Mi motor se calienta
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Angeles.
Hacia más de tres años que no tenía unas vacaciones, y desde luego las estaba necesitando. Mi marido me había prometido que iríamos a dar una vueltecita por el centro de España, y a mi me hacía mucha ilusión visitar los pintorescos pueblos, que sólo conocía por la “tele”
En el trabajo, había pedido todo el mes de Agosto de vacaciones, cosa que a mis jefes no les hizo mucha gracia) vivo en la costa y en los meses de verano se triplica la población) pero no podían negármelo, hacía mucho tiempo que no disfrutaba de ninguna clase de permiso y jamás había faltado al trabajo.
Estaba ilusionadísima, 15 días antes ya preparaba las maletas, quería que todo fuese perfecto. Y mira por donde una semana antes del viaje, mi marido dice que hasta Octubre no lo podremos hacer… Mira que a mi me cuesta perder la paciencia, y normalmente nunca me enfado, pero esta vez………
Pues que no…. que yo tenía programado el viaje, y lo iba a hacer, con o sin su compañía, pero desde luego que lo iba a hacer. De ninguna manera le diría a mi jefe (con todo lo que me costó convencerlo) que dejaba las vacaciones para Octubre.
Le dije que muy bien…..que si él no venía lo haría sola, y le pregunté si podría llevarme su coche. Mi coche era un ford fiesta del año “catapún” y necesitaba una jubilación forzosa, pero como en realidad lo usaba muy poco, cada año me decía…. ¡¡¡ El año que viene lo cambio!!! Y así iban pasando los años y el cacharrito seguía conmigo.
Como mi señor marido no quería que hiciese el viaje, se negó categóricamente a prestarme su coche, pensando que así yo desistiría de mi propósito. Pero yo, cabezona como siempre inicié la operación de “acoso y derribo” Para empezar, por las noches siempre encontraba una excusa para acostarme cuando él ya dormía, y me levantaba apenas amanecía, por lo cual él iba que se salía, y yo más quemada que “la pipa de un indio”.
Pero el “tío” se mantenía duro y no cedía en mis exigencias. Viendo que no habría manera de convencerlo, lleve mi “cacharrito” al taller para que le hiciesen una buena revisión, y lo pusiesen a punto.
Ya me avisaron…. en realidad no puedo decir que lo que pasó me viniese muy de sorpresa, pero mi cabezonería era más grande que mi sentido común. Y el lunes dos de Agosto, mientras mi maridito aún dormía, cogí mis maletas y comencé mi accidentado viaje.
Tomé la autopista en dirección a Teruel, y nada más llegar a la primera “área de servicio” supe que tenía que dar la vuelta, y volver a casa. Pero jamás le daría a mi marido la satisfacción de verme volver con “el rabo entre las piernas”.
El motor se calentaba, y tuve que esperar media hora, para que se enfriase y ponerle agua. Maldije a los mecánicos que repasaron el coche, renegué de mi marido mil veces, pero cabezona continué el viaje.
Se portó bien durante bastantes kilómetros, y yo me fui relajando. Poco a poco casi sin darme cuenta, iba apretando el acelerador mientras cantaba una canción que últimamente se había apoderado de mi subconsciente.
“si tienes un hondo pesar, piensa en mi, si tienes ganas de llorar, piensa en mi…….”
Ya me había olvidado de la calentura de mi motor, cuando el coche empezó a dar sacudidas, pohf, pohf, pohf, me dio tiempo justo de girar el volante para colocarme en el arcen, y se paró……
–Bueno– me dije– Hasta aquí hemos llegado—
Salí del coche, y con cuidado coloqué los triángulos de avería, algún alma caritativa se pararía al verme pensé.
No tardó mucho que un vehículo se paró justo delante del mío.
–Buenos días, ¿puedo ayudarla? Dijo un hombre acercándose a mi vehículo.
— Pues no lo sé, pero creo que mi coche necesita más un enterrador que un mecánico…. Me parece que esta muerto—
El hombre sonrió y dijo.
–Cierre bien las puertas, recoja lo más imprescindible y la dejo en Huesca que es la próxima salida.
Vaya, Huesca, no sabía que estaba tan cerca, había viajado tan ensimismada, que me dediqué a pasar kilómetros sin ver exactamente por donde iba, y es que en realidad desconocía mi destino, pensaba parar cuando me lo pidiese el cuerpo.
Pero bueno, Huesca era uno de los lugares que quería visitar. La muralla romana, su catedral gótica del siglo Xlll, el castillo de monte Aragón, verdaderamente Huesca tenía el suficiente interés para que pasase en ella varios días sin aburrirme, pero sin coche…. Como no contratase excursiones programadas me quedaba sin ver nada.
Mi “caballero andante” de la carretera, me acompañó hasta un taller de automóviles, desde donde enviaron una grúa a recoger el cadáver de mi pobrecito coche.
Bueno….
Mientras esperaba que trajesen mi coche, y me dijeran exactamente lo que tenía, decidí ir a comer…… Me paseé por las calles hasta llegar a un pequeño restaurante escondido en las callejuelas del barrio antiguo. No había tomado nada desde las seis de la mañana y mis tripitas empezaban a protestar.
Al entrar un apetitoso aroma, inundó mis fosas nasales. Ummmmm con el hambre que tenía seguro que todo me sabría a gloria. Me senté en una mesa algo apartada y vi pasar un camarero, con un plato de carne aromática rodeado de unas patatitas doradas, y unos pimientos rojos, que iluminaron mi vista.
Lo sirvió en la mesa de al lado, a un joven que se pasó la lengua por los labios, relamiéndose de gusto a la vista del plato.
El camarero se acercó a mi mesa y me entregó la carta.
—No hace falta— Y señalando el plato dije— ¡Yo quiero eso!
El camarero sonrió y dijo que enseguida me servía.
Mientras esperaba la comida, intentaba recordar si entre mis muchos ciber_amigos conocía a alguien de Huesca Creía recordar a un chico, pero ni sabía su dirección, ni realmente su nombre, su nik era casanova, aunque no sabía que tal casanova era, nuestras conversaciones siempre habían sido de lo más inocentes y agradables, y la verdad, con lo que corría por Internet, era una persona que no me hubiese importado conocer.
La comida estuvo buenísima, y aún quedó un hueco en mi estómago, para tomarme una copa de helado impresionante, y después de saborear un riquísimo café aboné la cuenta y volví al taller mecánico.
Lo que imaginaba….. mí pobre coche la había “palmado” se quemó la junta de culata y se hizo polvo el motor, la broma me iba a costar un ojo de la cara. Le dije que me lo pensaría, y que al día siguiente le diría lo que había decidido.
Me dediqué a pasear por la ciudad tranquilamente, en la Plaza de Navarra, vi un concesionario de coches, y solo por curiosidad se me ocurrió entrar para preguntar precios de vehículos. Era un local enorme, decorado con bastante gusto y limpio, muy limpio, La verdad es que no tenía ni idea de la clase de coche que me compraría en caso que lo tuviese que comprar. Al fondo a la izquierda estaban las oficinas totalmente acristaladas, y dentro un joven moreno con el cabello muy corto miraba unos papeles.
Levantó un momento la vista al sentir la puerta, y me miraba por el rabillo del ojo mientras yo paseaba por entre los coches. No debía dar la imagen de una compradora, porque de momento, seguía con su trabajo sin prestarme la mínima atención.
Me iba moviendo por entre los coches, mirando por las ventanillas y dándole vueltas a mi cabeza. Uffff ¡lo que debían costar! No sé como me las iba a arreglar si tenía que comprar uno.
Estaba muy cerca de la cristalera, el joven que estaba dentro levantó la cabeza y se me quedó mirando, a mi me parecía una cara conocida, pero no conseguía asociarla con nadie. El se dio cuenta que lo miraba, y me dedicó una sonrisa, de pronto enarcó una ceja se levantó de su escritorio, y saliendo de su oficina se acercó a mi.
—¡¡¡No puede ser!!! ¿Shere? ¿Eres tú?—
—¡¡¡Ahora caía!!! Claro que me parecía conocido….¡¡¡ era Casanova!!!—
Ufff que casualidad, si lo hubiese buscado seguro que no lo hubiese encontrado, y mira por donde aquí estaba.
¡¡¡Que alegría!!! De verdad que había pensado en ti, pero no sabía como localizarte—le dije
Me invitó a entrar en su oficina y estuvimos hablando mucho rato, le expliqué mi aventura con el pobrecito Ford. Y enseguida salió su vena vendedora.
— ¿Y lo vas a arreglar?— dijo
—Todavía no lo he decidido—
—Sinceramente creo que no vale la pena, un motor nuevo te va a costar un riñón, y siempre será un coche viejo. Decídete y cambia de vehículo—
—No sé, estoy algo confundida—
–¿Qué clase de automóvil te gustaría comprar?—
—No lo he pensado, pero pequeño, y no muy caro.—
— ¿gasolina o diesel?—
–Creo que gasolina—
— ¿Cuántas puertas?—
—Lo prefiero de dos—
— ¿estilo berlina o deportivo?—
—Mira, te voy a decir…—-
—Dime—
—A mi me gustan pequeños, como esos que van sin carnet, que los puedes…..perdón….que los puedes aparcar en cualquier rinconcito—
—Aha, entonces puede irte bien un Audi tt descapotable—
—Es posible, pero debe ser muy caro, ¿Cuánto vale?—
—Mira precisamente tenemos uno aquí, ven que te lo enseño—
Lo seguí sorteando los coches hasta que llegamos al fondo del local, y allí estaba el coche de mis sueños, pequeño, descapotable, de color rojo y el tapizado de piel, blanca como la leche, realmente si yo hubiese fabricado un coche a mi gusto, hubiese sido así.
–¿Cuánto quieres pagar al mes?—
–No tengo ni idea—
–¿Cuánto te sería cómodo de llevar?—
—No lo se, 200 ó 300 Euros—
–¿Te parecen bien 250 Euros al mes y en 5 años estará pagado?—
Me quedé pensativa un momento, realmente necesitaba un coche, Y que más daba comprarlo en Huesca que en Tarragona. Además estaba cabreada con mi marido, él sería el culpable por no prestarme el suyo, y bueno…..a ver si no me merecía yo un buen coche… ¿no me lo ganaba?… pues eso…. Decidido….
–¿Cuándo lo tendría?—
—Lo más importante ya lo tenemos, que es el coche, los papeles en un par de días pueden estar listos.—
—Vale, ¿Dónde he de firmar?—
Se quedó mirándome con cara entre satisfecha y sorprendida, como diciendo, “Joder, que buen vendedor que soy”
—OK, ya tienes coche—
—Muy bien, pero además me invitas a una cena.—
—Eso esta hecho, ¿preferencias culinarias?—
—Me vuelve loca la paella, y hace tiempo que no la como—
— ¿paella para cenar? Pues creo que no encontraremos restaurante. Ahora, si te apetece, te preparo en mi casa la mejor paella que hayas comido en tu vida.—
—Bueno…. es una opción—
—Prénsalo y decide. La regaremos con un soberbio “Marques de Riscal” que guardo para ocasiones especiales, y esta lo es. A fin de cuentas no se estrena coche todos los días.—
— ¿Y que dirá tu pareja?—
— ¿sabes cual es la ventaja de que tu pareja sea guía turística? Que una semana al mes eres soltero, jajajaja y justo es esta semana.—
—De acuerdo, esta noche comprobaré lo buen cocinero que eres—
Me dio la dirección de su casa y quedamos a las ocho de la noche. Yo suelo ser muy puntual, además pasear sola, por muy interesante que sea el recorrido, suele ser aburrido, y a las ocho menos cinco, estaba presionando el timbre de su puerta.
Salió a abrir, con un delantal a la cintura, y no hay nada que me ponga más que un hombre “cocinitas” me encanta que guisen para mí. Lo acompañé a la cocina y me sirvió un vaso de vino blanco, mientras el trasteaba por la cocina, se veía que sabía lo que hacía, y desde luego el aroma de lo que estaba guisando, prometía una cena esplendida.
Terminó la paella, y mientras se reposaba le ayudé a preparar una ensalada. Entre los dos lo llevamos todo al comedor. Ummmmmm lo tenía todo preparado para una cena romántica, unas velas en la mesa, un jarrón con una rosa roja, música muy suave, y las luces centrales difuminadas. Desde luego el ambiente era acogedor.
Cenamos amigablemente, disfrutando de una conversación, que a medida que el vino hacía su efecto, se volvía más y más calentita…
Dijo de poner una “peli” porno y yo alteradilla como estaba no tuve ningún inconveniente, al contrario, me apetecía mucho. La película era de una pareja…. él con un gran aparato, que ella intentaba inútilmente introducir por completo en su boca.
—jajajajaja, eso es postizo, no las hay tan grandes, jajajajaja—
—si que las hay—
—jajajaja—-
Los efectos del alcohol, se empezaban a notar en mi comportamiento. La verdad es que no puedo beber alcohol, como dice mi marido me “alborota” y me pone muy, pero que muy cachonda.
—¡¡¡Demuéstramelo!!! Esas cosas si no las veo no las creo.—
Se levantó, se puso delante de mí, y muy despacio se desabrochó el cinturón. Me miraba fijamente esperando quizás que yo le dijese que parase. Pero yo estaba algo bebida y muy, muy excitada.
Abrió su cremallera y bajó los pantalones quedando con un tanga negro que le hacía un culo delicioso. Ummmmm, en el nacimiento del muslo derecho, el tatuaje de un pequeño “piolin” le hacía parecer muy sexy y al mismo tiempo infantil cosa que a mi me excitaba enormemente, ¡¡¡ y un paquete!!! Ummmmmm……. Empezaba a creer que lo de la “peli” era real, pasé la mano y quemaba, realmente quemaba. Metí mis dedos y acaricié el capullo humedecido por las primeras gotas de su excitación. Ya no podía más, quería verlo por completo, y colocando las manos en la cintura del tanga, lo bajé hasta las rodillas¡¡¡impresionante!!! Verdaderamente impresionante, el sonrosado capullo sobresalía de una gran verga, tiesa como un palo, y sus testículos, grandes y rasurados, parecían dos frutas maduras colgando del árbol, a la espera de que una boca ansiosa las degustase.
Ummmmm no me hice esperar, me arrodillé ante él, y empecé a pasar mi lengua lentamente por ellos. A medida que los humedecía, su verga iba engordando y mi mano derecha empezó a acariciarla, ummmmmm ¡¡¡ hermoso aparato!!! Casi no podía abarcarlo entre mis dedos, él estaba excitadísimo, sus gemidos se habían vuelto apremiantes.
Me cogió por la cintura, me cargó en su hombro y me llevó hasta la habitación, lo primero que llamó mi atención, fue la gran cama. Bueno…… En realidad, lo único que llamó mi atención, estaba tan caliente que lo único que deseaba, era revolcarme en esa enorme cama, donde habrían cabido perfectamente dos parejas.
Me tumbó sobre ella, subió mi falda, bajó mis braguitas, y se dedicó como un poseso a devorar mis intimidades. Menos mal que estaba acostada, porque las rodillas empezaron a temblarme y por mi vientre mil mariposas revolotearon como buscando una salida que no terminaban de encontrar. Fue un orgasmo brutal, que me dejó relajada, pero con ganas de más. Teníamos demasiada ropa puesta, y casi al mismo tiempo empezamos a quitarla y la tirabamos por cualquier lado, ansiosos por conocer nuestros cuerpos.
El tenía unos hombros anchos, la cintura estrecha, su pecho estaba salpicado de un vello corto y rizado, y lo que me encantó fue su culo, alto y respingón que se me antojaba, morder para dejar mi marca.
Mis pezones se habían endurecido, estaban tiesos y el solo roce por ellos electrificaba mi cuerpo. Su boca se apoderó del derecho. Su dedo grueso jugueteaba en mi clítoris, mientras el índice y el del medio, se introducían en mi cosita, moviéndose frenéticamente, y buscando mi punto de máximo placer.
Estaba tan mojada que sus dedos chapoteaban en mi interior, produciendo un sonido excitante y deliciosamente sensual. Al sentir mis paredes vaginales contraerse, sacó sus dedos e introdujo su hermoso pene, que parecía amoldarse perfectamente al hueco de mi sexo. Haciéndome sentir llena y satisfecha.
Las contracciones de mi vagina oprimían el pene intentando inútilmente sujetarlo en cada una de sus embestidas, y mientras me deshacía en un orgasmo de impresión sentí su leche caliente, que inundaba mi ansioso coñito.
Durante tres días estuvimos follando con desenfreno, solo salíamos de la cama el tiempo justo de comer y asearnos. Ni siquiera pasó por la oficina, que quedó al cuidado de su socio.
El jueves por la mañana llegaron los papeles y su socio le llamó para comunicárselo.
Bueno……
Ya tenía coche, y un viaje que realizar, al salir de casa, mi ilusión era conocer, los antiguos monumentos de España, y ni se me había pasado por la cabeza que los monumentos que iba a conocer…… la verdad …..No eran tan antiguos, dejé Huesca sin conocer su famosa muralla, ni su castillo, ni su catedral, pero eso me daría opción para repetir el viaje próximamente………
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