Mi padrastro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Caren, tengo 19 años, vivo con mi madre y mi padrastro.
Mi madre se conoció con Tomy, que así le decimos ya que se llama Tomás, en el trabajo, empezaron a salir y un buen día mi madre me dijo que nos iríamos a vivir con él.
Tomás es un hombre atractivo para su edad, 48 años, siempre muy bien cuidado, oliendo a un perfume embriagador que me gusta muchísimo, es como oler ese perfue e imaginarte a Tomy.
Es muy simpático, nos llevamos muy bien, tenemos mucha confianza.
Tomy y mi madre se llevan muy bien en todo sentido, yo la escucho a mi madre gimiendo, gritando de placer cuando hacen el amor.
Ufffff, muchas veces escuchando a mi madre gozar, me he excitado al punto de tocarme, la imaginaba con sus piernas abiertas y Tomy disfrutando de ella y haciendo que ella disfrute como loca.
«Tomy, que le haces a mi madre que grita tanto?», le pregunté cuando íbamos al súper que queda frente a casa.
Tomy me miro, «Vamos a ver Caren, vos nunca tuviste relaciones sexuales?», me preguntó caminando a mi lado.
«Si tuve, mi primera vez fue a los 15 años con un novio que tuve y la segunda vez,.
fue con otro novio que tuve cuando ya tenía 18 años, pero nunca me hicieron gritar de placer como haces gritar tú a mi madre», le dije haciendo compras con mi padrastro.
«Es que no supieron cogerte bien, sólo se preocuparon por disfrutar ellos.
La cola te la hicieron?», me decía y preguntado basado en la confianza que tenemos.
«Si, se acabaron enseguida y la cola nunca me la tocaron», le dije con toda sinceridad.
«Por eso hija, te cogieron mal, no te hicieron disfrutar, y el no haberte echo la cola, es un pecado con esa colita tan linda que tenés», me dijo y nos reimos.
Hicimos las compras, volvimos a casa y ya dejamos de hablar de eso.
Mi experiencia sexual es mínima, ya que había estado con dos novios una vez con cada uno, y me quedó dando vuelta en la cabeza sobre lo que me dijo de mi cola, no me atreví a preguntarle si él la había echo por la cola a mi madre, ya que ella también tiene una linda cola, yo suponía que sí, pero no dije nada.
Siempre los escuchaba y me ponía más caliente.
Una tarde llega Tomy del trabajo y me dice que mi madre tenía que doblar el turno.
Ellos son vigilantes de seguridad.
Yo estaba nerviosa, quería insinuarme a ese hombre, pero no sabía como hacerlo y tenía miedo que le diga a mi madre.
Tomy entró a ducharse, yo daba vueltas por la casa, me comían los nervios, sentia mi concha mojada y como que me palpitaba.
Cuando Tomy sale del baño, le dije que ahora me iba a duchar yo.
«Tomy, me traes una toalla?», le grite.
Yo estaba temblando de pies a cabeza, lo esperaba parada en la bañera con la cortina abierta chorreando agua.
Siento que golpean la puerta, «pasa», le grite con la voz rota de los nervios, no podía dejar de temblar.
Cuando Tomy entra, me quedó mirando sorprendido, vi como me miró de pies a cabeza.
«Si querés te seco yo», me dijo sin dejar de mirar mis tetas.
«De verdad me secarias?», le dije, aceptando su mano para ayudarme a salir de la bañera.
Me empezó a pasar la toalla por todo mi cuerpo sin dejar de mirar mis ojos.
Yo no podía dejar de temblar mientras mi padrastro me secaba.
Tira la toalla para el costado y me empieza a chupar los pezones que los tenía duros, siento su mano pasar por mi concha y yo abro las piernas para que me la acaricie.
Empecé a gemir cuando sin dejar de chupar mis tetas me mete un dedo y lo movía dentro de mi concha, que estaba empapada.
Me levanta en sus brazos, yo me abrazo a su cuello y mientras me llevaba a su cama nos íbamos besando la boca.
Me acuesta con mucho cuidado y me abre las piernas, mirando, oliendo, grité de placer cuando siento su boca y su lengua en mi concha.
Yo tenía las piernas bien abiertas y levantadas mientras mi padrastro hacía que retuerza el cuerpo y grite de placer chupando mi concha.
Mordi la almohada para ahogar el grito de placer cuando mi padrastro me dio la vuelta y abriendo mis nalgas empezo a lamer y chupar mi ano.
Así como estaba, siento como acomoda su pija contra mi concha y yo gritaba de placer cuando me la empezó a meter.
Sentía como se abría mi concha, como su pija se iba metiendo toda.
Yo ahogaba mis gritos de placer sintiendo la pija de mi padrastro entrando y saliendo de mi concha.
«Caren, te hago la cola?», pasando su dedo por mi ojete sin dejar de coger mi concha.
«Haceme lo que quieras», le grite con mi cara aplastada contra las sábanas, gozando como una loca.
Ahora entiendo los gritos de placer de mi madre, yo estaba igual, gritando de placer, aunque yo los ahogaba contra las sábanas.
Siento como saca su pija de mi concha, me abre las nalgas y me vuelve a chupar el ano.
Nunca había estado tan caliente como estaba ahora.
Mi padrastro me empezó a pasar vaselina por el ojete, gemi cuando metió uno de sus dedos en mi cola.
Con su mano me hace agachar la cola, siento como apoya su pija contra mi ojete.
Di un largo gemido cuando siento como la pija de mi padrastro me empezó a entrar en la cola.
Sentía como mi ano se abre y se desgarrada a medida que mi padrastro me iba metiendo su pija.
Lo hacía con mucho cuidado, me estaba rompiendo la cola con mucha delicadeza.
La mezcla de dolor y placer me hacían babear, pedirle que no pare, que me rompa la cola.
Nunca me imagine que se disfrutara tanto hacerlo por la cola.
Sentir como se abre el ano, como la pija cuando va entrando lo va rompiendo, es una sensación de dolor, de ganas de hacer caca, el placer diferente de tenerla en la concha, es algo completamente distinto, hasta que no aguanté y grité de placer cuando sentí mis nalgas aplastarse contra el cuerpo de mi padrastro.
«Me la metiste toda, me rompiste el orto», le dije moviendo yo sola mi cola en círculos, bien pegada a él y su pija bien metida en mi cola.
«Te gusta Caren?», me pregunto agarrando mis caderas y sacando y metiendo su pija de mi cola, abriendo más mi ojete.
«Si Tomy, me encanta que me hagas la cola», le grité disfrutando como loca como mi padrastro me cogía la cola.
Tomy me sacó la pija de la cola, me hizo poner boca arriba y me volvió a chupar la concha, que yo no sabía si me había orinado, ya que estaba tan mojada.
Tomy me levantó las piernas y la volvió a apoyar contra mi ano y yo gritaba de placer cuando me la volvió a meter en la cola y me empezó a chupar los pies.
«Tomy, quiero que seas me amante, me encanta como me coges», le gritaba a mi padrastro sintiendo como su pija entraba y salía de mi ojete, del placer que sentía de como ese hombre me estaba cogiendo la cola.
Sentía mi estómago apretado, sentía que iba a explotar por dentro, hasta que di un tremendo grito y me empecé a acabar.
Sentía que me moría de placer sintiendo su pija bien adentro de mi cola y como me chupaba los dedos de los pies.
Sacó su pija de mi cola y la llevó a mi cara, pensé que iba a querer que se la chupe, pero estaba toda sucia, me había echo caca, hasta que siento como se empezó a acabar en mi cara, en mis tetas, yo cerré mi boca y sentía su leche caer sobre mi cuerpo.
Mi padrastro empezó a pasar su mano por mi cara, por mis tetas ebadurnandome toda de leche, metiendo sus dedos en mi boca, que yo se los limpiaba de leche con mi lengua.
Fue increíble lo que disfruté, sentía como mi ano pujaba, un dolor sordo sentía, pero el placer que me hizo sentir era muy superior a todo lo demás.
Nos volvimos a bañar juntos ahora, entre besos y caricias, se lavó bien la pija e hizo que se la chupe bajo la ducha, escuchaba sus gemidos de placer y como movía su pija en mi boca, hasta que dio un gemido bien fuerte y sentí en mi boca sus chorros de leche.
Era la primera vez en mi vida que me llenaban la boca de leche, sin pensarlo la tragué.
Así fue como mi padrastro y yo nos hicimos amantes, ese hombre que me hace disfrutar tanto en la cama, ese hombre que me coja por donde me coja, me hace gritar de placer y desear estar entre sus brazos y tenerlo bien metido dentro mío.
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