Mi profe madura I
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Lo que voy a contar sucedió cuando estaba en mi último año de secundaria, estaba flojo en Inglés y mis padres decidieron que debía tomar clases particulares, la mayoría de mis compañeros iban a la casa de Patricia, una profe rubia de unos 28 años que estaba muy buena, sin embargo cuando yo averigüe para tomar clases con ella, era imposible coordinar horarios porque ella tenía muchas clases y yo otras obligaciones por lo que debía buscar otra profesora.
Mi padre quería enviarme a un Instituto privado pero a mí no me gustaba la idea, por lo que recordé a Nélida mi profesora de primer y segundo año, era una mujer de más de 50 años, esas profesoras bien hijas de puta que mandan a diciembre o marzo a todo el mundo, pero yo con ella tenía buenas notas y una buena relación personal; el año anterior había dejado el colegio, se comentaba que la habían hecho renunciar por que se había quedado con algún dinero en una comisión de estudios pero nunca se aclaró el tema, yo tenía su teléfono porque en segundo año había participado de un grupo de estudios de varias asignaturas.
Cuando la llamé se sorprendió, pero me recordaba muy bien y me dijo que le gustaba mucho al idea de darme clases particulares y que me agradecía el hecho de haberla elegido, convencí a mis padres a quienes al principio no les gustaba la idea por esas sospechas que habían sobre ella y comenzó a darme clases 2 veces x semana en casa los martes y jueves por la tarde.
Nélida era como les decía una mujer de unos cincuenta años largos, rubia de ojos verdes, cabello más bien corto y lentes, de un cuerpo normal, quizás un poco rellenita, por lo cual nunca había formado parte de mis fantasías.
Estaba casada con otro profesor que tendría más de 70 años.
En la primera clase me agradeció mucho que la hubiera llamado, ya que según me conto estaba en una situación económica difícil y las clases particulares le sumaban bastante ya que no había podido volver a trabajar en colegios, evidentemente algo había pasado.
Las clases transcurrían con total normalidad, me llamaba la atención que Nélida nunca quisiera tomar nada ni un café ni gaseosa ni agua, yo generalmente tomaba un vaso de gaseosa, las clases las tomábamos en mi pieza ya que el comedor siempre estaba ocupado por algunas de mis hermanas que hacían la tarea o miraban TV.
Una tarde de primavera, cuando iba a tomar la clase yo llevaba una taza de té en mis manos, era una variante aromática de frutos rojos, por lo que Nélida me consultó que tomaba y le conté, además invitándola a tomar una taza, ella dudó pero finalmente aceptó y vi que disfrutaba mucho al tomar esa bebida.
Media hora después pasó lo inesperado, ese día Nélida estaba vestida con una blusa blanca y una pollera azul, mientras me explicaba la diferencia entre el Simple Past y el Present Perfect, de repente se sintió un ruido violento que golpeaba el piso de mi habitación con fuerza.
Al fijarme vi que un chorro de pis salía de entre sus piernas y había formado un pequeño charco debajo de la mesa donde estudiábamos, durante unos segundos ninguno de los dos dijo nada, hasta que ella dijo:
-Perdón, me da muchísima vergüenza esto, por eso no quiero nunca tomar nada.
Me contó que muchas veces sufría de incontinencia y había tenido algún accidente similar pero nunca en clase y frente a un alumno por lo que estaba, muy avergonzada.
La tranquilicé, le dije qué sería un secreto que quedaba entre nosotros, agarré un trapo y me puse a limpiar el piso, a la vez le di una toalla y ella se higienizó la entrepierna, me dijo que no quería ir al baño ya que temía que alguien sospechara en mi casa si es que quedaba una mancha en el piso, pero al observaba mientras se secaba la entrepierna pude ver su bombacha blanca, amplia de una señora mayor, mojada lo que me excitó mucho, ella se secó rápidamente por lo que quedó una pequeña mancha en su pollera pero era apenas perceptible, luego terminó la clase y cuando se fue me maté con una paja terrible.
A la clase siguiente Nélida vino vestida con blusa y pollera negra, acaso para disimular otro accidente, me agradeció la solidaridad de la clase anterior y me preguntó si había quedado alguna mancha en el piso, lo que era casi imperceptible por lo que se tranquilizó, yo estaba nuevamente tomando el mismo te, a lo que ella me dijo que le encantaría tomarse una taza pero no deseaba repetir el accidente.
Entonces le propuse algo osado, ya que ella me debía un par de favores, le dije que podía tomarse una taza de té tranquila que en caso de una emergencia yo lo podía solucionar, le conté que en mi pieza mi hermana guardaba cajas de pañales para mi sobrino, podría facilitarle alguno si lo necesitaba o ponerse alguno durante la clase ya si disfrutar del té, ella me dijo que tomaría el té y en caso de ser necesario me avisaría, así lo hice y a los 20 minutos aproximadamente me dijo que lo necesitaba; se paró del asiento se bajó la bombacha blanca quizás la misma de la clase anterior, a la altura de los muslos y llevó al pañal debajo de su pollera, mientras orinaba su rostro denotaba una inmensa satisfacción, lo cual me excitó muchísimo.
Cuando terminó me dio el pañal, el que tiré dentro de una bolsa, pero tuve una erección bastante difícil de disimular ya que llevaba puesto un pantalón deportivo, por lo que ella sonrió y me dijo:
– Bueno, si eso fue culpa mía me siento halagada, jaja
– Si, profe me encantó lo de recién, le dije ya sin ninguna vergüenza.
Me dijo que trabara la puerta y se acercó a mí, me dijo suavemente:
– Pensé que te excitaban tus compañeras que usan tanga, yo solo soy una señora mayor casada.
– No, profe usted me vuelve loco, cuando se fue el otro día estuve pensando cuando usted se secaba la entrepierna
– Bueno, hoy no vamos a hacerlo pero puedo darte un adelanto si te interesa, además te debo varios favores.
Tomó mi mano derecha y la llevó por su pierna, la fue subiendo lentamente, hasta que alcanzó la tela de la bombacha, su mano encima de la mía, fue rozando el elástico lateral, también rozaba algunos pendejos, hacía mucho que la profe no se afeitaba y no había premeditado eso ese día por lo que parece, pero la situación me excitaba cada vez más, mi dedo fue ingresando en su vagina lentamente hasta alcanzar su clítoris y comencé lentamente a acariciarlo hasta que la profe luego de unos minutos se mojó bastante, mi mano quedó atrapada entre el liquido viscoso, los pelos y la tela de su bombacha, hasta que luego de un rato la sacó y se dirigió a mí, me bajó lentamente el pantalón y el slip que llevaba y comenzó a acariciar mi verga ya totalmente erecta, al mismo tiempo vi que sacaba de su cartera un pañuelo, que puso sobre la punta de mi pija, no pude aguantar mucho y en unos pocos momentos eyaculé, ella abrió el pañuelo y fue conteniendo el liquido que era muchísimo hasta que terminé, cerró el pañuelo, me higienizó la punta y me volvió a poner el slip y el pantalón luego de la paja mientras guardaba en su cartera el pañuelo.
Me dijo que disimulara, me relajara ya que terminaba la clase, me sugirió cambiar la próxima clase al viernes en vez del jueves, ya que ese día no había nadie en casa a esa hora y allí podríamos concretar, que esperara una semana, ella se llevaba su pañuelo con mi leche, pero se negó a dejarme su bombacha prometiéndome regalarme la que usara la próxima vez.
Continuará
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