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Infidelidad, Intercambios / Trios

MI ESPOSA NECESITADA DE SEXO

Cada vez que mi esposa y yo follábamos siempre le decía que me gustaría hacer un trío con la participación de otro hombre, o simplemente verla coger con otro. En un comienzo se escandalizaba y me respondía: − ¡¿Estás loco?! Tú eres y siempre serás el único hombre con quien hago el amor. No me veo n.
Cada vez que mi esposa y yo follábamos siempre le decía que me gustaría hacer un trío con la participación de otro hombre, o simplemente verla coger con otro. En un comienzo se escandalizaba y me respondía:

− ¡¿Estás loco?! Tú eres y siempre serás el único hombre con quien hago el amor. No me veo ni me gusta hacerlo con otro, sólo contigo.

Mi esposa se llama Elena, es de piel blanca, bonita de cara, ojos color café, cabello castaño, buen cuerpo, resaltan mucho sus piernas y trasero, de senos no muy grandes del tamaño standard, de estatura mediana, ambos tenemos cuarenta seis años. Trabajo como gerente de ventas en una empresa comercializadora de productos de consumo masivo.

Siempre insistía en mi fantasía de verla follar con otro hombre, aparte que mi esposa es de naturaleza muy ardiente, por lo cual quería que la atendiera todos los días. Aproveché esta situación para sacar ventaja diciéndole que ella necesitaba que otro macho podría hacer mis veces como “suplente”. Ante esta disyuntiva fue cediendo poco a poco y utilizamos esa fantasía cuando hacíamos el amor:

─Cariño qué rico culo tienes – le decía – me encantan tus piernas, tus tetas, todo tu cuerpo. Me gusta follar contigo, me encanta cuando me chupas la verga auuu ¡qué delicia! Imagínate que no fuera yo sino otro hombre que te estuviera taladrando el coño, ya sabes que no te puedo complacer todos los días, así como tú quieres, con otro hombre ya podrías follar todos los días, como te gusta.

−Siiii mi amor, siii ¡qué rico, ¡qué ricoooooo! – me respondía bien arrecha – ¡ooohhh siii! sentir otro tronco dentro de mi concha, que me chupe las tetas, que me meta su lengua en mi culo, sigue cariño, sigue, sigue, no saques tu verga de mi concha mojada, taládrame con este mete y saca Aaaah… ricooo… ricooo… siii… siii, amor me vengo, me vengo, me vengoooooo, haaa

Elena terminaba con un fuerte y espectacular orgasmo, ese orgasmo como todos los orgasmos que tenía mi esposa me estimulaban tanto que a los pocos segundos yo eyaculaba inundando su vagina a borbotones, luego ella bajaba sus dedos hacia la entrada de su vagina, recogía un poco de mi semen para luego chupárselos, esto siempre lo hacía.

─Me gusta el sabor de tu semen, me excita amor – decía ella – hummmm… qué rico, pero recuerda que eso de otro hombre es una fantasía ¿eh?

−Pero no me vas a negar que te gustaría hacerlo con otro, tu cuerpo te lo está pidiendo mi vida, aunque tu mente manifieste lo contrario.

−Sí mi amor, pero no sé, me da temor… no sé. Tú siempre has sido el único hombre que ha estado dentro de mí. Tengo miedo que si eso se hace realidad luego te vas a poner mal, te van a dar celos y nuestro matrimonio se pueda resquebrajar, no quiero perderte porque te amo mucho, a pesar que mi cuerpo me pide sexo todos los días y muchas veces he tenido que masturbarme en tu ausencia para saciar esta calentura, aunque no es lo mismo cuando lo hago contigo.

─Te entiendo Princesa – le respondí – no te preocupes por mí, aunque tú no lo creas, a pesar que yo también te amo con locura lo nuestro va a estar unido más que nunca. No te imaginas la arrechura que me produce el hecho de verte follando con otro hombre, que te meta la verga en tu jugosa conchita, viendo tu hermoso cuerpo desnudo… caray… aunque no lo creas eso me pone a mil.

−Jajaja ¡qué loco eres mi amor! Por si acaso, por mi parte yo no soportaría verte con otra mujer. Ya sabes, ni siquiera se te ocurra mencionármelo. Está bien, voy a pensarlo, pero eso sí, con un hombre que me guste, no con cualquiera.

─Preciosa, ¿hay en nuestro entorno algún hombre que te guste? ¿Alguno que yo conozca? – le pregunté.

─Pues sí, pero no te vayas a poner celoso ¿eh?

─No, no te preocupes mi vida – le respondí.

─Bueno, es Miguel, el esposo de Rocío. Hace tiempo que me está enamorando a tus espaldas, claro está que yo no le hago caso, pero siempre me coquetea, me gusta el desgraciado ese. Me invita a salir, cuando nos encontramos ya sea en su casa o en cualquier otro sitio me saluda con besos en la mejilla casi en la comisura de mis labios, yo le digo que se comporte, que estoy casada y me debo a ti.

Rocío y Miguel son una pareja de esposos que son amigos nuestros que siempre frecuentamos ya sea en su casa o en la nuestra. Miguel trabaja en un banco de la ciudad y tiene fama de mujeriego, entre tanto que Rocío es ama de casa, que por cierto está como se pide y ella sabe de las correrías de su marido por chismes de amigas, pero como nada se ha comprobado la relación entre ellos sigue sin ningún problema.

Después de un par de semanas Rocío y Miguel nos invitaron a su casa para cenar, nosotros por supuesto aceptamos. Llegamos alrededor de las 8.00 de la noche.

Durante la cena conversábamos de muchas cosas, había mucho licor que nos gusta a nosotros los varones, mientras que las damas tomaban cocteles. Tragos van tragos vienen y nos puso a los cuatro muy “entonados”, después de terminar la cena continuamos bebiendo y la conversación se volvió más amena y picante, contábamos chistes colorados relacionados con el sexo y después pasamos a la sala continuando con nuestra conversación. A eso de las 12.00 de la medianoche Rocío se levanta y nos dice:

−Creo que me ha caído un poco mal la bebida que he tomado, voy a descansar un rato, ustedes sigan con Miguelito por favor, no se vayan a ir, por favor discúlpenme.

─No te preocupes Rocío, nosotros también ya nos íbamos – le contesté.

−Caray, no sean aguafiestas, todavía la “noche está virgen” – reclamó Miguel – si ya estamos en la madrugada del domingo así que no hay por qué ir a trabajar. La estamos pasando bien, quédense por favor, más bien disculpen a Rocío ella es poco de tragos y creo que esta vez se ha excedido.

─Sí, sí, tiene razón Miguelito, ustedes no tienen por qué irse, por favor discúlpenme otra vez – insistió Rocío.

−Bueno, dada la insistencia y si no hay ningún inconveniente nos quedamos, ¿qué dices tú mi amor? – le pregunté a Elena.

─Por mi parte no tengo ningún inconveniente, es mejor que descanses Rocío, más tarde estarás mejor – le dijo mi esposa a Rocío.

−Que descanses amiga, y gracias por todo – le respondí a la esposa de Miguel.

Después que nos quedamos solos los tres, Miguel, Elena y yo, continuando con nuestra amena conversación de sexo, yo veía que mi esposa ya estaba más entonada como consecuencia del alcohol que estaba ingiriendo y sé que cuando está en copas se pone más cachonda de lo normal hasta el punto que entre ella y Miguel se miraban en forma lujuriosa.

Aprovechando del tema de la conversación en que estábamos, dirigí la misma hacia el tema de los famosos tríos, básicamente dos hombres y una mujer.

─Dime Miguel ¿qué opinas de los famosos tríos, en donde cogen una mujer con dos hombres? – le pregunté.

−En verdad debe ser super excitante, nunca he tenido esa clase de experiencia – me respondió Miguel – Y tú Elenita ¿cuál es tu opinión?

─Ayyy, no sé Miguel, nunca me he imaginado en esa clase de relación. Aunque creo que todo depende con quién estés. Eso es importante.

Antes que nada, debo mencionar que Elena tenía puesto una minifalda negra en donde mostraba sus hermosas piernas y de vez en cuando su tanga; la blusa de color blanco con tiritas en los hombros se podía notar en alto relieve sus pezones ya que no vestía sujetador gracias a que conserva sus senos en su lugar; calzaba unas sandalias de tacón alto del mismo color rojo. En verdad estaba estupenda.

−Les propongo una cosa, ¿qué les parece si hacemos un trío entre nosotros? – lancé la pregunta.

─¡Estás loco Javier! ¿Cómo se te ocurre pedirnos eso? ¡Yo soy tu esposa! ¿Vas a querer compartirme con Miguel? ¿Sabes muy bien que Rocío es mi amiga, que nos conocemos desde que estudiábamos en el colegio? ¡Qué va a pensar Miguel!

−Pero Elenita, eso quedaría entre nosotros tres – replicó Miguel – nadie tendrá por qué saberlo. Esto será una excitante y bonita experiencia. Muchas veces la rutina ocasiona aburrimiento en una relación de pareja y qué mejor que salir de los parámetros que nos impone la sociedad. Yo soy de mente abierta y te confieso que desde que te conocí siempre te he deseado con todo el respeto que se merece Javier.

─No te preocupes Miguel, te entiendo, con una mujer tan hermosa y con ese cuerpo tan espectacular que posee Elenita no es para menos.

−Mi Princesa, como siempre lo conversamos – me dirigía a Elena – esto sería el comienzo de una relación más emocionante, más placentera, fuera de lo común y lo que es lo más importante esto quedaría entre nosotros, ya que Miguel es una persona de confianza y madura. ¿Qué dices mi amor?

─Ay no sé Javier, pero si digo que sí, dónde lo haríamos, porque aquí no puede ser, podría levantarse Rocío, ya sabes que soy muy escandalosa… disculpa Miguelito, yo soy así – nos dijo mi esposa.

−Caray Elenita, me encantan las mujeres gritonas en la cama, no te preocupes… jajaja escuchen, para todo hay solución, vámonos a un motel que conozco, allí nadie nos va a molestar ¿Qué tal? – sugirió Miguel.

Apenas terminó de hablar Miguel, tomé de la mano a Elena y nos fuimos directamente al auto de Miguel y nos encaminamos los tres al motel.

Enrumbamos al sitio que se encuentra a las afueras de ciudad, ingresamos al establecimiento y nos estacionamos Bajamos del auto. A mi esposa se le notaba algo nerviosa y a la vez excitada. Ingresamos a la habitación, por cierto, muy bonita, con luces bajas, una cama bastante amplia, al frente de la cama estaba una mesa con dos sillas y al lado derecho al terminar la pared se encontraba el baño. En la pared que se ubicaba al costado izquierdo de la cama había una ventana grande con cortinas y un espejo gigante en una de las paredes.

─Miguelito, para que te enteres es la primera vez que voy a hacer esto, así que tenme paciencia y comprende mis nervios – comentó mi esposa.

Después de revisar el cuarto, el baño y ponernos cómodos encendí la televisión y localice una película porno.

− ¿Saben chicos? Quiero que ustedes dos comiencen a calentarse. Yo prefiero verlos.

─ ¿Tú no vas a participar mi amor? – me preguntó Elena.

No Princesa, primero quiero verlos coger – le respondí – esa ha sido y es la ilusión más grande de mi vida y no me la quiero perder. Probablemente más tarde participe cariño.

Luego que dije eso, Miguel abrazó a mi esposa y comenzaron con un beso largo y con lengua, estuvieron cerca de cinco minutos en ese estado, acompañados de caricias y mi mujer correspondía excitada esos besos que le prodigaba su amante ocasional, después Miguel fue bajando al cuello y comenzó a darle besos suaves en toda esa área, Elena se dejaba estimular, es una de las partes más erógenas de ella. Enseguida le fue quitando la blusa y él se sacó la camisa, aprovechó que los senos de Elena estaban erguidos producto de la excitación cuando comenzó a chupárselos. Mi esposa comenzó a jadear:

−Ooohhh Miguelito, que rico me las chupas, ahahah, es una sensación deliciosa. Mira como tengo las tetas a tu merced, auuu, me las chupas deliciosamente rico, ooohhh y delante de mi esposo, hummmm, sigue cariño, sigue, ahahah – exclamaba Elena producto de la excitación.

−Siii Elenita, en verdad envidio a Javier de tener a un monumento de esposa como tú y así de ardiente, me gustan así las mujeres. Tus tetas son increíblemente hermosas y sensuales, es un regalo poder mamártelas, hummmm – le respondía Miguel excitado.

Después de esta escena Miguel la llevó a la cama acostándola boca arriba y allí comenzó a desnudarla por completo y él también hizo lo mismo, ya cuando ambos estaban completamente desnudos tomé la silla donde estaba sentado observando y me acomodé en un lugar privilegiado donde los podía observar sin perderme ningún detalle.

Miguel dejó de lado las tetas de mi esposa, fue bajando por su vientre dando besos y pasando su lengua por todo su cuerpo, hasta que llegó a su concha y comenzó a meter su lengua dentro, pude observar que lamía su clítoris. Ella comenzó a retorcerse de placer.

─Aaaah Miguel, Miguelitooo, síííí ¡qué delicia tu lengua dentro de mi concha, ooohhh, ahahah, sigue, sigue, sigue, sigue disfrutando del cuerpo de la mujer de tu amigo, ahahah, mira Javier, uhmmm, mira cómo tu amigo está saboreando mi concha… ahahah, Completamente cachonda y fuera de sí exclamaba Elena, hummmm Miguelito, que rico, sigue metiendo tu lengua en mi concha.

−Elenita, me fascina la suavidad de tu concha – comentaba Miguel – es una delicia. Ahora voy a meter mi verga dentro de tu concha para que sientas la arrechura que me produce tu cuerpo desnudo disponible para mí.

Fue entonces que Elena levantó la mirada y pudo ver la enorme verga de Miguel y dijo…

─ ¡Miguel tienes una verga gigante!

Y mirándome a mí me dice…¿Crees que semejante verga va a caber en mi conchita? ¿Qué dices tú mi cornudito? Porque si bien es cierto la tuya es grande pero la de tu amigo es enorme.

−No te preocupes mi amor – le respondí a Elena – yo sé que la vas a disfrutar mucho. Esa verga te va a enloquecer, ya verás.

─Uuuy, ni modo mi amor, ahahah, aquí se va hacer tu voluntad.

Miguel ya no aguanto más, estoy super cachonda, ooohhh, yo no puedo vivir sin una buena verga dentro de mi concha cuando estoy excitada, así que métemela por favor quiero sentirla hasta el fondo, hasta la raíz.

−Que se te haga tu voluntad mi putica – respondió Miguel – aquí va, te va a encantar.

Miguel comenzó a meterle su verga en la cueva de mi esposa lentamente, sin detenerse.

Y Elena le dijo a Miguel, separando muy bien sus piernas y mostrándole su hermosa concha perfectamente depilada … Bienvenido, con la autorización de mi cornudo marido, inicia ya la entrada triunfal de tu verga en mi concha que te desea y espera la hagas gozar hasta el éxtasis. Y Miguel comenzó a penetrar la concha de mi esposa, que cerrando los ojos decía, hummmm, esta bastante grande, pero siento cada centímetro que expande mi concha como quiere mi maridito, y volteando a mirarme me dijo…¿Verdad amor? Te esta encantando ver a tu mujer como se la folla tu amigo.

─Y volteando hacia Miguel dijo… me siento super clavada por tu inmensa verga, ahahah, pero se siente rico cariño, uhmmm, me vas a reventar la concha Miguelito, ooohhh, ya la siento todita dentro, aaigg, feliz Rocío que disfruta cuando quiere esta belleza, ooohhh,

Mira Javier, mira cómo taladran mi concha, mira como otro hombre disfruta a tu mujer, metiéndole una verga gigante, uhmmm, se siente rico mi amor, es una delicia, sigue cariño, sigue reventándome la concha, sigue por favor Miguelito, ooohhh…fòllame como quieras que tengo permiso de mi marido. Eso, eso, métemela más profundo, ohhh que rica verga, me enloquece, sigue, sigue, eso, eso, hazme con fuerza mi amor, te quiero muy adentro, mas, mas, uhmmm, me muero, me muero, que rico orgasmo. ahhhh, ahhhh, ahhhh, guauuu. Ya soy una puta como quiere mi marido.

Miguelito, fòllame y córrete muy adentro que este será el bautizo de mi entrada a la libertad sexual y Miguel embalo con un mete y saca como una ametralladora y sin parar disfrutaba cada milímetro de la concha de mi esposa, hasta que logro que ella disfrutara su orgasmo y él explotó dentro de ella, llenando su concha como era su deseo. Que rico, dijo Elena, quédate dentro descansa y disfrutemos el momento.

Mientras mi esposa y Miguel disfrutaron del sexo al límite yo aproveche para sacarme toda la ropa y quedarme completamente desnudo con la verga bien parada producto de la excitación de ver que otro hombre le está perforando la concha a mi mujer.

−Uuuy Elenita, qué rica concha tienes, bien apretadita y bien lubricada – exclamaba Miguel -. Eres insaciable, eres toda una zorra.

─Síííí Miguel, síííí, soy una zorra en el sexo, soy una ramera, una perra, así me gusta que me traten, como una prostituta, ahahah dímelo siempre Miguelito. Me arrecha más que estoy siendo fornicada por el esposo de mi amiga, uhmmm, Aaaah, ooohhh, uhmmm, siento dentro cada centímetro de tu verga, ahahah, se siente delicioso cariño hummmm…

Ya mi esposa estaba fuera de control producto de su excitación, sintiendo la potente y enorme verga de Miguel que le taladraba profundamente la concha en un mete y saca incansable. Luego de varios minutos, Miguel le dijo a Elena que se pusiera en cuatro, a lo que ella accedió comenzando a taladrar desde atrás el coño de mi mujer.

Aproveché la situación para acercarme a ella y meter mi polla dentro de su boca.

−Uhmmm, sluuup, sluuup, siempre tu verga es una delicia mi amor, sluuup, qué rico – me decía Elena – haaay qué rico regalo, sluuup, ven Miguelito, quiero chuparte la verga también – ordenó Elena y éste obedeció – y tú Javier fòllame el coño, ahahah qué rico, me ensartaste tu verga amor.

A continuación le dije a Elena…─Ahora vas a ver lo que es estar bien empalada mi cielo. Cambiemos de pose Miguel, acuéstate boca arriba en la cama y tú amor cabalga la verga de Miguel.

−Muy bien cariño – me respondió Elena – esa es mi pose favorita.

Después que mi esposa se encontraba montada encima de Miguel engullendo dentro de su concha la poderosa verga de Miguel, la empujé hacia adelante recostándola sobre su pecho, aprovechando él para darle para darle un impresionante morreo, enseguida me puse detrás de ella y comencé a lubricarle con saliva su culito al igual que mi verga para metérsela, mientras Miguel aprovechó para mamarle las tetas a mi esposa.

Entonces me puse detrás del culo de Elena con el fin de empujar mi verga dentro, para ello solté un poco más de saliva en su culo para lubricarla mejor y comencé a introducirsela. Al darse cuenta Elena la maniobra que iba a hacer exclamó:

−Aaay ¡No Javier, no, por el culo no!, ¡Sabes que por allí me duele!, Noooo ¡Sácalo, sácalo por favor! ay, ay, ay, por favor cielo, ooohhh…, pero mientras ella se quejaba mi verga entro toda y ya le paso el dolor.

De nada sirvieron las protestas de Elena, mi verga estaba completamente dentro de su culito.

─Espera un poco ya vas a ver que te va a gustar – le dije. Espera que tu culito se vaya adaptando,

−Ten paciencia Elenita – decía Miguel – muy pronto vas a pedir que Javier te siga taladrando el culo, no te preocupes preciosa, vas a terminar tomándole gusto.

─¡Ustedes dos son un par de degenerados que se aprovechan de esta pobre puta, y claro como el culo no es de ustedes! ¡ahora sí me encuentro bien empalada por dos vergas! Ay, ay, ay, ay.

Afortunadamente no hay otro cabrón en esta habitación sino estuviera con otra polla dentro de mi boca – se quejaba Elena.

Enseguida comencé a mover mi verga en un mete y saca suave para no lastimarla, igualmente Miguel hacía lo mismo en la concha de mi mujer, pero no por no lastimarla sino para mantener su erección y que no se saliera su verga, a la vez que continuaba mamándole sus pezones.

−Ooohhh, así mi amor, así, despacio, despacio, Aaaah – gemía Elena – ya le estoy sintiendo el gusto, mmm, despacio por favor Javier, no me vayas a destrozar el culo, síííí, asííí, asííí…

─ ¿Ya ves Elenita? ¿No te dije que vas a terminar disfrutándolo? Disfruta cariño, no son muchas las mujeres que tienen este privilegio de tener dos vergas dentro del cuerpo.

−Eres un hijo de puta Miguel – le decía mi mujer a nuestro amigo – mmm, te saliste con la tuya desgraciado, ahahah y tú también Javier, eres una mierda, ooohhh, eres una mierda, ahahah ¡qué rico se siente tener dos vergas en mis agujeros! Aaigg, sigan, sigan por favor, ooohhh ¡Me siento una puta! Uhmmm, síííí, soy una prostituta, ahahah, díganme que soy una puta, uhmmm ¡díganlo! ooohhh…

─ ¡ERES UNA PROSTITUTA ELENA! – gritamos al unísono Miguel y yo.

Y así estuvimos Miguel y yo taladrando el culo y la concha de mi esposa por un buen tiempo, en un mete y saca persistente, aparte que Miguel continuaba chupándole las tetas. Elena parecía estar fuera de sí, se encontraba enajenada, disfrutando de las dos vergas. Los tres nos mirábamos al espejo que se ubicaba al lado derecho de la cama, parecía una película pornográfica.

−Mira mi amor – le decía a Elena – mira al espejo, nunca te imaginaste verte en ese estado cariño, es una vista espectacular.

─Ooohhh síííí, mi amor – respondió Elena – es sorprendente, haaa, para saberlo lo hubiésemos filmado, hummmm, me siento una puuuta, denme duro cabrones, aaigg, denle duro a esta puta ¡qué delicia estar ensartada por mis dos cabrones! Uhmmm, síííí, ahora tengo dos maridos, qué rico, que rico. ya no aguanto más, me vengo, me vengo, me vengoooooo, aaaah, ooohhh, uhmmm, aaigg…

−Ooohhh, yo también me vengo Princesa, mmm – estoy descargando toda mi leche dentro de tu culito.

─Yo también estoy acabando Elenita – profería Miguel – aaaah, síííí, ooohhh…

Después que Elena terminó con un potente y prolongado orgasmo, Miguel y yo al mismo tiempo estábamos eyaculando en la concha y el culo de mi mujer respectivamente, fue espectacular. Tanto Elena como yo nos dejamos caer en la cama, ella a la derecha de Miguel y yo a la derecha de ella.

Después de algunos segundos de silencio mirándonos los tres en el espejo Elena musitó:

−Caray … puuuchaaa ha sido el polvo más rico de toda mi existencia, se pasaron en verdad, me han hecho delirar de excitación. Seguramente me dejaron el culo abierto como una flor y el coño hinchado como una puta por tanta verga jajaja…

─Entonces le dije yo…Jajaja ¿Ahora entiendes amor que te falta otra verga más? –- eres una mujer super arrecha, yo estoy seguro que conmigo no era suficiente, ahora tienes a Miguel, que de seguro que te va a dar buenas cogidas de vez en cuando. ¿Estás de acuerdo Miguel?

−Claro que sí Javier – respondió Miguel – he disfrutado mucho de tu mujer, es verdaderamente espectacular, además de hermosa, tiene un cuerpo de infarto, también es sensacional en la cama, folla como las diosas.

─Jajaja Miguelito, no exageres – dijo Elena – creo yo que soy una mujer como todas, lo excepcional es que mi esposo es partícipe y cómplice de lo que hemos iniciado.

−Más bien, ¿podemos volver a repetirlo algún día? – exclamó Miguel – o en todo caso Javier, cuando se me apetezca ¿puedo tomar prestada a tu mujer para follarla?

─Por mi parte no tengo ningún problema. ¿No sé qué dirá Elena?

−uhmmm, bueeeno, pero Miguelito, me llamas un día antes – respondió mi esposa.

Después de ducharnos Miguel nos dejó en nuestra casa. Nos despedimos como siempre amigablemente. Elena y yo volvimos a follar en casa y después hicimos planes para el próximo encuentro, luego nos quedamos dormidos. Hasta aquí van los hechos

59 Lecturas/28 mayo, 2025/1 Comentario/por JAPACA
Etiquetas: amiga, amigos, baño, colegio, follar, hijo, madura, sexo
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1 comentario
  1. numen Dice:
    29 mayo, 2025 en 5:32 pm

    Muy buen relato, una delicia los trios, sobre todo los HMH como este. Muy bien relatado y muy excitante y morboso. Gracias y felicidades por el relato.

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