Mi marido con la asistenta del hogar
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Estrellita.
Llego a casa de trabajar, escucho un pequeño ruido, no veo a nadie. Sigo el estrecho pasillo largo, cada vez el ruido es más fuerte, se escucha como el ruido de una silla. Sigo caminado poco a poco por el pasillo, con temor, no sé si será un ladrón. Todo me extraña, porque debería estar mi marido y la asistenta del hogar, y no están..
Llego a la puerta de donde proviene mi malestar, es la cocina. Abro la puerta, miro en frente, y veo a mi marido sentado en la silla (esa silla que no para de moverse) y encima la asistenta del hogar. Él lleva los pantalones y los boxers bajados hasta debajo de las rodillas. Ella, el vestido subido hasta la cintura y en el escote se le sobresale un pecho, el cual, se lo está chupando como si le fuera la vida en ello mi marido.
Me quedo extrañada al principio, no me lo esperaba. Ellos me miran y sonríen, sobre todo él, que cada vez que se la mete y le absorbe el pezón me mira a los ojos. Es una mirada cómplice.
Doy unos pasos lentamente hacia ellos, mientras ellos siguen follando salvajemente. Sin decir una palabra, cuando estoy a unos pocos centímetros de ellos, me acerco a la asistenta del hogar, ambas sacamos la lengua y nos empezamos a besar, entonces mi marido se une y nos besamos con nuestras lenguas los 3. Mientras tanto, mi marido con su mano me empieza a tocar el culo, me aprieta fuerte, sabe que me gusta el sexo duro. Aprovecho para sacarle el otro pecho del escote, le digo que está más guapa así.
Les digo, que vayamos a un lugar más cómodo para poder disfrutar. Nos vamos a nuestra cama de matrimonio King, allá cabremos bien los 3, pensé. Les digo, que como he llegado la última, ahora me toca disfrutar a mi. Me tumbo en la cama, boca arriba. Ella me empieza a chupar las tetas, primero por la areola, luego insiste en mis pezones. Él me chupa mi rajita, arriba y abajo, mientras me introduce un dedo, pero al darse cuenta de lo mojada que estoy y de cómo resbala, decide introducirme dos. Mi cadera no para de moverse, delante-detrás, delante-detras. Con una mano cojo la cabeza de mi marido, porque quiero follarme su cara, con la otra cojo su cabeza, la de la asistenta para que siga chupándomelas, que me excita mucho.
Estoy muy cachonda, tengo ganas de comer polla. Entonces digo: "tengo hambre". Esas palabras ya las conocía mi marido, sabía que significaban que tengo ganas de comerle la polla y beberme su semen.
Sigo boca arriba, pero ahora un poco más baja en la cama. Mi marido se pone encima, como para follarme la cara, sabe que me gusta que me la follen, sabe que me gusta sentir la polla dura en mi boca. Ella empieza a bajar su boca desde mis pechos hacia abajo, nota que estoy muy mojada, ella también esta cachonda, se lo noto en su respiración. Sin decir nada, abre sus piernas, las mías también lo están, de manera que empieza a frotar su clítoris contra el mio, que gusto siento..MmmM (eso si, me falta una polla en el coño). Disfruto mucho, con una buena polla en la boca y frotándome con otro coño. Ya no puedo aguantar más, tanto frote frote y con esa polla dura en la boca, me acabo corriendo, ella también lo hace, creo que jamás he movido tanto la cadera.
Después de unos minutos de placer, donde la asistenta y yo nos hemos corrido, nos ponemos a cuatro patas, mi marido detrás, y empieza a follarnos, una detrás de otra. Primero está unos minutos con una, luego con otra. Nota nuestros coños muy mojados, nota como cerramos la vagina para que la note más apretada.
Cuando ya está muy cachondo, le decimos que se ponga de pie, al borde de la cama. Nos ponemos ella y yo sentadas en la punta y empezamos a chuparle la polla, primero una, luego la otra.. Al final acabamos liándonos entre nosotras y con su polla erecta y dura en medio. Tenemos una mano en la polla y la otra en nuestro clítoris. Él nos ve muy cachondas, se excita más, ve como estamos disfrutando, cómo se mueven nuestras caderas, cómo estamos mojando las sabanas con nuestro flujo. Cada vez movemos más rápido nuestras manos, nuestra boca, él no para de mover la cadera, dice que se va a correr. Luchamos con nuestra boca a ver quien puede beber más leche.. Llega el momento, se empieza a correr, él viendo lo que sucedía decide cogérsela con la mano y regarnos nuestras bocas con su leche, para que las dos nos quedemos contentas.
Qué gran día y qué gran placer!
Qué os parece?
Poco a poco iré escribiendo más en mi blog. http://vidayfantasiasexuales.blogspot.com/
Besos
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