Mi primera infidelidad 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
"Hola Irene, como estás?, sabes lo que se me ha ocurrido, quiero ir a tu casa y cogerte en la misma cama que dormís con el cornudo de tu marido y que las sábanas queden manchadas de leche", me dijo en una llamada inesperada por mí, "si papi, lo que quieras", le dije, "espérame desnuda", me dijo, y cortó la conversación sin decir mas nada, estaba todo dicho, yo lo tenía que obedecer, lo tenía que esperar desnuda y hacer lo que mi amante me dice.
Cuando Edu colgó, yo inmediatamente me desnudé esperando a mi amante, la sensación de saber que Eduardo viene a casa, me pone muy nerviosa y a la vez muy excitada, nunca imaginé traer a nadie a cachar a mi casa y menos a la cama donde mi esposo y yo dormimos, pero si Eduardo quería eso, no había nada mas que hacer, había que hacer lo que él decía.
Como a la media hora siento que me llama por el teléfono del portero, atiendo y era él, enseguida me puse nerviosa, ansiosa, excitada, mi cuca automáticamente se empezó a mojar, corrí desnuda a la puerta de entrada y veía por la mirilla, hasta que lo veo salir del ascensor, abro la puerta y cuando entra, me cuelgo de su cuello, besando su boca, sintiendo sus manos acariciar mi cuerpo desnudo, sus manos me apretaban las nalgas, yo apretaba mis tetas contra su pecho, "hola mi amor, como estás?", le dije, besando y besando la boca de Eduardo, "ahora bien entre tus brazos mi cielo", me dijo, entre besos y caricias, siento su mano como baja hasta mi entrepierna, yo las abro y los dedos de Eduardo, empezaron a entrar en mi mojada cuca, "hay mi amor, te esperé como me dijiste, toda desnudita, su puta espera a su macho denudita como él quiere que esté", le decía, lamiendo sus labios, sus dedos entrando y saliendo de mi cuca, haciendo que me moje mas, "cuanto hace que el cornudo no te coge?", me dijo, metiendo otro dedo más en mi cuca, "esta siempre cansado, dice que trabaja mucho y quiere dormir, déjalo, que él me de dinero y tú me das placer, papi, cuando podremos salir a comprar ropa para los dos?", le decía restregando mis tetas contra su camisa, que él se la quitó y ahora las restregaba contra su pecho desnudo, "quiero regalarte lo mejor, quiero pasear de tu mano por todos lados y que el cachudo pague nuestros caprichos", le decía, moviendo mi cintura.
Caliente como estaba estaba le empecé a desabrochar su pantalón, "hay papi, quiero tu picha bien adentro de mi cuca", le decía, gimiendo, era estar con ese hombre y me olvidaba de todo, él es mi dueño, solo quiero complacerlo, "listo, vamos a coger y después nos vamos de compras", me dijo, dejando que lo lleve a la habitación de matrimonio.
Me tiro en la cama y acaricio su verga con mi pie, ansiosa de tenerlo dentro mío, ansiosa de que me cache.
Eduardo se termino de desnuda y se acostó a mi lado, yo lo empecé a besar todo, su cuerpo, sus piernas, sus huevos, besaba y lamía sus pies, seguí besando hasta que volví a llegar a su picha, que como si fuera la primera vez que lo hacía, me la metí en la boca y se la empece´a mamar desesperada.
Me subí sobre él, y con mi mano acomodé su verga contra mi cuca, me fui sentando despacio, disfrutando de como me iba entrando la verga de Eduardo en mi cuca cada vez mas mojada, "ahí tienes mi cuca papi, cacha a tu puta, regálame tu verga, deja que la disfrute", le decía moviendo mi cintura con toda su picha dentro mio.
Las manos de Eduardo iban de mis tetas a mis nalgas, acariciaba mis piernas, yo pasaba mis pies por debajo de las suyas, me sentaba recta sobre él, haciendo que su verga me entre hasta lo mas adentro de mi cuca, haciendo que gima de placer por lo bien que me estaba cachando.
"Date la vuelta mi amor, que te la voy a meter por el culo", me dijo Eduardo, haciendo que me baje de encima de él, acomodando mi cuerpo para que ese hombre que me tiene loca, me penetre por el chiquito, Yo juntaba mi pecho con mis rodillas, sacaba bien la cola para afuera, me abrí las nalgas, dejando mi chiquito expuesto, para que pueda meter su verga mejor, "quien te rompió el culo?", me dijo, apoyando la cabeza de su verga contra mi ano, "un amigo que tuve antes de casarme", le dije, gimiendo a medida que Eduardo me metía la picha en la cola, agarrando mis caderas y metiendo toda su verga en mi cola, "y el cornudo, te la cogió mucho?", me dijo, metiendo y sacando su verga de mi ano, "tres o cuatro veces desde que nos casamos", le dije, entre gemido y gemido, a medida que Eduardo sacaba y volvía a meter su picha bien adentro de mi cola, haciendo que abra mi boca como buscando aire de tanto placer que sentía.
Me la saca de la cola y así como estaba me la mete toda en mi cuca, y la saca de mi cuca y me la vuelve a meter toda en mi cola, haciendo que ya grite de placer, rogándole que no pare de cachárme así, que estaba disfrutando tanto que mis jugos vaginales se escurrían por mis piernas, estaba en la gloria.
Eduardo se acuesta sobre mi espalada, con toda su verga dentro de mi cola, y me empieza a apretar las tetas, a darme pellizcos en los pezones, haciendo que me ponga mas loca, haciendo que le pida mas verga a grito limpio, me volvió a agarrar de mis caderas y me empezó a cachar tan fuerte por la cola, que me sacaba el aire en forma de pedos, yo me metía los dedos en la cuca, deseosa de seguir cachando, de que me siga cachando así, haciendo que disfrute lo indecible, "mas, mas, dale mas verga a tu puta, cacha la cola de tu puta, así papi, así", le gritaba yo a punto de venirme de placer, mientras Eduardo no dejaba de meter y sacar su verga de mi chiquito, hasta que casi llorando de placer, me empiezo a venir entre gemidos y gritos de placer, mi cuerpo temblaba, temblaba como una hoja, mientras la picha de Eduardo no dejaba de reventar mi chiquito, hasta que siento como me la mete hasta lo mas hondo que pudo y siento como su picha palpitaba dentro de mis intestinos, llenando mi cola de leche, haciendo que hasta la saliva se me caiga de la boca de tanto placer a medida que Eduardo me llenaba la cola con su deliciosa leche, parecía que por lo mojada que tenía mi cuca, me había echo pis.
Estaba feliz, como había disfrutado de como mi amante me había cachado, me quedé como estaba, dejando que la leche se me salga del chiquito y manchando las sábanas como había dicho Eduardo, hacía fuerza con mi ano, como si quisiera hacer de vientre, así me salía mas leche, se estaba haciendo una mancha grande y Eduardo empezó a pasar su mano, esparciendo la leche, haciendo la mancha mas grande, "hoy el cornudo va a dormir sobre mi leche", dijo, y los dos nos empezamos a reír, "si papi, y ahora nos vamos de compras, a gastar el dinero del cachudo", le dije.
Nos fuimos los dos al baño, nos duchamos juntos, y nos fuimos primero a almorzar y después de compras toda la tarde, quería agradecerle a Eduardo de alguna manera lo que me hace disfrutar cuando me cacha.
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