Mi aventura sexual en el Norte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamaré Cesar, en ese entonces con 28 años, mido 1.82 mt y peso 190 lbs, quiere decir que no estoy ni delgado ni gordo, me gusta ejercitarme. En ese año, en la empresa, donde laboraba, hizo un recorte de personal y fui retirado, me dieron mi indemnización, pero poco a poco se iba acabando y no conseguía trabajos buenos. Pero desde hace años yo tenía la intención de irme al norte a ganar dolares y habíamos platicado con mi esposa de eso, además ella tenía una tía, prima de su mamá, que estaba en buena situación económica allá. Y la tía de mi esposa que yo solo conocía en fotografías, y a propósito se miraba muy guapa la señora, nos decía que ella que nos ayudaría si nos ibamos a trabajar.
Luego de pensarlo más de una vez, viendo la situación laboral tan critica en nuestra provincia, me decidí, mi esposa le avisó a su tía y ella misma me iría a recoger al aeropuerto. Finalmente llegué a Estados Unidos, y me senté a esperar a la tía de mi esposa. Pasaron los minutos y ella no aparecía. Yo tenía su número de teléfono, pero me dió pena llamar, asi que me decidi esperar lo que fuera necesario. Luego de más de dos horas de retraso, por fin ella llegó, se disculpó de que había tenido problemas, vi en su rostro que quizá había estado llorando. No pude evitar darme cuenta que era una mujer trigueña, como mi mujer, de unos 40 o 45 años, de baja estatura, con muslos rollizos, buen par de senos, que empujaban su blusa hacia fuera y un redondo y atractivo trasero, la tía a pesar de su edad era muy atractiva. Solo iba ella, supuse que su marido la esperaba en el parqueo del aeropuerto, pero no fue asi, ella iba sola, fue de pocas palabras. Pero en el camino, se le rodaron las lagrimas, le dije que se calmara, que se estacionara en algun lugar de la carretera y me contara que le sucedía. Yo la verdad, nunca había platicado con ella y no tenía la confianza, pero dada la situación.
Ella entre sollozos, me dijo que había llegado en mal momento, pues con su esposo estaban por separarse, y que ese día había estado muy dificil para ella. Me dio tanta pena, que si hubiera podido irme de regreso lo hubiera hecho, pues también yo estaba nostálgico por haber dejado a mi esposa y mi hija de 4 años. La tía que le llamaré Sharon siguió llorando amargamente, estuvimos estacionados unos 20 minutos. Le ofrecí manejar, a pesar que nunca lo había hecho alli, ella dijo que no, que ella lo haría, que ya se sentía bien.
Llegamos a la casa, era un casa grande de muy buen gusto, en un lugar residencial. Ella me acomodó en una habitación, me dijo que se retiraría a su habitación y que me llamaría para la cena, una trabajadora de servicio me llevó algo de tomar. En ese momento eran como las 4 de la tarde, y me quedé descansando en la cama hasta que me ganó el sueño, por todo ese largo viaje y el stress de los últimos días. Finalmente me llamaron a cenar y alli nuevamente vi a la tía Sharon, ya se veía mejor, ella se disculpó y me empezó a contar que desde hace algunos meses atras, se enteró por una llamadas anónimas que su esposo tenía una aventura con una mujer, al parecer el esposo que es dueño de una empresas, tenía una amante dentro de una de sus empresas. Y este mismo día ya habían hablado del divorcio. Mala suerte para mi, pensé, pero ese fue el inicio de la mayor aventura sexual de mi vida.
Empecé a trabajar casi de inmediato, pues la tía Sharon ya se había adelantado en eso. Yo regresaba a la hora de la cena o un poco antes. En una casa tan grande, solo la sirvienta, una señora morena, algo gorda, la tía Sharon y yo, eso era asi pues solo habían tenido una hija que llamaré Amelia, y que se fugó con su novio con apenas 18 años y ya no vivía en la casa, pero si en la misma ciudad. Me encantaba llegar a la casa, después del trabajo, y ver a la tía Sharon su hermosura de mujer madura, siempre vestía sexy, sobre todo le encantaban los escotes en sus blusas y vestidos, sus senos tenían una firmeza espectacular, sus piernas llenitas y la agradable curvatura de sus caderas y de sus nalgas, sobre todo cuando se ponía pantalones ajustados, hacian que se me quitara el agotamiento mental. Asi también chateaba y me comunicaba con mi esposa todos los días.
Durante las semanas siguientes, la tía Sharon vivió más momentos amargos por su esposo. Y yo me fui volviendo su mejor brazo, pues yo la trataba de levantar psicologicamente, pues terminaba con mucha depresión. En esas semanas yo no trabajaba sabados y domingos, esos turnos estaba ocupados, pues la paga era un poco mejor. Asi que trataba de sacar a la tía Sharon de su encierro en la casa. Por momentos se le olvidaba, Cierto día llegué del trabajo y la encontré dormida en el sofá del living, me acerqué y un olor a licor, la tía Sharon había estado bebiendo y estaba completamente borracha. La quise despertar, pero estaba como inconciente. Ella tenía puesta una falda corta pegada y una blusa como casi siempre con mucho escote, sus senos se veían preciosos y sus muslos sin medias, se antojaban para morderlos, tuve casi de inmediato una erección, acuérdense que para ese momento tenía casi tres meses de estar alli y no había tenido relaciones sexuales, y a mis 28 años me mantenía cachondo todo el tiempo.
Me acuerdo que cargué a la tía Sharon, la llevé a su habitación, la recosté en la cama y la falda se le subió, pude ver sus diminutas braguitas, sobre todo la parte que cubría su rajita, debía depilarse toda, pues no le veía ninguna protuberancia que anunciara sus vellos púbicos. Le quité los zapatos de tacón, y en mi mano quedó uno de sus pies, la tía tenía pies pequeñitos, posiblemente del 35 o 36, tenían bella forma, finos, bien arreglados, daban ganas de metermelos en la boca y chuparlos y posiblemente ella no sentiría nada por la borrachera que tenía. No lo hice pero si los acaricié por largo rato cada uno, mi verga se siguió erectándo dentro de mis pantalones. Vi para todos lados, me levanté cerré la puerta de su habitación por dentro y tomando uno de sus pies delicadamente con mi mano, me lo restregué contra mi bulto en los pantalones, fue delicioso y eso ocasionó que mi verga estuviera totalmente erguida.
Ya no quise seguir adelante y me fui de allí, no sin antes volver a verle sus bragas y acercarme a oler la intimidad de su rajita.
Iban pasando los días y la tía consumía ya bastante licor. Hasta que una noche decidí meterme donde no tenía permiso, le dije que -basta- ya de destruirse, -mientras tu marido está contento por allí, tu te destruyes, si eres tonta, con lo hermosa que eres- esto le sirvió a la tía Sharon para salir de su depresión. Ese mismo día más tarde me dijo que mientras yo estuviera con ella hablándole, ella se sentía bien, pero cuando me iba a trabajar ella caía en depresión. Asi que me hizo una propuesta, yo debía de renunciar donde estaba trabajando, ella me pagaría lo que me pagan allí por estar con ella y ayudarla en todo el proceso de divorcio, en motivarla y no dejar que cayera en depresión. Sentí que el corazón se me salía, sería que la tía estaba coqueteandome, quería una aventura conmigo?. Me hice un poco el dificil, pero sabía que eso estaba bien para mi.
A partir de alli, dejé de trabajar en ese restaurante y casi nos hicimos inseparables, es claro que eso no se lo conté a mi esposa. Comenzó a crecer una atracción entre la tía y yo. Cada día era más difícil terminar el día sin decirle que me gustaba mucho y que su marido era un idiota en dejar por allí una mujer tan hermosa y sexy.
Hasta que sucedió. Esa noche nos quedamos en la sala para beber una copa de vino, que era lo único que yo la dejaba tomar. Hablamos del dia, pero nuestros ojos no dejaba de verse, era cuestión de tiempo, por fin me acerqué y le dije que -en realidad eres muy bella-, nuestros labios se juntaron ardientemente, creo que la pasión que se fue juntando por varios días desembocó en esa noche. Le besé el cuello y las orejas usando mi lengua también, desabotoné su blusa e hice a un lado su sostén que era de media copa, comencé a mamar sus dos bellas carnes, las cuales había deseado desde hace muchas noches atras. Chupé cada centimetro de sus senos, apreté con los labios sus pezones hasta que se pusieron duros y erectos. Ella tomaba con sus manos sus tetas y me las ofrecia aún más. Poco a poco nos fuimos quitando la ropa, hasta ella quedar solo en bragas y yo en boxer.
Le dije que nos fueramos a su habitación, ella no quiso, posiblemente porque eso le recordaba a su marido, asi que la llevé a mi recamara, alli la acoste entre besos y chupada de tetas, me puse entre sus piernas y quité su braga, ante mi tenía una raja con labios gruesos, más morenos que blancos, pero brillaban, la tía se estaba mojando, comencé a pasarle la lengua entre sus labios vaginales hasta llegar a su clitoris, la tía Sharon gemía de placer y se retorcía en la cama. -Ayyy asi papi asi, asi..- me décía ella entre gemidos y quejidos. Mamarle su raja jugosa era rico, pero mi verga estaba lista desde hace semanas, lo que yo quería era cogerla. Asi que me subí sobre sus piernas abiertas, sus muslos eran bellos y mientras mi verga se hundía en su sexo húmedo y caliente, ella tomó mi boca con la suya y mientras nuestras lenguas jugueteaban mi verga entraba y salía de entre su deliciosa fruta.
Le martillé mi verga duro, luego más duro y secos golpes, que la hacían gritar, ella podía gritar todo lo que quisiera pues los dos estábamos completamente solos en esa casa, que era testigo de nuestra doble infidelidad. Yo se la metía hasta el fondo toda mi verga y aún yo quería enterrarla más y más, pronto ella me abrazó y sus uñas se enterrarón en mis espalda, ella se estaba corriendo, tuve que dejar de pistonear un poco pues no quería acabar todavía, quería cogérmela todo el tiempo que pudiera, eso quería.
Luego cambiamos de posición y ella se montó sobre mi, y se puso a jinetearme, sus tetas colgaban y se movían como vejigas con agua. Me senté un poco para poder llegar a ellas y mamarlas de nueva cuenta, mis manos como tentaculos le masajeaban las nalgas y le sobaba con los dedos su ojito del culo.
La tía Sharon fue tomando mucho más ritmo y velocidad encima de mi parada verga, cada vez que se movía sentía que me la jalaba con la cuca, me fue llevando hasta el no retorno y no dejó de moverse hasta que ella logró llegar a su segunda corrida y primera mía, estallé dentro de su vagina, no cuantos pistonazos dio mi verga dentro de su rajita, pero fueron muchas, todas mis ganas acumuladas de estos meses fueron a parar hasta su utero. Ella se quedó un rato sobre mi, mi verga aún dura dentro de su raja, se fue poniendo flácida. Ella se desmontó y se fue al baño a asearse. Al salir lo primero que me dijo fue -Cesar dios mio, que cantidad de leche me echaste!!, me costó sacármela toda!!- -ahh y deja de llamarme tía Sharon, dime solo Sharon!!-
La tía Sharon se acostó a mi lado y las caricias y besos iniciaron de nuevo. -Te gusto??- me preguntó -No estaré muy vieja para ti??-; yo contesté -no tía, eres una mujer impresionantemente bella y me gustas desde casi que llegué- no dijimos algunas palabras de amor y comenzamos de nuevo, ella me tenía tomada la verga con una mano y me hacía un rica chaqueta, mi miembro fue creciendo y endureciéndose en su mano, luego ella fue bajando a mi regazo para tomar con sus labios mi verga y mamarla. Sharon me dio una suculenta mamada, no se si fue el tiempo de no tener sexo, pero sentí esa chupada de verga como la mejor que me habían dado. Tuve que detenerla para no acabar en su boquita, pues mi intención era seguirla cogiendo otro rato más.
Y asi lo hice, la puse en cuatro a próposito queria besarle primero las nalgas y su culo antes de empinarsela, le chupé las nalgas todo lo que quise y mi lengua pasaba por su agujero del culo, ella no tardó en gemir como loca de nuevo. Me puse atras y tomando mi verga se la encajé en su raja y comencé a pistonearla otra vez, era delicioso sentir sus nalgas chocar contra mi vientre mientras mi verga queda ensartada en su interior. La tuve asi un buen rato, la hice llegar a otro ruidoso orgasmo, y luego me fue llegando de nuevo el turno y acabé dentro de su vagina otra vez.
Luego de esa gloriosa noche, la relación con ella cambió. Me la seguí cogiendo casi diario en las primeras dos semanas; ella se vestía para mi cada noche y teníamos sexo rico. Yo me la cogí en casi todos los ambientes de la casa. En más de una ocasión me pidió llevarla a algun motel, pues aveces la casa la deprimía un poco y ella quería estar completamente lista para entregarseme.
Y fue en un motel donde en una noche con mucho sexo, se la metí en su lindisimo culito, ella me dijo que hacia mucho tiempo que no la penetraban por alli, desde que era novia de su marido, asi que me di el gusto de reestrenar ese magnifico agujerito de Sharon y a ella le encantaba darme ese gusto a mi, en lo más excitante de nuestros encuentros me pedía cogerla por alli, sabía que eso me ponía como loco, primero le comía su culito y luego la penetraba duro hasta que me corría adentro de su recto. Nos llegamos a compenetrar sentimentalmente que un tiempo después ya ni siquiera hablaba de su marido. En el fondo yo debo decir, que ya sentía algo por Sharon, y en ocasiones yo sabía que ella lo sentía por mi, pues se le escapaba por momentos un -te amo-. No besábamos como dos adolescentes cada día. A las pocas semanas de nuestro primera relación, yo dormía más en su cama que en la mía.
Semanas más tarde cambiaría todo. Conocí a su hija, no la había conocido antes, pues ella la visitaba por las mañanas, cuando yo me encontraba trabajando todavía en el restaurante. La chica de 19 años, era la que se había escapado con el novio, llegaba a buscar a la madre, pues le confesó que su pareja la golpeaba, y le daba mala vida. Sharon la recibió como a la hija prodiga, pero eso hizo que nuestro comportamiento en la casa el uno con el otro cambiara, pues no podíamos estar igual con la hija alli, regresé a mi habitación y había días que casi no hablábamos el uno con el otro.
Como que la familia había vuelto y yo parecía que estaba de más. Y sucedió algo que no estaba previsto, Amelia la hija de Sharon, comenzó a fijarse en mi,
Como adivinaran dejamos de coger con frecuencia, pues la hija se acomodó en la casa en lo que había sido su habitación, y Sharon estaba emocionada con tenerla con ella de nuevo y pasaba todo el tiempo posible con ella, lo cual era normal, más no para mi. A las pocas semanas, el marido de Sharon comenzó a frecuentar la casa, lo cual dio como resultado que yo me decidiera a volver a trabajar en el restaurante (claro con apoyo de Sharon).
Como que la familia había vuelto y yo parecía que estaba de más. Podía en algunas noches después oir los gemidos de Sharon desde su habitación, teniendo sexo con su esposo, que era lo normal.
Pero, sucedió algo que no estaba previsto, Amelia la hija de Sharon, comenzó a fijarse en mi, la chica tenía el cuerpo de su madre, buenos senos y un trasero muy bueno. Una noche le dije que la visitaría en la noche, yo estaba caliente y tenía algunas semanas sin sexo. Ella al principio me dijo que no, entonces le dije que si dejaba la puerta abierta era que si lo deseaba y que si estaba cerrada cuando yo llegara en la noche sería que no quería nada conmigo. Como a las doce de la noche, me fui sigilosamente rumbo a la habitación de Amelia, la puerta estaba abierta, entre, estaba oscuro, me fui deslizando sobre la cama y para mi sorpresa la preciosa Amelia estaba solo la braguita puesta, le besé desde los pies, chupando cada dedito y subiendo por sus pantorillas, besé ahora sus buenos muslos y llegue a su rajita, afeitada como la de su madre, le di una mamada que reflejo mis semanas sin sexo, la chica gemía y tuve que pedirle que se controlara, pues podíamos ser descubiertos por sus padres que seguramente estaban echando un polvo en ese momento.
Luego la puse a mamarme la verga estando yo de pie sobre la cama, la nena era buena como su mamá en eso. La chica me comió la verga como una experta, me lamió los huevos y me puso a punto de correrme, tuve que quitarla de alli para luego ponerla para cogerla al estilo misionero, abrió sus piernas y la penetré, su rajita estaba cerradita, estaba rica, esa noche yo estaba inspirado, cuando tu coges y coges y no tienes ganas de acabar aún. Amelia se corrió al menos dos veces antes que yo llegara a la primera. Luego para mi segundo palo la puse en varias posiciones, desde estilo perruno hasta colgada de mi cuerpo contra la pared cogiendo. La nena era candela pura, le gustaba que le diera duro, cuando le tocó cabalgar a la pequeña, le meti un dedo en el culo y la chica como se movía más fuerte y como chillaba. Terminamos bañados en sudor cada uno, luego tomamos una ducha juntos y aún ella me comió la verga otro rato.
Los encuentros con Amelia se comenzaron a repetir primero una vez cada semana, luego dos y tres veces por semana, hasta que Sharon me llamó y me preguntó si me estaba cogiendo a su hija, yo no contesté, luego ella agregó, es que ahora tiene una carita de felicidad, eso me calmó un poco saberlo. Le confesé que si, que ambos lo deseamos y se concretó una noche (no le dije que habían sido varias noches). Me dijo que ella no se oponía si había una relación, pero que tenia que irme de la casa. Asi que me fuí y un mes después de estar viviendo en un apartamento, decidí después de un año y cuatro meses, regresar a mi país, con mi familia.
La tía Sharon todavía se comunica con mi esposa, pero nunca le ha mencionada nada de lo ocurrido en ese tiempo, cuando fui amante de la mamá y luego de la hija. Aun me pajeo recordando.
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