a una mujer, pues el hombre latino es muy machista cuando se trata de dar una mano en los quehaceres de la casa. En ese caso Julian se robó mi afecto. Sin embargo confieso que en casa me gustaba estar con ropa cómoda y floja, suelo andar con pantaloncillos muy cortitos y tops muy cortas o diminutas, el hecho de que hubiera otro hombre en casa no afectó mi forma de vestir dentro de mi hogar, digo eso porque rápidamente me di cuenta que Julian me comía con los ojos, no dejaba de observar mis senos y sobre todo mi trasero respingón, al principio me caía mal eso, pero conforme pasaban las semanas me calentaba ver como me devoraba con la vista.
Por el otro lado mi marido, cada vez más afectado por la bebida. Nos fue afectando en la relación marital, tanto en la comunicación como en el sexo, pues llegaba tarde repetidamente y siempre bajo efectos del alcohol, solo atinaba a llegar a la cama y caer como muerto. Mi compañía era Julian, con quien cenaba y charlaba de muchos temas. Julian era muy acosado por mujeres tanto solteras como casadas, me daba cuenta por las llamadas por teléfono y por la cantidad de veces que preguntaban por él. Me llegué a acostumbrar a su compañía. En una de las ocasiones que cenabamos solos, pues mi marido no estaba, andaba bebiendo por alli, Julian sacó una botella de vino que le habían obsequiado en la empresa donde labora. La abrió y entre charla y charla, nos la acabamos, yo no suelo beber mucho, pero esa vez creo que llegué a mi limite, pues nos fuimos a la sala a charlar, Julian apagó las luces principales y solo quedo una lampara, estabamos casi a oscuras, charlamos ahora de cosas románticas y luego de temas sexuales, Julian me preguntaba cosas muy íntimas y yo lejos de esquivarlas las contestaba, luego yo le preguntaba a Julian de cosas muy íntimas y él también me las contestaba con mucho detalle. Me fui mojando, pues sentía unas cosquillas en mi sexo, mi marido me tenía abandonada desde hace semanas en el aspecto sexual.
En un momento sentí el aliento de Julian muy cerca, y no voltee la cara, en la oscuridad nuestros labios se fusionaron uno con el otro, se restregaban con deseo, luego su lengua y mi lengua se encontraron en terreno neutral, a la orilla de los labios de cada quien, luego se entrelazaron y entraban por turnos en mi boca y en la de Julian, como en esta época hay mucho calor, yo solo tenía una camiseta sin sostén, sentí como las manos de Julian bajaban mis tirantes y mis senos se liberaban, luego sentí como la boca y la lengua de Julian tomaban cada uno de mis senos y los mamaban, lo hacían de una forma deliciosa, su lengua pasaba por mis pezones y me hacían gemir de placer. Yo misma tomé mis senos con cada mano y se las llevaba a la boca de Julian para que fueran mamadas. Luego él volvía a subir a mis labios y nos besábamos. Sentí luego una mano de Julian acariciar mis muslos e irse a la entrepierna, quise cerrar mis piernas, pero el deseo no me dejó, quería ser tocada, estaba tan caliente. Al no encontrar obstáculo, él bajó el cierre frontal de mis pantaloncillos con su mano y luego la metió entre mi braguita, yo suelo depilarme la cuquita, asi que mis pelitos debían estar muy cortitos, sentí como sus dedos acariciaban mis labios vaginales hasta dejarlos muy mojados. Yo estaba gimiendo cuando oímos el ruido del auto de mi esposo, yo me puse de pie primero y subí el cierre de mis pantaloncillos, nos pusimos nerviosos, le dije a él que se fuera a su habitación y el lo hizo de inmediato. Mi marido se estacionó y luego de unos minutos entró a la casa, iba totalmente ebrio, no caminaba bien, apenas me pudo ver y me saludó, lo acompañé a nuestra habitación y lo acosté. Me quedé un rato en la cama pensando en lo sucedido con Julian y me arrepentí de mi debilidad.
Al dia siguiente hablé con Julian y le dije que no fue correcto lo de la noche anterior y que yo no quería volverlo a repetir, él dijo que estaba bien y se disculpaba de eso.
Días más tardes, mi esposo me llamó para invitarme al cine, quería hacer las paces conmigo y teníamos muchos meses de no salir al cine. Le dije que me encantaría ir. El me pasaría a traer a la casa. Llegó la noche y me puse una falda cortita y una tanguita de infarto, además una blusa con amplio escote, quería de verdad hacer las pases con mi esposo y pasar una velada sexual. Llegó la hora y mi esposo no apareció, pasaron diez minutos después de la hora señalada y nada de él. En eso me entró una llamada a mi movil, era él, contesté dulcemente, pero la voz de mi esposo era conocida, cuando él bebía demasiado, me decía que no iba a poder llegar pues debía hacer algo en el trabajo, eso era mentira, él estaba ebrio de nuevo, yo le grité no se que cosas en el teléfono, en eso llegó Julian y me preguntó si todo estaba bien, yo le colgué a mi marido y tiré mi móvil al sofá enojada y casi llorando; Julián me consoló, se sentó conmigo y yo le conté todo, luego él se levantó y me dijo que yo no me quedaría burlada y que él me llevaría, yo sabía que lo del cine era solo una pantalla para salir con mi esposo a nuestra velada, pero como estaba muy enojada y ofuscada acepté ir con él.
En el auto de camino al cine, Julian no dejaba de verme las piernas y el escote, a mi mente vino el recuerdo de aquella noche y eso me puso un poco cachonda, iba sola con Julian quien había tocado mi cuquita y mamado mis senos. Entramos a la sala, ya ni me acuerdo del nombre de la pelicula, había muy poca gente. Nos colocamos casi al final. Julian se portó como un caballero y me compró una bebida y prestándome su pañuelo para limpiarme alguna lagrima que yo llevaba.
Poco a poco su conversación me hizo olvidar mi enojo y nos pusimos a ver la peli, en un momento Julian me rodeó con el brazo y yo me recosté en su hombro, eso me hizo sentir como protegida. La pelicula era divertida, de humor y eso nos hizo reir juntos varias veces, en una de esas nos reimos tanto que nuestros rostros se encontraron y sucedió lo que tenía que suceder, nos besamos como la primera vez en la casa, mi lengua se entrelazó con la suya, solo que ahora se sentía más ardor y deseo, su mano se metió en mi entrepierna y yo abrí más mis piernas para recibirlo, acarició mi rajita sobre la tanguita, me mojé tan solo con eso, luego metió su mano dentro de mi tanguita y como la vez anterior, sus dedos jugaron y acariciaron mis labios vaginales, Julian debió sentir mis jugos íntimos que mojaban mi cuquita y que ahora se impregnaban en sus dedos. Mientras me besaba con mucha saliva, uno de sus dedos entró en mi vagina y luego se movia dentro de ella, me hizo gemir, Julian soltó mi boca de sus labios y me dijo que nos fueramos a la primera fila de atras del cine. Como si fueramos a comprar algo afuera, nos pusimos de pie y fuimos a la primera fila que afortunadamente estaba vacía completamente. Nos sentamos y al minuto volvimos a besarnos y la mano de Julian dentro de mi tanguita con su dedo moviéndose adentro de mi vagina, un segundo dedo ingresó en mi rajita, Julian los movia para todos lados dentro de mi, como buscando desesperadamente mi punto G, creo que lo encontró porque luego de algunos minutos tuve un orgasmo increible con sus dedos dentro de mi vagina. Julian y el sónido de la pelicula acallaron mis gemidos.
Luego aprovechando una escena de la pelicula muy oscura, Julian se puso de rodillas en el piso del cine, se colocó entre mis piernas y me sacó la tanguita de mi cuerpo, luego me abrió las piernas y se puso a darme sexo oral. Su boca me chupaba toda mi rajita mojada, luego su lengua partía en dos mis labios vaginales y buscaba mi clitoris. Su hábil lengua tocaba mi botoncito del clitoris y me daba enorme placer, yo misma me tenía que morder el puño de la mano para no gritar en el cine, además la sensación que podíamos ser observados por la gente dentro del cine o bien que alguien se levantara al sanitario podría vernos fácilmente, eso era un plus en todo esto, no tardé en regalarle otra corrida a Julian, ahora directamente a su boca. Julian degustó mis jugos vaginales y su lengua quería entrar dentro de mi vagina. Casi me ahogo por este tremendo segundo orgasmo. -ahora me toca a mi-. le dije a Julian.
El se colocó en la butaca del cine y ahora fui yo quien se puso de rodillas, fui desabotonando su pantalón y luego se lo bajé, frente a mis ojos se fue extendiendo una larga, gorda y dura verga, la tome con mis manos y la lamí como si fuera una enorme paleta, la lamí de arriba a abajo y viceversa, luego metí su gorda cabeza entre mis labios y la mamé, hice estremecer a Julian. Yo repetía el tratamiento, lamer lo largo y luego engullir la cabeza, yo estaba tan caliente por estar haciendo todo esto en un cine, lugar público, que comencé a meter la verga de Julian en mi boca con rapidez, como si mi boca fuera una vagina, yo vi a Julian cerrar los ojos, luego las venas de su verga se hincharon y comenzó a eyacular en mi rostro, su caliente leche me cayó en el cabello, en la mejillas y adentro de mi boca, tragué su salado semen caliente. Luego de descansar un rato y de componernos la ropa, seguimos viendo la pelicula que terminó a los quince minutos. Había sido un sexo oral delicioso. Salimos abrazados del cine como si fueramos una pareja normal que sale después de haber disfrutado la pelicula.
En el auto de regreso, todavía nos dimos unos que otros besos. Llegamos a la casa y mi marido brillaba por su ausencia. No había llegado. Nos sentamos beber una tasa de café en el comedor, charlamos un poco de la locura en el cine, aunque Julian tenía aún mi tanguita en la bolsa de su pantalón. De repente oímos de nuevo el auto de mi esposo, que se estacionó con dificultad frente a la casa. Al entrar de nuevo estaba ebrio, ahora Julian me ayudó a llevarlo a la cama. Lo acostamos le apagué la luz, encaminé a Julian a la puerta y me dio un beso, luego no quería irse y le devolví el beso pero le metí la lengua en su boca. Pronto Julian me tomó de la cintura y me pegó contra la pared, nos besamos con mucha pasión. De pronto sentí como él me cargó en peso y me llevó asi cargada a su habitación, me depositó en su cama y se colocó encima, nos besamos apasionadamente, dimos varias vueltas en la cama, en una de ella Julian me bajó la blusa y luego mi pequeño sostén y mis senos quedaron a su disposición, él comenzó a mamar mis pezones, lo hacía con mucha fuerza, tanto que me sacó varios gemidos, parecía como si quisiera comerse de verdad mis tetas. Me quitó la blusa y el sostén y luego hizo lo mismo con mi falda, yo como dije ya no llevaba mi tanguita, el se sacó su verga que la tenía erecta completamente y colocándose encima de mi, sentí su verga resbalarse entre mis labios vaginales e introducirse en mi mojada vagina, su verga era muy grande y abrió toda mi cavidad vaginal, apenas pude pujar y morderme los labios mientras su dura carne me penetraba profundo.
Luego Julian comenzó a bombearme su verga, un sentimiento de excitación me embargó por completo, cerré los ojos y me dejé llevar en ese bello vaiven que fundía nuestros cuerpos en uno solo. -Me gustas mucho Cindy, mucho tiempo llevó deseando este momento!- y luego me besaba lo boca, las mejillas y el cuello. Yo solo atinaba a gemir de placer, el hecho de que mi esposo estuviera a tan solo unos metros de allí no impedía que la gozara al máximo. Lo apreté con las piernas en sus costados, quedamos más compactos, su verga era tan gruesa que sentía como abría mi vagina cada vez que me la insertaba. Sus movimientos después de varios minutos me tenían al borde de una nueva corrida, él lo habrá presentido, pues comenzó a darme más duro y profundo, eso me llevó sin remedio a correrme, grité y gemí saboreando mi umbral del placer, yo lo apreté más con brazos y piernas y también logré llevarlo al cielo, sentí como su esperma caliente se dispersaba en mi vagina y entre gemidos de ambos por fin cesó el movimiento de nuestros cuerpos. Quedamos entrelazados de nuestros sexos todavía por varios minutos, yo podía sentir que su erección no bajaba aún dentro de mi vagina.
Entonces seguimos besándonos, luego el me pidió -volteate!-, yo me di la vuelta y quedé boca abajo a lo largo de la cama. El comenzó a besarme el cuello, luego su lengua se deslizó en mi espalda, eso me hizo vibrar en la cama, luego llegó a mis nalgas y ahora sentí como su boca chupaba la carne de mis gluteos, luego le daba una lluvia de besos a cada una. Con sus dos fuertes manos abrió mis nalgas y divisó mi ojete de culo, Julian comenzó a lamer mi ano y sus dedos jugaban también con el, en un momento uno de sus dedos atravesó mi esfinter y lo introdujo a la mitad, luego lo movia dentro de mi recto. Yo sé lo que quería Julian en ese momento, asi que lo motivé -papi, dame por alli si lo deseas!-; mi hombre no lo pensó dos veces, se subió sobre mis nalgas tomó su enorme verga y poniendola en la entrada de mi culito, me la dejó ir, sentí como me penetraba, por un momento pensé que podría hasta lastimarme pues su verga era demasiado gruesa, pero la elasticidad de mi esfinter fue la adecuada y recibí toda su hermosa verga en mi culo. Luego se puso a culearme rico, suave y profundo, me daba besos en la espalda sin dejar de cogerme. Julian se fue excitando mucho y conforme pasaban los minutos sus bombeos eran más salvajes y más profundos, quería partirme en dos. Los dos comenzamos a gemir mucho, yo fui llegando a una corrida más en esa noche gloriosa, y Julian también, primero yo y luego él me depositó otra tanda de esperma, ahora en mi recto, fue una cantidad tan exagerada que antes que me sacara su verga me salían hilos de leche por el culo.
Luego de algunos minutos, me acordé de mi esposo, me puse algo encima y salí corriendo hacia nuestra recamara, mi esposo permanecía aún alli acostado totalmente grogil, sin saber que su esposa acababa de coger con el amigo de su infancia.
El pecado se apoderó de mi, si mi esposo no llegaba a cierta hora de su trabajo era señal que nuevamente se estaba embriagando con sus amigos, Julian y yo lo sabíamos, asi que embargados por la lujuria, teníamos sexo en la habitación de Julian, sexo duro, Julian me quitaba la ropa con su boca, luego lamía todo mi cuerpo, desde los pies hasta el último cabello, luego chupaba mis nalgas y mi rajita, luego su verga me penetraba por delante y por detras y terminábamos agotados de coger, me llenaba de leche mi vagina y mi culito, luego mi esposo se aparecía casi cayéndose. Hasta que una noche mientras Julian y yo hacíamos el amor, una llamada entró a mi movil, me avisaban que mi esposo totalmente ebrió había tenido un accidente en el auto. Luego de los tramites ante la policía lo recluimos a un centro de desintoxicación, alli permanecería un mes. Todo ese mes Julian me tuvo para él a toda hora, creo que tuvimos sexo diariamente con Julian, me estaba acostumbrando a darle mi cuerpo completo. Cuando llegó mi esposo, le propuse la separación. Nos separamos meses después.
Fui novia un año de Julian y alli tuve mi mejor época sexual. Actualmente estoy casada por segunda vez y ya no veo ni a mi primer marido ni a Julian.
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