mi consuegra
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tenemos 2 hijos la mayor de 23 años, de novia, nos pidió hacer una reunión para presentarnos a los padres de su novio. El chico al que ya conociamos nos advirtió que a su padre (Carlos) cuando bebía de mas se ponía a cantar y luego se quedaba dormido, por lo que sería bueno que no le diesemos alcohol.
Asi fue que hicimos un asado en casa en el que estaban el mencionado Carlos (regordete bajo y pelado, alrededor del 50 años), su esposa Silvia (algo mas joven pero con buena figura) mi hija mayor con su novio y mi esposa. La velada transcurrió dentro de lo normal pero de acuerdo a lo advertido Carlos chupaba como una esponja (trajo 2 botellas de muy buen vino) y comenzó a contar cuentos en voz muy alta y luego a cantar canciones de los 70´ y mas tarde luego de los postres, comenzó a cabecear y se quedo dormido.
Ante el evidente papelón su esposa me pidió si lo pudiese llevar a su casa, (vivían a unas 10 cuadras de la mia) ya que ella no manejaba, asi ella podria volver y continuar la cena.
Como pudimos lo subimos al asiento trasero de su auto, Silvia se sentó en el asiento del acompañante y yo manejaba. Lo dejamos acostado en su cama mientras Silvia maldecía en todos los idiomas.
Volvimos a subirnos al auto y yo en broma para distender el asunto, le dije que si tenía pensado en algún festejo posterior se olvidase, a lo que me respondió que hacía rato que no tenia ninguna alegria, que Carlos nunca fue muy fogoso y que hacía rato que nada de nada.
Para no hacerla sentir tan mal le comenté que me pasaba algo parecido, que si bien Ines tampoco se caracterizó nunca por ser muy fogosa, cada dos semanas me satisfacía plenamente.
LLegamos nuevamente a casa y continuamos charlando amablemente con mi esposa y nuestros respectivos hijos. Ya sin inconvenientes seguimos tomando unos tragos hasta que los chicos se fueron a bailar con unos amigos que los pasaron a buscar.
Mi esposa comenzó a sentir los efectos del alcohol y también se quedó profundamente dormida, no sin antes decir unas cuantas pavadas y reirse de cualquier boludez.
Con la ayuda de Sivia la acostamos en nuestro dormitorio, en el 1er piso y nosotros seguimos charlando en el living en la planta baja. La verdad es que es una mujer con la que congenié enseguida. Nos propusimos darles una lección a nuestras parejas, por lo que inventamos una nueva reunion para el fin de semana siguiente, ya sin los tortolitos. Volví a llevar a Silvia a la casa y el beso de despedida fue muy cerca de nuestras bocas, pero no pasó de allí.
Llegado el sábado nos volvimos a encontra en casa, pero esta vez ante unas riquísimas pizzas y con bastante cerveza de por medio. De acuerdo a lo previsto, Carlos embromó, cantó y se durmió. Para no volverlo a llevar a la casa lo acostamos en mi dormitorio, y a seguir la charla, luegos de los postres y unos tragos también Ines comenzó a cabecear y cuando se quizo parar se cayó redonda al piso, totalmente borracha. También la llevamos al dormtorio, en el que Carlos dormía la mas placentera de las monas, la acostamos al lado de éste y le hice una seña a Silvia para que los desvistamos.
Ella lo hizo con su esposo y yo con la mia, hasta dejarlos completamente desnudos, yo comencé en tono de broma a tocarle las tetas a mi esposa y luego la conchita, obviamente sin respuesta alguna, mientras Silvia le tocaba la pija a Carlos y le daba una pequeña mamada, también sin obtener nada.
Silvia me dice que los coloquemos abrazados para que cuando despierten ver su reacción. Es bueno aclarar que las monas de Carlos duran hasta bien entrado el dia siguiente, por el contrario Ines despierta siempre no mas alla de las 10 Hs.
Nos fuimos al living con Silvia cagándonos de risa y nos volvimos a servir unos tragos. A Silvia se le ocurrió que para darle mas contenido a la cosa, le podríamos poner alguna crema o un gel a mi esposa para que creyese que había cojido y yo aporté que le podríamos frotar un pimiento en su culito para que crea que por allí también le habían entrado ( a mi no me lo entregaba hacía años).
Volvimos a subir e hicimos lo previsto sin ningún inconveniente ya que los dos estaban en el mejor de los sueños, mientras yo le ponía una crema bastante parecida al semen en la chucha de mi esposa, Ines le frotaba un pimiento por el culito, y la muy guacha riéndose le metía y le sacaba el dedo mayor y me dijo ahora sí va a creer que se la cojieron bien cojida. Nos volvimos al living y brindamos cagandonos de la risa, en eso, cuando la miro a los ojos comenzó a acercarse lentamente y nos dimos un beso muy largo y caliente, preludio de lo que vendría luego. Nos dimos de todas las maneras posibles, nos chupamos en un 69 glorioso, y me regaló su culito apretado, no sé cuantas veces acabó, yo lo hice 2 veces y parecían haber sido los mejores polvos de mi vida. Nos dormimos en el sillon del livig, muy abrazados, y nos despertó el sol ya entrada la mañana, subí sigilosamente para ver cómo estaba nuestros esposos. Seguían en bolas abrazados y roncando.
Con Silvia nos volvimos a echar un buen polvo con todos los condimentos, y luego nos aseamos esperando el final de nuestra revancha. Como a las 10 sentimos ruidos arriba, luego de un rato bajó Ines y nos preguntó que había pasado, le dijimos que los acostamos totalmente borrachos vestidos como estaban y que cuando Silvia se quizo ir no pudo despertar a Carlos, por lo que optó por dormir en la pieza de mi hija y yo dormí en la de mi hijo, y que hacía un rato nos habíamos levantado, y le preguntó cómo se sentía. Dijo que bien, que cuando se despertó lo vió a Carlos al lado y no entendía nada, que en eso también despertó Carlos y que ya bajaba, que estaba en el baño. Nunca comentó que estaban los dos en bolas.
Cuando bajó Carlos tampoco hizo ningún comentario, saludó agradeció la hospitalidad y tomando de la mano a Silvia se fue a su casa.
Durante el día Ines me preguntó si anoche habíamos cojido y le dije que imposible, que dormía como nunca, que porqué lo preguntaba, y me contestó que le ardía el culito y que le parecia haber tenido semen en la conchita, y yo en broma le dije: no te habrás cojido al peladito aprovechando que estaba en pedo no?
Al día siguiente pasé por la casa de Silvia, sabiendo que ni Carlos ni su hijo estarían, ya que trabajan juntos. Nos volvimos a echar un polo maravilloso, y me contó que su esposo le preguntó qué pasó la noche del sábado, ya que se había despertado desnudo, con Ines al lado también en bolas y ella le contestó viejo degenerado, no me cojes a mi, no será que te cojiste a Ines no?
Con Silvia nos seguimos viendo dos veces por semana. Ines y Carlos no se miran a los ojos, pero ines ahora me entrega su culito bastante seguido.
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