Mi novia solo coge con venezolanos (Parte 1)
Tras 3 años y medio de relación, mi novia y yo iniciamos en el mundo cuckold y swinger, sin saber que hoy sería nuestro estilo de vida.
Tras más de 3 años y medio de relación, mi novia y yo iniciamos en el mundo cuckold y swinger, sin saber que hoy sería nuestro estilo de vida.
Esta historia ocurrió hace 6 años. Era el año 2016, y ya tenía 3 años y medio con mi novia, Jois, de aquel entonces unos 19 años de edad. A mis 21, recordaba como había llegado a estar con esta chica cuando estaba ella tan solo saliendo de la secundaria y haciendo su viaje de promoción, y yo ya andaba en el segundo ciclo de la universidad y era mayor de edad.
Jois es delgada, de 1.60, mediana, con una carita muy bonita y sonrisa encantadora. Sus pechos y culito son medianos, paraditos, y duritos, ya empezaba a ir al gimnasio desde esa época.
A mí siempre me ha gustado el ejercicio y el deporte, salía a correr mucho, soy alto, delgado y algo marcado, mi único problema es la vista que me la malogré hace años y debo usar lentes.
Retomando, tuve que esperar hasta el día de su cumpleaños 18 para poder darle su primera vez, fue una noche mágica, como cualquier chico se lo imagina, yo había tenido la mía años antes cuando aún tenía 17 años, pero esta fue muy diferente, con más «amor», si se puede decir.
Tras un año de relaciones sexuales como locos, la chica dulce se había convertido en una total perrita en la cama. y eso me encantaba. Había moldeado ese culo a la forma de mi pene y le había hecho probar los más deliciosos placeres carnales.
Pero fue en el año 2017, el 1ero de enero para ser precisos, donde todo tomó un rumbo distinto. Ambos bailábamos en la fiesta ya con el alcohol en nuestro cuerpo, a nuestro costado había una pareja de venezolanos (la migración había empezado hacia nuestro país en aquel entonces), a los que no les dimos mucha importancia, salvo por el hecho de que me quedé sorprendido pro como ambos miraban a Jois, (tanto la chica como el chico). Se lo comenté a ella pero no le dimos tanta importancia, seguimos con nuestro baile y con nuestros amigos, que poco a poco se iban yendo de la discoteca.
A eso de las 4 de la mañana, Jois me pide que la acompañe al baño, ambos muy ebrios y calientes, donde pensábamos dar rienda suelta a nuestra calentura.
Una vez que entramos al baño de chicas, nada nos importó, cerramos la puerta principal al ver que no había nadie, y empezamos a besarnos como locos mientras nos manoseábamos. Jois me sacaba la camisa y yo ya iba quitándole las prendas interiores por debajo de su vestido blanco.
La cargué del lavatorio hasta la uno de los cubículos, cuando de pronto empezamos a oir algunos jadeos y suspiros. Nos quedamos asustados de saber si teníamos compañía, aunque el morbo ya se nos hizo más grande.
Tocamos la puerta y se abrió, ante nosotros teníamos a la pareja Venezolana, el chico recibiendo una mamada de su chica. Ambos nos miramos también sorprendidos y solo soltamos una risa cómplice.
El chico me dijo: «Chamo disculpa, pero que duros están, mi novia y yo queríamos conocerlos». Miré a Jois y ella no dejaba de mirarle la pija al amigo venezolano. No sentí celos ni cólera, sino algo de excitación que en aquel momento no entendí bien.
Nos metíamos los cuatro dentro del cubículo, nos presentamos y nos propusieron continuar la faena en otro lado, ya que en ese momento empezaban a tocar la puerta del baño. Miré a mi chica y ella estaba algo asombrada. Lo discutimos en privado y decidimos ir «a ver qué pasa». Bajamos hasta dos cuadras más allá de la discoteca, a mí ya se me había pasado la borrachera, por lo que el amigo me propuso manejar su vehículo. Chamo, podrías manejar con mi chica adelante. Debo decir que ambos se veían bien parecidos, atléticos, blancos, y muy delgados. Mi chica me lo dijo después pero les gustó esa apariencia en ellos.
Subimos al carro, yo adelante, con la novia de mi nuevo amigo adelante, y mi Jois y su amigo atrás. Iba nervioso y excitado, coqueteaba de ratos con la chica mientras veía a mi novia también acercándose a su amigo venezolano. En un momento decidí arriesgarme y tocar la pierna de la chama, ella correspondió gustosa poniendo su mano sobre la mía. De atrás veíamos como nuestras respectivas parejas ya se tocaban y manoseaban, Jois desinhibida y como tal mostraba sus piernas sin bragas debajo de su vestido.
Llegamos al departamento, y aproveché en estar con mi nuevo amigo a solas para preguntarle cuantos años tenía y si tenía condones. Ante mi sorpresa, me dijo que tenía 29 años y su chica 23, mientras que él traía los condones. Alguien mucho mayor que yo se iba a coger esa noche a mi princesa y me excitaba saberlo. Llegamos a la sala y nos pusimos a beber y bailar, iban a dar casi las 5 am y ya volvíamos a estar mareados. Jois vino a hacia mí, me dio un beso y me dijo: ¿vas a querer intercambiarme con Miguel? A lo que respondí con la pregunta: ¿Y vas a querer intercambiarme con Angelina?
Ambos nos dimos un besos y sellamos el pacto. Nuestros acompañantes se besaban y desnudaban, esto se ponía bueno, ella tenía unas tetazas en comparación a las de Jois. Claramente habría una comparación en el tamaño de los penes. Miguel ya la tenía afuera y erecta, yo estaba batallando con la tranca que me quería reventar del pantalón y la liberé, puse a Jois de rodillas y le dije a mi amigo que se acerque con su chica para tenernos cerca.
Ambas chupaban nuestras pijas al unísono, miré a Miguel para decirle que era hora del cambio, él entendió y movimos a nuestras chicas. él agarró a Jois y la puso a mamar verga, mi chica chupaba pene copmo si no hubiera mamada, yo la veía mientras Angelina tragaba mi miembro como experta.
Miguel llevó a mi chica a su cuarto, mientras yo me quedé con Angelina en la sala, me montó encima y empezó a moverse y gemir como loca, mamé sus tetas enormes y le hundí toda mi cara, me sacó del trance los gritos de mi novia adentro: «Dame, duro, que grande, aaah, rico, ahhhh, dame , dame». Era mi chica disfrutando, levanté a Angelina y la puse en misionero encima debajo de mí, dándole duro y con casi odio, como vengándome de Miguel por estar cogiéndose a mi chica en ese mismo momento.
Fuimos hasta el cuarto, la encontré a mi chica cabalgándolo a su amigo venezolano, seguimos la faena, durante toda la mañana. Miguel se vino hasta tres veces adentro de ella con el condón puesto. Yo dos veces y una en la boca de Angelina. l último, Jois le regaló sus bragas a Miguel y quedamos para una segunda oportunidad de intercambio. Cuando llegué a mi casa me metí un polvazo con Jois, de los mejores, ambos con una complicidad tremenda.
No lo sabíamos en ese momento, pero ese sería el inicio del vicio de mi chica con los hombres venezolanos, ya contaremos cuál fue la siguiente.
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