Mi cuñado Pablo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi marido y yo somos peruanos, tiene otro hermano casado con otra peruana y su hermana que es casada con un argentino.
Todos vivimos en este país, y en la misma cuadra.
Pablo es muy simpático y se mimetiso con nosotros muy bien.
Casi todos los sábados hacemos asados en la casa de uno u otro y nos tomamos nuestras buenas chelas.
El único que tiene límites con la bebida es Pablo, nosotros no tenemos esos límites, tomamos a morir.
Bailamos mientras podemos y nos divertimos en familia.
Yo me llamo Delia, pero me dicen Nena.
Pablo y yo al principio no nos llevábamos muy bien, hasta que fuimos tomando confianza y eso fue haciendo que siempre estemos bromeando.
Mi marido es mecánico, una tarde tuvo un accidente cambiando un espiral de un coche, enseguida llamé a Pablo y lo llevamos al hospital en su coche, su mujer se quedó con mis hijos.
En la guardia del hospital nos hicieron esperar en la sala, al rato salíamos fuera a fumar.
Mientras fumamos estábamos hablando.
«Che Nena, que le pasa a Norberto que no viene más a visitar a su hermana ni a las reuniones que hacemos?», me preguntó.
Norberto es hermano de la mujer del otro hermano de mi marido.
«No sabías que la última vez que vino y me vio borracha me quiso coger?», le dije, «enserio?, no sabía nada», respondió Pablo, «si, Coco (que así le decimos a mi marido), lo quiso pelear, y le dijo que no vuelva a venir porque lo iba a cagar a trompadas», le contaba.
«Que zarpado, pero vos lo provocaste, hiciste algo?», hablábamos con Pablo.
«No, que te pasa?, nada que ver, aparte no me voy a bajar los calzones con un feo como ese», le dije riendo.
«Mmmmmm, y conmigo te los viajarías?», dijo riendo.
«Hay sos loco?, bueno, si no fueras quien sos, lo pensaría», le respondí siguiendole la corriente.
«En serio me lo decís?», me dijo agarrando una de mis manos, «para, dejemos esto que se nos va de las manos y entremos a ver que nos dice el médico», dije y entramos.
Al rato sale el médico y nos dice que va a quedar en observación por el golpe en la cabeza.
En el viaje Pablo insistía si era cierto lo que le había dicho.
«Mira Pablo, no te voy a negar que me gustas, pero de ahí a que nos vallamos a la cama hay un camino, no quiero historia ni con Coco ni con tú mujer», le dije como para que deje de insistir.
Cuando llegamos a casa, me quiso besar en los labios pero no lo deje.
Al otro día fuimos a buscar a Coco y en ningún momento Pablo dijo o hizo nada de lo que habíamos hablado ayer.
Era como que Pablo lo intentó y se quedó tranquilo.
Cuando Coco se recuperó del todo, seguimos con las fiestas familiares y tomando a morir.
Una noche tomamos vino, y eso me cayó como una bomba.
Quería ir a vomitar, pero apenas podía estar de pie y todos menos Pablo, estaban igual.
No tuve más remedio que pedírselo a él.
Cuando estaba vomitando casi me caigo y Pablo para evitar que me caiga me abraza y apoya su mano en una de mis tetas.
Yo estaba tan mal que lo deje que me agarre la teta, de echo sentía como la apretaba bien suave.
Me enjuague la boca y salímos, él ahora me llevaba del brazo.
Aquello era un desastre, el que no estaba dormido poco le faltaba.
La mujer de Pablo estaba en su cama durmiendo también.
«Me acompañas a casa así me acuesto?», le dije un poco mejor aunque seguía bastante borracha.
Me llevó hasta el dormitorio donde me dejo sentada en la cama, me quiso ayudar a desvestirme pero le dije que no, gracias.
Cuando se va, ahi dejé que me diera un beso en los labios.
Al otro día estábamos todos destruidos, pasamos la mayor parte del día en la cama.
Así fueron pasando los días y ahora Pablo ya me llevaba la carga mas descarado pero siempre que estábamos sólos.
Me iba gustando como Pablo me quería conuistar.
Dos veces me había tocado la cola y yo no le dije nada.
Una mañana Coco no estaba y yo estaba sola en casa y veo venir a Pablo, entra, como no había nadie me dio un pico.
«Sabes que cada día me gustas más Nena?», dijo y volvió a besarme la boca, «me vas a dejar que te baje la bombachita?», me dijo y me abrazó, volviendo a besarme y metiendo su lengua en mi boca, apretando mis nalgas con sus manos, «y si viene Coco?», le dije dejando que me bese y acaricie mi cola, «le decimos que vine a conectarte la videograbadora», me dijo intentando desabrochar mi pantalón vaquero, «no sé, no me animo», le dije sacando sus manos de mi pantalón, pero enseguida me levantó la remera, sacando mis tetas del sujetador, empezando a chupar mis pezones.
«Hay para que me estas poniendo arrecha», le dije, «mira como estoy yo», me dijo sacando su pija que estaba re dura.
«Pablo», le dije agarrando su pija con mi mano mientras él me seguía chupando las tetas.
«Queres que te la chupe?», le dije sin dejar de acariciar su pija.
«Dejame que te chupe el ojete y después me chupas la pija y te tragas la lechita», me dijo haciendo que me ponga loca de la forma que me estaba chupando las tetas.
Sin decir nada, me desabroche el pantalón, me lo bajé junto con la bombacha, Pablo me hizo dar la vuelta, que me agache y me abra las nalgas y siento como me empieza a dar besos y sentía su lengua pasar por mi ano, haciendo que se me aflojen las piernas, «que hermoso ojete que tenes Nena, como quiero cogerte por la cola», me dijo y lo siguió lamiendo, «si Pablo, me la vas a coger, pero no ahora, deja que chupe tú pija antes que venga Coco», le dije subiendo mis calzones y mi pantalón para que no me siga chupando el ano.
Me puse de rodillas frente a Pablo y le dije que mire que no venga mi marido y me metí su pija en mi boca y se la empecé a chupar.
Estaba nerviosa chupando la pija de Pablo, pero mis nervios no eran por lo que estaba haciendo, me ponía nerviosa que venga mi marido.
Al rato de estar chupando, siento como se empieza a acabar en mi boca, no pude evitar tragar una buena parte de su leche, el resto la aguanté en mi boca hasta que terminó de acabarse, me puse en pie y escupi la que tenía en la boca y me enjuague con agua.
«Nena, cuando nos vamos a hotel, te quiero chupar toda, te quiero coger por todos lados», me dijo apretando mis tetas, metiendo una de sus manos y me acarició la concha.
«Pablo, que para mí no es tan fácil, que le digo a Coco?», le dije y nos despedimos.
Varias veces vino Pablo a casa y me chupaba la cola y yo le chupada la pija.
Pablo tiene obsesión con mi cola, me ha metido varias veces el dedo y después se lo mete en la boca.
Me pide que le cuente como mi marido me coge por la cola.
Una vez le presté un vídeo que habíamos grabado donde mi marido me cogía la cola.
No me dejaba tranquila, chupando mi ano, metiendo sus dedos dentro y luego yo veía como los chupaba y me los volvía a meter, sentía como los movía dentro de mi cola y los chupaba, así hasta tres y cuatro veces.
Pasó como un mes hasta que tuve que ir a ver un trabajo y Coco no me pudo llevar y le pedí a Pablo que me lleve.
El trabajo era en San Isidro y le dije que si terminaba rápido nos íbamos a un hotel.
Yo de tanto chuparle la pija y que él me chupe la cola, ya quería coger también.
Pablo iba que volaba en su coche, llegamos y por suerte estaba el señor, Pablo me esperaba en el coche.
Demore unos minutos ya que quería con cama, libre solo los domingos medio día y pagaba una miseria.
Coco me llama al celular y le dije que estaba esperando al señor, mientras íbamos en el coche buscando un hotel.
A las afueras de San Isidro encontramos un hotelucho que Pablo enseguida metió el coche, nos bajamos y entramos en la habitación.
Pablo estaba tan caliente que me desnudó y sin dejarme lavar, me empezó a chupar toda, las tetas, me besaba el cuerpo, me empezó a chupar la concha con una fuerza, unas ganas, que me hacia gritar de placer, me hacía retorcer en la cama.
Se empezó a desnudar él y yo lo esperaba con las piernas abiertas.
Pablo se acuesta encima mío y le clavé las uñas cuando me metió la pija y me empezó a coger.
Me cogía de una manera tan loca, tan salvaje que me hizo poner bien arrecha y quería.
coger como él.
Nos movemos como locos, su pija entraba y salia de mi concha haciendo que grite de placer.
«Por la cola, haceme la cola», le empecé a gritar, quería que me coja la cola.
Así como estaba, me levantó más las piernas, siento como me empezó a chupar los pies y de dos embestidas me la metió toda en la cola haciendo que de un fuerte y largo gemido de placer.
«Me estas matando, que bien me cachas», le dije sintiendo como su pija entraba y salía de mi ojete, haciendo que de unos tremendos gemidos de placer.
Nunca había cachado con esa fuerza,.
esas ganas, el placer que sentía era tremendo, como estaba disfrutando.
Pablo no dejaba de morder y chupar mis pies mientras su pija entraba y salia abriendo bien mi ojete.
Yo estaba como loca, me retorcia en la cama, me metía los dedos en la concha, Pablo me contagiaba con su locura, lo empuje con mis pies, haciendo que se caiga sobre la cama, sacando su pija de mi ano.
«Queres culo, queres cogerme el culo?, toma, acá tenes culo», le gritaba abriendo bien mis nalgas y me daba fuertes sentones en su pija haciendo que me entre toda a cada sentón que daba sobre su pija.
Hacía que me entre bien adentro y movía mi cola en círculos sin dejar de abrir mis nalgas.
Ya me habia acabado dos veces, estaba loca, sentía que iba a reventar, hasta que me siento fuerte, la hice entrar bien adentro, empecé a gritar de placer cuando me empecé a acabar con tanta fuerza, con tantas ganas que empecé a llorar, estaba llorando de placer, mientras Pablo me estrujaba las teteas y lo escuchaba gemir llenando mi cola de leche.
Nos besamos con furia, yo seguía con la pija de Pablo bien adentro de mi cola, no la quería sacar.
«Me reventaste el chiquito, que bien me cachaste la cola», le dije besando su boca, lambiendo sus labios.
Me levanté quedando parada de espaldas a Pablo, dejando que me vea la cola, sentía su leche salir de mi ano y deslizarse por mis piernas.
«Pablo, me vas a seguir visitando en casa y cuando tengamos oportunidad me vas a seguir cachando?», le dije mientras nos duchabamos.
«Sí, pero no quiero que escupas mi leche, quiero que te la tragues toda», me dijo metiendo un dedo en mi maltrecho chiquito, «hayy, sí amor, la voy a tragar toda, pero saca tú dedo que me duele la cola», le dije y nos terminamos de bañar, que ya se había echo tarde y teníamos que volver a casa.
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