MI ESPOSA CINTHYA Y MI VIEJO JEFE 5
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Estábamos don Mario y yo en la pequeña sala sin fuerzas producto del alcohol, pero algo no me cuadraba, yo nunca me había sentido así cuando bebía, sentía mi cuerpo pesado y la cabeza como un globo llena de aire, me costaba mantenerme despierto, lo último que vi fue a mi jefe llevando a mi sensual esposa hacia la habitación y con la consigna de “vas a sentirte mejor culona”.
Como era posible que una mujer como Cinthya tan dulce y delicada se atreviera a “jugar” de esa manera con un hombre maduro como don Ernesto, entiendo que mi jefe pierda la cabeza por semejante mujer a su disposición, pero ¿Cinthya?, como pudo ser eso posible, ella no fue obligada a nada, extrañamente estuvo muy receptiva a todo lo que el viejo le pedía y para mayor prueba de eso fue el momento que mi jefe la tomo de las tetas y ella no objeto nada, es mas lo animo a continuar.
Ya había pasado unos minutos desde el viejo se había llevado a Cinthya a la habitación, quería ir tras ellos, pero mi cuerpo no respondía aun del todo, cerré los ojos por un momento y escucho pasos que venían desde la habitación, era don Ernesto el que había vuelto, “ no te me escapas culona” “ te haces la difícil”“ con esto tu solita me vas abrir tus piernotas jaja “, fue lo poco que logre escuchar, el viejo tomo una de las copas de Cinthya y no de él y enseguida regreso a la habitación.
Con esfuerzo logre arrastrarme y acercarme a la habitación donde se encontraban Cinthya y mi jefe, llegue casi a la puerta que estaba abierta hasta la mitad desde ahí pude ver que ambos estaban sentados en la cama y se podía escuchar a Cinthya que hablaba con don Ernesto.
-no don Ernesto ehmm mejor volvamos afuera jeje.
– no damita acá estamos bien, más cómodos. Mejor vamos a brindar. -tenían cada uno sus bebidas.
– este mm bueno, pero después de brindar regresamos afuera si jeje.
– está bien damita, pero toma anda jeje.
Ambos bebieron, don Ernesto estaba atento a que Cinthya se termine toda su copa. Cuando ella termino todo volvió a insistir que regresaran a la sala.
-bueno ya está jeje ¿vamos? – dijo sonriendo
– pos un momento damita, estoy un poco mareado jeje.
– jeje esta bien vamos a esperar que se recupere un poco jeje
– si quieres me puedes bailar otra vez andale.
– jaja no don Ernesto ya basta de bailes jeje.
– pos porque si bailas muy rico jeje.
– jajaja sí, pero ya es mucho no cree? – otra vez Cinthya volvía a estar receptiva ante los comentarios de don Ernesto.
– yo no me canso de ver tu cuerpito damita jeje-
– emm bueno per..
– tienes un cuerpito delicioso Cinthya jeje-don Ernesto la interrumpe y dirige la conversación.
– le gusta jeje? – mi esposa se adentraba al terreno de don Ernesto.
– jajaja esa pregunta ya no se hace Cinthya, estas deliciosa.
– y que le gusta más?
– pos acércate y te señalo que me gusta más mamacita – el viejo la veía morbosamente.
Cinthya estaba enganchada otra vez en el momento con don Ernesto y se puso de pie frente a él.
-bueno entonces que le gusta más? Jeje
– pos date vuelta mamacita- don Ernesto la tomo de la cintura y la puso de espalda. Tienes unas nalgas deliciosas Cinthya – dijo mientras amasaba el espectacular trasero a mí esposa.
– mmm don Ernesto no haga eso jeje- mientras cerraba los ojos y sonreía.
– vamos a continuar culona se que quieres que siga.
Don Ernesto otra vez tenia a Cinthya completamente entregada, ya no tenia reparos en tocarla donde el quisiera, amasaba sus tetas con una maestría casi endemoniada a lo que Cinthya respondía con leves gemidos, a esas alturas las prendas de Cinthya ya estorbaban y el viejo procedió a quitarlas, primero fue su top y su lindo sujetador negro dejando las redondas tetas de Cinthya al descubierto, notaba que sus pezones rosados estaban erguidos desafiantes ante don Ernesto que no dudo en llevárselos a la boca dándoles una atención especial a cada una.
-ahh don Ernesto que me hace umm- Cinthya lo disfrutaba
– que ricas tetas te manejas culona, nunca vi unas tetas tan hermosas- mientras seguía chupándolos.
A Cinthya solo la cubría el shortcito jeans con el que salió de nuestra habitación y don Ernesto ya buscaba quitárselo.
-ahh don Ernesto, debemos parar uff- trataba de detenerlo con la poca fuerza de voluntad que le quedaba.
– yo se que quieres culona anda dímelo – el viejo manoseaba las nalgas de mi esposa mientras chupaba sus tetas.
– yo no quier… – antes que siga hablando el viejo tomo su mano y la llevo a su miembro que ya lo tenía afuera. Era de un tamaño considerable un poco más grande que el mío, pero lo que marcaba la diferencia era el grosor y la forma que tenía.
– lo quieres Cinthya, desde que lo tomaste en la piscina sabía que lo querías- don Ernesto había revelado eso que sospeché pero que no quise aceptar.
Cinthya se quedo sin palabras, pero su mano se movía masturbando la verga de don Ernesto. estaba absorta en la verga de mi jefe y no dejaba de mover su mano dándole placer.
– verdad que quieres mamacita anda jeje.
– noo yo quiero a mi esposo ahh.
– el no va saber nada mamacita, este será nuestro secreto- mi jefe sudaba, y deseaba que Cinthya ceda de una vez.
Ella se quedo en silencio unos segundos y mirando hacia arriba como quien busca una señal respondió.
– umm solo esta vez- salió de la boca de Cinthya.
– si mamacita lo que tu digas jeje.
– ahh don Ernesto amo a mi esposo y él no debe enterarse por favor.
Mi hermosa esposa estaba aceptando follar con mi jefe, todas mis fuerzas decayeron de inmediato, Cinthya me iba a ser infiel, y lo más terrible es que se iba a entregar a ese viejo.
-yo no diré nada mamacita tienes mi palabra jeje, anda culona quítate tu shorcito de una vez ya no aguanto, quiero tenerte peladita para mí.
Cinthya de forma autónoma se quito el short, quedando con solo su cachetero ante los ojos del viejo quien como una bestia hambrienta se lanzo a ella, le quito el cachetero a mi esposa con una facilidad digna de un veterano.
-que rica esta culona te voy a follar como nadie – le decía el viejo a mi esposa mientras amasaba las nalgas de mi mujer.
Cinthya estaba entregada al momento y le dio un beso a don Ernesto quien por supuesto la acepto, pero él lo hizo con más morbo metiendo su lengua a lo mas profundo de la boca de Cinthya, al principio ella se sorprendió, pero solo fue un momento porque enseguida ambos ya jugaban con sus lenguas. Mientras eso sucedía don Ernesto en ningún momento dejaba de tocar el curvilíneo cuerpo de Cinthya dándole especial atención a sus redondas nalgas. Se separaron y Cinthya jadeaba por el sucio beso que acababa de terminar. Don Ernesto se quitó lo que traía puesto dejando su gruesa verga ante la mirada traviesa de Cinthya.
-esto es para ti culona jeje- mientras lo tomaba con sus manos.
– ehh no va entrar don Ernesto – dijo ella con cierto miedo.
– tranquila mamacita, de que mi verga entre en tu conchita yo me encargo jeje.
Dicho esto, el viejo la tomo de la cintura y la recostó en la cama dejándola abierta de piernas, Cinthya no tenia mucho bello corporal y el viejo agradeció el banquete.
-despacito por favor si – dijo mi esposa con miedo
-tranquila mamacita, primero te voy a aflojar jeje.
– que va hac..—
El viejo no dejo que Cinthya termine de hablar y hundió su lengua en la panocha de mi esposa, lo que le provoco en ella fue instantáneo. Arqueo su espalda por el placer que le daba la lengua del viejo, y se movía como poseída.
-aah don Ernesto que me hace – con voz de histérica. aahh se siente rico no se detenga- el rostro de Cinthya estaba transformada en una mueca de placer y satisfacción provocada por el viejo.
Cada vez que el viejo jugaba con el clítoris de Cinthya ella buscaba mas la boca del viejo moviendo sus caderas hacia él. El viejo ya la tenía donde quería. Se incorporo y se quedó viendo a Cinthya por unos momentos, estaría viendo semejante hembra rendida de placer ante él.
-anda culona chúpame la verga- con tono autoritario
Cinthya que recién salía del trance del sexo oral que recibió respondió
-yo no se como hacer eso- nunca lo habíamos practicado.
– pos me vas a decir que no se lo has mamado a tu maridito?
– emm no
-jajajaja que pendejo resulto ser- el viejo se reía como un desgraciado ante tal revelación.
– no diga eso- ella trato de defenderme
– ya culona entonces por ahora no lo harás, será para otro momento jaja.
¿Otro momento? ¿Don Ernesto anticipaba otro encuentro con Cinthya? Ella mismo dijo que sería solo una vez.
-ven aquí mamacita, dijo él y Cinthya obedecía, el contraste de ambos cuerpos era increíble, ella tan perfecta y delicada, dueña de un cuerpo escultural tomada por mi viejo jefe alguien con pocos modales y sucio.
Tomo a mi esposa de su pequeña cintura y la puso a cuatro patas en la cama, ella aceptaba todo lo que él ordenaba, apoyo sus tetas en la cama dejando su culo en pompa para el deleite del viejo, quien casi se desmaya por tan increíble imagen. Se puso atrás de ella, tomo su gruesa verga y la dirigió a la panocha de mi mujer, ya había llegado el momento de follarla.
-que rica conchita tienes Cinthya, desde que te vi por primera vez sabía que terminaría con mi verga dentro de ti jeje, tómalo culona! – empezó a empujar su verga dentro de Cinthya quien lo recibía con un gesto de placer y dolor. Ella abría la boca mientras mi jefe empujaba cada vez más su gorda verga dentro de ella. Daba pequeñas quejas de dolor, pero aguantaba como una guerrera hasta que al fin la tenía todo adentro.
-eres una maravilla Cinthya, me aprietas bien rico la verga ufff.
Cinthya no dijo nada seguía acostumbrándose al grosor de la polla de don Ernesto. después de unos segundos el viejo saco casi por completo su verga y volvió a enterrárselo, Cinthya otra vez emitió un leve “ay” pero eso no detendría al viejo quien seguía en su labor.
-que rico aprietas culona, anda pos te gusta mi verga jeje- mientras le daba mordidas en la espalda a mi mujer.
– ahhh – solo eso obtuvo por respuesta
Con esa señal el viejo tomo de las caderas a mi esposa y empezó a acelerar las penetraciones. La verga del viejo entraba y salía de la vagina de ella con velocidad, mientras Cinthya ya solo gemía por el placer.
-ahhh! Ahhh! – gemía mi mujer
– te gusta culona anda dilo! – decía el viejo mientras seguía follandola.
– ayy ahhh
– te pregunte algo mamacita, responde carajo! – mi jefe tenía una actitud posesiva y le dio unos azotes en el culo a Cinthya, PLAS! ¡PLAS! fue lo que se escuche en la habitación.
– ay sii me gusta don Ernesto UHMM!
– jajaja así me gusta mamacita que me responsas cuando te pregunte algo – el viejo se reía mientras la follaba.
La habitación era el escenario de la infidelidad de mi esposa quien disfrutaba de la follada que don Ernesto le estaba regalando por pedido de ella misma, el sonido de las blancas nalgas de Cinthya chocando contra la pelvis de mi viejo jefe acompañaban su entrega. El viejo detuvo sus arremetidas un instante, pero en seguida mi esposa quien tenia la cabeza aun apoyada en la cama lanzo su precioso a la verga de mi jefe, ella misma buscaba ensartarse su gorda verga.
-eso culona jeje así me gusta follate tu misma- le gritaba el viejo, mientras Cinthya seguía moviendo su culo y gemía de placer.
-AHH que rico don Ernesto me encanta.
– UFF eres una diosa Cinthya, te mueves muy rico.
– AY don Ernesto que me hace por dios!!
– aun no es todo mamacita, ven levántate.
La verga de don Ernesto salió de la cueva de Cinthya, pude ver en todo su esplendor estaba mas gruesa que hace rato, Cinthya se incorporo estaba sudando tenia pequeñas gotas de sudor en la frente, su cabello castaño un poco alborotado por las arremetidas, pero su rostro reflejaba el placer que sentía en el momento. El viejo se subió a la cama y se recostó con la verga apuntando al techo.
-ven mamacita móntate en mi verga. – le ofreció el viejo.
Cinthya estaba entregada y como una felina se subió a la cama se puso de pie frente a él, su cuerpo perfecto como el de un reloj de arena dejaba sin aliento al viejo. Quien la miraba esperando su respuesta.
No espero mucho, Cinthya empezó a bajar lentamente su cuerpazo y quedo encima del viejo, la verga del viejo rozaba las nalgas de Cinthya y sus tetas estaban pegadas al pecho de don Ernesto, ella lo vio a los ojos y le planto otro beso el cual el correspondió, su verga se movía por instinto, separaron sus bocas y Cinthya levanto sus caderas y encontró la verga de don Ernesto, ya la tenía en la entrada de su hermosa vagina, listo para ensártaselo otra vez. Ella con una sonrisa fue sentándose sobre la potente verga hasta tenerlo todo adentro otra vez.
-AHHH – gimió mientras esbozaba una sucia sonría.
– siéntelo mamacita es tuya, esta verga te pertenece.
El viejo tomo la cintura de Cinthya quien se movía sobre su polla.
-AY donnn no pare AHHH!, ¡¡QUE RICOO!!
– muévete culona metete mi verga.
Cinthya movía sus caderas rítmicamente penetrándose por completo, sus gordas nalgas rebotaban con cada arremetida, ella esta poseída por el placer.
-SII! ¡más don Ernesto sigaaa folleme más fuerte! – no podía creer que esas palabras salieran de la boca de mi inocente esposa.
– toma culona comete mi verga uff- el viejo bramaba como un animal.
– ME ENCANTA SU VERGA DONNN!
– lo sabía culona, te encanta mi verga.
-AYY SIIII QUE RICO ME FOLLA AHHH!, ¡NO PARE PORFAVOR AHHH! AH AH AHH!
– te gusta la verga del jefe de tu marido, culona.
– SI DON ERNESTO ME GUSTA SU GRUESA VERGAAA!
Los gritos de Cinthya debían oírse por todo el lugar estaba extasiada por el placer que don Ernesto le estaba brindando. Ella seguía cabalgando la polla del viejo quien tenia un aguante digno de admirar, no solo follaba su vagina también le daba placer a sus redondas tetas que estaban frente a él.
Yo estaba derrotado y mareado no podía creer que Cinthya me hiciera eso, con las pocas fuerzas que me quedaban volví al sofá. Desde ahí seguía escuchando los gemidos de Cinthya follando con mi jefe, hasta que me quede sin fuerzas y me quede dormido.
La luz del sol entrando por la ventana me hacía despertar, ya había amanecido y asustado me levante, estaba en mi habitación y busque a Cinthya mi sorpresa fue grande cuando la vi estaba a mi lado durmiendo boca abajo. ¿Qué había pasado? ¿Como llegue ahí? Fueron mis preguntas. Me quede viendo a Cinthya otra vez ella estaba hermosa con su melena castaña cubriendo su rostro tenía una sonrisa de satisfacción.
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