Mi joven suegra quiere que la emabarace
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy agrónomo y mi suegro tiene una granja en el área rural, la ha tenido por 30 años.
Yo trabajo en una empresa de agroquímicos y alli conocí a mi suegro y a mi ahora esposa.
También conocí a la difunta madre de mi esposa.
Luego mi suegro se casó años más tarde con Marisa que era hija del vecino de mi suegro y en una noche de copas, el vecino le ofreció a su hija Marisa como esposa, debido a que no se casó nunca, increible pero cierto en pleno siglo veintiuno.
Marisa es una mujer que no es fea, es delgada, piernas largas y no tiene mal cuerpo, pero en su juventud y madurez fue muy santulona, tanto que se quedó soltera, pero ahora es mi suegrita y la madrastra de mi esposa.
Para el año nuevo de 2017, mi suegro, que ha sido un tipo muy aburrido, se quedó en casa y entonces mi esposa y yo nos llevamos a Marisa a una fiesta.
Mi suegrita Marisa, se puso un vestido pegado a su cuerpo, largo, pero se notaba que su cuerpo era aún deseable, sus nalguitas reducidas, pero redonditas y con carne.
La pasamos muy alegres, bebimos, y bailé con Marisa, y le dije que se veía muy bella, ella agradeció el gesto, le enseñé a bailar y ella la gozó.
Con los traguitos, ella bailando música tranquila, me comentó que tenía casi un año de que mi suegro no la tocaba, y que antes tenían sexo una vez al mes.
Yo le dije, como era posible, si tan bonita que era, ella se sonrojaba.
Pero en general la pasamos super los tres.
De regreso como a las 2.
30 de la madrugada, mi esposa se agarró el mal de "helicoptero" y se puso grave, vomitaba mucho, llegamos a la casa y la acosté, se quedó noqueada, mi suegra estaba a mi lado.
En eso salimos de la habitación y ella me tomó la mano fuerte, sentí el mensaje.
-no quiero ir a dormir todavía- me dijo.
Entonces la abracé y la besé en los labios.
Ella correspondió, creo que esperaba eso.
Yo le apreté las nalgas con las manos, tal como pensé, estaban duras y redondas.
Alli parados, la empecé a desnudar, solo que su vestido me dio batalla.
Pero por fin la dejé en ropa interior, yo me quité la camisa y aún parados seguimos besándonos con deseo.
La pegué contra la pared y le quité su sostén, sus senos eran pequeños, pero paraditos, los mamé en toda su circunferencia hasta llegar a terminar en sus pezones, ella comenzó a gemir y yo intentaba callarla, porque aún mi mujer en su estado podría oirnos.
Yo notaba que ella no tenía nada de experiencia, solo se dejaba hacer de todo.
Le quité su braguita y quedó solo en zapatos de tacón.
Me bajé a hacerle sexo oral, ella abrió sus piernas para recibirme alli parados.
Me sumergi en su selva de pelos, porque ella era peluda, le chupé su clitoris y mi lengua recorría toda su vulva, ella se puso super excitada, casi me arranca los cabellos cuando la llevé a un orgasmo, chilló bastante su climax, yo no dejaba de comerle alli abajo y de lamer sus jugos que salían de su vagina.
Luego la puse de espaldas y le comí su vagina y culo por detras, ella siguió gimiendo y más cuando con las manos le abrí las nalgas y quise meterle la punta de mi lengua en su culo, casi me cae encima porque se mareo con su segundo orgasmo, la chica era cosa seria, le encantaba el sexo sin saberlo.
Luego, la cargué porque ella estaba como tonta, la llevé a la habitación de visitas, la depósite en la cama, le abrí las piernas y poniendole mi verga en la raja, me la empecé a coger con fuerza, estaba tan mojada que mi verga entró hasta el fondo de su vagina, luego comencé a bombearle mi pene con fuerza, yo estaba igual de excitado y le quería dar una buena cogida a mi suegrita, la cama rechinaba de lo duro que le metía y sacaba la verga a Marisa, ella me envolvío entre sus piernas y me arañó la espalda sin intención.
La mezcla de dolor y placer fue exquisita para mi y no tardé en depositarle un chorro de esperma en su raja, los dos explotamos y aún después de acabar ambos, aún nos movimos hasta que mi verga quedó reducida.
Estabamos exhaustos, pero satisfechos, sobre todo ella.
Le fui a traer su ropa al pasillo, mientras se vestía me dijo que nunca había vivido algo similar, y menos tener 3 orgasmos en una relación sexual.
Su esposo, mi suegro, apenas podía hacerla llegar a un orgasmo en ocasiones.
Me lo agradeció además.
Ella se quedó en esa habitación y yo me fui con mi esposa
Al otro día, mi esposa con resaca, desayunamos los tres, antes de ir a dejar a mi suegrita a su casa.
Las miradas entre ambos parecían de fuego.
Compartimos teléfonos con ella y comenzamos a enviarnos whatsapps.
Ella no dejaba de hablar de lo bien que la pasó esa madrugada.
Yo sentía que ella no podía expresarse bien, creo que quería decirme que lo repitieramos, pero no tenía la forma de decirlo.
Como un mes después, me escribió diciéndome que su esposo, mi suegro, se había ido por negocios lejos de casa y pasaría la noche afuera.
Me invitó a cenar en su casa.
Yo sabía que quería decir eso, pues me invitaba a mi solo.
Asi que le dije a mi esposa que llegaría tarde esa noche.
Llegué y ella me recibió, estaba bellisima, había ido al salón de belleza y estaba bien maquillada y vestida sexy, con un vestido de una pieza, pero cortito, se miraban lindas sus piernas largas.
Luego me llevó al comedor y había cocinado para mi.
Comí poco, y apenas terminamos me acerqué y le dije al oido que quería cogermela, que se veía hermosa.
Nos besamos y nos fuimos sin perder tiempo a su recamara, le dije que quería quitarle el vestido con mis manos, yo le tocaba sus piernas, la besaba y apretaba sus senos sobre el vestido, ella se fue poniendo caliente.
Le desabotoné el vestido y chupé sus pezones que me recibieron erectos.
Mis manos registraban su braguita y acariciaban su rajita, hasta que mis dedos estaban bien mojados.
Me bajé los pantalones y le dije que se agachara que quería que me la mamara rico.
Ella se metió mi verga en la boca y chupaba como desesperada, hacia lo imposible por darme una buena mamada.
Era inexperta increiblemente en eso.
Pero me lamía la carne como si fuera una perrita, la gocé mucho y se me puso durisima.
Le quité toda la ropa y la acosté, le abrí las piernas tomándola con las manos por los muslos, su raja ya estaba menos peluda, ella se había arreglado hasta el coño.
Le metí dos dedos en la raja y me puse a lamerle y chuparle el clitoris, mi suegrita se contorsionaba en la cama del placer, gemía, gritaba, pataleaba, me jalaba los cabellos, hasta que la oí venirse con un brutal orgasmo, ella me decía -ya no, ya no!-, saqué mis dedos mojadisimos de su vagina y la voltee poniéndola boca abajo.
Ahora fue el turno de su rico culito, se lo mamé y le pase la lengua por su ano arrugado y ella volvió a ponerse como loca, le metí un dedo en su culito y uno en su raja y comencé a moverlos adentro y afuera.
Ella volvió a alcanzar un buen orgasmo como a los cinco minutos de iniciado.
Aun con su orgasmo, la puse en cuatro y me la empecé a coger.
La tomaba de los hombros para aferrarme y dejársela ir hasta el fondo.
Ella comenzó a decirme -ayyy que rico Ernesto, qué ricooo!- eso me encendía más y le taladraba su coño con fuerza.
La gozamos desenfrenadamente, yo la ponía en varias posiciones, ella encima, yo encima, de lado y en todas era rico cogerme a Marisa, ella acabó y yo eyaculé de nuevo dentro de su vagina.
Yo me puse también como loco y en esa locura le anuncie que quería cogerme por el orificio chiquito, su culito.
-Nadie me lo ha hecho por alli, nunca!!- me confesó ella.
Le pedí alguna crema, ella me dio una, le unté su culito y lo hice también con mi verga, luego la puse en cuatro, le bajé la cabeza hasta la cama y le dije antes de cogerla, que iba a ser un honor ser el primero en desvirgarle su colita, ella me dijo -Ernesto, seras el primero y el único, siempre mi colita será para tí-, diciendo esto y empecé a penetrarle la colita, le iba diciendo que se relajara y que yo haría el resto.
poco a poco mi verga se fue deslizando entre su recto, la crema fue ayudando y yo iba empujandola, hasta que comencé a bombear lento y suave, mi verga entro a la mitad y ella pujaba, después entraba y salía con más facilidad.
Asi que empecé a cogerla, su orificio era estrechisimo y sabroso.
Me daba enorme placer porque me apretaba el tronco de la verga.
Luego le di más duro cada vez, yo notaba que ella ya gemía, ya la gozaba.
No logré hacerla acabar, pero si la gozó.
Yo le inundé de leche su rico culito.
Fue una tremenda tarde-noche de sexo con mi suegrita joven.
El destino fue favorable, porque mi suegro consiguió buenos negocios a donde había ido y ahora se iba al menos una vez cada semana.
Y yo visitaba a mi suegrita y nos dábamos deliciosas cogidas.
Ella me hacía acabar hasta tres veces y yo la llevaba al éxtasis hasta cinco veces.
Me dejaba seco y satisfecho.
Yo le había descubierto su sexualidad dormida.
Sin embargo, sucedió lo peor.
MI suegra se enamoró de mi.
En mi telefono todos los días hallaba mensaje de amor de mi suegra.
Ahora me esta pidiendo que la embarace, pues le quedan pocos años para poder tener familia.
Ella dice que nadie lo sabrá que dirá que es de mi suegro.
Pero no he dicho que si.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!