Mi primera infidelidad 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
El ser la querida de mi jefe fue mi mejor elección, aunque mi esposo no dejaba de molestarme, yo progresaba económicamente muy deprisa, ya que hacía todo lo que mi jefe me pedía, era muy sumisa con él y con sus clientes que para cerrar sus negocios era yo su basa fundamental, ya que mientras hablaban de sus cosas, o bien estaba mamando la pinga del cliente o sentada en su falda con toda su verga dentro de mi cola y sus manos estrujando mis tetas.
Ya no me importaba ser la querida de mi jefe y la puta de sus negocios, todo eso me reportaba ingentes ganancias por agradecimiento.
Mis hijas iban a uno de los colegios mas caros de Lima, me había comprado un carro muy bonito, pero siempre estaba la sombra de mi esposo, indagando de donde sacaba el dinero, exigiendo que le pase una pensión yo a él, o que le permita vivir con nosotras.
Yo estaba en mi oficina cuando mi jefe, el señor Alberto me llamaba a su oficina a desayunar, y eso quería decir que fuera a mamar su verga, a lo cual yo iba solicita, con una sonrisa en los labios, y estaba quince o veinte minutos mamando la pinga de mi jefe hasta hacer que se venga en mi boca, mientras no dejaba de acariciar mis tetas, y así durante todo el día de trabajo.
Una tarde en la que estaba en la cama con mi jefe, me llama mi madre, diciendo si podía ayudar a mi hermana Dalu, que es cinco años menor que yo, y mientras hablaba con mi madre, el señor Alberto me puso de costado y me empezó a meter su verga por el chiquito, cachando mi cola mientras mi madre no dejaba de pedirme que ayude a su hermana, hasta que por fin termino y seguimos cachando con mi jefe, "Alzacia, quiero tener un hijo contigo", me dijo, sacando su pinga de mi cola y me la mete en la cuca, "que, que me quiere embarazar?, no se olvide que soy casada señor Alberto", le dije, con las piernas abiertas sintiendo su verga entrar y salir de mi cuca, no sabía que hacer, me daba miedo embarazarme de mi jefe y que después me deje, "sabe que por usted hago lo que me pida, pero me da miedo quedar embarazada", le decía gimiendo a medida que mi jefe me cachaba la cuca, "yo me haría cargo de todo, no te faltaría nada, ni a ti ni a tus hijas ni a mi hijo", me decía levantando mis piernas y metiendo su verga lo mas al fondo de mi cuca que podía, "le daría trabajo a tu hermana en mi empresa, pero quiero un hijo tuyo", me decía cachando fuerte mi cuca, haciendo que sienta unas tremendas ganas de venirme, y así lo hice, sintiendo como mi jefe se venía junto conmigo, llenando mi cuca con su leche.
"Me deja que lo piense señor Alberto?", le dije, acomodándome boca arriba, agitada de tanto cachar y sintiendo como su leche salía de mi cuca manchando las sábanas, "si, piénsalo Alzacia", me dijo, levantándose de la cama y yendo al baño para ducharse mientras yo me quedaba en la cama pensando en lo que mi jefe me había pedido.
"Como es tu hermana?", me dijo, mientras se secaba y se vestía, y le dije que era mas baja que yo, no tan rubia pero si bien blanca, mas o menos se la detalle, mientras el señor Alberto se terminaba de vestir y yo seguía desnuda en la cama, "hummmm, sería interesante tener a las dos hermanas de queridas", me dijo riendo, cosa que a mi no me hizo ninguna gracia, ya que yo no quería que mi hermana venga y sea la puta del jefe como soy yo.
Me daba vueltas en la cabeza eso que me había dicho el señor Alberto, de querer embarazarme y que mi hermana Dalu sea su querida como lo soy yo.
Al otro día cuando nos vemos en la oficina, entro en su despacho, "que pasa Alzacia?", me dijo, mirando mi cara, "señor Alberto, es verdad lo que me dijo ayer de que le gustaría que mi hermana y yo seamos sus queridas?, le dije, de pie a su lado, "mira Alzacia, tú me has dado muchas cosas, me has echo hacer grandes negocios, pero yo te recompense sobradamente, te di mas de lo que nadie te hubiera dado, ni tu marido te dio lo que yo te dí, quiero que me des un hijo, eso te pondría en una situación inmejorable conmigo, pero también me gustaría que tu hermana fuera mi querida, y que tú hagas que no sabes nada, tú no sabes que yo tengo muchos problemas con mi esposa?, y no puedo divorciarme de ella, ya que es la dueña de la mitad de mi empresa y eso me llevaría a la ruina", me hablaba el señor Alberto, acariciando mi cola, haciendo que vaya al sillón ese donde tantas veces le había echo cerrar sus negocios cachando con sus clientes, haciendo que me levante la falda y me saque la tanga, poniéndome en cuatro patas para que meta su verga en mi cola, "tú a mi, me das la paz y la felicidad que no me da mi esposa, tú pasarías a ser jefa de personal y tu hermana ocuparía tu lugar, tu progreso en la empresa sería meteórico", me decía metiendo y sacando su pinga de mi chiquito, cachando mi cola, en el fondo me daba lástima ese hombre, que con toda su fortuna no era feliz, "entonces señor Alberto, si me dejo hacer un hijo con usted y mi hermana va a ser su querida, yo no corro riesgo de quedar en la calle?", le dije, sacando mas mi cola para afuera y abriendo mis nalgas para que la penetración sea mas profunda, "tienes mi palabra de honor Alzacia", me dijo, moviendo su verga en círculos bien dentro de mi cola, "entonces hágame el hijo señor Alberto", le dije, abriendo mas mis piernas y siento como me saca la pinga de la cola y la mete en mi cuca, "me vas a dar un hijo hermoso", me dijo, metiendo y sacando su pinga de mi cuca, cachando ahora mi vagina, hasta que dejamos de hablar y seguimos cachando como tantas veces lo hicimos, me fui de su oficina con la cuca llena de leche, pensando como hacer para que mi hermana sea la querida de mi jefe también, como decirle que mi jefe le iba a dar un buen trabajo pero con la condición de que sea su querida.
Cuando vino mi hermana de Chimbote la fui a buscar, fuimos a casa, estuvimos hablando de de todo un poco, hasta que tímidamente le pregunte por su vida sexual, a lo que ella me dijo que que me importaba, un poco molesta, no sabía que hacer, como decirle cuál iba a ser su verdadero trabajo, cachar con mi jefe y hacerlo cerrar negocios, como hago yo, dejando que los clientes mientras hablan de negocios la iban a cachar o que ella les este mamando la pinga.
Yo ya tenía asumido mi rol de putita de mi jefe, pero no sabía si Dalu iba a querer y si se enteran mis padres eso los mataría de disgusto, volviendo a tocar el tema del sexo, "pero hermana, por que quieres saber mi vida sexual?", me dijo, mirando fijamente mi cara y no me quedó mas remedio que contarle todo, de como me había convertido en la querida de mi jefe, lo que hacía cuando el estaba con los clientes.
Mi hermana me miraba con cara de no creer nada lo que le decía, "no puedo creer que te hayas convertido en una puta, y quieres que yo haga lo mismo?", me decía mi hermana horrorizada con lo que le había contado, yo me puse a llorar y le dije de las palizas que me daba mi marido, que había echo eso porque no me había quedado otra opción, ya que mis hijas la estaban pasando mal, ya que su padre solo abusaba de mi y no les daba nada a sus hijas.
"Es que yo aún soy virgen", me dijo mi hermana, llorando abrazada a mi, "y como tiene la pinga tu jefe?", me dijo Dalu, entre hipos del llanto y una risa nerviosa, "es bastante grande" le dije riendo junto con ella, "huy, me va a matar cuando me desflore, y ni te cuento por el chiquito, cuando me la quiera meter por la cola", me decía limpiando su nariz sin dejar de reír, " y te vas a animar a mamar su pinga?", le dije a mi hermana, "hay hermana, te cuento un secreto", me dijo riendo nerviosa, y mirando para todos lados como viendo que no había nadie en casa, "yo le mamaba la pinga a mi novio para que no me cache", me dijo, riendo nerviosa por lo que me había contado, "la primera vez que trague su semen, vomite como no sabes, pero después me fui acostumbrando y ya se lo tragaba sin dificultad", me decía roja de la vergüenza de lo que me estaba contando y nos empezamos a reír las dos, "entonces que vas a hacer?", le dije a mi hermana, "bueno, dile que si, que voy a ser su querida", me respondió Dalu, "el señor Alberto se va a poner muy contento cuando le diga que eres virgen, que él te va a desflorar la cuca y la cola", le dije, entre contenta y nerviosa, "y la boca, no le digas que yo le mamaba la verga a mi novio", me dijo riendo.
Al otro día en la oficina, mi jefe me llama para darme mi cachada por la cuca, buscando embarazarme, y le conté todo, que le había dicho a mi hermana que era su querida y que íbamos a tener un hijo, él mientras me cachaba la cuca, me escuchaba, hasta que le dije que mi hermana era virgen, eso lo puso muy contento, cachando mi cuca mas fuerte, que estaba dispuesta a dejar que él la desflore, "y también le has dicho que le voy a romper el chiquito?", me dijo, acelerando la cachada que me estaba dando, "si, y también esta dispuesta a dejar que usted le rompa el chiquito", le dije entre gemidos de placer sintiendo como mi jefe me llenaba la cuca de leche.
Cuando me deja toda la leche en la cuca, me pongo de pie y como siempre le limpio la verga con la boca, sintiendo como corría la leche por mis piernas, "cuando terminemos de trabajar quiero conocer a tu hermana", me dijo, arreglando su ropa y volviendo a sus tareas de trabajo.
Yo desde mi oficina hable con mi hermana y le dije que hoy a la noche mi jefe la quería conocer, y ella me preguntó si la iba a cachar, cosa que yo no sabía que iba a hacer mi jefe, así que le dije que no lo sabía.
Cuando salimos de la oficina, el señor Alberto me dijo que llame a mi hermana y le diga que nos veríamos en una confitería cerca de mi casa, cuando llegamos mi hermana ya estaba esperando, muy arreglada, estaba hermosa, mi jefe la quedó mirando con deseo, se le notaba en la mirada que le había gustado mi hermana y mas sabiendo que era virgen, hice las presentaciones, estuvimos hablando un rato, y el señor Alberto nos dijo de irnos, llame a mis hijas y les dije que llegaría un poco tarde hoy y nos fuimos a uno de los pisos que tiene el señor Alberto, yo no lo conocía, nunca me había llevado ahí, siempre íbamos a casa a cachar cuando no estaban mis hijas.
Sirvió tres copas, brindamos por la incorporación de mi hermana a la empresa y le dijo que se desnude, nosotros nos sentamos en el sillón del salón, viendo como mi hermana se desnudaba lentamente, roja de vergüenza, mientras que el señor Alberto me sacaba las tetas de la camisa y me las acariciaba mientras mi hermana lentamente iba quedando desnuda frente a nosotros.
El señor Alberto saco su pinga e hizo que se la mame delante de mi hermana, demostrando que nosotras eramos sus juguetes sexuales, "así que eres virgen aún Dalu?, le dijo el señor Alberto, acariciando la cuca de mi hermana mientras yo seguía mamando su verga, veía como mi hermana abría sus piernas para que el señor Alberto le acaricie mejor la cuca, gimiendo, pero avergonzada, "mama mi verga", le dijo, haciendo que yo la saque de mi boca y mi hermana se puso de rodillas entre sus piernas y vi como desaparece la verga del señor Alberto en su boca y la mamaba, me di cuenta que realmente tenía experiencia en mamar verga, mientras el señor Alberto doblaba su cuerpo y me mamaba las tetas, "vamos a la cama", nos dijo, yo pensé que nos quería cachar a las dos juntas, estaba incomoda, no me imaginaba cachando con hermana y yo juntas con el mismo hombre.
El señor Alberto saca su pinga de la boca de Dalu, la hizo poner en pie, ella desnuda, yo con mis tetas al aire y el señor Alberto con su pinga fuera del pantalón fuimos al dormitorio, mi hermana se acostó a ala espera de que la desfloren, agarrada de mi mano, mientras el señor Alberto se desnudaba, la empieza a besar toda, sus tetas, su boca, su barriga, bajo a su cuca haciendo que mi hermana de un gemido de placer al sentir como el señor Alberto le mamaba la cuca, mi hermana me apretaba la mano y yo me ponía muy arrecha viendo eso, viendo como el señor Alberto subía besando el cuerpo de mi hermana, ubicándose entre sus piernas, como acomodaba su verga contra la cuca de mi hermana, como me apretaba la mano y yo cada vez mas mojada, metía mi mano debajo de mi tanga, acariciando mi cuca, viendo como el señor Alberto desvirgaba a mi hermana, como se quejaba y gemía a medida que nuestro jefe le metía su verga en la cuca, rompiendo su virginidad, yo veía la cara de placer de mi hermana siendo cachada por el señor Alberto, con sus piernas bien abiertas, como entraba y salía la verga de nuestro jefe de la cuca de mi hermana, como se le notaba la sangre que le manchaba la verga y mis dedos metiéndose en mi cuca de lo arrecha que me puse viendo como cachaban los dos, escuchando los gemidos de mi hermana, disfrutando de como la estaban cachando, apretando mi mano, besando la boca de mi jefe, "Dalu, deja que te entre por el chiquito", le dijo sacando la verga de la cuca de mi hermana, sucia de sangre, vi como le salía sangre de su cuca, como se acomodaba con gesto de dolor, para que el señor Alberto le cache el chiquito ahora, yo seguía con mi mano acariciando mi cuca, viendo como el señor Alberto le hacía abrir sus nalgas y dejaba caer saliva en su ano, como mi hermana me miraba con los ojos llenos de miedo, esperando que el señor Alberto le meta la pinga por el chiquito.
Yo ya me había sacado la tanga y me tocaba sin ningún disimulo viendo como el señor Alberto acomodaba su verga contra el chiquito de mi hermana y el grito que dio cuando se la empezó a meter, como cerraba los ojos con fuerza y hacía un gesto de dolor con su cara mientras la verga del señor Alberto le estaba rompiendo el chiquito, mi hermana soltó sus nalgas y apretaba sus manos contra las sábanas, mientras que el señor Alberto no dejaba de meter toda su verga en la cola de mi hermana, hasta que mi hermana dio un grito cuando la verga del señor Alberto le entro toda en la cola, habiendo roto el chiquito de mi hermana.
El señor Alberto la hizo poner en cuatro patas sin sacar su verga de dentro de la cola de mi hermana, mientras yo seguía acariciando mi cuca, me dijo que acaricie la de ella mientras le seguía cachando el chiquito, yo metí mi mano entra las piernas de Dalu y le empecé a acariciar la cuca, que estaba mojada, la sentí tan caliente como nunca había sentido la mía, a medida que el señor Alberto le cachaba la cola, con los movimientos de meter y sacar su pinga de la cola de mi hermana hacía que sus tetas rocen mi brazo, haciendo que sienta una rara sensación, yo seguía acariciando la cuca de Dalu, me gustaba sentir lo caliente y mojada que estaba, mis dedos salían con rasgos de sangre y mis dedos se perdían en mi cuca, mientras el señor Alberto no dejaba de cachar a mi hermana por el chiquito, yo estaba tan arrecha acariciando mi cuca, la de mi hermana y sintiendo sus tetas rozar mis brazos, que me empecé a venir, entre gritos y gemidos de placer, hasta que mi hermana empezó a temblar, a gemir, a gritar, teniendo su primer orgasmo por penetración, mientras el señor Alberto se agarraba fuerte de las caderas de mi hermana metiendo y sacando su pinga fuerte del chiquito de mi hermana a punto de llegar él también.
Ahí estábamos los tres gritando de placer, yo viniéndome con mis dedos en la cuca, mi hermana gritando como loca con su primer orgasmo por penetración, y como el señor Alberto la levantaba literalmente en la pinga a mi hermana, metiendo la verga en su cola lo mas adentro que pudo y gritaba mientras le llenaba sus intestinos de leche.
Cuando el señor Alberto le saca la pinga de la cola, Dalu cayó como dormida sobre la cama, gimiendo, con su cola para arriba, el señor Alberto tenía su verga sucia de sangre, "bueno Dalu, descansa estos días, vendremos con Alzacia y tú a cachar acá, y el lunes te presentas a trabajar", le dijo el señor Alberto, dejando las llaves de ese piso en mis manos y se fue al baño a ducharse para irse.
"Nos quedamos a dormir acá, me duele todo, no puedo caminar", me dijo Dalu, sin haber cambiado de postura, mientras el señor Alberto se despedía de nostras dándonos un beso en la boca a cada una, yo le dije que se quede ella que yo tenía que volver a casa porque estaban mis hijas solas.
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