MI ESPOSA Y EL CHOFER
Recién había cumplido cincuenta y ocho años cuando una afectación de salud me obligo a guardar reposo en casa durante una semana y en este espacio de tiempo pude recapacitar sobre todo lo que había hecho de mi vida durante tantos años desde cuando empecé a trabajar en vacaciones escolares.
Recién había cumplido cincuenta y ocho años cuando una afectación de salud me obligo a guardar reposo en casa durante una semana y en este espacio de tiempo pude recapacitar sobre todo lo que había hecho de mi vida durante tantos años desde cuando empecé a trabajar en vacaciones escolares y más tarde como empresario desarrollando actividades que me daban mucho dinero, lo cual se me volvió una obsesión y siempre he querido tener más y más.
Cuando decidí casarme sabía que podía sostener una familia, en esa época tenía veintiocho años y mi esposa veinte, ella ahora tiene cincuenta años, se conserva muy bien, va constantemente al gimnasio y además es muy vanidosa por eso siempre luce muy atractiva y el dinero nunca le falta.
Ahora recapacitando, veo que en todos estos años de casado lo único que le he aportado a mi familia es dinero, porque siempre estoy muy ocupado y finalmente esto tiene sus consecuencias, motivo por el cual hago este escrito.
Como decía al comienzo, tuve que guardar reposo durante una semana y en este tiempo mi mejor compañero fue mi celular, hacia muchas cosas sin moverme de mi habitación. En medio de esta situación viajaba por las páginas de internet encontrando cosas que podían servir para mi empresa, pero también banalidades como un reloj despertador, que al observar sus detalles me di cuenta que era igual al que tenía en mi mesa de noche, miré las características y me di cuenta que traía incorporada una cámara de video que a simple vista no se notaba. Me llamo la atención, comencé a revisar su funcionamiento y al cabo de una media hora lo tenía conectado a mi celular. Creí que sería simpático poder hablar de hechos ocurridos en casa durante mi ausencia y sorprender a la familia, para que se preguntaran ¿y cómo se enteró de tal o cual cosa, si estaba viajando?
Muchas cosas hice en este tiempo. Pero cuando volví a la actividad, viaje a otra ciudad y al regresar al hotel una noche a descansar, se me ocurrió probar que tal funcionaba la mini cámara. Y al primer intento funciono perfecto. Pude ver a mi esposa y a mi hija menor conversando y luego me desconecte porque tenía una reunión al otro día muy temprano y yo soy muy madrugador.
Al día siguiente cuando regresé de mi reunión al hotel, hacia las tres de la tarde me recosté y volví a sentir curiosidad y me conecté a la mini cámara. No encontré nada especial, todo en silencio, al parecer nadie estaba en casa.
Pasaron los días y volví a meterme de lleno en mis actividades sin embargo el haber recapacitado sobre mi vida en esa semana de reposo, hizo que tratara de interesarme más por mi familia, así es que se me fue volviendo costumbre, en los espacios libres de tiempo, conectarme a la cámara de video.
Un viernes hable con mi esposa de temas de la familia, me conto que nuestra hija menor, que aún vive con nosotros se iba ese día a una excursión con un grupo de amigas y ella estaría sola en casa, así que me pregunto insistentemente cuando iba a regresar, en principio me sentí halagado que quisiera tenerme en casa, pero desafortunadamente no podía regresar hasta la semana siguiente, porque el fin de semana tenía que asistir a un evento social que me interesaba en razón de los negocios. Finalmente nos despedimos y me conecte a la cámara de video con la curiosidad de observar que hacía ella.
En ese momento hablo desde el hall de habitaciones Rubén, el conductor de la familia. Mi esposa le dijo… Siga. Él se acercó a la puerta de la habitación y le pregunto a mi esposa si lo iba a necesitar hasta más tarde. Mi esposa le dijo que tenía que llevar a nuestra hija al lugar de encuentro para una excursión y después regresara, mientras tanto ella revisaba si lo necesitaba hasta más tarde.
Después que se retiró Rubén mi esposa hizo dos llamadas a amigas suyas, buscando programa, pero nada consiguió. Se quedo viendo una película y así llego la noche. Nuevamente escuche la voz de Rubén avisando que ya había regresado y la indicación de mi esposa…Siga Rubén.
¿Como le fue? Bien señora Mónica, la señorita Claudia se quedó con sus amigas, parece que ya estaban completas y pronto se iban a la excursión.
¿Y qué vas a hacer ahora? Lo que usted me ordene señora Mónica.
¿Tiene algún compromiso? No señora me iré para la casa a ver televisión.
¿Y no tiene novia? No señora, eso demanda dinero y yo tengo muchos gastos por mi estudio.
¿Y que estudia? Economía en una universidad nocturna.
Qué bueno me alegra que progrese.
¿Entonces no tiene ningún compromiso? No señora
¿Y se podía quedar haciéndome compañía? Claro con mucho gusto señora Mónica.
Entonces vaya al estudio, saque del bar una botella de vino, la destapa y trae dos copas.
Rubén salió de la habitación y yo pensé… Mi esposa debe estar muy aburrida ¿o se enloqueció?, que pensara hacer con el conductor. Es cierto que es un joven educado y de buena presencia, pero él es el conductor.
Minutos después apareció Rubén con una bandeja, las dos copas y anudada a la botella de vino una servilleta. Todo se veía muy elegante.
Mónica le dijo… Pon la bandeja en esa mesita auxiliar y sirve las copas.
Rubén hizo lo que ella le ordeno y al final le entrego a Mónica una copa, y se quedó esperando nuevas órdenes.
Mónica se quedó mirándolo y le dijo… ¿Y no me vas a acompañar?
Él le respondió… Que pena señora Mónica no sabía que era para mí.
Trae la copa y brindamos y cuando él estuvo cerca le estiro la copa para chocarla y en ese momento le dijo… Por esta noche me puedes llamar simplemente Mónica, mañana volveré a ser la señora Mónica, ¿entendido?
Si señora Mónica. Ella se le quedo mirando y le dice… ¿En qué quedamos? Él le responde… Si, Mónica. Eso, eso, brindemos por esta noche y comenzaron a beber el vino.
Yo estaba asombrado y en cambio de acostarme a dormir conecte el celular para cargarlo pensando que el asunto se pudiera alargar.
Ella inicio una conversación tratando de averiguar la vida personal de Rubén y él le fue contestando con el respeto de siempre y llego la hora de otra copa y Mónica le pidió que se sentara a su lado, agregando que no mordía, él se rio del comentario.
Y volvió el tema de la novia… Ella le pregunto si no le hacía falta la compañía de una mujer para tener lo normal que comparten las parejas. No se lo dijo en ese momento, pero ya vendría la pregunta directa cuando el vino hiciera su efecto.
Llegada la media noche, en la televisión presentaron una película para adultos, donde una pareja estaba en plena acción y ella le dijo… A esto me refería con mi pregunta de disfrutar con la novia y señalo la pantalla.
Él sonrió y dijo… No, no por ahora no es posible.
Ella sabía lo que hacía y llegó la siguiente pregunta… ¿Y no te dan ganas?
Si, pero tengo que aguantar.
Entonces trae otra copa de vino.
Luego bebiéndola de pie, Mónica se acercó a él bastante, por no decir que se le pegó, y le dijo… ¿Y en la intimidad te gusta el sexo rudo?
Depende de lo que le guste a la mujer, le respondió.
Y ella le dijo… A mí me gusta el sexo rudo, me gusta sentir un verdadero macho que me domine, que me haga gozar. ¿Te gustaría disfrutarlo ahora?
Estuvo por decirle señora Mon…, pero se contuvo y le respondió, por supuesto Mónica.
Entonces quítate ese saco y ven. Él no sabía que hacer hasta que Mónica lo comenzó a besar en la boca y así él se fue tomando confianza, y comenzó a acariciar el cuerpo de ella.
Como él la trataba con mucho respeto, Mónica le pregunto… ¿No me habías dicho que te gustaba el sexo rudo? Demuéstramelo.
Y con esta orden brotó el macho que ella esperaba. Él la abrazo con fuerza, la beso en la boca a su gusto y finalmente la acerco a la cama y la empujo. A continuación, empezó a desnudarla, primero el pantalón y el panty, luego la blusa y el sujetador quedando ella totalmente desnuda.
Enseguida él hizo lo propio, se quitó la ropa, la dejo tirada en el suelo y cuando estuvo desnudo le dijo… Mónica. Esta noche vas a ser solo mía.
La tomo por los tobillos y la jalo para dejarla a la distancia necesaria para iniciar una sesión de sexo oral. Comenzó a besarla por la parte interna de las piernas y fue subiendo hasta llegar al sexo de Mónica. Aquí le dio inicialmente dos pasadas con su lengua, a todo lo largo del coño muy bien depilado.
Por mi descuido no recordaba el maravilloso cuerpo que aún conserva Mónica gracias a su constante asistencia al gimnasio. Y pensé. Que desperdicio de mi parte, estar aceptando a otras mujeres en mis viajes que están muy por debajo de mi esposa. En esos momentos concluí que me lo merecía por tener tan desatendida a Mónica.
Rubén se esforzó por motivar el coño de su patrona y gracias a sus labios y su lengua en acción pronto ella disfruto un orgasmo.
Mónica lo invito a subirse sobre ella para besarlo y agradecerle el haberla motivado para disfrutar un orgasmo tan maravilloso, como hacía tiempo no lo experimentaba. Muy cierto y eso era mi culpa.
Y luego que vendría.
Rubén asumió su papel, el que Mónica le había pedido, y apenas ella se incorporó le acerco su verga para que ella se la mamara. Ella comenzó pasando su lengua a todo lo largo del miembro de Rubén, luego le dio besos en la punta y a continuación la metió entre sus labios. Como ella no lo hacía con rudeza él le saco la verga de la boca y dándole una cachetada suave en la mejilla le dijo… vamos perra hazlo bien, hazlo como la puta que eres. Ella se sorprendió, pero rápidamente lo entendió y le dijo… Si, sí, señor. Tomo la verga de Rubén y comenzó a mamarla con efusividad. Rubén entretanto le acarició los senos apretándole los pezones y diciéndole… eso, eso perrita, así, así, y ella con la boca llena, sonrió.
Después de unos minutos de sexo oral donde Rubén demostró su resistencia la hizo acomodar en posición de perrito o en cuatro y desde atrás le acomodo su verga en el coño a Mónica. Él empezó un mete y saca que fue subiendo en velocidad y fuerza, y cuando apareció la monotonía, para romperla le dio una palmada en la nalga a Mónica y le soltó la frase… vamos, vamos perra, mueve esas nalgas o te voy a clavar mi verga en el culo, que me está invitando.
Y la respuesta de ella fue retarlo… ¿A que no eres capaz?
Él le respondió… Claro que sí, donde hay crema o un aceite para que me recuerdes por mucho tiempo.
Alla, señalo ella un mueble cercano.
Rubén tomó una cantidad de crema suficiente y la unto en el culo de Mónica y luego hizo lo propio en su verga y a continuación, vino la penetración del culo de Mónica, yo creo que era virgen porque a mí jamás se me ocurrió hacerlo así.
Rubén fue delicado en este paso, pero una vez que metió el glande lo demás se fue adentro sin problema, ella no se quejó para nada, después cuando él comenzó a follarla, ella empezó a dejar salir gemidos de aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, vas a acabar con mi culito. Y él le respondió… Para nada, se te va a poner más bonito y siguió follando con más velocidad hasta que comenzó a respirar muy agitado y le dijo… te voy a llenar el culo con mi leche.
Y ella respondió… que bueno así quedara lubricado. Y a continuación él se inclinó sobre la espalda de Mónica quedándose pegado a ella. Rubén le pregunto si era la primera vez follando el culo y ella dijo que sí. Y agrego…mi marido solo conoce el misionero y jamás sexo oral.
¿Y te gusto la follada por el culo?
Tengo que aprender a sacarle el gusto.
Y aquí terminó la noche, Rubén se fue a dormir a la habitación de huéspedes y no supe nada más. Ahora no sé qué decisión tomar porque en buena parte yo tengo la culpa y la he engañado con otras mujeres.
Ya veremos qué pasa más adelante.
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