Mi Ángel Iniciada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por giamigo69.
Angel es la hija de mi esposa, mi hijastra.
Nos casamos cuando Angel tenía 7 años.
Una muñequita, cabellos rulos marrones, ojos negro azabache, tez blanca con carita de Ángel, como su nombre.
Ella mientras crecía se fue formando bien mona, un lindura.
Apegada a mi por la falta de su padre.
La ayude muchísimo a realizar sus tareas o para explicarle algo del colé que no entendía o tenia que enseñarle, para ello Ángel a veces se sentaba en mis piernas, abiertas como si montará un caballo, en ese tiempo tenía 9 o 10 años y notaba que hacia pequeños movimientos hace adelante y hacia atrás, prácticamente sobando su entre pierna con mi pierna y obviamente sentía como se iba calentando esa zona, eso sí sólo se sentaba en mis piernas cuando estábamos solos en casa.
En varias oportunidades cuando le iba a levantar en la mañana para ir al colé, la descubría boca abajo, frotándose la totonita, se masturbaba con 10 o 11 años.
Siguió creciendo y con el tiempo se empezó a desarrollar, se le formó un bonito culo, le empezaron a salir senos se estaba empezando a formar la mujer.
Después de un tiempo se tranquilizó y daba impresión que me odiaba, me detestaba y no sabía el porqué.
Ya cuando tenía 12 años empezó a acercarse a mi, hablando haciendo bromas, pegándome, haciéndome cosquillas.
Cosa que yo aproveché para hacerle lo mismo, le troleaba, cuando podía le hacia cosquillas.
Teníamos un juego diario que al llegar a la casa viniendo del colé me decía que se iba a dormir en el coche y yo para que no lo hiciera le hacia cosquillas y ella se dejaba, en repetidas ocasiones me aproveché y le pasaba la mano por su cúlo o por sus teticas que estaban en formación y entre juego y juego notaba que sus pezones se ponían duros y paráditos; cosa que note que le gustaba porqué siempre repetía todos los días que se iba a dormir para que le hiciera cosquillas.
Cuando tenía 15 años, ya estaba formada, tenía una senos grandes, no llego a crecer mucho a penas casi un metro sesenta de altura, con unas buenas piernas, rellenitas bien formadas porque hacia deportes (natación y voleibol), culito firme y recóndito (de esos perfectos para nalgear).
Estando solos en casa decidí subir la apuesta y el riesgo a ser descubierto.
Aproveche que tenía un dolor en una pierna y en la espalda, le dije quiere podía dar unos masajes.
Así lo hice y aceptó.
Empecé dándole masajes en los gemelos y subía hacia los muslos, tocándoles disimuladamente el principio de las nalgas o entre sus piernas cerca de la totonita y ella tranquila sin decir nada, con la respiración acelerada, la piel enrizada y apretando el culito.
De allí pase a la espalda empezando por el cuello, la nuca, que es una zona sensible en ella, bajando por la columna hasta llegar a las nalgas, tocando los costados por las costillas, tocandoles parte de los senos por la axila y subía por los brazos disimulando.
Le veía la cara y se veía totalmente excitada.
Aproveché y la coloque de medio lado y empezó a acariciar la barriguita y el ombligo, su excitación era evidente en su cara.
Ella de repente me detuvo y me dijo que era un niño muy malo que allí no se tocaba.
Estuvo tranquila un tiempo hasta sus 16 añitos, con sus poderosos pechos y culito redondo y macizo.
Un día se acerca y estando solos me empieza a hacer preguntas sobre sexo, obviamente que aproveché el momento y le empecé a hacer preguntas indiscretas: si ya había besado a alguien, si había visto en pene, si se masturbaba y otras más, y en todas respondía que asco, asco, asco.
Desde ese día por mi experiencia me di cuenta que mi idea de años atrás era cierta, que era una zorrita, una perrita, una putica en potencia que deseaba ser entrenada, poseída por un amo.
Aproveché unas semanas a solas en casa, cuando salíamos le pedía que se vistiera con shores cortos de eso que utiliza para ir a la playa con franelas algo cortas que mostrará la barriga o algo de tetas y ella no solo accedía sino que desfilaba primero para que yo aprobara su atuendo, yo le decía que se veía bonita, buenota, que estaba rica, que tenía un bonito cuerpo y debería vestirse así atrevida.
Todos los días inventaba algo para salir al mercado, panadería, abasto o botar la basura.
Una noche la vi y le dije eres una zorrita, posiblemente una perrita y seguramente con un buen entrenador una putica, ella se quedó con la boca abierta y me dijo y porqué le decía eso, a lo cual respondí – porqué te gusta mostrarme tu cuerpo, obedecer y complacerme en lo que te pido –.
Se molestó muchísimo y no me habló hasta el día siguiente.
Cuando la aborde al día siguiente le dije que cueste lo que cueste iba a entrenarla para putica, que yo sabía quién era ella en realidad, no una princesita tonta, malcriada.
Que debía prometer obedecer todo lo que pidiera.
A pesar de mi imposición y su sorpresa no puso mucha resistencia a lo que le propuse.
Días después regresamos de la calle los tres y estando su mamá en la ducha le pedí que se fuera a poner la pijama pero que se metiera la pataleta por el culito, se retira a su cuarto y para mi sorpresa pensando que me iba a chismear con su mamá, regresa a mi diciéndome que se siente incómodo con la pantaleta metida por el culito, a lo cual ella misma sin decirle nada me da la espalda y se levanta la blusa de la pijama que le llegaba hasta casi las rodillas y me muestra que la tenía bien metida.
Le dije que debía mantenerla metida hasta el día siguiente cuando regresará del colegio, me pidió que no, a lo cual le replique que debía obedecerme, a lo cual cayó y obedeció.
A la mañana en la cocina le pregunté como había amanecido y con una señal para que se volteara para ver si seguía con mi exigencia, a lo cual ella obedeció y me mostró que la tenía aun metida y con el comentario – ya no se siente tan mal -.
La deje en el colé y la recogí al medio día.
Hablamos de su día de colé y rumbo a casa y para mi sorpresa estando a punto de llegar me dice lo que me decía cuando era pequeña – me voy a dormir – y yo empiezo con lo mismo a hacerle cosquillas para impedirlo.
De camino al ascensor la tomó por el cuello y le doy un pequeño masaje en la nuca, el cual ella acepta sin poner peros, habla de algo que requiere que le expliqué, subimos al ascensor y aún dándole el masaje y llegando a nuestro piso Ángel recuesta su cabeza en mi hombro pasa su brazo por mi cintura en un casi abrazo.
Entramos al apartamento y me dice volteándose y subiéndose la camisa del colé
– viste aún la tengo metida –
A lo cual le respondo
– y tu viste que contigo no me he equivocado –
– y como es eso – responde ariscamente
Yo doy una vuelta alrededor de ella y me ubicó justo detrás, le coloco las manos en los hombros y le acerco mi cuerpo a su cuerpo y le susurró al oído
– que eres una zorrita, con ínfulas de perrita y a punto de ser putica –
– que no soy nada de eso – empujándome y alejándose de mi
– el fin de semana vamos a la playa, porque no te pones algunos trajes de baño para ver cual te sirve – le dije sin importarme su comentario
Me miró y se retiró, no volvió se encerró en su cuarto y empecé a preparar el almuerzo, al cabo de una hora le toca la puerta de su cuarto.
– está servido – le digo
– voy – responde
Me retiró a la cocina y espero veinte minutos para que llegará a comer y se acerca y me toca con un dedo el hombro a lo cual volteó a verla y sorpresa estaba luciendo uno de sus trajes de baño de dos piezas azul con blanco, se voltea y dice
– lo atas porfa que no puedo, por eso tarde.
No puedo atarlo –
– guao te queda bien, ese es nuevo.
No lo había visto –
– para nada ya lo había usado – responde
– porfa pruébate otro, puedes –
– tengo uno que es rojo de dos piezas, lo quieres ver, ese tengo tiempo que no lo uso –
– claro te debe quedar bien – le digo
Pasaron cinco minutos y ya venía con el otro puesto, se veía genial un poco más ajustado y me acordé de una de color amarillo de una pieza que le debía quedar mucho más ajustado porque era de hace años, seguro no le servía.
La tomó de la mano y le doy una vuelta como si bailáramos para verla completa y me pareció que lo disfruto.
– ya vengo voy por otro –
Se retiró y se fue a su cuarto, deje el almuerzo en la cocina y me fui a mi cuarto para esperarla.
Cuando sale del cuarto, de pasada me ve sentado en mi cama y entra en cuarto y viene con uno dos piezas marrón un poco más grande le quedaba flojo.
La tomó otra vez de la mano y hago lo mismo para verla completa pera está vez la colocó al frente del espejo que está frente a la cama y le digo
– súbete a la cama para que veas bien como te queda, así te digo como te puede quedar mejor –
Sin pensarlo se sube y empieza a mirarse por delante y por detrás en el espejo.
– si te pido algo lo harías por mi –
– no hace falta, ya se lo que quieres –
Acto seguido se coloca de frente a mi se pasa las manos a la espalda, mejor dicho por el culo, se voltea y me dice
– algo como así querías que hiciera –
Mostrando su traje de baño totalmente metido por el culo
– Mírate al espejo y observa lo divina que te ves, lo que siempre te he dicho que estas, divina, buenota –
Ella se mira y sonríe
– podrías colocarte por fa el traje de baño amarillo, te acuerdas de el.
Se que lo usaste una vez porque ha tu mamá no le gustó, pero a mi me encantó como se te veía –
– ok, pero no se donde está.
Tardaré un poco pero ya vengo.
Seguro no me sirve –
Al cabo de treinta largos minutos, su puerta se abre y sin salir saca su cara por la puerta y me dice
– me queda muy pequeño, mejor no –
– anda no seas tonta, que exagerada no te puede quedar tan pequeño –
– anda complaceme ese traje de baño quedaba fenomenal –
Quince minutos más tarde, creo que de tanto meditarlo salió de su cuarto, con la cabeza abajo sin mirarme a la cara y colocando sus manos en el frente tapándose sus senos y su totonita
– me queda muy pequeño –
Trato de tomarla de la mano pero se resiste porque quiere taparse ya que le queda muy pequeño y se le marca la totonita y no quiere ser vista.
Pero al final le coloco la mano en la barbilla y le digo
– sube la cara, sin pena eres una mujer hermosa no una princesita malcriada, muéstrame, por eso quería que te lo pusieras para que tu disfrutarás de tu cuerpo –
Respiro, levantó la cara y me dio su mano, el traje de baño era parte de su cuerpo una total transparencia, adherido a su cuerpo resaltando su senos, totonita, cintura y su trasero.
La subo de pie a la cama y yo con ella me coloco a su lado y los dos admiramos en el espejo su cuerpo.
Sus senos firmes traslucían el color oscuro de sus pezones, que ya se encontraban parados, a punto de romper la tela del traje de baño de tanta excitación, el color oscuro de su totonita era evidente pero quedaba opacada con la imagen del traje de baño totalmente tragada por su sexo, veo su culo y el traje se amolda a sus nalgas separadas por su raga de forma perfecta.
Estando del lado izquierdo de Ángel, acercó mi cuerpo al de ella, cruzó mi brazo derecho por su espalda hasta su cadera derecha, mi brazo izquierdo lo cruzó rozando sutilmente uno de sus pezones, ella se estremece, hasta su hombro derecho.
La giro por el hombro con mi brazo izquierdo para voltearla hacia mi, con el movimiento mi brazo y mano derecha manosean su culo y lo dejó allí haciendo una pequeña caricia con lo dedos en su nalga izquierda, siento su senos y sus pezones a punto de explotar, rozando mi pecho.
Mi mano izquierdo posado aun en su hombro derecho me invitan a besarlo, me dirigo a su cuello y a susurrar en su oído
– desde hoy no eres una zorrita, serás mi putica.
Porque así lo deseas, lo quieres, lo pides y así te complazco.
Te tocare, besare y cogeré como lo haz soñado, imaginado, deseado –
– dime lo haz imaginado, soñado –
– lo deseas.
Aquí, ahora –
– si si hazlo si si, lo deseo.
Te deseo –
Tomándola por el rostro y besándonos intensamente.
La volteó colocando su culo contra mi cuerpo, para que sintiera mi erección, mientras apartaba su cabellos para besarla la nuca, tomando su mano para que manoseara mi pene.
Tome sus senos desde atrás, ella no dejaba de manosearme con las manos hacia atrás, bajo mi cierre del pantalón y metió una mano desesperada por tocar lo que había soñado con tener.
Yo bajaba hacia su totonita, le toque el clítoris por encima del traje ella exhalo un pequeño gemido, introduje un dedo por un costado del traje de baño y la toque directamente, sus labios ya separados y mojados, muy lubricada se encontraba ya.
Soltó un gemido mayor.
– Métemelo por fa, ya dámelo – exclamó suplicante con desesperación
Acto seguido se volteó frente a mi tomó los tirantes del traje de baño en sus hombros y se los bajo mostrando sus enormes senos.
Le bese en los labios, bajando inmediatamente hasta ellos a comerlos como si mi vida dependiera de ello.
Seguí quitándole el traje hasta las rodillas dejando a descubierto su sexo.
La baje para que se acostara en la cama, deje sus senos y baje besando su barriga, el ombligo, hasta llegar a su totonita.
Ya Ángel estaba desesperada de excitación, mi lengua exploraba sus labios, poniendo a descubierto su clítoris, mi dedo jugueteaba en la entrada de su totonita y de su culo.
Me levanto y le enseñó mi pene en su cara y ella entendió sin pedirlo.
Lo tomó con sus manos y lo introdujo en boca, dándome una muy aceptable mamada.
Me separo de ella me coloco el preservativo y me pongo encima de ella separando levemente sus piernas.
Guío mi pene hasta su entrada y poco a poco lo voy introduciendo.
Ángel me abraza con firmeza y me besa efusivamente, detengo la entrada unos segundos y lo introduzco bruscamente el último tramo hasta el fondo.
Ella gime y emite un grito de placer, ante mi embestida
– ahhhhhhhh –
Yo empiezo un vaivén de movimientos continuos, Ángel cada vez más mojada, aceleró el ritmo, gime como loca.
Me detengo, me separo de ella, la tomó y la colocó de rodillas mostrando el culo, en cuatro.
Le acaricio la nuca, la espalda, la totonita totalmente húmeda, ella se contorsiona de placer, le froto el clítoris con mi pene desde atrás.
– sigue, sigue, no pares.
Metelo, metelo – repetía con voz entrecortada, suplicando, ordenando
– lo quieres, verdad –
– si lo quieres, dime lo que eres –
– si, soy una puta, y lo quiero dentro mío, dámelo dámelo mételo lo quiero –
– soy tu putica, siempre lo quise ser –
Seguía frotando mi pene en su totonita y ella seguía pidiendo que lo metiera, me dispuse a hacerlo de nuevo y lo meti de golpe, con embestidas continuas, fuertes haciendo un ruido rico al golpear su culo con todo mi cuerpo, Ángel se soltó y disfruto de la embestida, provoque no menos de dos orgasmos, su cuerpo temblaba de placer, yo aumentaba la velocidad de las embestidas ya me iba a correr, más a más rápido, más y mas fuerte ya estaba fuera de control, mi vista su culo, una deliciosa tentación, mi mente pensaba por el culo, por el culo, me la quería coger por el culo, pero ya era tarde no podía parar ya me estaba corriendo en su totonita.
La última embestida y quedamos tendidos, yo encima se ella basándole la espalda y la nuca, Ángel exhausta, feliz, con una sonrisa de satisfacción, de mujer.
Así estuvimos un rato, nos incorporamos le propuse que nos bañaramos juntos, lo cual hicimos.
Y nos fuimos a almorzar a la cocina, le comenté que el próximo encuentro se lo metería por el culo, que es tan puta que sabía que lo iba a disfrutar.
Sólo sonrió, y asintió mi aseveración.
Se levantó de la mesa, me abrazo y me beso y me dijo al oído
– así lo esperó, tu me conoces creo que mejor que yo, seguro me gusta y tienes razón soy tu putica –
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