Mi primera infidelidad 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando Eduardo se fue de mi casa, me quedé tendida en la cama, con mi camisón puesto, y mi pie vendado, pensando que había echo, cómo le había podido meterle los cachos a mi esposo, y lo peor, haber dejado que mi joven amante, me haya roto el chiquito, cuando mi esposo lleva años pidiéndome que me deje hacer el amor por la cola y siempre me negué.
El dolor sordo y como me palpita el chiquito me hace recordar que tuve visitas por atrás.
Pero me sentía viva, me sentía bien, deseosa de que mañana vuelva a visitarme mi vecino como me había dicho.
Yo estaba dispuesta a entregarle todo lo que me pidiera, a hacer todo lo que él quiera.
Cuando llega mi familia, la sorpresa de encontrarme así, preguntas de como fue, como estoy, quien me ayudó, bueno, les conté como había sido, quien me ayudó, lo que no les conté fue la cachada que me dio obvio, jajajajajaja.
A la mañana se levantó una de mis hijas a preparar el desayuno, me dijo que se iba a quedar a cuidarme, pero le dije que no, que cualquier cosa la llamaba por teléfono, estaba entre nerviosa y ansiosa, esperando que todos se vayan a ver si venía el vecino a visitarme.
Yo como pude me fui al baño, me hice la higiene íntima, me puse una braga mas pequeña que la que llevaba ayer mas sugestiva, me maquillé un poco y me senté frente a la ventana que daba al patio interior de la urbanización esperando que venga Eduardo.
Cuando lo vi entrar, me dio como un vuelco mi corazón, había llegado, me fui apoyando contra los muebles hasta llegar a la puerta, escucho el ascensor, lo espiaba por la mirilla, hasta que lo veo salir, y le abro la puerta antes que toque timbre, ya que vi que venía a casa, "buenos días Eduardo", le digo haciendo que pase, "buenos días Lorena, que bonita que estas", me dijo, besando mis labios.
Yo me derretí con ese beso.
"Como estas del pie?", me dijo, dejando su bolso en el suelo y levantándome en sus brazos como si no pesara nada.
Mientras me llevaba a mi dormitorio, yo me abracé a su cuello y lo iba besando.
Me depositó muy suavemente en mi cama y nos seguimos besando, sus manos subían por mis piernas y yo dejaba que suban, abría mi boca para que meta su lengua, gimiendo cuando sentí sus dedos en mi cuca por sobre mi braga.
"Te extrañé mucho", le dije entre besos y besos, con sus dedos acariciando mi cuca que la notaba muy mojada, "no te vas a quitar la ropa", le dije, sin dejar de besarnos, "no, primero te voy a desnudar a vos, quiero desnudarme viendo la belleza de tu cuerpo desnudo", me dijo, haciendo que sienta mi mejillas calientes.
Me empezó a levantar el camisón, hasta sacarlo, me quitó el sostén y por último las bragas, mirando mi cuerpo completamente desnudo para él, "como me ponés Lorena", me dijo, mirándome con todo el deseo reflejado en su rostro.
Me hace abrir las piernas y me miraba la cuca, "que rica concha que tenés, como te la voy a coger ahora", me decía terminando de sacarse la ropa y vi lo dura que tiene su picha.
Me empieza a besar las piernas, subiendo hasta que abrí mi boca, como si me estuviera ahogando cuando siento su boca en mi cuca, su lengua lamer mi clítoris, yo movía la cabeza de un lado a otro de placer, me levanta las piernas, "huy, que pasó que esta abierto este ojete?", me dice pasando su lengua por mi chiquito, haciendo que casi grite de placer, "ayer un argentino me metió la picha por ahí y me rompió el chiquito", le dije con la voz entre cortada y gimiendo al sentir su lengua lamer mi ano, "y que te va a hacer ese argentino ahora?", me dijo, subiendo, besando mi cuerpo, "me va a cachar por donde quiera", le dije abriendo bien mis piernas y dejando que Eduardo se acomode entre ellas, sintiendo como acomodaba su picha contra mi cuca y gritando como me la empezaba a meter, hasta sentirla toda dentro mío, "si papi, que rico me cachas", le decía, moviendo mi cintura, disfrutando la picha de mi amante llenando mi cuca.
Eduardo en un momento dado se quedó quieto, me miró a los ojos, y sacó su picha de mi cuca, se arrodillo frente a mi cara y vi su picha húmeda, mojada por mis jugos vaginales, abrí la boca y dejé que me la meta por ahí, empezando a chuparla mientras Eduardo jugaba y metía sus dedos en mi coño, me la metía hasta la garganta, haciendo que tenga arcadas, pero no dejaba de chupar su picha, la sacó de mi boca y casi se sienta en mi cara, pasando sus huevos por mi cara, y yo se los lamía, se fue acomodando mejor, hasta que su cola quedó en mi cara y le abrí sus nalgas lamiendo yo su chiquito mientras él pasaba su picha por mis tetas.
Se bajo de mi cara y se volvió a acomodar entre mis piernas y me la metió de una sola vez haciendo que de un grito tremendo de placer al sentirme penetrada así con esa fuerza, el placer que sentía era tremendo, "ahora mi putita, por donde quiere que la sigan cogiendo?", me dijo, abriendo bien mis piernas y metiendo y sacando su picha de mi cuca bien fuerte, "tu putita quiere que la sigas cachando por la cola, que me sigas abriendo el chiquito con tu picha", le dije, moviendo mi cabeza de un lado a otro de tanto placer.
Me saca la picha de la cuca y me levanta las piernas, "a ver este ojete rico, le vamos a pasar salivita y a seguir abriéndolo, rompiendo bien la cola de mi putita", me dijo, pasando sus dedos mojados de saliva, "si papi, si, cacha bien a tu putita por la cola, abre bien mi chiquito papi", le dije, aflojando y apretando mi ano, disfrutando de como Eduardo metía sus dedos dentro.
Estaba con las piernas bien en alto, completamente expuesta, dejando que me vea la cuca completamente abierta y mi chiquito a punto de ser penetrado.
Madre del amor hermoso, que placer sentí cuando en tres embestidas me metió toda la picha en la cola, sentía mi chiquito abierto, completamente abierto con la picha de Eduardo bien adentro, como la movía adentro, en círculos, para los costados, "si papi, si, abre bien mi chiquito, rompe bien mi cola, destroza mi cola", le gritaba, sintiendo y gimiendo de placer al sentir como la picha de Eduardo entraba y salía de mi cola, "que rico papi, que rico papi como me destrozas el chiquito, sigue, sigue, no pares, tu putita quiere picha por la cola", le gritaba, ya sin saber que decir, era tanto el placer que sentía, que solo podía alentarlo a que me siga cachando.
Jamás había sentido tanto placer, mi esposo jamás me hizo disfrutar tanto como me hace disfrutar Eduardo, "putita, con quien dormís en esta cama", me dijo Eduardo, moviendo su picha dentro de mi cola, "con el cachudo de mi esposo", le dije, entre gemidos de placer, "y por que le metes los cuernos, no te coge bien el ojete?", me dijo, metiendo su picha lo mas adentro que pudo de mi cola, "papi, el chiquito me lo haz roto tu, y si, no me cacha bien, no hace disfrutar a tu putita como me haces disfrutar tu, por eso le meto lo cachos", le dije, cansada, me había venido tres veces, me dolía el chiquito de tanta fricción de su picha entrando y saliendo, "vente papi, vente, quiero tu leche", le dije, con apenas voz, "en tu boca mi putita", me dijo, sacando su picha de mi cola, me hizo acostar boca abajo, él de pie al costado de la cama y me la metió en la boca, agarrando mi cabeza y haciendo que me cachaba por la boca, no me dio tiempo a nada, me dio un poco de asco saber de donde había estado y donde estaba ahora.
La sacaba y la metía de mi boca, mas fuerte, más rápido, hasta que la metió casi toda y gimiendo, casi gritando, sentí como se venía en mi boca, sentí los chorros de su leche llenar mi boca y no podía hacer nada por sacarla, ya que me tenía la cabeza agarrada, hasta que para no ahogarme, me vi obligada a tragarla, al principio me pareció asqueroso, pero a medida que la tragaba no me disgustaba, "hay Lorena, que rico como me tragaste la leche", me dijo, metiendo su picha hasta mi garganta.
Yo estaba boca abajo, me sacó la picha de la boca, y se fue a mi cola, me abre las nalgas, "que rico, que abierto tenés el ojete", me dijo, y me dio un beso en el chiquito, "tu me haz echo cosas que al cachudo de mi esposo jamás deje hacer, romper mi chiquito, tragar tu semen", le dije, mientras Eduardo me seguía dando besos en mi ano.
"Mañana quiero que me esperes completamente desnuda", me dijo, mientras se vestía para irse y yo seguía en la cama desnuda viendo como mi joven amante se iba.
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