Mi historia con Linda, la chica delgada adolescente
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Linda era una preciosa niña de piel blanca, totalmente rubia, ojos verdes brillantes, la chiquilla era muy delgada, posiblemente porque su madre una emigrante canadiense era tipo hippie, fumaba mariguana y abandonaba en ocasiones por días a su hija Linda. Mi esposa y yo al ver la situación de la niña la íbamos a traer a su casa, la alimentabamos y dormía con nosotros. Hubiéramos podido denunciar eso a la Policia, pero sabíamos que lo más probable era que a Linda se la llevaran a algun centro asistencial para adolescentes y sería difícil volverla a ver frecuentemente y lograr la custodia en este país es algo realmente difícil. Asi que mejor decidimos ayudarla y ya estábamos encariñados con ella, pues ella era amorosa y sonriente, sobre todo conmigo, pues careció siempre de la figura paterna.
En nuestro caso, mi esposa es enfermera y yo soy vendedor de ruta, yo hago mi propio horario y días de trabajo, lo cual me facilitaba estar más con Linda que mi esposa. Debo dejar claro que después de diez años de matrimonio, no hemos podido tener hijos con mi esposa, ella tiene un problema en la matriz.
Pasaban la semanas, Linda se apegó mucho con nuestro hogar y permanecía la mayor parte de su tiempo en la casa, cuando estábamos a solas yo le preguntaba de su madre, ella me contaba de los amigos de ella que se drogaban y tomaban licor. Ahora cuando sucedían estas cosas, ella salía de su casa y se refugiaba en la nuestra y se quedaba a dormir alli. Linda se iba recobrando, pues ahora con nosotros comía mejor y estaba creciendo, aún muy delgada.
Conforme pasaban las semanas, fui notando que ella me dejaba mensajitos en papel cuando no estaba mi esposa, los mensajes fueron evolucionando, al inicio eran agradecimientos y dando las gracias, pero siguieron dibujitos de corazones en donde aparecía mi nombre y el de ella, luego expresiones como "I love You", quise pensar que era lo de la figura paterna que no tuvo, pero noté también que antes cuando se quedaba a dormir ella se pegaba a mi esposa, pero últimamente ella se pegaba a mi y en ocasiones se dormía abrazada a mi.
Uno de esos días. Me levanté tarde, mi esposa se había ido y Linda dormía plácidamente en la cama. Me fui a duchar, en eso estaba cuando oí que alguien entro en el baño, era Linda, ella entró y me saludó dándome los buenos días, oí que se sentó en la tasa del inodoro y por el ruido me percaté que estaba orinando, yo no podia ver nada por la cortina de la ducha, pero saber que ella estaba alli con las bragas abajo y orinando me excitó un poco, me froté la verga que se endureció un poco. Pasó un minuto, oi la llave de inodoro y el agua irse, luego las vocecita de Linda -José, puedo bañarme contigo?, es que hoy me toca baño y no quiero ir a mi casa- me dijo la chiquilla.
-ehh,. conmigo..es que..yo.- no sabia que responderle en ese momento.
Oí el ruido de su ropa al caer al suelo, y de pronto la veo entrar a la ducha, iba toda desnuda, parecía un angel rubio, su cuerpo delgado que sobresalía sus huesos de su cadera, piernas largas rectas, tenía pocos senos pero con pezones rosaditos, su cuquita apenas con pelitos dorados que a la distancia parecia que fuera lampiña, sus labios vaginales delgaditos. No pude evitar verla de abajo para arriba, y lo mismo hizo ella, yo tenía la verga semierecta. Pero luego de eso quise parecer maduro e indiferente a su desnudez, solamente esperaba que mi esposa no regresara a casa ese momento, aunque no había razón para ello.
La ducha de la casa era estrecha, asi que varias veces nuestros cuerpos se pegaban o rozaban, su piel era de seda, muy suave, ella que tenía una sonrisa sublime, me dijo que la enjabonara, yo la enjabone primero por detras, su espalda, bajé a su nalgas, eran pequeñas pero redonditas, luego sus piernas, le dije serio que se volteara para enjabonar su frente, vi sus ojos brillantes, pues ella era de talla alta, estaba creciendo, pase por sus senos, pude apreciar que la frotarlos cada vez sus pezones se iban parando. Al terminar ella dijo que me enjabonaría también, empezó por mi espalda, hizo lo mismo que yo le había hecho segundos antes, luego se fue al frente y cuando bajó de mi torso a mi vientre se detuvo en mi pene, ya estaba duro semi erecto, lo tomó con una mano y lo enjabonó, no está demás decir que se terminó de erectar, luego ya no fue enjabonar, sino lo acarició como haría con algun juguete. Luego fue subiendo su boca busco mi boca y yo la recibí, nos dimos un beso que duro unos tres segundos, luego ella me abrazó, alli estábamos desnudos abrazados en mi ducha.
Ella fue la primera en salir de la ducha, yo la segui un par de minutos después, ella estaba en la cama, se había puesto solo sopa interior, un sostén y su diminuta braguita. Yo iba solo con la toalla enrollada en mi cintura, me acosté en la cama, estaba con la intención de decirle que lo que había sucedido en la ducha (el beso) había sido un completo error, pero ella no me dio tiempo siquiera, juguetonamente se montó sobre mi cuerpo y puso su pelvis sobre mi bulto tapado solo con la toalla, comenzó como a jinetear encima, sus manos se pusieron en mi torso. Yo para quitar un poco la atmósfera erótica que ya embargaba la habitación le hice cosquillas para quitarla de encima, pero Linda solo reía y no se desmontaba, mi bulto estaba casi al máximo de su erección, ella debía sentir ya mi paquete en su pelvis, ya cansado sin lograr nada me detuve, entonces Linda fue moviendo su pelvis sin desmontarse hasta mi rostro, su cuquita apenas tapada por su braguita me quedó a escasos centímetros de mi boca y ella se detuvo allí. sus muslos alrededor de mi cabeza.
Ya el erotismo me embargaba por completo, le di unos besitos sobre su cuquita tapada por su braguita delgadita, primero un tímido beso, luego le di dos, luego tres, y en segundos le tomaba de sus muslos externos y le tenía pegada su cuquita a mi boca, vi que ella arqueo su cuerpecito para atras y gimió, no pude contenerme e hice a un lado su braguita dejando descubierta su rajita rosada, comencé a chuparla con los labios y luego con la lengua, Linda se quejaba como si la estuvieran sacrificando, se llevaba las manos a su larga cabellera y la alborotaba. Sus labios vaginales eran pequeños, sus vellos dorados eran finísimos, Linda comenzó a emitir un flujo vaginal, señal que estaba mojándose, yo lo lamía sin cesar. -José….José…!!- decía la pequeña Linda, pero no hacía el menor intento por quitarse de encima de mi boca. Busqué el botoncito de su clitoris y lo lamí repetidas veces, alli ella se retorció y creo que se corrió, pude sentir un flujo vaginal un poco mayor que mi lengua limpió de inmediato.
Luego ella desfalleció y se quitó cayendo en la cama. Yo volví a la realidad de inmediato, me arrepentí de lo que había hecho, me empecé a vestir rápidamente, terminé y ella aún estaba acostada con los ojos cerrados. Me terminé de arreglar y le dije que la esperaba afuera para desayunar y salí de la habitación. Todavia en mis labios habia flujo y olor a su cuquita.
Cocine unos huevos, pan y leche. Ella salió a los diez o quince minutos de la habitación, iba ya arreglada, con un vestido de una pieza de tirante, no sé, el vestido se lo había puesto muchas veces, pero ese día se miraba preciosa, la miraba como mujer. Iba muy sonriente, pero durante el desayuno nadie habló de lo sucedido. En la noche al llegar mi esposa, yo tenía un sentimiento de culpa, cuando cenamos llegó Linda a la casa, dijo que su madre tenía algunos amigos en casa y que no quería estar alli, mi esposa rápidamente la invitó a cenar y le dijo que esa noche durmiera de nuevo con nosotros.
En la noche, yo no podía conciliar el sueño, sentí el cuerpo de Linda pegarse a mi, luego la pequeña mano de Linda comenzó a tocar mi paquete debajo de las sabanas, yo voltee a ver a mi esposa y como había tenido turno la noche anterior se quedó profundamente dormida. Voltee a ver a Linda y ella me estaba viendo con sus lindos ojos verdes, le sonreí como diciendo que le daba permiso a seguir. Ella metió su mano entre mi boxer y acarició mi verga directamente, luego la tomó y en sus delgadas manos mi verga se fue erectando hasta endurecerse completamente. Ella intentaba masturbarme. Al rato veo que ella se desliza debajo de la sabana, intuyo la intención de la niña, apago la Tv y apaga la lampara de noche de mi mesa, se oscurece la habitación en un 80%. Linda se dirige a mi verga debajo de la sabana, yo me pongo de lado hacia ella para facilitar su labor y para que no se note mucho, mi esposa duerme a escasa distancia.
Siento los labios de Linda recorrer el tronco de mi verga, siento su lengua saborear mi carne como si fuera una paleta de helado, lo hace con poca experiencia, Linda se mete la punta de mi verga en su boquita y la mama, ella lo sigue haciendo, pero se vuelve monótono, asi que tomo la parte de atrás de su cabeza debajo de las sabanas y se la muevo hacia adelante y hacia atras, ella me sigue el ritmo, engulle y saca mi verga de su boca, asi lo siento más rico. Yo solo puedo medio ver el bulto en la sabana que se mueve y regresa entre mis piernas. Era como follarle su boquita una y otra vez, aunque no era experta, la disfrute mucho esa vez, no quería correrme, quería gozar todo lo que pudiera.
Ella fue incisiva, a pesar que aguanté unos quince o veinte minutos la felación, ella nunca dejó de chupar y moverse, hasta que sin avisar me corrí, ella recibió mi primer lechazo adentro de su boca, luego la sacó y al ver lo que sucedía la volvió a engullir, hasta que saqué la última gota ella se retiró, nadie dijo nada y no sucedió nada después, ella se acurrucó y se durmió como si fuera un angel, yo hice lo mismo.
Con Linda empezamos una fiebre por el sexo oral, casi lo haciamos a diario, solo cuando mi esposa estaba de descanso no. Cuando mi esposa se iba a trabajar, Linda como que controlaba por su ventana, pues a los cinco minutos ella entraba a la habitación se metía entre las sabanas, me sacaba la verga y comenzaba a mamar o bien se trepaba encima de mi sin bragas y me ponía su cuquita para mamarla. Casi siempre llegábamos al orgasmo, Linda se acostumbro a tomarse mi venida y yo lo hacía también cuando ella se corría en mi boca. Era un juego peligroso, pero yo estaba embobado por ella. Yo la empezaba a ver como la chica más bella. En los primeros dos o tres meses solo hubo sexo oral por montones, inclusive empezamos a hacer 69s. Mi esposa ni sospechaba nada y Linda tenía entrada libre a la casa, eso facilitaba las cosas.
Luego de tres meses de comernos entre ambos, Linda se volvió una adicción, no estaba tranquilo en casa si ella no estaba alli con nosotros; en las noches mientras le hacia el amor a mi esposa, pensaba en como sería hacérselo a Linda. Solo faltaba algo para eso.
Cierta mañana como había sucedido muchas veces en los últimos tres meses, Linda entró y nos pusimos en una 69, los dos mamando al mismo tiempo nuestros sexos. Esa vez Linda tuvo un orgasmo prematuro, asi que seguí hacia llevarla a su segundo, cuando ella estaba por llegar, gimió y me gritó que la haciera mi mujer, yo me detuve, me zafé y me puse entre sus piernas, froté mi dura verga contra los labios de su cuquita, ella me miraba y yo a ella, sin decirnos nada sus ojos me dieron el permiso, empujé mi verga y su estrecha rajita se fue abriendo, ella gritó y se quejó pues mi verga había penetrado en su vagina, me di cuenta que no era virgen, en ese preciso momento no le presté atención a eso, seguí metiéndosela y cuando se la tenía a medio camino, comencé a bombearsela, me costaba por lo estrecho y su delgadez, pero cuando cambie de posición y la puse en la posición perruna, fue un placer intenso, su pequeños músculos y sus huesos me daban un placer intenso que no pude resistir acabar adentro de su rajita, toda una estupidez mia, lo reconozco, pero no tuvo consecuencias.
Esa mañana follamos como una hora, fueron unas cuatro posiciones diferentes, ella tuvo dos orgasmos y yo también dos. Terminamos agotados ese día, todavía nos quedamos acostados besandonos el uno al otro, Linda apenas estaba por cumplir sus 14. Durante el desayuno, se puso a llorar y me comento que uno de los amigos de su mamá con quienes fumaba y tomaba la había desflorado contra su voluntad, según ella. No se pero le dije que mientras yo estuviera yo la protegería.
Para que decir lo que vino después, llegué a tener sexo con Linda 6 veces a la semana, llegó a ser para mi una necesidad estar dentro de la vagina de Linda y ella deseaba mi pene todos los días. Mi esposa llegó a sospechar y comenzó a poner excusas para ya no recibir a Linda en la casa, cosa que a mi no me agradó. Nos peleamos por ese tema. Hasta que mi esposa planeo sorprendernos, y nos capturó en plena acción por la mañana, para mi suerte a la mamá de Linda no le interesó eso. Pero si me separé de mi esposa. Pero seguia frecuentando a Linda, ahora cuando su madre la abandonaba por días, yo me quedaba con ella en su casa y teníamos sexo por horas y nos gustaba permanecer desnudos por otras horas más. A los 18, me llevé a Linda conmigo, ahora vivimos juntos en un sencillo apartamento. No se si me habré equivocado, pero por el momento vivimos bien.
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