Mi primera infidelidad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, me llamo Diana, soy colombiana, casada hace 15 años con un español que conocí cuando él viajo a mi país. Siempre trabaje en el ámbito de las bibliotecas, y cuando conocí a mi marido, dio la casualidad que el trabajaba en lo mismo, pero en España. Nos conocimos, después que él se fue a su país, nos seguimos hablando y con el tiempo nos casamos. Se que muchas se van a reír de mi, pero recién ahí, cuando me case, perdí mi virginidad, a los 30 años.
Nuestra vida era y es muy rutinaria, en 15 años de matrimonio, habré tenido dos orgasmos con Paco, que así le dicen a mi marido, unos besos en mis tetas, boca arriba de piernas abiertas, el sobre mi, y después de dos minutos, a dormir, ya está, ya me cogió. Tanto Paco como yo, somos pequeños, yo mido 1,50 mts. y Paco mide diez centímetros mas, yo peso 47 kilos, así que se imaginaran lo pequeña que soy. Una amiga me había hablado de una pagina de contactos, de entrar para conocer amigos, que trate de salir, ya que mi vida es monotonía pura, mi trabajo, atender a mi marido, la casa, no tenemos hijos y los jueves, me toca que Paco me eche un polvo, ese el perfil mas o menos de mi vida.
Con un poco de recelo, me inscribí en esa pagina, a los días un señor argentino, que vive en España, me manda una solicitud de amistad, vi su perfil y me gusto, parecía un hombre serio, lo acepté y hablábamos mucho con él, nos contamos nuestras vidas, y de a poco me fue seduciendo, me encantaban las cosas que me decía, con que arte me enamoraba, y lo peor de todo, que lo estaba logrando, yo le propuse de darnos nuestros números de teléfono y así hablar por whatsapp, me tenía muy nerviosa, me gustaba, sentía algo raro, lo extrañaba, nos mandábamos fotos, hasta que un día en que me seguía enamorando, me pidió que le mande fotos mías desnuda, eso fue tremendo para mi, jamás pensé que Eduardo, que así se llama este hombre, me pida eso, yo me enfade mucho y lo elimine de mi lista de contactos, pasaron unos días y yo lo extrañaba mucho, me decidí y le volví a hablar, pidiéndole disculpas, y me animé y le mandé varias fotos mías desnuda, me moría de vergüenza, pero el me decía unas cosas tremendas, que me quería chupar mis tetas, que quería lamer y chupar mi cuca o coño como dicen acá en España, que quería meter su verga en mi boca para que se la mame, yo no estaba acostumbrada a eso, me parecía muy fuerte lo que me decía, pero no podía dejar de estremecerme cuando él me decía eso. Eduardo me mandó una foto de su verga, enorme, gruesa, nada que ver con la de mi marido, delgada, un poco larga, pero nada mas, esta es mas del doble que la de Paco, "imagínate esto, entrando en tu ojete, rompiendo tu culo, te gustaría?", me decía, yo me moría de la vergüenza, pero sentía muchas cosquillas en mi cuca, hasta el punto que hablando con él, me la llegue a tocar, ese hombre se estaba metiendo en mi vida, rompiendo mi rutina, me estaba haciendo sentir cosas que yo jamás siquiera había podido imaginar. Me dijo que me quería conocer, que si podía viajar a mi ciudad, yo vivo en Galicia, de donde es mi marido, o que viaje a Madrid, donde vive él, yo sabía que acá él no iba a poder viajar, y con que escusa me iba yo a Madrid, que le decía a mi marido?.
Le seguí mandando fotos desnuda mías, cada vez mas atrevidas, recuerdo que le envié una mostrando mi ojete, me dijo que me lo quería chupar, lamer, meter su lengua dentro antes de romperlo, eso me puso loca, jamás nadie me había hablado con ese desenfado, yo deseaba viajar, quería estar con él, los jueves, como era costumbre de siempre, cuando Paco me cogía, yo pensaba que era Eduardo para poder excitarme un poco, hasta que una prima me llama por teléfono y me dice que esta viviendo en una ciudad que se llama Toledo. Averigüe por Google a que distancia quedaba de Madrid y le pedí permiso a mi marido para poder ir a pasar unos días con mi prima, cosa que él aceptó a regañadientes. Estaba en la parada del auto bus esperando para irme, me despido de mi marido, y cuando iba en el viaje le mando un mensaje a Eduardo y le explico la situación, de inmediato me dijo que me iba a buscar y me traía a su casa, yo estaba tan nerviosa, como jamás lo había estado, quedamos que nos conoceríamos en la estación del auto bus, cuando llego, ahí estaba, mi corazón me dio un vuelco, sentía mi estomago duro por los nervios, es un hombre muy musculoso, de casi un metro ochenta, vestido con una elegancia totalmente descuidada, a mi lado que yo mido un metro cincuenta, parecía un gigante, yo le extendí la mano para saludarlo, y el me agarró de la cara y me dio un beso en la boca, abrazándome de una forma, que si hubiera tenido alguna duda de lo que iba a pasar entre nosotros, se esfumaron de inmediato, me sentí protegida, me sentí como jamás me había sentido antes, Eduardo agarró mi maleta, y con la otra mano, me agarró de mi mano, y nos fuimos a su coche, el viaje duró casi una hora hasta llegar a su casa, yo temblaba, era la primera vez que iba a estar con otro hombre que no fuera mi marido. Llegamos a su casa, entramos, él dejo su maleta y me empezó a besa, a acariciar mi cuerpo entre besos, me acariciaba el culo, mis tetas, eso jamás había echo mi marido, me empezó a sacar la ropa, a desnudarme, solo había estado desnuda ante mi marido, y ahora dejaba que otro hombre me desnude, me sentía nerviosa, bien, quería eso. quería probar algo nuevo, Eduardo me había sacado mi camisa y mi sujetador, dejando mis tetas al aire, él las acariciaba, agachaba su cabeza y me chupaba los pezones, yo suspiraba de placer, sentía mi cuca tan mojada como jamás había estado, sus manos apretaban mis nalgas, yo gemía de placer
Eduardo afloja su pantalón y saca su enorme verga, haciendo que yo la agarre con mi mano, que se la acaricie, jamás había echo eso, ni a mi marido, solo alguna que otra vez se la había tocado, le sentía muy caliente, sentía como tenía las venas hinchadas, me gustaba su verga, pero me daba miedo, "Diana, chúpame la pija", me dijo, dejando de lamer mis tetas, "que, que quieres que haga, que te mame la verga?, nunca lo hice, cariño", le dije, temblando de miedo, placer, Eduardo me estaba haciendo sentir mujer, era la primera vez que me pasaba, "arrodíllate Diana, que yo te enseño como me la tenes que chupar", me dijo, haciendo un poco de presión en mis hombros, haciendo me baya poniendo de rodillas con semejante verga frente a mis ojos, él me iba diciendo lo que tenía que hacer, me sentía extraña mamando su verga, era la primera vez que lo hacía, jamás había tenido otra verga que no fuera la de mi marido, y ni pensar en mi boca, como tenía la verga de Eduardo, me gustaba chupar su verga, lamer, sentir ese cilindro de carne en mi boca, el me agarró de mi cabeza y la empezó a hacer entrar y salir de mi boca, como si me estuviera haciendo el amor por ahí, me dolían las mandíbulas de tanto mamar la verga de Eduardo. me hace poner en pie, me alza en sus fornidos brazos, y me lleva levantada hasta la cama, nos besábamos con pasión, yo quería gritar de felicidad, jamás sentía esto, me puso sobre la cama, me empezó a desnudar, me moría de vergüenza que otro hombre que no fuera mi marido me viera desnuda, me abrió mis piernas y metió su cabeza entre ellas, grite de placer al sentir su lengua lamer mi mojada cuca, agarra fuerte las sábanas cuando Eduardo, me empezó a lamer mi cuca, mi clítoris, sentía que mis jugos vaginales salían fuera y sentía como Eduardo se los tragaba
me levanta mas mis piernas y siento su lengua en mi ojete, "haaaaaa, cariño, ahí no que hay muchas bacterias", le grite presa de como si me hubieran dado una descarga eléctrica, pero Eduardo no me hizo ni caso, siguió lamiendo mi ojete, sentía como quería meter su lengua, sentía como apoyo su dedo y lo empezó a meter en mi culo, mientras me seguía chupando la cuca, jamás me había metido nada por el culo, siempre lo use para sacar las impurezas de mi cuerpo, pero hoy era distinto, Eduardo a medida que me chupaba el clítoris, movía su dedo dentro de mi culo, había tenido algo que muy pocas veces había tenido, orgasmos, ese hombre me había echo gozar tanto que había tenido orgasmos, y todavía seguía, siento que sube besando mi cuerpo, que se perdía contra el suyo, se acomoda entre mis piernas y siento como su verga me entraba en la cuca, que placer por dios, como sentía su verga llenando mi cuca, el me aplastaba con su cuerpo, yo intentaba en vano rodear con mis piernas su cuerpo, mientras Eduardo me metía toda su verga en mi cuca mojada, "cariño, cariño, que placer", le decía yo buscando su boca, no me conocía a mi misma, estaba cogiendo con otro hombre y estaba gozando, le estaba metiendo los cuernos a mi marido, y no me importaba, solo quería que Eduardo me siga cogiendo, que me siga haciendo disfrutar de su verga, la sentía entrar y salir de mi cuca, sentía mis jugos desbordarse y mojar mi ano, "te la voy a meter por el culo Diana", me dijo Eduardo, levantando su tórax, levantando mis tobillos, exponiendo mi culo que estaba todo mojado con mis propios jugos vaginales, yo estaba aterrada, caliente, pero aterrada, Eduardo acomoda la cabeza de su verga contra el agujero de mi culo, se mete los dedos de mi pies en su boca y con su otra mano acaricia mi cuca, yo suspiraba de placer, hasta que siento que hace fuerza y su verga empieza a romper mi culo, yo abrí mis ojos y mi boca en gesto de dolor, sorpresa, quería gritar, decirle que no me rompa el culo por favor, pero siguió lamiendo y chupando mis pies y sus caricias en mi cuca, en mi clítoris, se fueron haciendo mas intensas y yo solo suplicaba que me meta toda la verga donde a él le plazca
Sentía su verga entrar en mi culo, sentía como me lo estaba rompiendo, como mi ojete se abría para él, hasta que queda pegado a mi cuerpo y su verga se había adueñado de todo mi culo, abriendo mi ojete, llenando mis intestinos, "nunca soñé con hacer esto", le dije con los ojos cerrados, disfrutando de como Eduardo me estaba cogiendo por el culo, disfrutando de como su verga entraba y salía de mi ojete, haciendo que disfrute como jamás pensé disfrutar con nadie, sentía sus caricias en mis pies, en mi cuca, yo estaba agotada, hacía mas de una hora, cerca de las dos horas que estábamos cogiendo, y yo acostumbrada a los diez minutos escasos que lo hacía con mi marido, pero quería seguir, quería seguir cogiendo, quería sentir la leche de ese maravilloso hombre que me había enseñado a ser mujer dentro de mi, yo sentía la verga de Eduardo entrar y salir de mi ojete, cada vez mas rápido, mas fuerte
El gemía como una locomotora, sentía sus vergazos mas y mas fuertes en mi ojete, me apretaba los tobillos, su respiración era cada vez mas fuerte, yo me estaba escurriendo de nuevo, me sentía desmayar de placer, hasta que siento como Eduardo grita y empieza a llenar mis intestinos con su leche, fuerte, caliente, espesa, abundante, jamás mi marido me había dado tanta leche, ni en nuestra noche de bodas, Eduardo me estaba llenando literalmente el culo con su leche, me estaba haciendo una enema de leche, a mi se me caían lagrimas de felicidad, jamás me había sentido tan mujer, tan feliz al ver a ese hombre caer derrumbado sobre mi, quedando cansado de tanto placer y yo haber disfrutado como jamás en mi vida lo había echo.
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