Mi amiga marroquí
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Mari, tengo 35 años, soy casada y hace más de un año que tengo un amante, ya que las cosas con mi marido no van como deben ir.
Vivo en una urbnizacion en Talavera de la Reina, frente a casa vive un matrimonio marroquí, él es un hombre muy machista, que la tiene siempre encerrada y poco a poco nos fuimos haciendo amigas con Fátima.
Fátima tiene 30 años, un poco mas bajita que yo, mide un metro cincuenta más o menos, regordeta.
Siempre que no está el marido voy a.
su casa y tomamos te, hablamos, y poco a poco me fui ganando su confianza.
Hablamos de todo un poco, y no hace mucho me empezó a contar de su vida íntima, tanto personal, de como la trata el marido hasta su vida sexual, que si bien como dice ella es muy seguida, no es para nada satisfactoria, ya que el marido le hace abrir sus piernas la pentra y cuando ella empieza a sentir placer, él se corre y ahí terminó todo.
Yo le dije que a mi me pasaba más de lo mismo, hasta que conocí un chico y es mi amante hace mas de un año.
Fátima me quedó mirando como si no creyera lo que le decía, «sí, es un chico argentino, un poco mayor que nosotras, tiene 48 años, pero no sabes como folla, me deja bien satisfecha», le contaba.
Fátima no salía de su asombro.
«Pero tú me estas diciendo que tenga un amante?», me dijo abriendo sus ojos.
«Fátima se que no puedes salir, pero piensalo si quieres, y te presento a Gastón», le dije.
«Pero Mari, yo no tomo precauciones, y si me deja enbarazada?», me preguntó un poco preocupada, «mira Fatima, yo tampoco tomo precauciones y soy alérgica al latex del condón, él me folla primero por el coño hasta que llego al orgasmo y luego me da la vuelta y me termina follando por el culo y ahí llega él», le dije ya sin ningún reparo.
«Yo lo hice una sola vez por el ano, cuando recién me casé, y me dolió mucho y nunca más lo hice por ahí», me confesaba Fatima.
«No, Gastón es una persona muy delicada, me hace disfrutar tanto por el coño como por el culo, si quieres hablo con Gastón y te lo presento», le dije ya a punto de irme a mi casa.
«Déjame pensarlo», me dijo y me fui.
Una mañana, estaba en la cama con Gastón y le dije lo que había hablado con Fátima, «si Mari, no hay problema, avisame cualquier cosa», me dijo y seguimos follando.
A los pocos días viene Fátima a casa y me pregunta por Gastón, «si amiga, decime cuando quieras y él viene a tú casa», le dije, viendo lo mal que se sentía mi amiga marroquí.
«Y como lo espero, desnuda, o me desnuda él, ay Mari, me muero de miedo y de vergüenza», me decía bajando su cabeza y la movía para los costados.
«No, tú esperalo normal, como estas vestida ahora», le dije.
Ella estaba con unas chanclas y una camisa larga casi hasta sus pies.
El marido de Fátima trabaja todo el día, se va a las ocho de la mañana y regresa a las seis de la tarde.
Hablé con Gastón y con Fátima, y quedaron para el lunes a eso de las diez de la mañana.
Yo a esa hora estaba espiando por la ventana y lo veo llegar, como Fátima abría rápidamente la puerta de su casa y Gastón entraba.
Yo estaba atenta no sólo a que hora se iba Gastón sino que también por si iba alguien a casa de mi amiga.
Cerca de la una de la tarde, veo que Gastón se iba.
Corrí a casa de mi amiga, cuando me abre la puerta y vi su cara de satisfacción, me di cuenta que había pasado muy bien.
Me abraza riendo nerviosa, «gracias, gracias Mari», me decía.
«Cuenta, cuenta como fue», le dije mientras íbamos a la cocina a preparar te.
«Cuando entra me saluda con dos besos en las mejillas, yo temblaba de pies a cabeza, no sabía que hacer, cuando le ofrecí te, me dijo que el te que él queria era este, y me besa los labios, besos cortos y seguidos.
Me siguió besando, pasaba su lengua por mis labios mientras me iba desabotonando la camisa.
Yo estaba sin hacer nada mientras sus manos se metieron dentro de mi camisa y empezó a acariciar mis pechos, me besaba la boca, la cara, mi pecho a medida que hacía que la camisa termine en mis pies, quedé solo en bragas y chanclas.
Me empezó a besar los pechos, sentía como chupaba mis pezones y me bajaba las bragas.
To parecía una muñeca sin vida entre sus brazos mientras me seguía chupando las tetas y acariciando mi coño muy despacio.
Yo estaba con los ojos cerrados y suspiraba, me estaba haciendo poner muy cachonda.
Me fue besando la tripa, bajando, poniéndose de rodillas frente a mí, me hizo levantar una pierna y que me apoye contra la pared y di un fuerte gemido cuando siento su lengua en mi coño y sus manos acariciaban mis nalgas», mientras Fátima me contaba eso, yo también me estaba poniendo cachonda, ya que sé como es Gastón en el arte de seducir, «sigue contando mujer», le dije pasando mi mano por mi coño sobre el pantalón de pijama que tenía puesto.
Fátima me miró como me empezaba a tocar y siguió contando.
«Se puso en pié, me besó la boca y metió su lengua, bajando una de sus manos y si no me hubiera estado besando, hubiera gritado cuando siento como mete dos dedos en mi coño.
Estaba muy cachonda, le dije de ir a la cama.
Fui caminando desnuda delante de él, sus manos apretaban mis nalgas, las acariciaba.
Me acosté boca arriba, Gastón me abrió las piernas y me siguió comiendo el coño.
Yo gemia y retorcia el cuerpo de placer.
Se desnuda y me sigue besando las piernas, el coño, fue subiendo por mi tripa, sentía su polla dura rozar mis piernas.
Estaba tan nerviosa y excitada como jamás estuve.
Siento como me vuelve a chupar las tetas y acomoda su polla contra mi coño, hasta que cuando me besa la boca me la empieza a meter.
Yo me quería morir de placer, era tanto el placer que senti sintiendo como su polla me entraba, que tuve un tremendo orgasmo.
Como se mueve, con que suavidad, movía su polla haciendo que entre y salga de mi coño, sin dejar de besar mi boca y mis tetas».
Yo ya me había metido la mano dentro del pijama y me acariciaba el coño directamente escuchando como Gaston había follado a Fátima.
«Volví a tener otro orgasmo, le dije que no se.
corra dentro de mi coño, pero él siguió haciendo que disfrute.
Cuando se detiene, me hace dar la vuelta, quedando con mis nalgas para arriba, las abre y mordi la almohada cuando siento su lengua pasar por mi ano.
Como lo besaba, sentía sus labios apoyados y como chupaba.
Tenía el ano lleno de saliva, pero me pasó una crema también, se puso detrás mío, haciendo que gima de placer sintiendo como ahora su polla entraba por mi ano, despacio, con tanta suavidad, que cuando me quise dar cuenta, ya me había metido toda la polla dentro del culo.
Mis tetas iban y venían sintiendo como sacaba y metía su polla en mi ano».
Ya me había bajado el pantalón y me masturbaba delante de mi amiga, ella me miraba y me seguía contando.
«Saca su polla de dentro de mi culo, me hace acostar boca arriba, levantando mis piernas, yo con mi mano dirigía su polla a mi ano, mientras él pasaba su lengua por entre los dedos de mis pies y sentía como volvía a meter su polla en mi culo de nuevo y me seguía follando, haciendo que gima, que me siga retorciendo de placer, teniendo otro orgasmo y pidiéndole que por favor me llene el culo de leche.
Me estuvo follando un rato mas así como estaba, jamás en mi vida había gozado tanto, hasta que mete bien adentro su polla en mi culo, y sentir como su polla palpitaba dentro, fue tremendo, casi me orino de placer».
Yo me estaba corriendo escuchando e imaginando como Gastón la había follado, ya que a mí me folla casi igual.
Se notaba en la cara que Fátima estaba muy satisfecha, que Gastón no me había echo quedar mal, y la follo muy bien, como me folla a mí.
Espero que Fátima no se arrepienta y siga follando con Gastón y me siga contando, así me iba a seguir tocando, y quiero pedirle algo a mi amiga marroquí, que nos toquemos juntas, a ver que me dice.
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