Mi primera infidelidad 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Siempre que Eduardo quería yo iba a su casa y me sometía a sus caprichos, era mi amante, mi marido trabajaba para pagar mis caprichos y Eduardo me da placer, hace conmigo lo que quiere, yo soy feliz entre sus brazos.
"Hola Irene, querés venir a mi casa, no tengo nada que hacer y quiero echarte un polvo", me llama por teléfono, y con toda su cara dura, que es lo que me enamora de él me lo dice, "claro cariño, a que hora quieres que vaya?", le digo yo muy mimosa, "esta tu marido?", seguimos hablando, "no, el cachudo no esta, voy ya mismo si quieres", le dije, entregada a mi amante, a ese argentino que me hace disfrutar y me dice las cosas mas hermosas que nadie me ha dicho nunca, "si, te espero", me dijo, cortando la conversación.
De inmediato me vestí, me puse la ropa mas sexy que encontré y me fui en el coche que mi esposo me regaló por nuestro aniversario.
Llego a su casa, toco el telofonillo, y cuando me abre, entro casi corriendo, estaba ansiosa de estar entre sus brazos, ansiosa de que me cache.
En el ascensor sentía que mi cuca se mojaba, llego a su casa, y cuando entro, me cuelgo de su cuello, besando su boca con desesperación, estaba con él, con el hombre que me hace disfrutar del sexo como nadie.
"Vamos a la cama", le dije, desesperada, "no, todavía no, quiero que bailes para mi, y te vayas desnudando, tu esposo te ha echo hacer esto alguna vez?", me dijo, abriendo una lata de cerveza, poniendo música, y se sienta en el sillón, para ver el espectáculo que estaba a punto de hacer para él.
"Al cachudo que le voy a hacer, que trabaje y me de dinero, que del placer te encargas tú", le dije, empezando a moverme muy sensual al compás de la música que había puesto Eduardo, y a quitarme lentamente la ropa.
Bailaba, me movía, me arrastraba por el suelo, brindando a mi amante el espectáculo sexy, que mejor le podía dar.
Lentamente me fui quitando toda la ropa, quede solo en ropa interior, una tanga hilo y un sujetador negro de encajes, que lentamente me fui quitando, hasta que quedé completamente desnuda frente a él, morbosa, abría mis piernas dejando que me vea la cuca, me agachaba abriendo mis nalgas y dejando que me vea el chiquito, me manoseaba las tetas delante de su cara, estaba que no me conocía de lo arrecha que estaba, me hace acercar a su lado, y abriendo mis piernas me mete los dedos en la cuca, haciendo que gima de placer, "que sos vos?", me dijo, moviendo sus dedos dentro mío, "soy tu puta, tu perra, la mujer que se deja hacer lo que quieras hacerme", le dije, moviendo mi cintura con sus dedos dentro de mi cuca, "como tu marido no cuida a una mujer tan hermosa como vos, sos una diosa", me decía, haciendo que suspire de placer, "hay mi amor, tú si que sabes tratar a una mujer y no como el ordinario del cachudo de mi marido", le decía, casi tirándome encima de él, y besando su boca con desesperación.
Le empiezo a desabrochar el pantalón, dejando su picha afuera, me arrodillo entre sus piernas y mirando su cara, se la empieza a lamer, la lamía toda, sus huevos, volvía a subir, la metía en mi boca, siempre mirando su cara de placer a medida que yo le chupaba su verga y él manoseaba mis tetas, mientras le mamaba esa hermosa verga, le iba terminando de sacar el pantalón y las zapatillas que llevaba puestas, me hace poner en cuatro patas, de espalda, y sentía como me acariciaba la cola con el pie, yo me movía como una perrita mimosa con su amo, se para, se arrodilla acariciando mi cola, y siento como me mete dos dedos en el chiquito, haciendo que disfrute de sus caricias como loca, "si mi amor, así, hazme disfrutar como tú sabes", le decía moviendo mi cola, con sus dos dedos dentro, "me gustaría verle la cara a tu marido si te viera así", me decía riendo, metiendo y sacando sus dedos de mi chiquito, "es un idiota ese cachudo, que no me sabe dar el placer que me das tú mi vida", le decía, moviendo mi cola para los costados.
"Mi vida, vamos a la cama, quiero sentir como tu vergota me cacha la cuca, vamos por favor, cacha a tu puta, dale placer", le pedía yo, con la voz muy mimosa.
Me saca los dedos de la cola, y me hace poner de pie y me lleva a su dormitorio manoseando mis nalgas.
Me tiro en la cama, de piernas abiertas, me metía los dedos en la cuca y los limpiaba con mi boca, caliente, deseando que mi amante este entre mis brazos y mis piernas.
Me comportaba muy sensual, como a Eduardo le gusta que me porte, le pasaba mis pies por su pecho, le acariciaba la picha con los pies, "ven papi, cacha a tu puta por favor, no doy mas", le dije, abriendo mis piernas y mis brazos, esperando el cuerpo de mi amado.
Eduardo lentamente se fue acostando sobre mi, y siento su vergota pegarse a mi cuca, empezando a gritar de placer a medida que mi amante me la iba metiendo, sentía como mi cuca empapada se abría toda para él, yo levanté mis piernas y las envolví en su cintura, para tenerlo mas adentro, "así cariño, así, cacha a tu puta, que rico como me metes toda esa hermosa vergota", le decía moviendo mis caderas lentamente, la disfrutaba, la sentía bien adentro, Eduardo me decía cosas al oído, que me hacían erizar la piel de lo hermosas que eran, me mamaba las tetas, me mordía los pezones, "hay papi, dale placer a tu mujer", le digo, "no mi amor, vos no sos mi mujer, simplemente sos la que me saca la leche", me dijo, metiendo y sacando su vergota de mi cuca, haciendo que gima de placer, "si cariño, soy tu puta, soy lo que tu quieres que sea", le dije, buscando su boca para besarlo, sin dejar de mover mis caderas, "que rico me cachas papi", le decía entre besos y besos, "quieres cacharme por el chiquito papi?, le dije, gimiendo de como Eduardo me mamaba las tetas, "si Irene, date la vuelta que te voy a coger el ojete", me dijo, sacando su vergota de mi cuca, y me doy la vuelta, dejando que mi amante me acomode como él quiera, levanto mi cola, se la ofrecía, me abro las nalgas dejando que me vea el chiquito, hacía fuerza para adentro y para afuera, abriendo y cerrando mi ano, provocando a mi amante para que meta su verga por mi ano.
Siento que deja caer saliva sobre mi chiquito, pasa la cabeza de su picha para arriba y para abajo, vuelve a dejar caer saliva, y apoya esa cabezota contra mi ano, y empieza a meter despacio su vergota en mi cola, abriendo mi chiquito, haciendo que gima de placer a medida que su verga entraba en mi cola, "así Irene, quiero abrirte bien el ojete", me dijo, metiendo toda su verga, bien adentro de mi cola, haciendo que de un grito de placer al estar así, sometida analmente por mi amante, "si papi, abre bien mi chiquito, como a ti te gusta", le decía bajando mas mi cuerpo y sacando mas mi cola hacía afuera, "y si tu marido ve lo abierto que tenés el culo, que te va a decir?", me dijo Eduardo haciendo que su verga entre y salga de mi ano, "que diga lo que quiera, si ni me mira la cola, y no te digo que me haga nada por ahí, tú si que me das placer y me cachas rico por el chiquito, abrelo, abrelo bien papi", le decía yo, entregada por completo a mi amante, dejando que me abra bien las nalgas con sus manos metiendo y sacando su verga de mi chiquito, y yo solo disfrutaba, gozaba de como me cachaba la cola, mi adorado Eduardo, pidiéndole más y mas verga, que me siga cachando el ano, que mi cola es de él, que le haga lo que quiera.
Mis dedos se perdían dentro de mi cuca, acariciando mi clítoris, yo quería gritar de tanto placer que sentía, "así, así papi, cacha mi cola, abre bien mi chiquito", le decía, le pedía, le gritaba, estando a punto de explotar en un orgasmo tremendo, como los que me tenía acostumbrada Eduardo cada vez que cachamos, "si papi, llena la cola de leche de tu puta, dame toda la leche, dame la leche", le pedía gritando en medio de un tremendo orgasmo, hasta que los movimientos de Eduardo, metiendo y sacando su verga de mi chiquito, sabía que me iba a llenar la cola con su leche, que hoy no se la iba a tragar como había echo algunas veces.
No tardó mucho, que Eduardo empezó a gritar, metiendo y moviendo su verga bien adentro de mi cola, sentía esa hermosa picha palpitar dentro, como me apretaba las caderas con sus manos, "si papi, llena bien mi cola, toda la leche para mi", le pedía, tirando mi cola para atrás, haciendo que no quede nada de su verga fuera, esperando que mi amante se termine de venir, dejando su deliciosa leche en mis intestinos.
"haaa, que rico culo, como me gusta cogértelo, dejártelo así, lleno de leche", me dijo, sacando su verga de mi cola.
"Si papi,te gusta mi cola?, sabes que es tuya siempre que quieras", le dije, acostándome a su lado, lo abracé, y le bese la boca.
"Bueno Irene, ya te cogí, así que andate, y cuando tenga ganas de cogerte de nuevo te llamo", me dijo, haciendo que me levante de su cama, no me dejo lavar, me dijo que quería que me fuera con la cola llena de leche, pero con la tanga hilo que llevaba puesta iba a ensuciar la ropa y el tapizado del carro, pero como siempre no le importó, y me vestí rápido, y me fui de casa de mi amante, deseando que me vuelva a llamar para que como siempre haga lo que quiera conmigo.
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