MI FANTASIA
Después de veinte años de casado, con una mujer hermosa que actualmente tiene cuarenta y cuatro años y conserva su atractivo frente a los hombres, pero para conservar su dignidad ante la familia y los amigos siempre pone una barrera, que más de uno ha querido saltar. Ella se llama Liliana, tiene un .
Después de veinte años de casado, con una mujer hermosa que actualmente tiene cuarenta y cuatro años y conserva su atractivo frente a los hombres, pero para conservar su dignidad ante la familia y los amigos siempre pone una barrera, que más de uno ha querido saltar. Ella se llama Liliana, tiene un cuerpo proporcionado y a pesar del poco ejercicio que hace, solo caminar, es la envidia de sus amigas y la atracción de los hombres que quisieran cogérsela, entre ellos uno de sus cuñados, el esposo de una de sus hermanas y otros hombres que la conocen.
Mi fantasía, después de veinte años de casados, es ver que otro hombre se la coja y dentro de los posibles candidatos discretos esta un compañero de universidad bastante don juan, que le fascinan las mujeres, pero solo para follárselas por un tiempo y después dejarlas, esta me pareció una buena opción porque no habría riesgo de enamoramiento, su nombre es Rafael, el otro es un coqueto empedernido, como buen cubano que es, igualmente deseoso a toda hora de follarse a mi mujer y a todas las que le resulten atractivas y acepten sus insinuaciones, él es Raúl, a quien he visto varias veces tratando de acercarse a mi esposa pero como ella le pone freno, seguro no la habrá podido convencer.
Mi fantasía se había quedado dormida porque veía difícil la posibilidad que mi esposa accediera, pero recientemente nos invitaron a una fiesta a una casa de campo, en realidad una mansión rodeada de jardines, fuentes de agua y por dentro salones de todo tipo, hasta piscina cubierta.
Desde que llegamos la atención fue excelente, había música en vivo, con la posibilidad de bailar, comida la mejor y en cuanto a licores lo que quisieras escoger.
Una de las opciones eran cocteles, el servicio atendido por un joven que lograba crear un espectáculo con sus malabares, por otra parte, bastante atractivo, según escuche a una señora, no muy joven, opinión reafirmada por otras señoras que estaban a su alrededor. Este servicio fue muy apetecido por las mujeres, por la suavidad del sabor, pero con el paso del tiempo la consecuencia fue ver a más de una mareada, entre ellas mi esposa. A quien le pregunte si se sentía mareada, y su respuesta fue… no para nada.
¿Has tomado mucho? No, no, si acaso dos coctelitos. Con esta respuesta volví a reunirme con los amigos para compartir la fiesta.
Un detalle importante de la fiesta fue que habían invitado a Raúl, a quien vi llegar solo, pasando de grupo en grupo. Ya eran la nueve de la noche y la fiesta había comenzado desde el mediodía, entonces creí que de pronto ya era hora de regresar a casa.
Yo no había bebido más que un vino con la comida, pensando en que debía conducir el auto al regreso a casa y cuando observe a mi alrededor y no vi a Liliana, entonces camine por los diferentes salones tratando de ubicarla, pero nada. Se me ocurrió que de pronto estuviera fuera de la casa y empecé a observar a través de los ventanales. En un comienzo ningún resultado, pero de pronto vi cerca de un sector de árboles un vestido rojo como el que ella tenía y sali de la casa y para no hacer el ridículo, si de pronto era otra mujer, di un rodeo hasta acercarme a donde había visto el vestido rojo y escuche el murmullo de una conversación, y oh sorpresa, cuando veo que la pareja que conversaba en medio de los árboles era Liliana y Raúl. Me detuve y quedé de una sola pieza. No podía creer como Raúl había convencido a mi esposa de salir a los jardines e internarse en medio de los árboles. Esto me pareció muy incierto, entonces concentre mi atención para tratar de escuchar su conversación.
Lo primero que le escuche decir a Liliana fue…
L: Raulito tú sabes que yo estoy casada.
R: Si eso lo sé, pero es que verte me vuelve loco, tú sabes cuanto deseo estar contigo desde que te conocí.
L: Si ya me lo has dicho muchas veces, pero no es posible.
Raúl estando frente y muy cerca a Liliana, acerco su cara a la de ella y le dijo… al menos dame un beso.
Y antes que ella le diera una respuesta, él ya la estaba tomando por la cintura para apretarla contra su cuerpo y besarla.
Espere que la reacción de Liliana fuera separarse y hasta enojarse, pero eso no sucedió, ella dejo que Raúl la besara y de paso acariciara sus nalgas, sin rechazarlo.
Yo sé que Liliana cuando ha ingerido licor accede fácilmente al sexo, así ha sucedido desde que empezamos a salir como novios. Espere que el asunto pronto lo cortara Liliana y regresara a la casa, pero pasaban los minutos y el beso fue más apasionado, Raúl deslizaba sus manos por el cuerpo de ella y de pronto una de sus manos se movió por debajo de su falda y al llegar a su concha ella le dijo… No, no, Raúl por favor, para, para, de pronto nos ven aquí y mi esposo puede estar extrañando mi presencia. Pero Raúl no estaba dispuesto a perder la oportunidad y empezó a acariciar la concha de Liliana y ella dejo salir sus primeros gemidos que con el paso de los segundos se hicieron más evidentes. Raúl le decía, Hummmm que cosita más rica, déjame probarla y te hare gozar. Mira cómo está de lubricada, eso es porque me deseas.
No, no, como se te ocurre, ella le respondió.
Déjame follarte al menos dos minutos y dándole vuelta al cuerpo de Liliana la hizo inclinar hacia adelante y que apoyara sus manos en un árbol, entretanto Raúl con la velocidad de un felino, le subió la falda a Liliana, le bajo el panty hasta la rodilla y acercando su pelvis con su verga erecta la penetro. Ella soltó un ahuuuuu y Raúl empezó a mover sus caderas clavando su verga una y otra vez en la concha de Liliana, tiempo durante el cual ella dejo salir gemidos controlados.
Tal sería los deseos de Raúl por follarse a mi esposa que en los dos minutos que se folló a Liliana logro excitarse lo suficiente como para explotar dentro de ella.
Liliana al escuchar la respiración agitada de Raúl le pregunto… ¿Qué haces?
Y él riendo le respondió he logrado algo que hace mucho tiempo he deseado, correrme en tu concha.
Pero como haces eso, no está bien, me podrías embarazar.
No, no, yo sé que no, sé que tú te cuidas. Se que hace unas semanas estuviste con tu exnovio Darío y no usaste protección.
¿Quién te dijo eso?
Alguien que no te puedo contar. No quise nunca decírtelo porque no quería que creyeras que era un chantaje. Pero gracias, lo disfrute mucho, te quedo debiendo tu orgasmo.
Y a continuación Liliana se subió el panty permaneciendo dentro de ella el semen que Raúl le había dejado en su concha.
A continuación, por caminos distintos regresaron a la casa como si nada hubiera pasado. Cuando me encontré con Liliana le dije, si quería que regresáramos a casa y ella me respondió voy al baño y ya vengo.
Nos despedimos de los dueños de casa y agradecimos la invitación y cuando íbamos en el auto de regreso a casa le solté la primera pregunta… ¿La pasaste bien con Raúl?
¿Queeee?
Pero antes que me comenzara a mentir, le dije… Por pura casualidad te vi con Raúl en el bosque y vi como él te estuvo follando mientras tu permanecías inclinada hacia adelante apoyada en un árbol. Y poniendo mi mano en su pierna la deslice hacia su concha, pero ella me detuvo. Te das cuenta, aún tienes tu concha llena del semen de Raúl.
Si quieres coger con él, invítalo a casa, pero no lo hagas donde te pueden ver porque puedes perder la dignidad que tanto has cuidado. Ahora que te quede claro que puedes invitarlo a casa para que folles con él y te pague el orgasmo que te quedo debiendo.
Liliana no hizo ningún comentario durante todo el camino y cuando llegamos a casa ella fue directo al baño y cuando vino a la cama le pedí que se desnudara y disfrutamos de una sesión de sexo maravillosa.
Le aclaré que no me importaba que follara con Raúl si ella lo deseaba pero que me gustaría volverla a ver follando con él. Un mes después hablé con Raúl y le pedí que me ayudara con un soporte de tecnología con mi computadora porque él es un experto en ese tema y acordamos vernos en nuestra casa el siguiente viernes en la tarde y cuando llego el día y la hora le sugerí a mi esposa que lo recibiera y le dijera que se me había presentado un problema con el auto, y estaba tratando de solucionarlo, pero mientras llegaba ella lo invito a pasar. Raúl le dijo que yo le había pedido ayuda con la computadora.
Liliana le dijo, bueno mientras regresa mi esposo pasa y yo te atiendo la visita y cuando estaban compartiendo la copa de licor que ella le había ofrecido, aprovecho para decirle… Recuerda que me quedaste debiendo un orgasmo ¿cuándo me lo vas a pagar?
Eso depende de ti, le respondió.
Entonces como yo estaba escondido en el segundo piso de la casa, le envié un WhatsApp a Liliana diciéndole que me demoraba al menos dos horas, que le comentara a Raúl y que mientras tanto lo atendiera.
Con esta información ella le comento a Raúl lo que me sucedía y a continuación ella lo invito a la habitación de huéspedes donde yo había instalado una cámara que controlaba desde mi celular y pude ver como se desnudaron y luego Raúl hizo maravillas con Liliana, disfrutaron del sexo oral primero ella y luego él y más tarde en la posición de misionero follaron al menos diez minutos en los cuales los dos gemían y respiraban agitadamente, luego cambiaron a la posición de perrito y Raúl se follo a Liliana como le dio la gana, le metía su verga con fuerza y escuchaba el continuo choque de sus cuerpos.
Luego se acostaron de medio lado y desde atrás Raúl siguió follandola y esto me permitió ver como entraba y salía la verga de Raúl de la concha de Liliana, al tiempo que con una mano acariciaba uno de sus senos y con la otra le frotaba el clítoris y así logro que ella empezara a gemir como una gata en celo, pidiendo más y más y cuando ella disfruto su orgasmo en medio de un escándalo de gemidos, enseguida Raúl exploto dentro de ella y al despegarse comenzó a fluir el semen que él le acababa de dejar dentro. Hasta aquí mi fantasía cumplida, pero ya vendrán más porque Liliana sabe que lo puede hacer y Raúl no se niega a follársela hasta cuando se canse y busque otra mujer.
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