Mi primera infidelidad fue con un chico
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Estimados lectores de estos relatos. Ahora me toca relatarles un acontecimiento cachondo que me sucedió hace poco. Escribo porque me da confianza haber leído varios de este tipo.
Mi nombre modificado es Victoria de 32, desde hace seis años casada con Jorge, mi vida marital es bastante buena y no tengo motivo para tratar de conseguir sexo fácil por allí. Tengo dos buenos senos y mis caderas y mi trasero son bien formaditos.
Aún no tenemos hijos, por lo cual recibimos frecuentemente en casa, sobrinos tanto de la familia de mi marido como de la mía. De mi lado familiar, el sobrino que más veces viene de invitado a mi casa es Mario Roberto, de 13 quien viene desde que tenía 9 añitos, él es un niño muy alegre y educado, el tipo de chico que no pesa tenerlo en casa. Ahora ya es todo un pre-adolescente. Uno de sus hábitos, que no es muy común, es dormirse abrazado de uno de mis pies, alli se duerme y luego mi esposo lo carga para su recamara. Debo decir que esto lo hace solo conmigo y con nadie más.
Esa vez llegó a la casa con su maleta, llegaba a pasar el fin de semana. A mi me haría compañía, ya que mi esposo andaba de viaje de negocios y no estaría presente. Me sorprendió que cuando lo recibí en casa, iba acompañada de “Nacho” quien ahora era su mejor amigo, el otro chico era morocho, piel trigueña, de la misma estatura que mi sobrino. Bueno me dije, si no hay remedio, que se quede también, al fin que no estaría mi marido y no será una gran carga.
Durante la tarde los chicos estaban jugando juegos de video en la TV, yo me acerqué a ver lo que hacían, en esta época suele haber calor en esta parte del país, asi que todos vestíamos ropa muy suelta, y pude ver que Nacho tenía una camiseta de tirante, y no pude ocultar ver que ya tenía cierta musculatura y vellos en los brazos, lo cual no sucedía con Mario Roberto quien era más acorde a su edad. Además yo observaba que a cada momento Nacho volteaba a verme las piernas, yo tenía puesta una falda corta y un top, estaba sentada de frente a ellos. Nacho miraba mucho mis piernas y se reía conmigo de forma coqueta, lo cual en su momento me causaba gracia.
Llegó la noche, los chicos vieron TV en la sala y yo en mi habitación, en eso les pedí que se acostaran, a los diez minutos me tocaron la puerta, era Mario Roberto, me acordé que él se dormía abrazado de uno de mis pies, lo pasé adelante, sin embargo detrás de él venía Nacho, también lo pasé adelante. Mario Roberto se acomodó en la parte inferior de la cama y tomó mi pie como siempre y lo puso entre sus brazos pegado a su pecho y su cabeza a la altura casi en mi pantorilla, por el lado de afuera. Nacho se quedó viendo eso e hizo lo mismo con mi otro pie libre. Yo tenía sueño y no tardé en quedarme dormida.
No se a que horas de la noche, primero creí que era un sueño húmedo, pero sentí que una mano varonil me acariciaba la parte baja de la entrepierna, y yo lo gozaba mojando mi rajita, luego esa misma persona besaba mi pantorilla, luego mi rodilla, podía sentir su lengua recorrer mi piel, eso me puso la piel chinita. Cuando sentí una mano entre mi camisón y sobre mi sexo por arriba de mi diminuto panty que uso para dormir, alli me desperté, estaba un poco confundida, pero volví a sentir la mano que invadía mi intimidad. Abrí uno de mis ojos, la habitación estaba casi en penumbra, pero podía ver y sentir esa mano manoseándome encima de mi rajita. Era de Nacho. Voltee a ver a Mario Roberto y el estaba dormido casi roncando.
Que hacer?, dejarme seducir por ese adolescente con sus hormonas a mil, o darle un pellizco en su mano para que reducirlo al orden. Mientras pensaba que hacer los pequeños dedos de Nacho tocaban suavemente cada parte de mi sexo, como la tela de mi panty es fina y delgada, podía sentir muy bien sus torpes caricias. No podía creerlo, pero mi rajita se estaba mojando y me estaba excitando cada vez más por los toques de Nacho y además su pequeña lenguita lamiendo delicadamente mi pantorilla y a veces hasta mis pies. No sé por qué, pero lo dejé un rato más.
De pronto, él deja de tocarme el sexo sobre mi panty. Que tramará ahora este chico? Pensé. Me quedé en alerta. De pronto siento que algo se frota contra los dedos de mis pies, lo hace primero suavemente, pero poco a poco lo oigo aumentar su respiración y emitir ciertos gemidos reprimidos, levanto la cabeza sobre la almohada y veo que Nacho se está masturbando con mi pie!, frota contra el su erecto pene, se siente duro contra mis deditos del pie, lejos de molestarme, me está excitando, mi raja se llena de mis jugos vaginales. Siento que ardo allí en la cama, el chico se sigue masturbando acelerando la fricción entre su miembro y mi pie, al rato casi se sienta en la cama para tener más comodidad y para usar mejor mi pie. Yo dejó que lo haga, no se porque no corto y detengo a ese mocoso de inmediato y le doy su merecido.
Luego de un rato y de llenarme el pie de sus líquidos preseminales, Nacho se vuelve a acostar, su cabeza ésta ahora a la par de mi rodilla. El chico me ha dejado muy cachonda, mi rajita es una sopa caliente. Sin embargo, a los diez o quince minutos, vuelve a las andadas. Siento sus deditos explorar de nuevo mi rajita sobre mi panty, se nota que no se ha saciado aún. También me empieza a besar mi muslo interior arriba de la rodilla, ahora lo hace con mejor técnica, mi vagina empieza a lubricarse de nuevo. La sensación de ser manoseada prohibidamente en mi propia cama es muy erótica, me siento a merced de ese morochito.
Volteo a ver a Mario Roberto y el sigue dormido profundamente. En eso le tomó la mano a Nacho, él se asusta, la quiere retirar, pero yo no lo dejo, cojo su mano y lo hago que se tranquilice, luego llevo su mano por debajo de mi panty, Nacho se queda quieto totalmente. Le he metido su mano completa dentro de mi panty y ahora está sobre mi vulva rasurada. Lentamente Nacho, hace a un lado el panty y empieza a explorar el territorio, sus dedos se enlazan con mi escasos pelitos púbicos existentes, de allí llega a mis labios vaginales, me imagino que debe haber sentido que estaba bien mojada, la punta de uno o dos dedos mete entre los pliegues de mi raja. Yo estoy que me muero de excitación, solo atino a abrir más mis piernas, para que Nacho pueda tocarme toda. Trato de hacerlo sin despertar a Mario Roberto que tiene cerca una pierna, pero que al dormirse la ha soltado.
Los dedos de Nacho siguen moviéndose entre toda mi rajita, el chico sabe tocar y yo me muero de placer, emito algunos gemidos. Uno de sus dedos sigue el contorno de la entrada de mi vagina y de pronto mete la puntita de su dedo y la mueve dentro de mi, creo que en ese momento apreté los labios y tuve un orgasmo, me llevé el puño a la boca para no gritar, creo que eso motivo a Nacho para introducir su dedo completo dentro de mi rajita caliente y húmeda, luego comenzó, con mucho conocimiento, a meter y a sacar lentamente de mi vagina, yo me moría de placer, mi orgasmo no tenía fin. Cómo un chico de 14 años, me tenía gozando un tremendo orgasmo, como permití todo esto?, pensaba luego que me reponía de mi orgasmo, además era notable lo atrevido de ese chico y donde aprendería lo que me estaba haciendo.
Pero esto estaba lejos de terminar allí. Al rato Nacho acomodándose mejor entre mis piernas, introdujo un segundo dedo en mi ya mojada raja y también los pajeo dentro de mi intimidad. Yo podía sentir muy bien sus dedos moviéndose dentro de mi gruta mojada y ahogaba mis gemidos con mis manos. El muchacho era pura candela y yo hecha un ramera por hacerle caso. No satisfecho con todo lo que me había hecho ya (me había besado toda una pierna, se había masturbado con mi pie y tenía dos dedos en mi rajita), ví que sacó sus dedos empapados de mi rajita y se los llevó a la boca y los saboreo pasándole la lengua. Incredula vi al chico intentando sacarme el panty!, yo que estaba muy caliente para ese momento, encogí las piernas y levante mi trasero para facilitarle lo que quería, y en segundos allí estaba yo sin bragas dándole gusto a un chico, asi también junté mis pies, él estaba sentado frente a mi y le quedó mi panty en sus manos. Volví a mirar a Mario Roberto y él estaba igual dormido por el sueño.
Ahora yo tomé la iniciativa, sin calzón, abrí las piernas frente a Nacho como invitándolo a seguir, me acaricie la raja con una de mis manos, vi que el se quitó el pantalón de la pijama, luego sus calzoncillos, quedándose solo con la camisa, a horcajadas se fue metiendo entre mis piernas, el chico me vió y metiendo su cabeza comenzó a besar y lamer mi rajita como si fuera un perrito lamiendo una paleta, en eso era inexperto, pero su misma inexperiencia me calentaba más, sentí toques eléctricos que iban de mi raja a mi cabeza, nunca había sentido tal cosa, su lenguita parecía pequeña, pero más rugosa que lo normal, me tocó por todos lados incluyendo mi clítoris, no aguanté muchos minutos asi, me corrí irremediablemente y no pude contener emitir varios gemidos y quejidos, tuve que tomar una almohada para morderla y no gritar de placer, para no despertar a Mario Roberto.
Nacho que debe haber estado muy excitado también, seguía comiéndome la raja y ponía su lengua en todos lados sin control, sentí que aveces me mordía delicadamente los pliegues de mi vagina, algo que nadie había hecho antes, era ya tanta mi calentura que no podía más, quería y deseaba tener sexo duro, quería una verga adentro de mi,
– bebé métemela ya!- le dije, Nacho se quedó un rato inmóvil, como pensando, fue cuando yo misma lo fui acomodando, él se subió sobre mi, yo tomé su erecto pene con mi mano y lo puse en la entrada de mi rajita y él echó su peso encima de mi y me penetró, ¡ohh uggh, que rico sentí ser clavada en ese preciso momento!, su pene no era del tamaño de un infante, era del tamaño de un adulto, me llenó mi raja mojada y ansiosa!.
El chico ansioso comenzó a moverse apenas sintió que la tenía dentro de mi, allí si se evidenció su novatez, ya que se movía sin orden, a pesar de eso yo me moría de excitación y placer, me hacía delirar de gusto, le puse las manos sobre sus las nalgas y lo apreté contra mi para que me la metiera todita y que su bombeos fueran bien profundos. No se si era porque era un chico o por la forma en que ocurrió todo, pero me tenía al borde de otro orgasmo, ¡mi tercero, increíble!, me levanté la blusa, no duermo con sostén, y le puse mis tetas a su disposición, Nacho se fue directamente a mis pezones y comenzó a mamarlos, el movimiento de la cama empezó a ser fuerte y yo temía que mi sobrino se despertara con tanto movimiento, asi que me propuse acelerar la venida del chico, aunque tenía la sensación que Nacho ya había terminado una vez adentro de mi, pues sentía algo viscoso y caliente dentro de mi.
Lo abracé y no pude evitar correrme de primero, entre quejidos, lo envolví entre mis piernas y lo apreté casi al mismo tiempo sentí de nuevo un abundante líquido caliente en mi raja, Nacho se estaba corriendo, parecía que se estaba orinando dentro de mi por la cantidad semen que salía de su pene. El gimió fuerte y siguió moviéndose dentro de mi, eso provocó que su leche saliera de mi vagina y recorriera mi rayita hasta llegar al hoyito de mi culito, sentí lo caliente de su semen en mi ano. Fue un orgasmo bestial el que tuvimos los dos.
Minutos después se quitó encima de mi y poniéndome de pie entré al tocador a limpiarme el semen que quedó en mi panocha y de mi rayita. No era un semen espeso como el de un hombre adulto, más bien era un líquido ralo y transparente. Al regresar el ya se había puesto el pantalón de la pijama, entonces le indique, ya había estado bien, que se fuera a su habitación a dormir, cargué a Mario Roberto, quien había sido un ciego testigo de todo lo acontecido. Regresé a mi cama posteriormente y no pude evitar meterme dos dedos en la raja y hacerme una masturbación pensando en el pene de Nacho y en todo lo acontecido.
Más tarde supe que Nacho tenía 16 años y no 14 como pensaba, solo que de baja estatura y mal estudiante, por eso mi sobrino lo alcanzó en el colegio, también explica en parte su despertar sexual y el tamaño de su pene. Varias noches se me ha repetido esto durante el sueño, el chico me dejó inquieta. He llegado a pensar en él cuando mi marido me está penetrando. Que loco no!.
El chico se volvió una pequeña obsesión, que no dejé a medias.
Invité de nuevo a Mario Roberto un día antes de navidad y le dije que llegara con Nacho que tenía un regalo para cada uno. Mientras le servía a los dos jovencitos pastel y helado en la mesa, le dije a Nacho que me ayudara con algo, se fue conmigo lo encerré en una habitación y le dije que éste sería su regalo, le bajé el pantalón y le comencé a chupar su pene, éste se erectó rápidamente en mi boca, lo lamí y lo chupé con fuerza, mi sobrino estaba en el comedor y no tenía más que unos minutos, Nacho comenzó a gemir, yo solté su pene para pedirle que no gimiera muy recio, le chupé sus pequeñas bolas, en cinco o seis minutos, lo hice venirse dentro de mi boca, me tragué su lechita, se subió el pantalón y regresamos a la mesa, sin antes decirle casi al oído –feliz navidad!!-
Ya no lo he vuelto a ver, lo cual es saludable para mi matrimonio. Se que siempre él se acordará de mi.
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