Mi suegro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Adriana, 25 años, casada, sin hijos, mi marido y yo vivimos en casa de su padre, ya que tiene una casa muy grande a las afueras de Buenos Aires y él es divorciado.
Gerardo, mi marido, trabaja en una multinacional, es un hombre que todo lo tiene que planear, no le gusta improvisar nada, hasta para hacerme el amor lo planea, y su forma de ser, tan serio, me aburre bastante, en cambio, mi suegro es todo un personaje, lleno de tatuajes, pelo largo, barba tupida y larga, una tremenda moto.
Mi suegro es el clásico hombre que vive el hoy, el momento, y eso me encanta.
Una tarde viene Gerardo y me dice que tiene que viajar a Montevideo, que va a estar unos quince días fuera de casa, yo le dije si podía ir con él, pero me dice que no, que tiene que viajar dentro del país también y que no va a tener tiempo para mi.
Cuando se fue, me quedé sola en casa, con mi suegro, "heee, vamos a cambiar esa cara, esta noche nos vamos de joda", me dice mi suegro, dándome una lata de cerveza, "y a donde vamos?", le dije, tomando un trago, "que se yo, a donde nos lleve el destino", me dijo, dándome una palmada en las piernas.
A eso de las ocho de la noche, me dice Eduardo, que así se llama mi suegro, que me apronte que nos vamos.
Él estaba con una pantalón vaquero todo gastado, unas botas texanas, una camiseta y un chaleco sin mangas.
Es el tipo mas libre que conocí en mi vida, yo me puse unos jeans, unas zapatillas y una campera de cuero.
Paramos en todos los bares que encontramos en la ruta, comimos asado, tomamos cerveza hasta que yo estaba bastante mareada, fue una noche increíble, como me divertí.
A eso de las 4 de la mañana llegamos a casa, yo estaba bastante en pedo, "si no fueras mi suegro, que noche para terminar cogiendo", le dije riendo y tomando mas cerveza.
Cuando quiero acordar, mi suegro me estaba abrazando y me besó la boca, metiendo su lengua dentro, mi cuerpo estaba bien pegado al de él, "que pedazo de beso me diste", le dije, ahora besando yo a mi suegro, mientras sus manos me acariciaban toda y me empezaba a desnudar.
Entre besos y besos, quedé desnuda y me fui dejando caer sobre la alfombra del salón de la casa, con mi suegro entre mis piernas.
Me volvía loca como me chupaba las tetas, como levanta el cuerpo y se baja el pantalón, dejando que siento se pija contra mi concha.
Empecé a gritar y a gemir de placer cuando mi suegro me empezó a meter la pija, que delicia sentir como su pija se metía toda en mi concha, yo estaba de piernas abiertas y bien levantadas, sintiendo la pija de mi suegro entrar y salir de mi concha, disfrutando de como me estaba cogiendo, "si, así Eduardo, que bien me estas cogiendo", le decía sin bajar las piernas, "que mal cogida que estas", me decía mi suegro metiendo y sacando su pija, haciendo que mi concha se moje mucho mas de lo que ya estaba, "si, muy mal cogida, tu hijo no me coge bien", le dije, atenazando mis piernas en su cintura.
Eduardo me besaba la boca, me chupaba las tetas, no dejaba de hacer que su pija entre y salga de mi concha, yo estaba que deliraba de placer, hasta que siento como le clavo las uñas en la espalda y me empiezo a acabar, gritaba, me retorcía entre sus brazos, sentía que me estaba muriendo del polvo que me estaba echando, Eduardo me besa la boca y me clava bien la pija en la concha y siento los chorros de leche caliente de mi suegro llenando mi concha.
Como gritamos, disfrutando de como nos estábamos acabando juntos.
Eduardo da un largo suspiro y saca su pija de mi concha y poniéndose en pie me la mete en la boca, que yo se la limpie de leche con mi lengua, "vamos a mi cama", me dijo, ayudándome a poner en pie, "me vas a seguir cogiendo?", le dije sintiendo como la leche de mi concha se escurría por mis piernas, "y a vos que te parece?", me dijo, volviendo a chupar una de mis tetas.
"Vamos", le dije agarrando su pija que estaba medio flácida.
Yo me tiré en su cama, viendo como se terminaba de desnudar, así parado en el borde de la cama, me agarra de la cabeza y hace que le chupe la pija mientras sus manos jugaban con mis tetas, "que pija que tenes", le dije besando la cabeza y volviendo a meterla en mi boca y se la seguí chupando, escuchando como gemía de placer.
Se acuesta a mi lado y nos empezamos a besar, me hace poner de espaldas para arriba, empezando a besarme toda y bajando hasta mis nalgas, me da varias mordidas en las nalgas, las besa, las abre y me hace gritar cuando siento su lengua en mi ojete.
Yo gemía y movía mi cola para los costados mientras mi suegro me chupaba el ojete.
Me hace poner boca arriba, me acerca al borde de la cama, me levanta las piernas y siento como acomoda su pija contra mi ano, haciendo que de un pequeño grito de dolor cuando me la empieza a meter en la cola, sentía como mi ano se abría y su pija se metía mas y mas adentro de mi cola, "que te estoy haciendo?", me dijo lamiendo mis pies y moviendo su pija en mi cola, "me estas rompiendo el orto", le dije, dando un gemido de placer cuando sentí que me la había metido toda, "que rico, como te rompí la cola", me dijo, moviendo su pija bien adentro de mi cola, haciendo que gima de placer, "si Eduardo, clávame bien adentro tu pija, rompéme bien el ojete", le decía moviendo mis caderas y sintiendo como mi suegro movía su pija dentro de mi cola.
Me saca la pija de la cola y me hace poner en cuatro en el borde de la cama, me abro las nalgas y empieza a gritar cuando mi suegro me vuelve a meter la pija en la cola, "si, así, rompéme bien el ojete, hacéme cagar con tu pija", le gritaba disfrutando de como mi suegro me estaba cogiendo la cola.
Mis tetas iban y venían a medida que mi suegro me serruchaba el ojete con su pija, hasta que me la clava bien adentro y siento como latía la pija dentro de mi cola, yo me meaba de placer, me estaba acabando como una yegua, mi suegro me había matado con la cogida que me había dado.
Me la saca de la cola y se acuesta a mi lado, nos abrazamos y nos dormimos así, yo estaba llena de leche, la cola, la concha, que más podía pedir.
Al otro día nos levantamos y nos estábamos bañando junto, me hace poner de rodillas y me mete la pija en la boca, haciendo que se la chupe hasta que se acabó en mi boca, yo estaba loca tragando su leche, al fin estaba con un hombre de verdad.
Los quince días que mi marido no estuvo en casa, mi suegro y yo nos pasamos cogiendo, me cogió por todos lados, en todos lados, le chupa la pija hasta que me dolían las mandíbulas, nos íbamos en la moto y cogíamos donde sea, estaba siempre llena de leche.
Con mi marido en casa, cuando no está, que está en la oficina, yo siempre estoy clavada en su pija, ya no me importa si mi marido me coge o no, total tengo la pija de mi suegro para que me de placer.
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