Mi nueva yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
No se porque sucedio, nunca pense en ser infiel y menos con mi jefe, un hombre de 56 años en ese entonces que aunque no esta mal tampoco esta como para cometer una infidelidad.
Trabajo solo un dia a la semana para el y por la confianza del tiempo que nos conocemos hemos tenido varias conversaciones sobre infidelidad, yo siempre decía que si me atrevería si la situación fuera la ideal y con el hombre ideal. El me apostaba que aunque no estuviera decidida, si la situación era la correcta y el hombre sabia trabajarme, yo cedería y cometeria adulterio sin importar que el hombre no fuera un galan.
Esta conversación la teníamos seguido y para sopresa mia yo era la que sacaba a relucir el tema el cual se desviaba a temas mas calientes. El sabia que a mi me gustaba hablar de esto, el sabia que me excitaba y hábilmente empezó a sacarme información intima que no le hubiera platicado a mi amiga mas intima y menos a un hombre.
De mi propia boca se entero que mi esposo no me tocaba en semanas, que aparte de mi esposo nunca habia tocado a otro hombre, le conte como mi posición preferida era ponerme de perrito y que me la metiera por atrás mientras me acariciaba los pechos. Le pregunte cual era la mejor forma de dar sexo oral para lo cual me mostro un video excelente que bajo del internet. Se entero que si me tocan los pechos no hay forma de regresar, que mi ilusión era tocar y chupar un pene muy grande aunque solo fuera una vez y como me lo meteria hasta el fondo de mi. Para el ya no hubo secretos intimos y después de cada conversación yo acababa mojada y el mitad en broma y mitad en serio me decía que me dejaría sola en la oficina para que fuera al baño a calmarme lo cual hacia masturbándome deliciosamente. No se si tendría cámaras escondidas pero no me importaba.
El fue el que me dijo que yo era una mujer muy temperamental y caliente y lo acepte. Con el hable abiertamente expresándome de forma vulgar usando expresiones como: coger, verga, concha, contándole como me habia mojado y me meti el dedo para satisfacerme, como no podia despegar la mirada del paquete del joven que nos atendió en el restaurant y como se me antojaba agarrar su verga, sacársela y chupársela. Fue algo nuevo en mi y por alguna razón me sentía bien al hablarlo con esta persona mostrando algo diferente a la imagen de señora respetable que me habia creado.
Esto continuo por un tiempo, llegamos al colmo de ver varios videos pornográficos. Recuerdo el de un negro cogiéndose a una blanca con una verga tremenda, estábamos los dos sentados juntos y a los pocos minutos yo estaba completamente caliente y mojada deseando que me tocara pero no lo hacia, no se si porque no se atrevía o tenia una voluntad de hierro pero yo podia observar el bulto en su pantalón y indicando que el también estaba muy caliente. Para mi sorpresa y decepcion no intento nada, se acabo el video, se levanto salió de la oficina por una hora sabiendo bien que en cuanto lo viera subirse a su auto yo correría al baño a masturbarme lo cual ya se habia hecho un habito. El sabia que yo lo hacia y no me importaba.
Esto era muy excitante pero para una mujer madura estar jugando a calentarse y desahogarse en el baño era placentero pero yo buscaba mas, bastante mas. Ver videos ya se habia hecho costumbre, platicar intimidades ya era costumbre y la verdad a mi me encantaba, pasaba el dia con mi pucha mojada y todo lo que tenia que hacer era pedírmela y se la hubiera dado pero no lo hacia.
En la ocasión hubo algo diferente, mientras veíamos un video de dos mujeres que me tenia super caliente saco un vibrador y me pregunto si ya habia usado uno antes lo cual era redundante ya que el sabia que si lo habia hecho. Sin preámbulos me pido que lo usara delante de el petendiendo yo estar molesta por el atrevimiento pero para mi sorpresa me quite el pantalón, me quite los calzones, me sente en mi silla subiendo la piernas al escritorio abriéndolas lo mas posible y prendiendo el aparato empeze a jugar con el alrededor de mi concha, no paso mucho tiempo antes de que lo tuviera dentro de mi metiéndolo y sacándolo, no me dio vergüenza y menos viendo que mi jefe se habia bajado los pantalones y se estaba masturbando viéndome a mi hacer lo mismo. Ver su verga parada, ver la expresión en su cara y ver su semen brotar fue demasiado para mi, parecía que quería matarme por el ritmo con que me metia y sacaba el aparato, gritaba como nunca, debi haber tenido varios orgasmos pero nunca habia sentido un placer tan grande como en esta ocasión pero aun no sentía lo que era tenerlo adentro.
Ya habíamos cruzado una línea, ambos sabíamos que esto era solo sexual y nunca debíamos pasar de ahí para no herir a nuestras parejas. Era algo toxico y perverso, me tenia bajo su control y dije cosas e hice cosas que nunca en mi respetable vida hubiera pensado hacer. Me convenció a grabarme masturbándome (Sin mostrar mi cara) me grabo sin ropa con las pierna abiertas mostrando toda mi feminidad y explicando a la cámara lo que me gustaba que me hicieran. Me convenció de meterme un pequeño aparato por el ano que junto con el mas grande que me metia por mi panocha me causaba un placer indescriptible. Me gustaba que me observara dándome placer y me daba muchísimo placer mostrarme a el completamente.
No se que me pasaba, ir un dia a la semana a la oficina era para mi una sesion de sexo y esperaba dar todo de mi, el placer era demasiado aunque aunque no habia penetración, no se si era por su miedo a contraer una enfermedad ya que mi marido era un cabron o para el metérmela era la consumación de la infidelidad a su esposa pero ese dia me sorprendió, igual que en otras ocasiones yo iba vestida muy provocativa cuando el llego, sin mas cerro las cortinas, puso candado a la puerta se paro atrás de mi y empezó a acariciarme los pechos, fue una sorpresa para mi ya que nunca habia habido contacto físico, mis hormonas empezaron a fluir y en menos de 2 minutos ya estaba mojada y sentía que mi rajita se abria pidiendo ser penetrada, sentía que apretaba su verga contra mi cuerpo y no aguante mas, me di la vuelta, me subi la falda, me quite los calzones mientras el me tiraba al piso y sacándose la verga sin mas aviso me la metió hasta donde puso, fue un bombeo tremendo, yo me retorcía con las ganas que tenia que me cogiera y no tardamos mucho en llegar a un orgasmo, nunca habia soltado tanto fluido, estábamos mojados completamente y el arriba de mi con su verga aun dentro la cual sentía dura. Lo hicimos varias veces ese dia, eramos como chamacos de escuela y a pesar de su edad me dejo completamente satisfecha.
Fue extraño, después de la revolcada no sabíamos como actuar, fue como si hubiéramos pasado un limite y nos sintiéramos avergonzados a pesar que ya nos conocíamos mejor que nuestras propias parejas. .
Es curioso recordar las palabras de mi jefe: Si el momento es el adecuado y el hombre sabe como trabajarte, es seguro que tendras una aventura con el. Nunca cruzo por mi mente hacerlo con el y menos convertirme en la mujer que me converti. Soy alguien diferente que acepto que le encanta la verga, que le encanta el sexo y que no tiene inhibiciones. Por 43 años fui la mujer respetable esposa del Sr “X”, una mujer reprimida que descubrió lo que es disfrutar gracias a un señor con el que nunca paso por mi mente tener una aventura
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