Mi primer amante un taxista…. y su primo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi furia contra mi marido era tanta, que no me importó quien fuera el amante seleccionado, lo que si debo decir es que tengo bonito cuerpo, con senos medianos paraditos, tengo cintura y unas provocativas caderas, pude haberle puesto los cuernos a mi marido varias veces, incluso con sus propios amigos, pero nunca había sido mi intención hacerlo, pero ahora estaba decidida.
El taxista que llamaré Mario, siempre me echa los piropos cuando me da el servicio, y aunque me de verguenza, en pleno siglo 21, pero aún no tengo licencia de conducir, pues no me he preocupado por eso. Volviendo al relato, Mario debe tener unos 35 años, es alto delgado y de buena presencia, sobre todo lo escogí porque siempre había querido algo conmigo, pero yo lo había evitado hasta entonces. Esa tarde, mi esposo después de una pelea conmigo tenía varios días de no llegar a la casa.
En eso llamé a Mario y llegó a recogerme a la casa a los veinte minutos. Esta vez me subí en el lugar del copiloto, aveces lo hago pero no siempre, me había puesto un vestido cortito, arriba de las rodillas, con un escote amplio, no me puse sostén y mis pezones se pegaba a la tela del vestido, vi los gestos y miradas de Mario cuando me subí a su lado, no dejó de decirme que estaba muy bella, en eso me preguntó -a donde la llevo?-, fue cuando empecé a llorar y me refugié en sus brazos y el me recibió con todo gusto, le fui contando que mi esposo me era infiel a cada momento, que quería estar lejos de la casa que me llevara a algun lugar donde no hubiera mucha gente. Los ojos de Mario se abrieron y arrancó el auto para llevarme luego de quince o veinte minutos a un callejón donde se detuvo, frente a nosotros había un taller de estructuras metálicas.
Me abrazó de nuevo, me dijo que como era posible que mi esposo tuviera a alguien más si yo era una chupete de chica, entonces yo levante la mirada y le dije -de veras te gusto?-, Mario no perdió oportunidad y buscó mis labios y nos besamos con mucha pasión, durante seis años casada, nunca había besado más que a mi marido, pero Mario lo hacía muy bien, nuestras lenguas se entrelazaron para todos lados, fueron diez minutos de lengua y saliva, luego sus labios tomaron mis orejas y mi cuello dandole besos y lengua, era excitante como lo hacía, no era ningún novato en eso. Sus labios buscaron mis senos al igual que sus manos, no se quien llegó primero, pero sentí sus cálidos labios apoderarse de mis pezones, los mamó y chupó suavemente, lo cual me hizo gemir de gusto, sus labios iban de una teta a otra, mi rajita se humedecía sin remedio.
En eso sentí sus manos recorrer mis muslos y avanzar por mi entrepierna, senti sus dedos tocar mi rajita sobre mi braguita, luego sus dedos hicieron a un lado mi braguita y ahora senti sus dedos tocar mis labios vaginales, uno de sus dedos partió en dos mis labios vaginales y finalmente llegó a lo que andaba buscando, su premio, mi vagina mojada. Mario me dijo al oído que estaba muy mojadita, que no podía dejarme asi. Siguió diciéndome que el taller era suyo y de un primo, aveces hacían trabajos juntos, que tenía la llave y que entráramos alli, yo estaba mojada y excitada, le dije enseguida que si, nos bajamos, caminamos abrazados y él abrió, entramos y era un taller un tanto sucio, tenía una mesa de madera cerca y Mario levantándome me sentó alli, seguimos besándonos, me bajó el vestido de arriba, mis senos salieron libres y el tomándolos con cada mano los mamó rico, me hizo gemir de nuevo, luego me hizo para atras y puse mi espalda en la mesa, el levantó el vestido y me sacó las bragas, yo acostumbro desde hace años a depilarme la rajita, asi que tuvo la vista de toda mi vulva, dijo que se veía rica mi chuchita, luego sentí las manos de Mario abrir mis piernas y a continuación sentí la cálida lengua de Mario lamer mi rajita, no pude más que gemir y quejarme de placer, pues Mario me daba una mamada deliciosa de coño.
Mario llegaba a mi clitoris y alli con la punta de su lengua me daba pequeños "golpecitos de lengua" que me hacía vibrar de placer, luego su lengua pasaba entre mis labios vaginales y hacía pequeños trompos en la entrada de mi vagina, luego bajaba más y me lamía mi redondo culito, no pude más y tomándolo de los cabellos lo jalé contra mi rajita y le restregué su rostro con el mientras degustaba un tremendo orgasmo. Mario se levantó y bajándose los pantalones sacó su buen instrumento y poniendo su verga contra mi rajita me comenzó a penetrar, sentí como su glande abría mi rajita y luego con fuerza comenzó a introducirmelo en mi vagina, levantó mis piernas y se las puso en los hombros, luego comenzó a bombearme su duro pene en mi rajita. Mario bufaba cada vez que me lo introducía en señal de mucha excitación, la mesa crujía cada vez que me la metía y yo me limitaba a cerrar los ojos y degustar esta rica follada. Mario estaba muy excitado, por ratos me ponía las dos piernas en el mismo hombro o me las ponía en su cintura, pero no dejaba de cogerme, yo estaba al borde de otra corrida, le empecé a decir que me diera más duro, eso también hizo acelerar su propia corrida, pues primero yo y a los quince segundos lo oí gritar de gusto y luego sentí una corriente caliente dentro de mi vagina, Mario estaba eyaculando dentro de mi rajita. Me dio otras embestidas hasta dejarse seco, luego buscó mi boca para darnos un beso, ambos estabamos sudados.
El me la sacó y yo me senté, luego me bajé de la mesa y busqué mi braga para ponérmela, el semen de Mario escurría en mi entrepierna, pero mi braga cortó eso. Le dije que me fuera dejar a la casa, esta vez me fui en la parte de atras del auto, Mario me dijo que yo era una tremenda mujer, que mi esposo era un idiota. De todos modos me escribió en un papel su teléfono y que cuando quisiera podíamos repetir este encuentro. Para mi había sido un rico sexo.
Antes de la dos semanas, tras nuevas peleas con mi marido, llamé a Mario, luego de quejarme de mi esposo de nuevo, él me dijo que nos vieramos mañana, me prepararía algo diferente para vengarme de mi marido, -te va a gustar preciosa!- me dijo muy seguro.
Al día siguiente, me puse el vestido más corto y sexy que tenía en mi closet, me pinté ojos, labios y hasta las uñas de los pies, iba muy sensual. Mario me recogió en otra dirección ya no en mi casa, pues por los vecinos, entramos al mismo callejón de la vez anterior, paramos frente al taller, nuevamente adelantamos besos y caricias, Mario me chupó los senos de nuevo, muy rico como la vez anterior, ahora yo le bajé el cierre del pantalón y tomando su verga con mi mano lo masturbé mientras me mamaba los pezones. Ya bastante calientes, decidimos entrar nuevamente, ahora el taller estaba más limpio, olía a limpio y en vez de mesa de madera había unos colchones gruesos en el piso. Luego a un lado de eso vi una figura masculina, -Jenny, te presentó a Max, mi primo, mi socio en el taller-, era un tipo también alto, no delgado como Mario pero si más joven, un poco más moreno, pero de rostro simpático, yo estaba asustada, la intención de Mario era hacer un trio en la cama.
Mario me abrazó y besó, me dijo que no fuera tan tímida, que la ibamos a pasar muy bien, me llevó a los colchones y me quitó el vestido, quedé en bragas y zapatos, pues no llevaba sostén. Mario me besó y me acostó, mamó mis senos y su primo Max se colocó en mis pies, me quitó los zapatos y comenzó a lamer y chupar mis pies, lamió entre mis deditos y luego atrapó a cada uno entre sus labios, para ese momento Mario chupaba mis pezones él era el que dirigía todo, le pidió a Max que me quitara las bragas, lo hizo delicadamente, luego Mario se puso hincado frente a mi rostro y tomando su pene con la mano me puso en la boca, yo lo empecé a mamar, su verga se fue poniendo dura dentro de mi boca, luego le ordenó a Max que me comiera la raja, Max depositó una lluvia de besos en mis muslos, luego en mi entrepierna y abriendo más mis piernas comenzó a chuparme la rajita, el chico besaba, lamía y chupaba mis labios vaginales, lo hacía en desorden, pero me estaba excitando mucho. Mario me pistoneaba su verga en la boca como follándomela, y ahora la lengua de Max exploraba mi ano, lo lamía con mucha saliva. Yo gemía lo que podía, pues la verga de Mario ocupaba mi boca.
En eso, Mario le hizo señas a Max y cambiaron de posiciones, Max me puso su verga semidura para que se la mamara, tenía un pene más grueso y posiblemente más largo, lo tomé con una las manos y le chupé el glande y le lamí lo largo de su tronco, por su parte Mario me apartó las piernas y me penetró, luego casi sentado se puso a bombearme su verga, era la primera vez con dos hombres, pero era intenso tener una verga en mi boca y la otra taladrando mi vagina, me mojé como nunca lo había hecho, me sentía llena de la boca y de la raja, no pude evitar correrme muy tempranamente, yo gritaba, sentí que mi corazón se iba a salir de mi pecho, mis dos amantes no dejaban de mover sus penes.
Max amasaba mis senos con sus manos y su pene que ya estaba bien erecto entraba y salía de mi boca muy rápido, por su parte Mario me daba duras embestidas y luego sacaba su verga y me lamía la rajita, los dos estaban empecinados de darme y darse placer. -ponte acostado!- le ordenó Mario a su primo Max, se acostó con su verga parada, luego me pidió que me montara en la verga de Max, alli no tuve dudas en el tamaño de la verga del primo, era más gruesa y un poco mas larga que la de Maria, me fui montando encima y tomando su verga con la mano me la puse en la raja, luego me fui sentando e introduciendome su largo musculo, me la metí hasta que solo sus huevos quedaron afuera de mi raja, me sentía llena de su verga, luego me puse a cabalgarlo, primero lento y suave, luego me fui moviendo más rapido cuando su pene se termino de acomodar dentro de mi. Perdí por un instante de vista a Mario, pero lo sentí atras de mi, sus dedos empezaron a tocar mi ano, uno de sus dedos intentaba meterse en mi culito, relajé mis músculos para dejar que me lo insertara, asi el metía y sacaba su dedo de mi ano. Luego un segundo dedo empujaba por entrar en mi culo, era claro que Mario estaba dilatando mi ano para penetrarme con su verga.
Y el sexo anal no era nuevo pra mi, pero mi esposo me solía penetrar por alli en fechas especiales, para aniversarios, para algunos feriados, no era parte de nuestro repertorio normal y ahora Mario quería probarme ese agujero y yo estaba tan excitada en la cama con dos hombres hambrientos de sexo que no me iba a oponer, luego de pajearme con sus dos dedos, Mario se colocó atras de mi, frotó la cabeza de su verga contra mi ano, luego lo llenó de saliva y me penetró el culo con su dura verga, me quedé quieta, pegué un grito cuando sentí como su verga se iba deslizando dentro y abriendo mi recto, cuando me la tenía metida una buena parte, comenzó a pistonear su verga en mi culo, asi también yo comencé de nuevo a jinetear a Max, poco a poco comenzamos a tener cierta armonía de movimientos. Una mujer promedio, siempre tiene como fantasía tener sexo con dos hombres al mismo tiempo y una buena parte ser penetrada al mismo tiempo por el culo y por la raja, en mi caso, yo era una de esas mujeres con esa fantasía, y en ese momento tenía dos hombres metiendo sus bellos y duros penes en mi cuerpo, los tres gemíamos mucho, Mario repetía en voz alta, -que rico culo tienes preciosa!!-, no dejaba de moverse en mi ano, la acción era tan erótica que no pude evitar tener un orgasmo brutal, los chicos al verme aceleraron sus movimientos y potenciar mi corrida, grité y grité fuera de control -que rico me estan cogiendo!!, que riccoooo!!. asi. asii-
-Déjame cogerla por el culo!!-, le pidió Max a Mario en un momento en que bajamos el ritmo, asi que Mario se puso abajo, yo me subí sobre él y me ensarté su verga, luego Max se puso atras de mi y pude sentir su verga colarse en mi recto, lo hacía con más dificultad, pues su pene era más grueso, sin embargo, usando más fuerza, me la metió toda en mi culo, luego los dos comenzaron a moverse con antes, esta vez no dejaron de follarme hasta que explotaron, primero fue Max quien se corrió dentro de mi culo y un par de minutos después Mario lo hizo en mi raja, cuando me levanté me salía semen de mi raja y de mi culo, una sensación muy putezca. Todos estabamos agotados. Mario todavía me rogó para que me quedara otro rato más, el quería una segunda sesión de sexo, pero yo le dije que había sido suficiente por esa noche.
Llegué a la casa, para mi sorpresa, mi esposo me esperaba con velas y una botella de vino, quería hacer las pases conmigo, luego tuvimos sexo, solo que le pedí a mi esposo que lo hicieramos con las luces apagadas, se lo pedí asi, pues todavía tenía dilatado el culo debido a los dos grandes penes que me había entrado. Por el momento las cosas han estado bien con mi marido, no he tenido la necesidad de llamar un taxi.. Pero ahora es mi tentacion..
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