MI ESPOSA Y SU INSTRUCTOR DEL GYM

Somos un matrimonio de más de veinte años, en general armónico, por momentos tenemos tiempos de monotonía por eso tal vez mi esposa aceptó la invitación de una amiga a ir al gym a hacer ejercicio y me pareció muy bueno en especial por su salud. Los primeros días fue como invitada .
Somos un matrimonio de más de veinte años, en general armónico, por momentos tenemos tiempos de monotonía por eso tal vez mi esposa aceptó la invitación de una amiga a ir al gym a hacer ejercicio y me pareció muy bueno en especial por su salud.

Los primeros días fue como invitada y se entusiasmó inscribiéndose de forma continua. Lo normal era que ella se fuera cerca de las nueve de la mañana y regresara antes de las doce, entretanto yo trabajaba en mi oficina que tengo en casa. Normalmente tomamos el almuerzo hacia las dos o tres de la tarde.

Todo iba dentro de estos horarios, pero de pronto un día ella regresó hora y media más tarde de lo que venía sucediendo y me dijo que se había quedado hablando con amigas tomando un refresco. No le vi nada de raro.

Pero esta situación se volvió a repetir con más frecuencia, note que había comprado un atuendo más atractivo para ir al gym, además su peinado y maquillaje no lo descuidaba a pesar que se trataba de ir a hacer ejercicio.

Un día por casualidad necesité comprar papel para mi impresora y me fui a un centro comercial cerca del gym y al pasar por allí vi una cafetería donde estaba mi esposa con sus amigas y el instructor en un ambiente de risas y diversión que llamó mi atención. Me quedé viéndolas a la distancia y poco a poco las compañeras del gimnasio se fueron retirando, incluso la amiga de mi esposa que la había llevado allí, quedando solo mi esposa y el instructor, un muchacho de unos treinta años, acuerpado, muy atlético y con una sonrisa muy particular que al parecer tenía hipnotizada a mi esposa.

De pronto el joven comenzó a acariciar las manos de mi esposa, luego le estuvo arreglando el cabello y ella fascinada, no se oponía a nada. Pero llegó el momento de la despedida, ella pagó la cuenta y antes de salir del lugar, al pararse de la mesa se dieron un efusivo abrazo y él le dio un beso en la mejilla y antes de separarse se estuvieron mirando mutuamente, ella parecía hipnotizada en medio de los brazos de su instructor.

Ella salió de allí y se fue a casa, yo después de hacer mi compra regresé más tarde y al encontrarnos en casa le pregunté… ¿Hola amor como te fue? Me respondió… muy bien, estoy muy contenta con el ejercicio. Le conteste… me parece maravilloso para tu salud.

No es que sea celoso, pero si quería enterarme en que plan estaba mi esposa con su instructor, por eso días después, volví a pasar por el lugar a la hora que ellas con su instructor se reunían a compartir un refresco y nuevamente la situación se repitió, las compañeras se fueron despidiendo y solo quedo mi esposa con el instructor. Esta vez ella había llevado su auto y cuando salieron del lugar, los dos se dirigieron hacia el parqueadero, subieron al auto y salieron, yo mire el reloj y eran las once y veinte de la mañana.

Regresé caminando a casa y pasó el tiempo y mi esposa no llegaba. Antes de las dos de la tarde ella apareció y entró diciendo, Amor que pena nos pusimos a hablar entre mujeres y sin darnos cuenta se nos pasó el tiempo.

Hice cuentas y ella había estado con su instructor prácticamente dos horas. Así que la siguiente vez que ella se llevó el auto, hice la misma operación de antes, pero esta vez me fui en una moto muy discreta que utilizo ocasionalmente.

Se repitió lo que antes había visto, se reunieron tomaron su refresco, se despidieron y finalmente mi esposa se fue con su instructor hacia el parqueadero. Yo la seguí y oh sorpresa cuando ella entro su auto a un motel. No lo podía creer.

Espere pacientemente la salida y con mi celular grabe lo más cerca que pude, a ella en su auto con el instructor saliendo del motel. La seguí y en determinado lugar dejo al muchacho y ella continuó para la casa. El tiempo fue similar a aquella primera vez, regreso a casa faltando un cuarto para las dos, pero como yo no estaba no tuvo que decir mentiras.

En la noche estábamos en la habitación acostados viendo televisión cuando yo comencé a preguntarle como se sentía en el gym, me dijo que estaba muy motivada y veía los resultados en su cuerpo. Le dije que ella a su edad era una mujer muy atractiva y de seguro su instructor ya lo habría notado. Ella me dijo… ¿Porque mi instructor?

Porque ya habrá tenido oportunidad de verte no solo vestida, sino desnuda y al acariciar tu cuerpo se habrá dado cuenta de la maravilla que tiene entre sus brazos.

Ella se quedó muda y yo proseguí mientras puse a correr en el televisor el video de ella saliendo con su instructor del motel. Ya sé que te cautiva el instructor porque es un muchacho muy atractivo y eso muestra tu buen gusto, pero no tienes que exponerte a ir a un motel y que algún familiar o amigo te vea.

Invítalo aquí a casa, no le cuentes que yo estoy enterado y pueden gozar todo lo que quieran. Me dices cuando lo vas a invitar y yo desaparezco.

Ella no decía nada hasta que rompió el silencio diciendo… ¿En verdad no estas enfadado y me estas ofreciendo que lo invite a casa?

Si, hace tiempo he tenido la fantasía de verte follar con otro hombre y esta es la oportunidad. Pero ella incrédula, que todo fuera tan fácil, me reitero la pregunta… ¿De verdad no estas disgustado?   No, le respondí. ¿Y como van a seguir las cosas entre nosotros? Normales, le conteste lo único es que tu podrás disfrutar de tu instructor mientras yo gozo viéndote follar con él.

Pero tengo una pregunta le dije… ¿Tu te estas enamorando de ese muchacho? Porque ahí sí podrían cambiar las cosas.

Enseguida ella respondió… No, no, solo lo he hecho como una aventura y disfrute físico. Él tiene esposa y una hija pequeña, lo nuestro es solo placer.

Ok, si es así dime cuando lo vas a invitar para disfrutar y verte follar sin ninguna inhibición, puedes hacer lo que quieras con él como si yo no existiera.

Muy bien yo te aviso cuando se dan las cosas y tu me das tu aprobación, me respondió.

Perfecto, pero por ahora quiero follarte porque esta conversación me ha producido una tremenda erección y ella agrego… Yo también quiero follar contigo como tu sabes que me gusta que me domines en todo momento.

Los dos nos desnudamos y ella comenzó dándome una deliciosa mamada que me llevó al punto de correrme, por eso la detuve y cambiamos, ahora yo le daría sexo oral y lo hice como a ella le gusta. En ese momento ella me confeso que las dos veces que había estado con su instructor él había usado preservativo,

Yo en medio de sus piernas recorriendo su concha a todo lo largo y succionado su clítoris le pregunte en esos momentos de mutua excitación cuantas vergas habían entrado por esa conchita. Ella me respondió que antes de casarnos dos y después de nuestro matrimonio solo la del instructor y la mía.

¿Y cual te ha gustado más?

No te vayas a molestar, pero una de la de antes de nuestro matrimonio.

¿Si, Y por qué?

Porque su dueño era un cubano que tenía el miembro bastante prominente, y lo sabía manejar para no causarme daño y pasábamos largas jornadas follando.

¿Y te gustaría volver a encontrártelo? o ¿A alguien similar?

No sé, tendría que pensarlo. ¿Porque quieres verme follando y gimiendo con una verga enorme en mi conchita?

De pronto si, si tú lo quieres.

No, se, no se. Ahora esta conversación me ha excitado mucho y deseo que me sigas follando con mucha fortaleza. Y diciendo y haciendo ella separó las piernas, yo me acomodé sobre ella y comenzamos a follar como locos y los dos estábamos tan excitados que pronto ella disfrutaba su orgasmo y yo me corría en su conchita dejando toda mi carga dentro de ella.

Hasta la fecha que escribo este resumen, ella ha invitado a su instructor dos veces y verlos follar y a ella gemir me han despertado unas erecciones tremendas, que cuando el joven se va, enseguida busco a mi esposa para follarla como un loco y ella como ya esta satisfecha me deja hacer lo que yo quiera. Hasta aquí van las cosas por ahora.