Mi terapia con Karla 2.
La segunda parte de mi fantasía con Karla la psicóloga. .
Después de haber tenido esa increíble experiencia con Karla me sentía aun incrédulo, es decir, había pasado, pero fue tan repentino que no me lo podía creer.
Al siguiente día, llegue al trabajo como de costumbre en mi coche, a Karla la va a dejar todos los días su esposo, pero no la va a recoger, por esa razón siempre le doy un aventón. En fin, me sentía impaciente por verla, no sabia como seria la relación con ella en adelante. Finalmente, Karla llego a la escuela cuando yo estaba ya dando la primera clase del día, y así paso el tiempo hasta la hora del receso. Por fin la vi cuando entró en la sala de maestros donde yo me estaba almorzando y platicando con otra compañera. Karla me vio y me sonrió y me saludo como siempre, parecía como si nada hubiera pasado el día anterior, el receso termino y retome mis actividades y el día en la escuela llego a su fin.
A la hora de la salida como de costumbre yo me encontraba alistándome para irme cuando Karla entro en mi cubículo y con su dulce voz me pregunto si le podría dar el aventón como todos los días, a lo cual yo respondí que sí. Ella salió de mi cubículo y se fue al suyo por sus cosas, minutos mas tarde nos encontramos donde mi coche. Subimos y empezamos el recorrido.
Yo me sentía un poco tenso, no sabia que decir, pero a los pocos minutos Karla por fin comenzó a hablar.
- Todavía me duelen las piernas después de lo de ayer profe, estivo increíble
Así sin más, sacó a relucir el tema, lo cual me alivio la tensión que sentía y de inmediato comencé a hacerle la plática.
- Jaja, Yo aun no puedo creer lo que paso
- Pues si fue algo repentino, pero si paso profe y bueno, de eso quería hablar con usted
- Pues, dime.
- Ayer le dije lo que pienso al respecto, es decir soy una mujer casada pero no veo nada de malo en sentirme atraída por otras personas y aún más, en llegar a tener algo como lo que paso ayer entre nosotros, la verdad era algo que quería que pasara con usted y ahora que se dio me encantaría mantener así nuestra relación, claro si usted está de acuerdo.
- Pues pienso que seria un poco peligroso, me refiero a que pasaría si tu esposo nos descubre.
- Mire, por eso no se preocupe, el confía demasiado en mí, no olvide que soy psicóloga y se como decirle las cosas, se como mentir y todo eso, el pasa casi todo el día en su trabajo así que yo tengo mucho tiempo para poder andar de traviesa con usted.
- Aun así, no puedo dejar de pensar que es algo riesgoso, pero al mismo tiempo la tentación de poder ser tu amante me consume…
- Pues no se diga mas profe, vamos a tener esta aventura y disfrutémosla
Al momento de terminar de balar Karla se acercó a mí y me comenzó a hacer mimos y a dar besos mientras manejaba, y la muy traviesa comenzó a acaricia mi paquete sobre el pantalón provocándome una gran excitación, yo también puse mi mano sobre su pierna y comencé a acariciarla. Llegamos al lugar donde siempre la dejo, afuera del cuarto que rento, ella siempre se va caminando de allí a su casa que no esta muy lejos. Pero ese día las cosas fueron diferentes. Bajamos del auto y esta vez Karla no se despidió como siempre, de hecho, dejos sus cosas dentro de mi coche y de inmediato se acercó a mí y abrazándome comenzó a darme unos besitos en la boca, por excitante que eso fuera me produjo un poco de pavor pensar que alguien que nos conociera pudiera vernos. Karla noto mi tensión y se ríos de una manera muy dulce y picara. Me soltó y me dijo.
- Tranquilo profe, ya le dije relajase y disfrute, a poco no es emocionante pensar lo que estamos haciendo.
- Si Karla, pero…
- Ya pues, mejor porque no me invita a pasar a su cuarto allí estaremos solitos y sin temor a ser vistos.
Como podía negarme, si todo lo que Karla dice con esa dulce voz me resulta hipnotizante.
- Pero, ¿no tienes que llegar a tu casa?
- Pues mi esposo está en su trabajo, así que por eso no hay prisa y no tengo citas en el consultorio hasta las 6, así que tenemos algo de tiempo…
Karla no tuvo que decir más, de inmediato nos dirigimos a mi cuarto y entramos en él. Es un cuarto que tiene lo básico, de tamaño regular, una cama, un sofá, baño y los muebles usuales básicos. Karla llevaba un pantalón de mezclilla azul claro muy ajustado, zapatos deportivos y una playera gris. De inmediato comenzó a besarme como loca y yo a corresponderla.
No paso mucho tiempo para que la ropa empezara a caer al suelo, mutuamente nos fuimos desvistiendo hasta quedar completamente desnudos, ella comenzó a tocar mi verga de una manera muy rica, jalándola suavemente mientras yo la abrazaba tomándola por el culito apretando sus hermosas nalguitas. Mi verga empezaba a endurecerse.
- Me encanta sentir como se le para la verga en mi mano profe.
- Oh si Karlita, que rico me la acaricias
Después de un rato Karla me llevo a la cama e hizo que me acostara, ella de inmediato se puso como perrita delante mío y comenzó a chupármela. Yo la miraba como se devoraba mi miembro mientras acariciaba mis huevos, tenia el cabello recogido en una cola de caballo y podía admirar su hermosa carita con sus ojitos cerrados disfrutando mi verga.
Después de un rato Karla levanto la cabeza mirándome, sonrió y dijo
- Me encanta su verga profe, esta deliciosa
- Y a mi me encanta como me la chupas. Tenias toda la razón, ahora se que mi ex no era la mejor haciéndolo, tú lo haces mucho mejor.
- ¿en verdad? O solo lo dice para adularme
- Siendo psicóloga te darias cuenta si te miento Karla, ¿no es asi?, es solo la verdad
- Mmm, profe me encanta…
Después de un rato de seguir chupando mi verga Karla se levanto sobre la cama y se acomodó sobre mí a la altura de mi cara, de inclino y comenzó a darme a chupar su hermoso y jugoso sexo, yo lamia y besaba esa vulva morenita, su néctar embarraba mi nariz, Karla gemía como una perrita en celo y me pedía más. En ese momento comenzó a sonar su teléfono, y los dos volteamos a vernos, ella se levanto y se bajo de la cama, separo a un lado y tomo su teléfono que estaba sobre el cajón.
- Es mi esposo, me dijo mientras ponía su dedo en los labios indicándome que guardara silencio.
Karla contesto el teléfono al mismo tiempo que se sentó en la orilla de la cama y con la mano que tenía libre comenzó a masturbarme mientras sonreía y me guiño un ojo.
- Hola mi amor, no, aun no salgo de la escuela, necesito terminar unos reportes… No, no te preocupes el Profe me va a dar un aventón como siempre, si el también tiene unos pendientes que hacer y también se va a ir un poco tarde… si claro mi amor yo paso a recoger tu ropa de la tintorería… Ok mi amor, te veo al rato, te amo mi cielo un beso…
Yo sonreía mirando a la traviesa Karlita mientras hablaba con su esposo. Al terminar la llamada Karla comenzó reír de una manera muy traviesa, coloco su teléfono nuevamente en el cajo y se acostó junto a mi en la cama mientras seguía jalándome la verga con su manita.
- Si estas en la escuela todavía, como no
- Jaja, ay profe, que prefería que le dijera a mi esposo, esto en el cuarto con el profe me estaba comiendo la panochita y nos interrumpiste jaja
- Jaja, claro que no.
Karla comenzó a besarme mientras seguía recostada juntos a mi jalándome la verga y yo acariciaba su panochita.
- Le voy a decir una cosa profe. Ayer le dije que mi esposo es muy malo en la cama.
- Si, si lo recuerdo.
- Bueno, no solo es muy malo, no es nada cachondo, sabe que nunca le he chupado la verga, ni el me ha hecho cosas ricas.
- ¿Qué?, ¿Cómo así?
- Pues si profe, desde que nos casamos he querido hacerlo, pero el siempre me dice que esas cosas son sucias, que solo las hacen las putas, no una mujer casada
- ¿Y tú qué piensas de eso?
- Pues que tiene razón en algo,
- ¿en qué?
- En que eso lo hacemos las putas jaja
- ¿A. sí?
- Claro profe, no le parece que soy una puta aquí poniéndole los cuernos a mi esposo con usted, disfrutando de lo que el no me da, ni me hace sentir mujer como usted.
- Jaja, pues ahora que lo dices, creo que tienes razón
- Si profe, ahora soy su putita. Así que hágame lo que quiera…
Y así, Karla y yo continuamos con nuestra sesión de sexo, yo pensaba que el pobre de su esposo ni se imaginaba lo que estaba haciendo con su esposa y eso me excitaba aún más.
Karla estaba acostada en la cama mientras lo la martillaba con furia mientras tenia sus piernitas en mis hombros y ella se apretaba sus pechos haciendo unas caras hermosas de placer gimiendo como perra en celo. Después de un rato le saqué la verga y me puse de pie sobre la cama. Karla de inmediato se arrodillo y empezó a darme una rica mamada, nuevamente tragándose toda mi verga y asfixiándose con ella, bañándola de saliva mientras yo con mis manos empujaba su cabeza llevándola a los límites, haciendo que mi verga completa permaneciera dentro de su boca hasta el punto que ella tenia que zafarse empujando con sus manos para poder respirar, eso parecía excitarla demasiado.
Después de un rato Karla se puso de pie y comenzó a besarme mientras me jalaba la verga y yo manoseaba su hermoso culito. Su carita llena de saliva me resultaba muy excitante. Excitada y con una voz muy dulce Karla me dijo.
- Me hubiera gustado perder la virginidad con usted profe, claro no llegue virgen al matrimonio, pero cuando fui su alumna hubiera sido increíble perder mi virginidad con usted.
- Hubiera sido un placer para mi romperte la panochita por primera vez
- Pero sabe, aun puedo perder una virginidad con usted y me encantaría que lo hiciera
- a, ¿sí?, ¿Y cómo es eso?
- Aun soy virgen del culo, y me encantaría que me lo reventara esta hermosa vergota
- Mmm, ¿eso quieres?
- Si profe, lo deseo, ¿me desvirginaria el culo?
La manera en que me lo pidió, con una mirada inocente y picara y esa dulce voz me enloqueció. Como podría a ver disco que no.
- Encantado Karlita, será un honor y un placer hacerlo
De inmediato Karlita se puso como perra sobre la cama, y yo me arrodillé detrás de ella, primero comencé a comerle ese hermoso culito moreno, besaba y lamia sus nalguitas y con mis manos las abría dejando ver ese precioso hoyo bien negrito, lo lamia y los escupía haciéndola gemir de un gran placer.
Pasados unos minutos me levante y tomando mi verga con la mano la acomode en la entrada de su ano.
- ¿estas lista Karlita?
- Mas que lista profe, adelante rómpame el culo.
Comencé a introducir mi verga en su culo, tarea que no fue tan sencilla, como la lo he dicho Karlita es una mujer bajita, pequeña y ese agujerito no fu tan fácil de penetrar, Karla gritaba de dolor, pero también de placer, para cuando mi verga por fin estaba dentro de ese culito Karla derramaba unas lágrimas, pero aun así gemía como puta. Comencé a bombearla con suavidad mirando como mi carne entraba y salía lentamente de ese culito mientras mis manos tomaban con firmeza sus nalguitas, Karla gemia de una manera tan rica.
- Uff, ay profe que rico, que rico no pare, démela toda en el culo.
- Si Karlita, ¿te gusta?
- Es deliciosoooo
- Te vez hermosa como una perrita
- Soy su perrita profe si, si
Poco a poco la fui martillando con mas fuerza hasta que ya la bombeaba con furia el sonido de mi pelvis chocando con su culito era estremecedor, combinado con los gemidos de ambos.
Después de un rato de darle por el culito le saque la verga y la pase a su panochita mientras seguía dedeando su ano. Karla se estremecía y podía ver y sentir su cuerpo vibrar. Finalmente al sentir que esta apunto de correrme, saque mi verga de su panochita y comencé a frotarla en su culo, Karla comprendió que estaba apunto de venirme y comenzó a mover su culito como una perrita moviendo su colita, lo que me hizo venir mas rápido, expulsando un fuerte chorro de leche que cayo en su culito y su espala, me exprimí la verga bien hasta sacarme la última gota de leche y Karlita con su manita comenzó a recoger la que podía y a llevársela a la boca. Después me recosté en la cama y Karla a un lado mi comenzó a acariciarme la verga.
- Estuvo increíble profe, todavía me está doliendo el culo, pero fue delicioso
- Increíble Karlita, que honor y que placer me acabas de dar, poder quitarte la virginidad del culo.
- No cabe duda que es usted un verdadero hombre, no como ese que tengo en la casa que no sirve para nada jaja.
- Que mala eres Karlita, pobre de tu esposo ni se imagina que su esposa va a llegara a su casa con el culo roto jaja
- Y la mala soy yo, jaja usted también es un cabron profe, pero no me diga que no es excitante esto
- Verdaderamente es muy excitante Karlita…
Después de un rato de charla ya era hora de que Karla se fuera así que se vistió y se fue, despidiéndose de mi por el momento. Porque lo nuestro aun no ha terminado…
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