Mi regreso al promiscuo mundo del modelaje
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Desde niña cuidé mi cuerpo, por me desarrollé en el mundo del modelaje, lo cual dejé cuando me casé a los 21 años. Me dediqué de llenó a mi familia, pero por los problemas económicos que empezamos a padecer, pues mi esposo pasaba meses sin trabajo y cuando conseguía duraba tres o cuatro meses. Tuvimos varias peleas con él por ese motivo, en una de esas, me gritó que volviera a trabajar, yo lo único que conocía era modelar ropa, pero muy pocas agencias contratan modelos mayores de 23 años, y menos casadas. Además mi cuerpo había cambiado ahora casada, mis caderas eran más anchas y por el parto que tuve mi vientre tenía unas arrugas que no había podido eliminar, todo estaba en contra mia, pero aún asi llamé a algunas amistades y conseguí un pequeño contrato de unas horas en una agencia de modelaje de inferior importancia.
Hace años, cuando estuve en mi apogeo como modelo, me di cuenta de la promiscuidad que existe en el mundo del modelaje, yo tenía 19 años; vi como amigas mías terminaban en la cama de los representantes de las agencias por un contrato, y casi siempre se participaban en fiestas privadas, en donde se podía tener sexo con otras modelos, con modelos hombres, con gente de la prensa y con gente de empresas de diseñadores. Pero como dije, el modelaje era lo yo podía hacer bien.
Llegué a la prueba, era una casa en un residencial, como era verano, me harían una sesión de fotografía con trajes de baño y con otras prendas de esa época. Había un fotógrafo, un hombre de unos 40 años, muy alto, de buen cuerpo que se llamaba Byron, un asistente y una chica que ayudaba en el maquillaje. En mi caso, mido 1.75 mt aproximadamente, lo cual es una buena estatura en ese negocio, mi cuerpo es delgado con piernas delgadas, aumenté un poco de peso ya casada, mis senos antes eran más pequeños, pero después de amamantar a mi hijo, ahora los tenía más grandes lo cual era bueno, mis nalgas siempre han sido mi atractivo principal, un volumen adecuado y paraditas, ahora casada aumentaron de volumen, lo único como dije que me causaba problema era mi vientre y en la solicitud de trabajo yo había puesto que era soltera sin hijos, esa imperfección me podía traer problemas.
Me dieron varias prendas para que me las pusiera, antes para mi vestirme y desvestirme frente a otras personas no me causaba problemas, ahora después de un tiempo y casada, yo era más pudorosa, lo cual notó el fotografo, pero no me dijo nada, luego comencé con las prendas de traje de baño más recatadas y de una sola pieza. Me sentía un poco más tiesa para moverme, pero no se me olvidaron las poses, la sonrisa continua y los movimientos, pero Byron me miraba sospechosamente, me pedía poses fuertes y me notaba nerviosa. En eso, casi al final, me pidió ponerme un traje de baño diminuto, apenas me cubría los senos y la chuchita depilada, y era un hilo dental entre mis nalgas, de todo eso no había problema, pero dejaba descubierta mi pequeña imperfección en el vientre que de alguna forma delataba mi parto. Me la puse y posé lo mejor que pude. -Terminamos!!- dijo Byron, y le dijo al asistente y a la maquillista que se fueran, que después guardaran las cosas, pues había otra sesión con otra modelo dentro de un par de horas. A mi me pidió que me quedara, yo presentí algo malo.
Byron me dijo que me dejara ese traje de baño, que haría unas últimas tomas aún sin asistente ni maquillista, me puso en posiciones muy atrevidas y su camara se acercaba mucho a mis partes íntimas, lo cual me puso incomoda. Luego se detuvo y dejó su camara, -oye Karina, creo que mentiste en tu formulario-, yo me quedé inmovil. El se fue acercando a mi con seriedad -sabes, eso es un delito, la empresa pueda demandarte por daños y perjuicios-, yo me derrumbé, le dije que estabamos atravesando una situación dificil, y le conté lo de mi marido y le pedi que me ayudara.
-Mira Karina, yo no suelo hacer esos favores sin compensación, tu estas muy linda y si tu colaboras conmigo yo puedo hacer que tu carrera mejore mucho, pues los fotógrafos podemos hundir o levantar a las modelos- me dijo byron.
-Y en que consiste mi colaboración?- le pregunté, con miedo a saber lo que quería.
-Pues..desde hace meses no tengo pareja, y ando muy cachondo casi siempre- se acercó a mi, me abrazó y sus manos se posaron en mis nalgas, -tu tienes un cuerpo muy rico, si me dejas tenerlo, yo puedo ayudarte siempre, no diré a nadie de tus arrugas en el vientre, ni que eres casada y con hijos…yo trataré de no sacar nunca esa parte- me dijo Byron, quien me tomaba de las nalgas y yo no podía hacer ahora nada por retirarlo, me tenía en su poder.
Byron se acercó más y me besó el cuello, no dejaba de tocarme las nalgas sobre el traje de baño que yo tenía, me decía -vamos, vamos, ambos vamos a salir beneficiados de esto-, nadie ya casada me había tocado que no fuera mi marido. Byron no era feo ni mucho menos, busco mi boca y me besó los labios, yo no respondí, su lengua seguía tocando mi boca y mis labios. -Ven- me dijo y me llevó a una recamara en la casa.
Cerró la puerta y me volvió a abrazar, sus manos tocaban de nuevo mis nalgas y las apretaba por todos lados, -me excitó tomarte fotos- me dijo, se separó un poco y sacando su verga del pantalón, me expresó -mira como me tienes!- señalando su buena verga, estaba muy gruesa, varias venas sobresalían de la piel de su verga, fácilmente vi que era más grande que la de mi marido, me pidió que se la mamara, me fui agachando, la tomé con la mano, estaba durisima, le hice una chaqueta, su pedazo de carne se erguía aún más, la verdad es que tenía una verga modelo, pero en ese momento yo sentía nausea solo de verla. La lamí de arriba a abajo, luego me quedé chupando su glande colorado, lo mamé bastante, Byron empezó a gemir, me decía -asi preciosa asi, asi, que ricoo!!-.
Luego tomó mi cabeza con una mano y ahora era el quien movia su verga adentro y fuera de mi boca, su verga era tan gruesa que rozaba toda mi boca cuando la metía, casi me ahogaba en ocasiones. Luego me pidió que me pusiera en cuatro sobre la cama, con mi trasero hacia afuera, él se quitó los pantalones, se puso de rodillas en el suelo y comenzó a tocarme las nalgas, se acercó y grabó varios besos en cada nalga, luego no eran besos sino chupones sobre la piel de mis nalgas, -preciosa que ricas nalgas tienes, dichoso tu marido que puede tener esto todas las noches!-.
Luego corrió la parte de mi traje de baño que tapaba mi cuchita, exclamó algo, y luego hundió su boca sobre mi chuchita, sentí su lengua caliente recorrer mi rajita, luego destapó mi ano y lo lamió como si fuera un helado, lo hacia tan bien, que contra mi voluntad me fui mojando sin remedio. Sus dedos jugaban con mi clitoris y su lengua tenía mi culo, no pude evitar quejarme y luego gemir, pues me estaba dando placer, era como una violación, que empieza contra tu voluntad, pero luego no puedes evitar disfrutarla en algun momento. Byron hizo vibrar mi cuerpo con el sexo oral que me daba, casi sentí su viscosa y caliente lengua dentro de mi culo.
Después se puso de pie, puso su cabezón colorado en mi chuchita y lo frotó contra ella, sentí lo duro de su miembro, por un momento me dio miedo recibir semejante pedazo de carne, le pedí que me lo hiciera suave, el fue empujando su verga dentro de mi rajita, gemí cuando sentí como me abría mi vagina, de verdad era gruesa su verga, la sacó solo para volverla a acomodar en mi chuchita, esta vez me la dejó ir, sentí como me atravesaba la vagina, luego comenzó a moverse adentro y afuera, me hacía gemir de pasión cada vez que lo hacia, pues me volvía a abrir mi chuchita. Byron se sujetó de mi cintura para metermela hasta el fondo, pude sentir que me la había metido toda pues su vientre y sus muslos chocaron contra mis nalgas. Oi gemir de placer a Byron cuando me embestía, cada vez me daba más duro y más profundo, contra mis principios comencé a tener un orgasmo, me embargó una sensación de placer, gemí mucho y gocé ese orgasmo como no lo había hecho en muchos tiempo. Bajé mi rostro a la altura de la cama, lo cual provocaba que yo empinara más mi trasero, lo cual aprovechó Byron para clavarme con mucha fuerza, nunca un orgasmo me había durado como esa tarde.
Ahora Byron me puso acostada boca arriba y se avalanzó sobre mi, me penetró y luego buscó mis senos, hizo a un lado mi traje de baño que aún tenía puesto y comenzó a mamar mis tetas, las chupaba y me cogía como desesperado, él estaba muy excitado, me repetía a cada momento que yo estaba muy rica; byron me tenía atrapada contra su cuerpo, parecía que cada vez que me penetraba su cuerpo se restregaba completamente contra el mio, poco a poco me fue invadiendo otro orgasmo, Byron me tomó la boca con su boca y me metió su lengua, yo en plena corrida tome su lengua con mi boca y la chupé por primera vez, me corrí como una perra. Byron aún no descargaba ninguna.
Luego abrazados y besándonos rodamos sobre la cama, su verga aún dentro de mi, en un movimiento rápido, Byron me puso boca abajo contra la cama con él encima de mi, me separó las piernas y puso su verga contra mi ano, luego comenzó a moverse puyando mi culito, su glande poco a poco fue abriendo mi ano y su verga entraba lentamente, pegué un grito cuando me sentí penetrada, y no era que nunca lo hubiera hecho por alli, ya que mi marido y un novio antes que él ya me habían cogido por ese lugar, sino porque nunca había probado con una verga tan gruesa como la de Byron, le pedí que fuera gentil conmigo, me hizo caso, sus movimientos bajaron de intensidad, su penetración fue lenta y suave, pero luego de unos minutos ya tenía su gruesa verga dentro de mi culito y se movia dentro de mi con más rapidez y con más fuerza. Byron me llenaba de verga el culo, llegó ha donde nadie había llegado antes. Nunca me había corrido en mi vida con sexo anal, pero con él comencé a excitarme, era diferente, tal vez por lo prohibido, por el tamaño, no sé. Pero llegué a una corrida especial, más cuando sentí su semen caliente recorrer las paredes de mi ano, no aguanté, grité y gemí como una loca y su semen no dejaba de salir de la punta de su verga, me llenó el culito. Luego que entre quejidos me la sacó, eran chorritos de semen los que me salían de mi interior. Byron se sentó en una silla, parecía mareado, había eyaculado mucho.
Yo aproveché para irme a asear al tocador de la habitación, cuando salí él todavía estaba sentado, me dirigí a la otra habitación a buscar mi ropa, me la estaba poniendo cuando el salió solo con calzoncillos, me dijo que había estado espectacular, yo le hubiera dicho lo mismo, pero no debía hacerlo. Me dijo que no tuviera pena, que mis fotos y su recomendación me darian un contrato.
A los quince días me avisaron que había sido seleccionada entre el grupo de modelos de esa agencia. A la semana de eso, fui llamada para otra sesión, de nuevo Byron era el fotógrafo. Nuevamente tuvimos sexo en la misma habitación. Me cogió de nuevo por todos lados y gocé mucho de nuevo. Esta vez hubo muchos besos e hicimos una 69 muy deliciosa. Byron se convirtió en mi amante y unos meses después me separé de mi marido, que no aportaba nada para la casa. Todavía estoy en esto del modelaje y he tenido que pasar por otros brazos.
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