Mi primera infidelidad 4
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
"Le voy a decir a mi esposo en hacer una cena e invitarte en agradecimiento por haberme auxiliado, y así te presento a mi hija, que te parece?, le decía, acostada desnuda en la cama mientras Eduardo se vestía para irse, "si, estoy de acuerdo, va a ser genial cogerme a la hija y a la madre", me dijo, pasando su manos por los dedos de mis pies.
"Vienes mañana?", le dije, moviendo mi cuerpo lo mas sensual que pude sobre la cama, "ese ojete esta muy cerrado todavía, hay que seguir agrandándolo, no te parece?", me dijo, apretando el dedo gordo de mi pie, "si cariño, agranda mi chiquito todo lo que tu quieras", le dije, poniéndome de costado y abriendo la nalga que estaba arriba, dejando que me vez el ano, provocándolo, "pero mañana vas a tomar la leche", me dijo agarrando su bolso, "si cariño, toda tu lechita me voy a tomar", le dije, besando la boca de mi amante en forma de despedida.
La misma monotonía de siempre, la misma ansiedad de estar con Eduardo, el resto del día se me hace eterno, a la noche mi esposo me quiere cachar, pero le digo que me duele mucho el pie, no quiero que ni me toque, solo deseo a Eduardo.
Como siempre lo espero en la ventana, hasta que lo veo venir, mi corazón late como loco, mi cuca se enoja, ahí esta llegando el hombre que me despertó sexualmente, quiero estar entre sus brazos, quiero ser su puta.
Lo espero detrás de la puerta, me cuelgo de su cuello, besando su boca, metiendo mi lengua, buscando la de él, sus manos apretando mis nalgas, subiendo mi camisón, desnudándome lentamente entre besos y besos, "Lorena, a que hora viene tu familia?", me dijo, metiendo una de mis tetas en su boca, "como a las seis cariño", le dije, gimiendo de placer al sentir como Eduardo me chupaba un pezón.
Eduardo me miró, se aflojó el pantalón e hizo que me arrodille frente a él, metiendo su picha en mi boca, "haaaaa, así Lorena, chupa, sácame toda la lechita con la boca", me dijo moviendo su picha en mi boca, que yo chupaba desesperada, golosa, "pero no me vas a cachar?", le dije, lamiendo todo lo largo de su picha, "si mi amor, pero quiero que te tragues la leche acá, y si querés me quedo a dormir un rato con vos después de coger", me dijo, volviendo a meter su picha en mi boca.
Yo me sentí feliz con lo que me dijo, que íbamos a dormir juntos.
Mas fuerte le seguí chupando haciendo que su picha entre y salga de mi boca, hasta que Eduardo me agarra de la cabeza y la mete hasta la mitad y siento los chorros de su leche inundar mi boca, esa leche espesa, caliente, que yo tragaba con ansias, deliciosa la leche de mi querido.
Cuando dejó de darme leche en la boca, la lamí toda, no dejé nada de leche sin tragar, "deliciosa tu leche", le dije, relamiendo mis labios y con su ayuda me puse en pie, dejando que sus manos recorran todo mi cuerpo, "sabes que soy tuya, que puedes hacer conmigo lo que quieras", le dije besando su cara, sus labios, dejando que me meta los dedos en la cuca que estaba tan mojada que parecía me hubiera echo pis, "como esta ese ojete?", me dijo, metiendo un dedo, haciendo que gima, "esperando la picha de mi amor para comérsela toda", le dije, dejando que lo meta todo y lo mueva dentro.
"Me encanta esperarte así, desnudita en la cama para que me mires toda mientras te desnudas mi vida", le dije, moviendo mi cuerpo sensualmente, provocando a mi amante.
Cuando Eduardo se acostó a mi lado, nos empezamos a besar, yo le acariciaba su picha, notando como se iba poniendo dura de nuevo, y entre besos, me fui subiendo sobre él y con mi mano la acomodé en la entrada de mi cuca y me fui sentando gimiendo a medida que su picha se metía toda dentro mío, hasta tenerla toda dentro de mi cuca, "ay Eduardo, que bien me cachas, como me haces disfrutar", le decía moviendo mi cintura en círculos mientras él jugaba con mis tetas, me las apretaba, las acariciaba, yo moría de placer.
Cuando estaba con mi esposo, muchas veces no llegaba, la mayoría de la veces, pero con Eduardo, llegaba dos y hasta tres veces, quedaba muerta, satisfecha, me sentía una mujer de verdad.
"A ver mi putita como se pone en cuatro patas, se abre sus nalgas y me pide que la coja por el culo?", me dijo Eduardo sin dejar de jugar con mis tetas, "si cariño, deja que baje de encima tuyo", le dije, bajando de mi amante, me puse como él me dijo, "ahí tiene mi hombre, el chiquito de su puta para que meta toda su picha y la cache por la cola, para que le destroce el chiquito, no me tengas lástima", le pedí abriendo bien mis nalgas, ofreciendo mi ano para que me penetre por la cola.
Eduardo pasa su lengua varias veces por mi chiquito haciendo que casi grite de placer, se pone detrás mío, siento como apoya su picha contra mi chiquito y en un empujón que dio grité al sentir que me la había metido hasta la mitad, y al segundo empujón, mis nalgas estaban aplastadas contra su cuerpo y su picha bien adentro de mi cola, "así puta, así, te voy a coger el culo hasta hacerte cagar", me dijo, metiendo y sacando su picha de mi chiquito con mucha fuerza, haciendo que mis tetas vayan para adelante y para atrás, cada vez que me la metía me salían pedos, yo bajé mi mano y me empecé a acariciar mi cuca, estaba desesperada, era tanto lo que estaba gozando que quería llorar, gritar, "si mi amor, así, fuerte, cacha fuerte la cola de tu querida, destroza mi chiquito", le gritaba, parecía que me desmayaba de placer, "soy tu puta, soy tu puta", le gritaba, en un tremendo orgasmo que hacía que mi cuerpo tiemble de pies a cabeza, mientras su picha no dejaba de destrozar mi chiquito y hacer que me tire pedos, hasta que me la metió bien adentro y siento como temblaba y gemía mientras su picha palpitaba dentro de mis intestino.
Los gemidos que dábamos, mas parecían gritos, yo hacía fuerza hacia atrás y Eduardo hacía adelante, moviendo nuestros cuerpos con fuertes temblores.
"Me dejas dormir con mi pija metida en tu culo?", me dijo Eduardo sin sacarla de mi cola, "si cariño, si, vamos a acomodarnos despacio sin que se salga", le dije, acomodando lentamente mi cuerpo, y dejando que Eduardo se acomode sin sacar su picha de mi cola.
Cuando nos acomodamos, él me abrazó, me agarró las tetas y yo pegué bien mi cola contra su cuerpo, intentando que no se salga, quería dormir así, entre sus brazos y su picha bien adentro de mi cola.
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