Mi Revancha como mujer
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola todos chicos y chicas. Llamenmé Jimena, tengo 34 años, soy profesional, trabajo en lo que me gusta y también doy catedra en una universidad privada.
En febrero del 2011, mi marido me abandonó cuando lo descubrí teniendo una relación con una jovencita de 20, él tiene 38 años. Dejó la casa y me dejó con una gran depresión, pero luego de una semana tomé la decisión de vivir mi vida diferente. En primer lugar mi forma de vestir, por los grandes celos de mi marido, siempre vestí muy conservadoramente, a pesar que tengo, creo, un buen cuerpo, grandes senos, bonita colita y mi rostro es bonito, debo admintir que soy caliente en la cama y mi matrimonio no me permitía cumplir muchas fantasías. Pero me dije que todo eso acabó y que era una nueva mujer.
Luego de dos meses, tenía una necesidad por sexo, y me dispuse a seducir a mi vecino, que es casado, pero que el muy lindo, apuesto y por el bulto en el pantalón tiene una buena verga. Más de alguna vez, había tenido algún sueño humedo con Juan Carlos y me animó más saber que ese fin de semana pasaría solito, su esposa visitaría a una abuela enferma. Asi que ese día me vestí super sexy y lo visité en su casa llevándole un pastelito. El al verme me pasó adelante, me senté en la sala y comenzamos a charlar, él no dejaba de verme el escote (siempre vi que le llamaba la atención mis senos) y también me miraba las piernas.
Solitos, con la luz en penumbra, Juan Carlos sabía que esto solo podía terminar en un lugar, en la cama. Luego de beber un vino, el primer beso fue cuestión de tiempo, pero después todo fue placer, sus besos y su lengua era exquisita, ese hombre sabe besar a una mujer, solo de besarlo me empecé a mojar, luego desabotonó mi blusa y sus labios atraparon mis pezones por turnos y los chupaba como bebe. Hace tiempo que un hombre no me mamaba las tetas con ese deseo, como de querer comerse completos mis senos. Luego de esa rica mamada de senos, me puse de pie y casi le hice un streap tease a Juan Carlos, me quedé solo en bragas frente a él. El se sacó la verga de su pantalón y se puso a masturbarse frente a mi. -Siempre te quise ver asi!- me dijo frotándose su erección.
Me sentó y luego me acostó en el cómodo sofá, me abrió las piernas y me empezó a dar una memorable chupada de raja. Su lengua parecía estar viva, me lamió todos los lugares de mi raja, cuando me apretó con sus labios el clitoris, crei que me desmayaba de placer, yo aullaba de gozo alli, pues no eran dos meses realmente, sino a mi marido se le había olvidado como calentar a una mujer previo al sexo, en cambio Juan Carlos me pasaba la lengua desde el culo hasta el clitoris, sin dejar nada en medio sin chupar. Tuve una torrencias corrida y el siguió comiendome como si nada, es más metió dos dedos en mi cuca y me hizo estremecer aún más. fue un larguisimo orgasmo, no dejaba mi cuerpo de convulsionar.
Luego le dije que era mi turno, pero que quería hacerle sexo oral pero que quería tenerlo de pie, asi que yo me senté y el se quitó el resto de ropa, lo tenía como dios lo trajo al mundo, su verga estaba dura y casi parada verticalmente, le pase la lengua de abajo hacia arriba, como si fuera un chupete, luego la tragué varias veces, dándole buenas succionadas. Bajé a sus testiculos y los chupe como bombones, alli ya no aguantó él si se puso a gemir, al parecer le gustaba todo lo que yo le hacía.
-Jimena, ya no sigas más, me la vas a sacar, y lo que quiero es cogerte ya!- me dijo quitandome la verga de la boca.
Me puso de rodillas en el sofá con el trasero para afuera, me frotó la verga en toda la raja y cuando crei que me la metería, no aguantó y se puso a chuparme las nalgas y mi orificio del culo, -tienes un culo precioso!- me dijo mientras no dejaba de lamerlo. Nuevamente se levantó para poner su verga en mi raja y penetrarme, no dejó de empujarla hasta que me tuvo toda dentro de mi cuca. Su verga era más larga y gruesa que la de mi marido, eso era un hecho, me fue pistoneando, primero lento y luego con duras metidas que hacían sacar quejidos de la boca, pronto me puse a mil y comencé casi a gritar de gusto. Parecía un toro dandome fuertes arremetidas que tenía yo que aferrarme a la cabecera del sofá para sostenerme.
-Que rico coño el que tienes Jimena!- me decía él, que por cierto emitía fuertes gruñidos como de animal salvaje. En un momento dejó de cogerme y nuevamente se agachó para abrir mis voluminosas nalgas y lamer mi culo de nuevo, al parecer esa parte de mi cuerpo le parecía interesante, después bajó a mi raja que ya destilaba buena cantidad de eyaculación mia. El me abrió la vagina con los dedos, su intención era meter la punta de su lengua en mi interior, sentí su musculo viscoso entrar un poco en mi cuca, fue riquisimo, lástima que solo fue un pequeño lapso de tiempo, pues rapidamente se puso de pie y me volvió a penetrar con su borbollante verga. Yo con todo eso ya estaba a nada de volverme a correr y me dieron ganas de chillar de placer, más me pistoneaba Juan Carlos al oir mi chillido.
También Juan Carlos estaba a nada de eyacular su leche en mi interior, me tomó de la cintura y metiendo su verga al fondo sentí como eyaculaba dentro de mi. Grito y gimió de gusto de venirse en mi raja.
Pensé que después de esa tremenda corrida, pues al ponerme de pie una gran cantidad de su semen cayó de mi raja al suelo, él descansaría un rato, pero no fue asi, se sentó pero solo para pedirme que me sentara sobre su verga de frente a él para cabalgarlo sentado, me fui colocando y tomando su verga me la puse en mi raja y por la corrida de él y mi alta lubricación su verga desapareció de nuevo en mi interior, luego nos besamos ardientemente, me mamó de nueva cuenta los senos y pezones y me dijo que lo cogiera. Asi que me puse a moverme con su verga adentro, lo cabalgué rico, moviendome por ratos lento y por ratos rapidisimo, como queriendo comerme su verga con la cuca. El estaba tan excitado que su chupada de tetas se volvió dura, luego me daría cuenta que me dejó marcas en mis dos senos cerca de los pezones.
Mi propia cabalgada me llevó irremediablemente a otro rico orgasmo. Luego me colocó en cuatro de nuevo, pensé que le gustaba coger en esa posición, pero la intención era mi ojete del culo, me puso su rígida verga en mi ano y comenzo a metermela, para mi eso no era nuevo, pero nunca con una verga tan gorda, asi que le dije que se fuera despacito, asi lo hizo, fue empujándomela lentamente hacia el interior de mi recto, luego de meterme la mitad comenzó a moverse dentro de mi culito, mi ano estaba totalmente dilatado para aceptar ese pedazo de carne dura. En eso estabamos y ring que suena el teléfono a un metro de nosostros sobre una mesita al lado del sofá, Juan Carlos estira su brazo y lo jala, y resulta que era su mujer!, lo llamaba para ver como estaba, si ya había cenado, etc. el le constestó tranquilo, detuvo su mete-saca en mi culo y sin sacarmela, se puso a hablar con ella, yo para molestarlo un poco, comencé a mover mi culo para adelante y para atras, para meterme yo misma su verga, el se sonrió conmigo y despidiendose me siguió cogiendo. Si supiera su mujer donde estaba metida la verga de su marido mientras hablaban. Pero asi es la vida.
Minutos después, Juan Carlos me daba unas tremedas arremetidas contra mi dilatado ya ojete del culo, creo que la llamada de su mujer le sirvió de catalizador, porque sentí que su verga era más dura y que la metía hasta donde nunca nadie había llegado jamás. Lo que siguió fue su explosión, me rellenó el culo de leche, que éste salía por la comisura de mi esfinter. y Juan Carlos bufaba como un ternero herido.
Lo siguiente fue que luego de vestirnos y tomar otra copa de vino, charlamos y él me pidió que me quedara el resto de la noche, pero yo estaba cansada, asi que decidí irme a mi casa, muy satisfecha, algo que no sucedía desde hace años.
Ese fue mi primer paso, luego de eso me volvi activa sexualmente hablando, sin compromisos, claro está. Mi máximo alcance fue hacerlo con dos hombres a la vez, el sueño de toda mujer cachonda como yo, pero eso será una segunda parte de mi revancha, espero que sigan pendientes.
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