mi aventura lesbica y de trio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todas y a todas, llamenme Valeria, ahora con 26 años. Me casé a los 18 como muchas chicas en esta país, inexperta en cosas del sexo. Mi marido tenía seis años más que yo. Viajaba mucho debido a que era un consultor internacional y pasaba largos peridos afuera de pais.
En ese entonces rentabamos una apartamento en un lugar bastante centrico de la capital, mi marido ganaba mucho dinero. No me dejaba trabajar asi que me aburría como una ostra en la casa. Conocimmos a una pareja, un matrimonio, Carlos y Jane de 27 y 25 años. Ella era una guerita muy bonita con un cuerpo muy apetecible, en mi caso soy delgada, con senos de buen tamaño sin ser enormes y mis caderas son estrechas y mi nalguitas respingonas, tengo ojos verdes y me han dicho que tengo bonito rostro. En poco tiempo hice amistad con Jane y ella compartía conmigo esos tiempos en quemi marido no estaba.
Estando en mi casa tomando unos rones con ella, sucedió que ella me beso en la boca y luego de lenguita que yo respondí por unos segundos. Esa noche después de ella se fuera a su casa, me quedé pensando en mi primera experiencia lesbica, me había gustado mucho y sentía algo en mi corazon por Jane. Al otro día ella llegó a disculparse y yo le decía que no había sido nada. No se como terminamos en otro beso de lengua, luego caimos al suelo y nos fuimos quitando la ropa, Jane besó y lamió cada parte de mi cuerpo y luego se centro en mi rajita, mi marido me hacia sexo oral cada vez que teníamos relaciones, pero no se igualaba a la mamada que Jane me daba, parecía que entre mujeres sabemos donde tocar, donde lamer, pues me vine dos veces casi seguidas, fue un placer único. También debo decir que para Jane no era la primera vez que lo hacía con otra mujer.
Luego de esa vez, esto se repitió semanalmente una o dos veces. Cierta vez Jane me dijo que lo hicieramos ahora en su casa, su marido no estaría esa noche me dijo. Ella adornó el dormitorio con candelas de olor, perfumes y no se que otras cosas, la atmosfera estaba para hacer el amor. Nos desnudamos y le hicimos sexo oral la una a la otra, primero yo le probé su rajita y sus jugos a Jane y luego ella me comió todo el cuerpo, chupando mis senos y comiendose mi rajita. Cuando estaba chupando mi panochita, me insertó dos dedos en mi vagina y los comenzó a mover adentro y afuera, yo estaba excitadisima, ya había tenido un orgasmo brutal y parecía que quería llevarme a otro. Jane comenzó a decirme
-Cuanto darías por tener a un hombre en este momento?- yo no entendí esa indirecta, pero le dije que me gustaría tener un hombre y que me la metiera (yo estaba sobreexcitada), en ese momento ella se apartó de mi rajita y subió a besarme la boca, pero sentí unas manos más grandes, unos dedos más gruesos y una lengua diferente en mi rajita. Abri los ojos y levanté un poco la cabeza, era Carlos!!, su marido! quien estaba entre mis piernas dándome lenguetazos en mi panochita mojada. Me asusté, pero Jane me dijo que me tranquilizara, que ella había invitado a su marido, que él sabía de nuestra relación y que quería participar con nosotras.
Carlos me insertó dos de sus dedos en mi vagina y también comenzó a pajearlos, su lengua tocaba mi clitoris y eso me daba unos espasmos increibles, eso sucedía mientras Jane me chupaba los pezones, ya no aguanté más y le regalé una tanda de jugos vaginales a Carlos, quien los bebió utilizando su lengua. Luego se hincó entre mis piernas y sentí como su verga se fue metiendo en mi panochita, era gorda porque me llenó toda, después de penetrarme se puso a follarme con un vaiven lento, pero que poco a poco fue ganando fuerza, sentí toda su carne dentro de mi, contra mis convicciones, estaba cogiendo con otro hombre que no era mi marido y lo peor de todo, la estaba gozando como una perra. Gemí y me aferré con las piernas contra mi amante, mientras el me follaba con fuerza.
Luego con más confianza, cambiamos de posiciones, ahora Carlos me pidió que me subiera sobre su rostro para chuparme el sexo mojado, mientras su mujer se subía sobre su polla. Me excitó mucho sentarme sobre su rostro y sobre su boca, que movía mi rajita de arriba a abajo pasando sobre su boca y su lengua, me hizo tener un orgasmo asi.
Luego Carlos nos puso en cuatro a ambas con nuestros culos frente a él. Mientras el follaba a alguna de nosotros por la panocha, metía dos dedos a la otra, sin contar que Jane y yo nos besabamos, era de locos. Hasta que Carlos nos echaba su leche en la espalda de ambas. Asi empezó mi aventura en un trío.
Empezamos una vez a la semana, debo decir que Carlos es un tipo guapo, atractivo y que su polla es larga y gruesa, además podía follarnos a ambas por un largo rato y aguantar sus venidas. Luego se volvierno dos a tres veces por semana, me hizo tomar su leche (cosa que evitaba con mi marido) y yo lo hacía con gusto, luego de sacarme varios orgasmos. También me penetró en el chiquito (ano) y fue el primero en correrse dentro de mi recto (cosa que tambien evitaba con mi marido). Cuando mi marido regresaba de viaje y estaba algunas semanas conmigo, me sentía vacía y quería correr a los brazos de Jane y Carlos, pero no podía. Deseaba que mi marido se marchará de nuevo, la cosa comenzó a volverse obsesión.
En cierta oportunidad, Jane me llamó a su casa y tenía visitas, eran Marlon y Bety, dos de sus amigos, jovenes también. Alli Jane y Carlos me comentaron que eran parte de una pequeña comunidad swinger y que aveces compartían las parejas, no crei que eso fuera verdad, pero esa noche tuvimos lo que yo llamo una orgía, me comi la verga de Carlos y la de Marlon por turnos, luego los dos me penetraron a placer esa velada, Marlon era también un buen tipo, más moreno que Carlos, y me hizo correrme como una putita en sus brazos.
Nuestras reuniones ahora eran de cinco, me gustaba que dos hombres se turnaran para metermela por mis dos orificios. Bien podía tener cinco o seis orgasmos por noche con ellos. Lo mismo pasaba con Jane. Me sentía como en familia, cada vez que nos juntabamos en casa de Jane.
La cosa iba en aumento, en cierta ocasión la reunión fue de ocho, solo habíamos tres mujeres, y los cinco hombres nos cogieron, probé cinco diferentes vergas en una noche, no se cuales me penetraron la vagina y cuales mi chiquito, pero fue algo animal, fuera de razón. Creo que esa noche al final recapacité si esto era lo que quería hacer?.
La siguiente vez que mi marido llegó a casa le dije que quería irme de allí, que nos mudaramos y que consiguiera otro trabajo en donde pasara más tiempo conmigo. Asi lo hicimos, cambié mi movil, para que no me localizaran nunca Jane y Carlos. Ahora tengo dos niños y mi pecaminosa vida ha quedado atras, aunque siempre que me masturbo pienso en esas sesiones de placer y corro instantaneamente.
Espero le haya gustado. Escribirla me descarga un poco..
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