Mi novia y su alumno
Mi novia es maestra y me entero por mensajes que algo pasa con uno de sus alumnos..
Mi novia es maestra de preparatoria. Por ser joven, es algo popular con sus estudiantes, tanto con hombres como mujeres. Es bajita y caderona, con un culo ancho y tetas muy pequeñas que van con su cara de adolescente. Ella tiene 31 años, es un año mayor que yo.
Recuerdo bien cómo era estar en la prepa, y para mi mala suerte, no tuve una maestra buenota. De haber tenido una maestra como mi novia, me habría matado a pajas pensando en ella, la hubiera morboseado con mis amigos, le hubiera tomado fotos a escondidas. Estoy seguro que alguno de los alumnos hace eso con mi novia y eso me calienta. Tengo que explicar esto.
Mi novia y yo solo hemos tenido sexo entre los dos, pero fantaseamos mucho. Incesto, intercambios con el mismo sexo, pero lo que más nos gusta es pensar que otros hombres la follan. Me encanta imaginar que es usada por dos o más hombres y se corren dentro de ella, y lo mejor de todo, es que a ella también. Por lo regular no ponemos nombre y rostro a esos hombres, son desconocidos que llegan a hacerlo con ella por un contexto muy de fantasía y en eso quedamos. La última vez que yo había sido específico fue una vez que fantaseamos en que ella era dominada por tres de sus alumnos. Nos corrimos y el tema ahí quedó, o eso pensé.
Mi novia y yo vivimos juntos y es normal que estemos en el teléfono aunque estemos hablando. Por lo regular vemos memes o publicaciones que nos mostramos, no lo consideramos grosero, tampoco cuando se ve que escribimos mucho con otra persona. Nunca ha habido desconfianza y no preguntamos con quién hablamos, muchas veces incluso lo decimos. Pero hubo un día en el que noté que escribía mucho y su rostro estaba muy serio. Tenía el celular un poco más pegado de lo normal, por lo que no podía ver qué pasaba.
Esto continuó por unos días hasta que no pude más y aproveché que entró a bañarse. Confiamos tanto en el otro que sabemos nuestras contraseñas, así que tomé su celular y desactivé el Wifi. Entré a sus conversaciones, con su madre, sus amigas y los cientos de grupos de la escuela. Nada. Estaba por rendirme cuando pensé en los mensajes archivados y en primer lugar estaba lo que sospechaba.
Mi corazón me lastimaba de lo fuerte que latía. Un alumno suyo se mensajeaba con mi novia como si fuera una chica de su edad, o mejor dicho, una cualquiera. Fui hasta el principio de la conversación, él preguntaba sobre una duda y mi novia le contestó seco, que mandara esas preguntas al grupo. Pero él insistió, alegó que era una duda muy particular y que le daba vergüenza.
Poco a poco fue ganándose la confianza de mi novia y le dijo piropos, pero mi novia no respondía a ellos. Pasaron días y él simplemente dijo que le gustó mucho lo que hicieron y mi novia respondió de inmediato que a ella también. Esto me sorprendió, no solo porque algo había sucedido en la escuela, sino también porque mi novia solía tardar en contestarle, pero esta vez no. Él preguntó si podrían volver a hacerlo y mi novia dijo que no sabía. Después de unos cuantos piropos, él dijo que si quería verla y mi novia respondió que no sabía. Los nervios me estaban matando, no solo por la conversación, sino también por la presión de leer antes de que mi novia saliera de la ducha. Y pasó lo que supongo tenía que pasar.
El alumno le mandó una foto de su verga y el tamaño me impresionó. Debía ser un poco más delgada que la mía, pero en largo me superaba por mucho. Mi novia simplemente le respondió que mañana lo vería en el mismo lugar y a partir de ahí el tono en la conversación cambió.
No podía creer lo que veía. Al parecer, aquel mocoso le daba unos arrimones a mi novia en el salón de clases, la hacía inclinarse para poder pasar su miembro por todas sus nalgas. En la conversación, además de explicar cómo le gustaba hacer eso en el salón, le decía que era la maestra más culona de toda la escuela y que necesitaba penetrarla lo antes posible. Que era una putita calientavergas y que muchos en el salón estarían encantados de darle la verga que ella necesitaba, incluso, que algunas chicas quisieran comerle su coñito apretado. Mi novia no respondía, pero estoy seguro de que se calentaba al leer todo eso. Tuve que dejar el celular porque escuché que mi novia cerraba la llave de la regadera.
Desafortunadamente, yo llego a casa de mi trabajo después de mi novia, por lo que cuando yo llego hay días en los que ella ya se ha bañado. Tardé una semana en poder espiar su teléfono y fue justo a tiempo. Las conversaciones iban por el mismo camino, aunque mi novia respondía que sí a todo lo que él le decía. Él controlaba cómo iba vestida a la escuela y al parecer le ponía retos, como que tirara un marcador y se agachara enfrente de todos para que toda la clase pudiera ver su gran culo. Si el pedía una foto de su culo o de sus tetas, ella la mandaba a la brevedad. Era una locura para mí, pero estaba excitado como nunca. Llegué a los últimos mensajes y parecía que por fin iban a concretar todo: el día de mañana la iba a hacer suya después de clases, aprovechando que yo visitaría a mis padres y llegaría un poco más tarde.
Dejé el celular de mi novia y tomé el mío, busqué alguna cámara de seguridad discreta. Esa noche no pude dormir y mi novia tampoco, se levantó al baño con el celular en la mano mientras yo fingía estar dormido. Ella no sabía que ambos estábamos inquietos por la misma razón.
Al día siguiente me reporté enfermo en el trabajo y tomaron el día a cuenta de vacaciones. Salí a la hora de siempre y fingí ir al trabajo, mi novia suele salir a la escuela quince minutos después de mí. Apenas iban a ser las nueve de la mañana, por lo que tuve que esperar a que las tiendas abrieran, tenía horas libres pero quería que todo quedara perfecto.
Terminé por comprar dos cámaras y batallé por encontrar una buena ubicación, no tenemos armarios en la habitación y que estuvieran en la pared sería muy obvio. Solo tenía dos opciones, mi mesita de noche y un mueble donde cuelgo toda mi ropa, por suerte ambos estaban muy desacomodados y con muchos objetos o ropa tirados, por lo que me las ingenié para ocultar una cámara en cada lugar. Las probé y se veían bien, estuve en casa mirando hacia el techo pensando en esto que siempre hablamos pero decíamos que nunca haríamos. Ahora ella lo iba a hacer sin mi consentimiento y eso me dolía y me excitaba a la vez.
Salí a caminar y comer, aunque no podía dejar de pensar en eso. La tarde se me hizo eterna, por fin llegó la hora de ir con mis padres y me dirigí a su casa. A pesar de lo nervioso que estaba, debía matar el tiempo de alguna manera e ir hasta allá me ayudó a calmarme.
Al salir de casa de mis padres, solía mandarle un mensaje a mi novia para que supiera que estaba en camino. Suelo hacer una hora de camino, y en ese tiempo, ella no me respondió. Cuando llegué ella estaba en el sillón de la sala, recién bañada y con pijama, el cuarto lucía como siempre. Le pregunté que si había visto mi mensaje y respondió nerviosa que su celular se estaba cargando, lo que no era extraño. Cenamos y nos dormimos temprano, ambos dijimos estar cansados, aunque yo en realidad no lo estaba.
Para mi buena suerte, al día siguiente era sábado, yo no trabajaba y ella fue a comer con su madre, por lo que tuve la casa para mí solo. Conecté las cámaras a mi laptop en cuanto ella salió por la puerta, mi pene ya palpitaba por la anticipación. Estaba nervioso por pensar si se habían arrepentido o si todo era parte de un juego cuando la cámara del mueble mostró a mi novia y a un mocoso flacucho, apenas más alto que mi novia y por lo tanto más bajo que yo, pero con brazos y abdomen bien formados, abrazados y besándose como adolescentes. Ella ya estaba en un conjunto de lencería que no le conocía y él en bóxer, sin playera, las lenguas de ambos jugueteaban mientras exploraban con las manos el cuerpo del otro. Él cargó a mi novia y la arrojó a la cama, se desnudó por completo y tomó su pene erecto con la mano.
Él subió a la cama y se puso de rodillas, mi novia de inmediato se acercó y comenzó a lamerlo, lo masturbaba y masajeaba los testículos. En la conversación él había dicho que mi novia estaba aprendiendo pero no entendí a qué se refería, ahora sí: mi novia no sabía hacer sexo oral, pero por lo que ahora observaba, seguramente recibió asesorías especiales por parte de su alumno. Ahora podía ver desde las dos cámaras, la de mi mesita de noche me daba una mejor visión de mi novia y la del mueble de él, aunque las implicaciones eran las mismas. Mi novia había sido entrenada para ser una verdadera putita.
Ella no tardó en desnudarse y se giró, su alumno la provocó por unos segundos hasta atravesarla con su largo miembro. Me dolía no tener sonido, pero el rostro de mi novia era suficiente para saber que gemía como nunca y que, a pesar de lo mojada que debía estar, el tamaño de su amante era algo a lo que no estaba acostumbrada y le dolía. Pero también lo gozaba y se dejaba follar, solo se detenían cuando el pene de él se salía por la intensidad del acto.
Las tetitas de mi novia colgando, sus ojos cerrados y su boca abierta, su culo menéandose y su coñito apretado recibiendo la mayor verga de su vida: todo eso era una imagen gloriosa y no pude más, comencé a masturbarme, aunque lentamente, pues sabía que no iba a durar mucho si agarraba buen ritmo. Y lo que yo quería era ver todo.
Él dio una nalgada, más bien un azote, y mi novia se bajó de la cama. Él se acostó cerca de la cabecera, pude ver bien su largo mástil y lo que siguió fue lo mejor del video: mi novia se subió a la cama, y poco a poco, pude ver cómo su coñito se tragaba todo ese miembro. Ella tardó un poco en acostumbrarse, la posición hacía que lo sintiera aún más, pero después de unos minutos logró montar como toda una experta. Ahora no sentía solo morbo y celos, sino una especie de genuina felicidad, pues mi novia sonreía al subir y bajar. El alumno se sentó y abrazó a mi novia, se besaron con más calma que antes mientras seguían follando. No podía asegurarlo porque no sabía lo que decían ni lo que pensaban, pero en ese poco tiempo me pareció ver cómo había cambiado la relación entre ellos. Podían ser amo y puta, pero también amantes de verdad, el clásico caso de un alumno enamorado de su maestra, y en este caso, el de la maestra dispuesta a todo con tal de que su alumno crezca.
Por la edad de él no me debió sorprender su aguante, mientras que mi novia pasaba de follar a ser follada, de satisfacer a su alumno a simplemente ser usada por él. Me vine como pocas veces en mi vida y guardé las cámaras y las grabaciones, hice un respaldo en una unidad externa que tengo y decidí dormir. Ahora sí estaba exhausto.
Desperté unas horas después, mi novia me miraba y procedió a besarme. Ese fin de semana estuvo muy cariñosa, pregunté si pasaba algo en especial y ella sonriente dijo que no. Ya en la noche del domingo la vi de reojo mensajeándose con su alumno, aunque no alcancé a ver qué se decían. Solo quiero que él sea discreto, no solo porque no quiero que haya un escándalo y despidan a mi novia, sino también porque quiero seguir viendo cómo le da a su putita la verga que tanto merece
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