Mi marido es un gilipollas
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, me llamo Marta, soy española, tengo 56 años, casada hace mas de 30 años con un hombre que jamás pensé que fuera así, madre de dos hijas ya mayores, y confieso que realmente me alegro que todo esto haya pasado y que siga pasando.
Mi marido tiene dos bares en dos centros deportivos, uno con piscina y el otro normal. Para el centro que tiene piscina contrato a un guarda de seguridad por los problemas que se hacen con la gente que va ahí, ya que son de clase bastante baja, el guarda de seguridad es un chico argentino, muy fuerte, un hombre cultivado en un gimnasio, que su presencia impone realmente y desde el principio congeniaron muy bien con Luis, que así se llama mi marido, ya que también le gusta mucho el deporte, cuando estaba terminando esta última temporada de verano le pregunta a Mauricio si sabía algo de gastronomía, "no Luis, realmente no se nada de gastronomía", le dijo Mauro(que así le decimos), "quisieras aprender?", le dijo mi marido, bueno, en resumidas cuentas, hablaron, llegaron a un acuerdo económico y Mauro se quedó con nosotros trabajando, mi marido le enseño y luego lo mandamos al otro centro de deportes como encargado. En ese centro siempre hay algún campeonato de algo o algún evento, lo que hace que siempre los fines de semana esta hasta el tope de gente y yo mas de una vez fui a hacerme cargo de la cocina, Mauro es una persona de total confianza para nosotros y trabaja muy bien, se hace cargo del bar sin ninguna dificultad, con su forma de ser atrae a mucha gente, habla con todos los clientes, a mi me respeta mucho, es muy educado, con mi marido no tenemos quejas ninguna de él, por el contrario, estamos muy contentos de tenerlo con nosotros. Siempre que va Luis se ponen a hablar, y mi marido, ese gilipollas siempre le saca el tema de las mujeres, que como es un chico joven, tiene 26 años, su cuerpo, su simpatía, su acento argentino, lo hacen bastante atractivo hacia las mujeres, de que si folla mucho, por donde las folla, sin importarle que yo muchas veces estoy en la cocina todavía y eso me da mucha rabia, Mauro siempre elude el tema o le responde con evasivas, o le pregunta que siente cuando una mujer le chupa la polla o cuando le folla el culo, ya que él, mi marido nunca lo había echo, dejándome a mi por el suelo y todo porque mi marido nunca me pidió que le chupe la polla o me deje follar por el culo, siempre fue un hombre convencional para el sexo, yo boca arriba y de piernas abiertas y ahí termino todo. Yo ahora a mis 56 años ya no soy una mujer atractiva, tengo mis tetas grandes y bastante caídas, tengo bastante tripa, mis nalgas con celulítis, así que si de joven me follaba bastante mal, ahora ni me toca casi. Parece que este gilipollas le gusta humillarme, sabe que estoy escuchando lo que habla con Mauricio, pero es como que no le importa, hasta el punto que varias veces he llorado en silencio en la cocina. Una de esas tantas veces que mi marido hablaba así lo llaman por teléfono del otro bar se tuvo que ir y Mauro me encuentra llorando, "que te pasa Marta, que estas llorando?", me dice, abrazándome contra él para consolarme, "escuchas lo que dice el gilipollas de mi marido, como no quieres que llore?, lloro de impotencia, se merecería que le meta los cuernos", le respondí, apoyando mi cabeza contra su pecho, llorando humillada, "sos demasiado mujer para el idiota ese", me dijo, pasando su mano por mi espalda, tratando de calmarme, "si no fuera una vieja, saldría a la calle y al primer hombre que pase le diría que me folle", le dije con mucha rabia entre hipos del llanto, "no pienses así, ya te dije, sos demasiado mujer para ir y entregarte así como así a cualquiera", me decía pasando su mano por mi espalda, me gustaba su caricia, me gustaba estar así pegada a su cuerpo, "me das un vaso de agua por favor?", le pedí mas calmada, bebí el agua y como faltaba poco para cerrar, le dije que me quedaba así lo llevaba en mi coche a la parada del auto bus, cosa que Mauro aceptó dándome las gracias. Los días fueron pasando y el gilipollas de mi marido no dejaba de hablar de sus tonterías de mujeres y fantasías sin hacer, me seguía molestando eso, pero me reconfortaba con los brazos de Mauro. Hasta que paso lo que tenía que pasar, una tarde de domingo estaba yo muy mal, y cuando Mauro me abraza y siento la caricia que siempre me hace en la espalda pero sin propasarse, me pego mas junto a él, Mauro es algo mas de diez centímetros mas alto que yo, nos miramos y él lentamente bajo su cabeza y apoyo sus labios en los míos, dándome un beso, al que yo respondí también, sintiendo sus labios sobre los míos, sentí su lengua pasar por mis labios cerrados, que abrí de inmediato dejando que meta su lengua en mi boca
Sentí su mano que acariciaba mi espalda bajar hasta mis nalgas y yo dejaba que mientras nos estábamos besando me acaricie el culo, que meta su manos dentro de mi ropa, que me saque las tetas del sujetador y me chupe los pezones, yo gemía dejando que ese chico, que el empleado del gilipollas de mi marido me seduzca, me baje los pantalones, que acaricie todo mi cuerpo, que me haga darle la espalda y me apoye contra una pila de la cocina, agachando mi cuerpo y sacando mi culo hacia fuera, como me levanta la camiseta, dejando mi espalda desnuda y me besa, me muerde la espalda mientras saca su polla y la acomoda pasando por debajo de mi culo y me la empieza a meter por el coño, haciendo que gima de placer al sentir como me estaba penetrando, yo temblaba de placer al sentir su polla entrar y salir de mi coño, al sentir como el empleado del gilipollas de mi marido me estaba follando, notaba como mis tetas y mi tripa se movían al compás de las embestidas que me daba en el coño con su polla, "Marta, mañana es mi día libre, quiero verte así vamos a un hostal y te trato como la gran mujer que sos", me dijo, sin dejar de mover su polla para adentro y para afuera de mi coño, haciendo que gima de placer, "si cariño, mañana nos vemos, pero ahora termina de follarme que se nos hace tarde", le dije, sacando mas mi culo hacia él, dejando que entre gemidos de los dos nos corrimos. Cuando Mauro saca su polla, la leche que me había dejado en el coño, empezó a caer sobre mis bragas, yo cogí una servilleta y medio me limpie, y así nos fuimos, quedando a la hora y en el lugar donde nos veríamos. Al otro día, a eso de las dos de la tarde, yo llego al lugar de encuentro y lo veo sentado en una terraza, bajo del coche y bebimos una cerveza, pagamos la cuenta y nos fuimos, el hostal estaba frente a la estación del tren de Guadalajara, yo estaba muy nerviosa, mi corazón me latía a mil, era la primera vez que en tantos años de matrimonio lo iba a engañar al gilipollas de mi marido, entramos abrazados, nos dieron la habitación, y entre besos y caricias
Mauro me iba desnudando, haciendo que me por primera vez en muchos años me sienta mujer, me sienta deseada, yo intentaba quitarle la ropa a Mauro, pero por falta de experiencia no podía, me besaba toda, mi cuello, mi boca, mis tetas, me tendió sobre la cama y me quitó mis sandalias, mi pantalón, mis bragas, me dejo completamente desnuda a él, me seguía besando, mis piernas, sentía que acariciaba mis pies y subía con sus besos, con sus lamidas por mis piernas hasta llegar a mi coño, que me hizo gritar de placer y encorvar mi cuerpo hacia arriba cuando siento su lengua pasar por los bellos de mi coño y empezar a lamer y chupar mis labios exteriores e interiores, mi clítoris, era la primera vez que alguien me chupaba el coño, yo abría lo mas que podía mis piernas, sentía sus manos recorrer todo mi cuerpo, su lengua lamer y su boca chupar mi coño, me hace dar la vuelta, me deja con el culo para arriba, siento como me abre las nalgas y empieza a lamer y chupar mi ojete, yo mordía las sábanas para no gritar de placer, Mauro se pone en pie y se quita su ropa, yo ahora estaba viendo bien su polla, ya que ayer solo la había visto un segundo, cuando la saco de mi coño, me pareció la polla mas linda del mundo, la cogí con mis manos y la empecé a acariciar
Mauro me dijo que la meta en mi boca, "es que nunca chupe una polla", le dije, mirando su cara, mojada aún con mis jugos íntimos, "yo te enseño", me dijo, haciendo que meta su polla en mi boca y diciendo como tenía que chuparla, sentí tanto placer al estar chupando la polla de Mauro, que casi se la muerdo, el movía su polla hacia adentro y hacia afuera de mi boca, me decía que pase mi lengua por todo lo largo, a mi se me caía la saliva al estar chupando esa polla deliciosa, sus manos acariciaban y apretaban mis tetas mientras yo estaba chupando, me hace poner boca arriba, se acomoda entre mis piernas y siento como me empieza a meter la polla en mi coño, que no recuerdo haberlo tenido así de mojado en mi vida, sentía como me entraba, como a medida que me metía su polla, no dejaba de chupar mis tetas, hasta que lo siento completamente dentro mio, yo estaba con mis piernas abiertas y levantadas dejando que Mauro haga entra y salir su polla de mi coño, haciendo que disfrute lo que jamás había disfrutado follando, "que locura Mauro, como me estas follando, como me haces disfrutar", le decía, disfrutando de la polla de Mauro como me estaba follando, "Marta, te la voy a meter por el culo", me dijo, "si cariño, hazme tu mujer, ya que el gilipollas de mi marido no sabe como hacerlo", le dije, sin dejar de mover mis caderas, sintiendo la polla de Mauro entrar y salir de mi coño. Siento como Mauro saca su polla de mi coño, y vuelve a chupar mi coño, haciendo que arquee mi cuerpo de placer, como mete un dedo dentro de mi coño y luego busca mi ano con ese dedo y lo empieza a meter, haciendo que tenga que morder la almohada para no gritar de placer y que se entere todo el hostal de como estaba disfrutando, me hace poner en cuatro patas en el borde de la cama, sacando bien mi culo hacia él, me vuelve a abrir mis nalgas y siento de nuevo su lengua lamer mi ojete, chuparlo, llenarlo con su saliva, noto como se acomoda detrás mio y apoya la cabeza de su polla en mi ano, me dice que abra mis nalgas y me coge de la cintura, haciendo fuerza hacia adelante
Me hace dar mas un grito que un gemido, al sentir como su polla empezaba a entrar en mi culo, rompiendo mi ojete, "lo que se perdió tu marido al no haberte roto culo como te lo estoy rompiendo yo", me decía Mauro, dando suaves empujones, haciendo que su polla vaya entrando en mi culo, desgarrando mi ano a medida que iba entrando, yo movía la cabeza de un lado a otro, por el dolor y por el placer de estar así con mi joven amante, dejando que me rompa el culo, hasta que siento mis nalgas aplastadas contra el cuerpo de Mauro, sentía como mi ojete latía, en esa posición, mis tetas y mis tripa colgaban, yo con mis nalgas abiertas y la polla de Mauro toda dentro de mi culo, me parecía que estaba soñando, sentía como la sensación de querer ir al baño, como si se hubiera echo un vacío en mis intestinos, hasta que Mauro empieza a meter y sacar muy suavemente su polla de mi ojete haciendo que gima de placer, un placer desconocido para mi hasta ese momento, siento como me saca toda la polla del culo, y me hace poner boca arriba, levantando mis piernas, sentía latir mi ojete, siento los dedos de Mauro entrar y salir de mi coño, como pasa esos dedos mojados de mis jugos vaginales por mi ano,
Yo estaba con los ojos cerrados, disfrutando de como me follaba el empleado del gilipollas de mi marido, como vuelve a acomodar su polla contra mi ojete y la vuelve a hacer entrar, suave, muy suave, sin hacer que me duela, hasta que siento como me la mete toda, como empieza a mover su dedo en mi clítoris, haciendo que gima de placer a medida que su polla entraba y salía de mi ojete, como me empieza a lamer los pies, los dedos, a pasar su lengua entre ellos, yo creía morir de placer a medida que Mauro me follaba por el culo, a medida que metía y sacaba su polla de mi ojete, empecé a sentir un olor extraño, fuerte, me estaba cagando a medida que Mauro me seguía follando el culo sin importarle ese olor, a mi me dio un poco de vergüenza, pero seguía disfrutando, yo me había corrido una vez, estaba a punto de volver a correrme sintiendo como Mauro metí y sacaba su polla de mi ojete mas fuerte y mas rápido, haciendo que olor se intensifique mas, "cariño, creo que me estoy ensuciando", le dije, "si mi vida, te estas cagando, pero eso me vuelve loco", me dijo, metiendo y sacando su polla mas y mas fuerte de mi ojete
Su dedo se movía mas rápido sobre mi clítoris, haciendo que me olvide de todo, solo quería volver a correrme y que Mauro se corra dentro de mi culo, hasta que siento como una tremenda descarga eléctrica en todo mi cuerpo y tengo un tremendo orgasmo, me retorcía de placer corriéndome con los movimientos que hacia Mauro con su polla dentro de mi culo, parecía que me orinaba de como me estaba corriendo, hasta que siento que Mauro también se empieza a correr dentro de mi culo, como me mordía los pies, como gemía llenando mis intestinos con su leche, moviendo su cuerpo con fuertes temblores, la habitación realmente apestaba, pero seguíamos disfrutando el uno del otro, sentía como la polla de Mauro latía contra mi ano, yo estaba extenuada, jamás había follado así, y menos imaginarme que me iba a cagar follando, siento como Mauro se iba tranquilizando, como dejaba de temblar sin sacar su polla de dentro de mi culo, hasta que nos quedamos mirando, yo con mis piernas en alto y él con toda su polla dentro de mi culo, nos sonreímos, "que mujer se pierde tu marido", me dijo, sacando lentamente su polla de mi culo para que pueda ir al baño, pero ya era tarde, me rompió el culo e hizo que me cague.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!