MIS ANTOJITOS DE EMBARAZADA PARTE 2 (don Jacinto)
continuación del relato de mi buena amiga.
Un día llegué en la mañana a la casa de don Jacinto, que a la vez funciona como su taller de sastrería… lo que llamó mi atención, es que la puerta estaba cerrada, me toco golpear y esperar a que don Jacinto abriera
Yo – buenos días don Jacinto
Jacinto – buenos días mi señora, en que le puedo colaborar
Yo – mucho gusto don Jacinto, mi nombre es Gloria, yo vivo acá cerca y vengo aquí porque creo que usted es el único que me puede colaborar
Jacinto – pase adelante vecina, bien pueda
Yo – gracias
Don Jacinto es medio gordo y medio calvo, no es muy alto y su cabello canoso delata su edad, se nota que le falta un diente, pero está bien vestido y limpio, su taller de modistería era sencillo, pero bien aseado y lo que me importaba a mí, era que no se veía desde afuera hacia a dentro y no había más gente o empleados allí… por mi parte, yo estaba vestida un poco formal, con un colorido vestido de embarazo hasta arriba de la rodilla, eso sí un poco escotado, dejando ver buena parte del canal que separa mis tetas que siguen creciendo sin parar, un brasier de encaje que a duras penas logra contener ese par de melones, dejando ver un poco las aureolas oscuras que rodean mis pezones, y también, una tanguita pequeñita negra medio trasparente que tapa muy poco de mí intimidad y unas sandalias bajitas pero destapadas que dejaban lucir mis pies… como es apenas lógico, ese día no me puse la salchicha ni nada de eso, no quería que don Jacinto se infartara en el primer día.
Yo – trabaja usted solo ???
Jacinto – si señora, yo soy pensionado y hago esto más por entretenimiento, por eso trabajo a puerta cerrada y solo para gente del barrio que conozco
Yo – está muy bonito su taller don Jacinto
Jacinto – gracias doña Gloria, lo tengo hace varios años y poco a poco lo he ido mejorando
Me invitó un café y nos sentamos en un sofá muy cómodo que había allí y nos pusimos a hablar
Yo – como le decía don Jacinto, creo usted es la única persona que me puede ayudar
Jacinto – claro que si doña Gloria… necesita un nuevo traje para su marido ????
Yo – no precisamente, es algo muy diferente y especial
Jacinto – cuénteme entonces señora, como puedo ayudarla
Yo – pero primero debe prometerme que esto va a quedar solo entre nosotros dos y nadie más… es que me da pena comentarlo con la modista que conozco y sé que ella le va a ir con el chisme a todo el barrio
Jacinto – tranquila doña Gloria, tiene mi palabra y mi total discreción
Yo – gracias don Jacinto… lo que pasa es que me he dado cuenta que mi esposo ha cambiado mucho conmigo, especialmente, más ahora que estoy embarazada, parece que ya no me ama como antes, yo creo que ahora que estoy barrigona y fea ya no le gusto
Jacinto – pero usted es muy bonita doña Gloria, y creo que el embarazo lo que hace es realzar su belleza
Yo – gracias don Jacinto, es usted un caballero… pero creo que mi esposo no piensa igual… ahora llega tarde en las noches y bastante tomado y no me quiere ver ni tocar… y he podido averiguar, que ahora se la pasa bebiendo con sus amigos todos los días donde las prostitutas
Jacinto – ya veo doña Gloria… pero no sé cómo puedo ayudarla… quiere que hable con su esposo ???, el problema es que ni si quiera lo conozco
Yo – no don Jacinto, no se trata de eso… es que después de mucho pensarlo, he llegado a la conclusión, que… si a mi marido le gusta ir donde las prostitutas… entonces yo me voy a convertir en una de ellas… para ver si así le gusto un poco y poder salvar mi matrimonio… yo hago lo que sea por salvar este hogar, si a mi marido le gustan las putas, entonces yo quiero convertirme en una puta
Jacinto – me parece una idea bastante interesante
Yo – quiero vestirme como las putas de la calle, con ropa bien mostrona y atrevida… pero no encuentro nada que me ajuste… solo encuentro ropa formal de maternidad y no encuentro nada interesante… entonces quiero hacerme varios vestidos bien sexys, atrevidos y seductores, pero sobre medidas… y ahí es donde usted entra don Jacinto
Jacinto – pero vecina, yo nunca he confeccionado ropa para mujer… yo solo hago trajes de paño para hombres
Yo – por favor don Jacinto, usted es el único que me puede ayudar… como le digo, si voy donde la modista que conozco, sé que le va a ir con el chisme a todo el mundo y yo voy a quedar como una cualquiera ante todo el barrio y mi familia
Jacinto – no se doña Gloria, no podría garantizarle el resultado de los vestidos… nunca he hecho algo parecido
Yo – yo sé que lo va a hacer muy bien don Jacinto, usted ya tiene nombre en el barrio por sus trabajos, solo usted puede ayudarme, solo usted puede salvar mi matrimonio
Jacinto – está bien mi señora, pero tendrá que tenerme mucha paciencia, será la primera vez que hago algo para una dama
Yo – gracias don Jacinto, no sabe cómo le agradezco, ya verá que no se va a arrepentir, se lo aseguro
Jacinto – y cuando quiere que empecemos????
Yo – ahora mismo, es mi matrimonio el que está en juego y no quiero perder tiempo… quisiera que tome mis medidas hoy mismo, para que pueda empezar a trabajar
Jacinto – bueno mi señora, entonces póngase de pie y yo traigo el metro de modistería y la libreta de apuntes
Pronto don Jacinto, estaba muy formal tomándome las medidas de la espalda, los brazos, el pecho, de mi cintura y mis caderas y anotando todo en su libreta mientras yo permanecía de pie frente a el
Yo – pero don Jacinto, yo he visto que mi modista me toma la medida exacta de mis pechos para que el escote quede bien sobre medidas
Jacinto – ya tengo la medida de su pecho señora
Yo – pero yo digo de cada pecho… ella me toma la medida de cada pecho
Jacinto – perdóneme señora, es que yo no tengo experiencia haciendo vestidos para dama
El viejo tenía el metro en la mano frente a mí, sin saber cómo tomar la medida ni saber que hacer… entonces yo misma me saque las tetas por fuera del escote y del bra, dejándolas totalmente expuestas y a la vista de don Jacinto… él se quedó con la boca abierta, mirándome fijamente los pezones oscuros y parados que tenía para ese momento y que apuntaban precisamente a sus ojos
Yo – ahora si puede tomar bien la medida… mi modista siempre mide bien el diámetro de cada seno
Don Jacinto tomó el metro y lo puso alrededor de la base de una de mis tetas, y anotó en la libreta
Yo – pero recuerde don Jacinto, que yo quiero los vestidos bien ajustados, apretados, escotados y que resalten mis senos… así como visten las golfas de la calle
Entonces el pobre viejo volvió a enrollar el metro alrededor de mi teta, pero esta vez apretando bastante el seno, haciendo que este se pare más y resalte mucho mas
Yo – uuuummmm… eso es don Jacinto… ssssiiiii… así está mucho mejor
El viejo anoto en la libreta la medida y de inmediato repitió el proceso en la otra teta, pero con mucha más confianza y hasta pude sentir sus manos rozándome la piel del seno mientras apretaba fuertemente la teta, como si la tuviera amarrada con una cuerda
Jacinto – pero doña Gloria, entonces voy a necesitar tomar la medida de sus pezones también, para que el vestido le quede perfecto
Yo – tiene toda la razón, yo sabía que usted es un profesional y que no me equivocaría en venir aquí
Entonces tomó el metro y lo puso en uno de mis pezones, tratando de medir el largo, (y son bien largos), y luego alrededor del pezón tratando de medir el diámetro… claro que agarrando bien y manoseando bien las tetas, cada vez con más descaro… yo en mi inocencia me dejaba hacer, como si no estuviera pasando nada malo, eso sí, podía sentir como se me empezaba a mojar la entrepierna de la excitación y los pezones se ponían cada vez más duros
Jacinto – también necesitaré la medida de la distancia entre pezones
Yo no decía nada, solo le dejaba hacer… don Jacinto estaba dejando salir el viejo pervertido y manilargo que lleva dentro y eso me encantaba… tomó el metro y con sus dedos me agarro fuerte los pezones… ya ni si quiera anotaba nada en la libreta… luego que termino de manosearme las tetas, acerco una pequeña butaca y me ayudo a subir y empezó a tomarme las medidas de mí ya un poco protuberante barriga… yo no hice nada por cubrirme las tetas y solo le dejaba hacer
Yo – yo creo que por estar tan barrigona y fea es que mi esposo ya no me quiere ni ver
Jacinto – pero doña Gloria, tiene usted una barriga hermosa, creo que le luce muy bien la maternidad
Yo – ojalá mi esposo pensara igual
Me tomó la medida de la cintura alrededor de mi barriga y luego paso a las caderas, sintiendo como sus manos me tocaban las nalgas disimuladamente… luego el viejo ya con más confianza, tomó un extremo del metro con una mano y lo puso en mi talón del pie y con la otra mano empezó a subir con el metro por la parte de atrás sobre toda la superficie de mi pierna, metiendo su mano por debajo de mi vestido, levantándolo todo, hasta llegar a la cintura… tenía su rostro a escasos centímetros de mi culo, escasamente cubierto con la tanguita negra que se perdía entre mis nalgas, con el vestido levantado por detrás hasta la cintura, sintiendo como acomodaba el metro y me sobaba la nalga cada vez con más descaro… y como yo no decía absolutamente nada, don Jacinto termino de levantarme el vestido por arriba de la cintura
Jacinto – doña Gloria, por favor necesito que sostenga el vestido aquí, para poder tomar mejor las medidas
Yo – sí señor, como diga… usted sabe de estas cosas mejor que yo
Me sujeté el vestido alrededor de mi barriga, dejando a la vista del viejo pervertido, todas mis piernas y mis partes íntimas, cubiertas por esa diminuta tanga trasparente que no cubre nada… don Jacinto empezó a tomar las medidas de mis nalgas, de lado a lado, de arriba abajo, claro, manoseándome descaradamente el culo, mientras yo me inclinaba un poco hacia adelante levantando más mis nalgas, para que el pobre hombre pudiera hacer mejor su trabajo
Yo – por cierto, don Jacinto… también quiero que me haga un pantalón, pero que me quede bien apretado, especialmente entre las piernas… ya me di cuenta como a mi marido le gustan esas perras que se le marca toda la entrepierna con esas lycras que usan, que no dejan nada a la imaginación
Jacinto – ok, créame vecina que yo sé a qué se refiere… pero para eso, necesitaré otras medidas adicionales
El viejo morboso ese, se paró frente a mi… mi raja estaba a poca distancia de su cara, solo separados por la tanga esa, que a estas alturas ya estaba súper empapada en mis jugos
Jacinto – necesito que separe las piernas un poco doña Gloria
Yo separe las piernas, pero no mucho, porque la butaca me impedía separarlas más… entonces el viejo tomó el metro y puso un extremo en la parte interna de mi pie, y con la otra mano, tomó el otro extremo del metro y lo subió hasta encajarlo en toda mi entrepierna… acomodando la mano para quedar sobre mí ya empapada concha… moviendo la mano descaradamente sobre mis labios que se escapaban de la tanga por completo
Jacinto – estas medidas son claves para ese pantalón que usted quiere vecina, le va a quedar justo a la medida
Acto seguido, tomo mi tanga de los lados y empezó a deslizarla hacia abajo, hasta dejarla a mitad de mis muslos… tomó el bendito metro y empezó a tomarme medidas de mi depilada cuca… yo no decía palabra alguna… él debe ser un profesional y sabe lo que hace… me tomo la medida desde el ombligo hasta el comienzo de la raja, trataba de tomar la medida de lado a lado entre las dos piernas, aprovechando para darme una buena y deliciosa magreada, acercando cada vez más su cara, dándose cuenta de lo mojada que tenía la crica… luego de unos largos segundos de manoseo, en los que ni siquiera anotaba nada en la libreta, finalmente, extendió su mano, ofreciéndomela, para ayudarme a bajar de la butaca
Yo – gracias vecino
Una vez abajo, pensé que el viejo pervertido ese, ya había acabado su trabajo y solté el vestido, tapando nuevamente mi intimidad… claro, seguía con las tetas al aire y con la tanga a media pierna… pero entonces él se paró justo a mi lado muy cerca de mí, yo quedé de perfil frente a él, se agacho solo un poco y paso el metro por debajo del vestido, desde atrás hacia adelante, por entre mis piernas y la tanga, de un lado al otro, tomándolo por el frente con la otra mano… ahora el viejo ese tenía una mano en mi panocha y la otra mano en el culo y tiró hacia arriba el metro, haciendo que se me metiera en toda la raja y el canal del culo
Yo – aaayyyy… don Jacinto, que está haciendo
Jacinto – usted quiere que se le marque bien la entrepierna, cierto???
Yo – si señor
Jacinto – entonces necesito bien exacta esta medida
Justo al terminar de decir esas palabras, jaló más hacia arriba el metro, haciendo que se metiera más entre mis piernas
Yo – aaaaayyyyy… si don Jacinto, eso es… quiero que se meta bien entre la raja
Jacinto – así ???… o un poco más ???
Yo – ssssiiiiiii…. Un poco más don Jacinto, más adentro
El viejo mañoso ese, metió sus dedos entre el canal de mi culo y entre los labios de mi raja, jalando más el metro
Yo – uuuummm… eso es don Jacinto… ssssiiiii… quiero que se me meta bien entre esa raja y entre el culo… quiero verme bien puta
Don Jacinto ahora tenía un dedo metido entre mi raja bien adentro y otro dedo me lo metió descaradamente en el canal del culo… yo solo abría un poco más las piernas y movía suavemente mis caderas sobre sus manos
Jacinto – ya vera doña Gloria, la voy a convertir en toda una puta
Me saco el dedo de la concha y pude ver de reojo, como se empezaba a desabotonar el pantalón, mientras seguía con el dedo de la otra mano metida entre el ojo de mi culito… entonces, presintiendo lo que iba a pasar… le saqué la mano de entre mis nalgas, alejándolo de mí y me acomodé las tetas entre el vestido, arreglándome lo mejor que pude
Yo – perdone usted don Jacinto, pero acabo de recordar que mi hijo debe estar por llegar de la escuela y tengo que ir a recibirlo
El pobre viejo quedo ahí parado, con el metro en la mano y el pantalón a medio desabrochar
Jacinto – no se preocupe vecina, no hay problema, yo creo que ya tengo muy bien sus medidas
Terminé de arreglarme las tetas dentro del escote, pero seguía con la tanga enrollada a media pierna bajo mi vestido
Yo – bueno vecino, lo dejo entonces, usted me dirá cuando tengo que volver
Jacinto – para la semana entrante yo creo que le puedo tener ya algunos vestidos
Yo – perfecto… las telas y el color, se los dejo a su elección, entiéndame que yo no tengo tiempo para eso y usted sabe mucho más del tema que yo… y entonces, la semana entrante le traigo dinero
Jacinto – no se preocupe doña Gloria, ahí miramos como arreglamos cuentas… pero si quisiera pedirle un favor antes de que se vaya
Yo – de que favor se trata????
Jacinto – pues, verá doña Gloria… quisiera que me dejara su tanga… para usarla como muestra, para poder elaborarle otras más, para que le hagan juego con los vestidos nuevos
Yo – mi tanga???
Jacinto – si señora… es que, como le digo, yo nunca he hecho ropa para mujer… y pues necesitaría la tanga, porque nunca he elaborado algo así y me serviría mucho como guía
Yo – pretende que salga a la calle sin nada debajo ???… recuerde que soy una dama
Jacinto – pues vera doña Gloria, no sé si usted sepa, pero muchas de las prostitutas a las que se quiere parecer, andan por la calle sin calzones
Yo – de verdad don Jacinto ???
Jacinto – créame vecina… andan sin calzones y sin brasier las muy descaradas
Yo – bueno vecino, le voy a hacer caso, todo sea por salvar mi matrimonio
Como tenía enrollada la tanga a media pierna, no fue difícil meter mis manos bajo el vestido y terminar de bajarla hasta los pies, claro, con la desinteresada ayuda de don Jacinto, que me ayudo a terminar de quitármela
Yo – que pena con usted… esa tanga toda sucia y sudada, debe estar empapada de sudor
Jacinto – no se preocupe vecina que yo entiendo… y ya vera las tangas que le pienso confeccionar
Yo – yo confío en usted don Jacinto
Hubiera querido que ese viejo cochino me hubiera metido la verga ahí mismo, pero me pareció mejor dejarlo ahí con la verga bien parada, hasta mi próxima visita… así que me despedí y me fui, viendo como el viejo ese se guardaba la tanga empapada de mis jugos en su bolsillo, no sin antes darle una buena olfateada
Toda esa semana estuve entretenida con mi juguetico, y andando por la calle, con la salchicha entre el culo y los pezones por fuera del brasier… cada vez que me cruzaba con algún viejo, se me quedaban viendo las tetas y eso me recordaba a don Jacinto y eso me ponía más cachonda… varias veces puse mi juguetico sobre la silla del comedor y me sentaba sobre él, mientras mi hijo miraba la tv y yo gozaba como la puta pervertida que soy
A la semana siguiente, volví donde don Jacinto, esta vez sí quería sentir la verga de ese viejo bien adentro, ese día llevaba puesto un leggins negro, una blusa de maternidad y sandalias bajitas, no me puse tanga ni sostén, no lucia nada sexy la verdad… pero don Jacinto me atendió muy cordialmente y no me quitaba el ojo de encima
Yo – aquí le traje algo de dinero por lo que le debo don Jacinto
Jacinto – gracias doña Gloria… estuve trabajando en su vestuario toda la semana, ya le tengo listas varias piezas
Yo – gracias vecino, estuve esperando con ansias toda la semana… si le contara don Jacinto, las cosas no van bien con mi marido ni con mi embarazo
Jacinto – le puedo ayudar en algo con sus problemas???
Yo – déjeme probarme la ropa y luego platicamos
Jacinto – claro que si vecina, mire, aquí le tengo algunos vestidos listos, también le tengo listo el pantalón que usted quiere
Yo – gracias don Jacinto… déjeme probar el pantalón primero
El viejo me indicó un Vestier que tenía en el taller, con un perchero, una silla y una cortina tapando la entrada
Jacinto – pero para que le quede bien entallado, es mejor que lo use sin ropa interior vecina
Yo – no se preocupe vecino, desde la última vez que estuve aquí, usted me envió para la casa sin calzones y me quedo gustando, desde entonces ya no los uso
Don Jacinto se quedó mirándome con una sonrisa muy picara, yo cerré la cortina para cambiarme y procedí a ponerme el dichoso pantalón… era como un leggins de material lycrado, de color blanco, pude observar que le había puesto por dentro en la costura, como un elástico muy delgado, en toda la parte de la entrepierna y el culo del pantalón… la verdad si me quedaba bastante ajustado… cuando salí del Vestier, me paré frente a un gran espejo que hay en la pared y pude ver que de verdad ese pantalón se me metía por todas partes de una forma realmente escandalosa
Jacinto – uuummmmm… le queda perfecto vecina, se ve realmente hermosa
Yo me giraba de un lado al otro frente al espejo, viendo cómo se me marcaba la panocha perfectamente y como se me metía entre las nalgas
Yo – si parezco una puta de verdad???
Jacinto – doña Gloria, se ve usted como una autentica puta, como la más provocativa calienta vergas de todas
Yo – pero es que me veo muy barrigona
Jacinto – así barrigona dan más ganas de meterle mano y darle mucha verga vecina
Yo – usted cree don Jacinto ????
El viejo se acercó a mí por un costado y empezó a pasar sus manos sobre la superficie del pantalón, sobre las piernas y fue subiendo hacia mis nalgas
Jacinto – las medidas son perfectas, mire vecina, se acopla perfectamente a su cuerpo
Empezó a pasar sus manos por todas mis nalgas apretándomelas y con un dedo hizo que se me metiera más la lycra en medio del canal del culo, pude sentir como su dedo llegaba hasta la entrada del ano sobre la superficie del pantalón
Jacinto – mire doña Gloria, mire como se le mete bien entre el culo, así como usted quería
Luego pasó la otra mano entre mis piernas por delante, y con un dedo hizo que se me metiera más la tela del pantalón entre la raja, pude sentir ese dedo paseándose sobre mis clítoris, solo separados por la tela del pantalón
Jacinto – mire como se le mete ese pantalón entre la raja bien rico, así como las putas de verdad
Don Jacinto seguía con sus manos bien metidas entre el culo y la raja, manoseándome sin ningún pudor por encima del pantalón… yo me seguía moviendo y mirándome frente al espejo, no hice nada por retirar sus manos de mi cuerpo
Yo – ssssiiiiiii don Jacinto, así era que yo lo quería, que se me meta bien entre la raja y entre el culo y que se marque bien esa concha… muy buen trabajo vecino, me encantó, yo sabía que no me equivocaba con usted… ahora déjeme medir un vestido por favor, quiero ver cómo me queda
Tomé uno de los vestidos que estaba sobre la mesa, a la vez que don Jacinto me quitaba las manos de encima, me metí al Vestier y cerré la cortina… el vestido también era lycrado y bien pequeñito, color azul oscuro, cuando me lo puse, pude ver que el escote era tan amplio, que se me asomaban las aureolas de los pezones y era tan corto que a duras penas me cubría la entrepierna y se me pegaba a cada centímetro de mi cuerpo, de mi barriga, de mi piel… abrí la cortina del Vestier y me volví a parar frente al espejo, para ver mejor como me quedaba y de inmediato don Jacinto se paró detrás de mi, poniéndome las manos encima, manoseándome las tetas por encima del vestido
Jacinto – vea vecina como se le ven de ricas esas tetas con ese vestido
Me tomó las tetas por debajo, levantándolas, haciendo que se salieran los pezones por el escote
Yo – uummmm… me gusta mucho don Jacinto, así es que me quería ver, como la más puta de todas
Jacinto – el vestido es lycrado mi señora, así se le acomodará a la barriga a medida que le vaya creciendo, y mire como se le ve el culo de redondito
Me puso la mano en el culo por encima del vestido, manoseándome las nalgas por completo, yo seguía parada frente al espejo girándome de lado a lado
Yo – todo sea por salvar mi matrimonio… si le contara vecino… estaba esperando estos vestidos, para ver si así mi marido me voltea a mirar un poco… hace días que ni me toca… y el problema es que estuve en el control médico y la doctora me regañó
Don Jacinto seguía manoseándome el culo, esta vez por debajo del vestido mientras me miraba por el espejo
Jacinto – tiene algún problema con su embarazo doña Gloria????
Yo – todo va bien con mi bebé, pero yo si tengo un pequeño problema… la doctora me revisó y dice que tengo el canal vaginal muy estrecho, y que esto me puede afectar a la hora parto
Jacinto – canal vaginal estrecho???
Yo – imagínese don Jacinto… como mi marido no me ha tocado en todos estos meses, al parecer mi canal vaginal se está estrechando y puede ser un problema cuando vaya a dar a luz, para el paso del bebé… ya no sé qué hacer, por ahí estuve intentando ampliarlo un poco con una salchicha y una zanahoria… pero yo creo que eso no es suficiente
Don Jacinto ya me tenía metido un dedo en el canal del culo buscando mi ano, yo seguía parada frente al espejo acomodándome bien el vestido, como si nada estuviera pasando
Jacinto – pues vecina… si quiere, yo le puedo colaborar un poco… aquí tengo una buena salchicha, no sé si usted quiera probarla
Sin dejar de manosearme el culo por debajo del vestido, con la otra mano se abrió el pantalón y al momento salto afuera una verga que estaba totalmente parada, no era muy grande, pero sí bastante gruesa y venosa, la verdad, estaba más grande que la de mi marido, más grande de lo que yo pensaba para su edad… yo la miraba fijamente atreves del espejo y de inmediato la tomé con una mano acariciándola
Yo – uuummmmm… tiene usted muy buena salchicha don Jacinto, y está bien gruesa que es lo que necesito
El viejo mañoso ese, ya me tenía metido un dedo en el ano bien adentro
Jacinto – ahí la tiene a la orden vecina, por si la necesita
Yo – vecino, usted haría eso por mi ???
Jacinto – me encantaría colaborarle vecina, para que su embarazo sea normal
Yo – todo sea por salvar mi matrimonio y no tener problemas con mi embarazo
Jacinto – para eso estamos los vecinos mi señora, usted dígame no más como le puedo ayudar
Yo – pero primero déjeme limpiarla un poco don Jacinto, usted comprenderá que en mi estado tengo que cuidarme mucho
Acto seguido, sin soltar su verga de mi mano, lo llevé hacia el sofá, claro que el viejo pervertido ese me seguía manoseando el culo mientras caminábamos… nos sentamos y de inmediato me agaché sobre esa salchicha, metiéndomela en la boca, y empecé a mamársela sin ningún pudor… uuummmm… estaba caliente y muy gruesa, casi no cabía en mi boca, empecé a succionar y a masturbar, mientras el viejo ese, me volvió a agarrar el culo con una mano… como tenía los pezones asomándose por el escote, tome la verga y me acaricie los pezones con esa cabezota que empezaba a gotear líquidos al igual que mi concha y la seguí chupando, hasta dejarla bastante ensalivada
Jacinto – pero vecina, yo creo que también debemos limpiar bien la entrada de su vagina, para evitar cualquier infección
Don Jacinto se arrodillo frente a mí, me abrió las piernas y de inmediato metió su cabeza y empezó a pasarme la lengua por toda la concha, uuuuffffff… sentía delicioso, abrí más las piernas sobre el sofá y pude sentir como empezó a tratar de meter la lengua entre la raja y a pasarla sobre el clítoris, arrancándome punzadas de placer
Yo – aaaaggghhhhhh… tiene razón don Jacinto… por favor, déjeme bien limpia esa raja
Podía sentir esa lengua penetrándome, lamiéndome los labios, jugando con mi clítoris y hasta me metió un dedo en el culo sin dejar de darme lengua en esa crica… uuummmm… pude sentir un orgasmo muy rico, hasta que el viejo ese, se acomodó apoyándose en el sofá, colocando su verga en la entrada de mi chocho… yo misma tomé esa verga y puse la cabezota en la entrada de mí ya abierta jugosa y muy hambrienta chocha
Yo – con cuidado don Jacinto, recuerde que mi canal vaginal está un poco estrecho
Jacinto – no se preocupe vecina, solo le voy a meter la puntica
Inmediatamente empezó a meterme esa verga por el chocho… por mi barriga, no podía ver, pero si sentía como iba desapareciendo centímetro a centímetro dentro de mi raja
Yo – aaayyyyyy don Jacinto… tiene usted esa salchicha muy gruesa
Jacinto – quiere que se la saque doña Gloria ???
Yo – noooooo… solo tenga un poco de cuidado por favor
El viejo morboso ese empezó a bombearme esa verga adentro y afuera, cada vez más profundo y más rápido
Yo – aaagggghhhh…. Sssiiiiiii…. Ya puedo sentir como está cediendo mi canal vaginal
Jacinto – ssssiiiiii vecina…. Siento que tiene bien estrecha esa concha, pero déjeme ya se la arreglo un poco
Yo – eso es don Jacinto, sssiiiiiii…. Asiiiiii… más adentro por favor
Me tomo con ambas manos de los tobillos, abriéndome bien las piernas de lado a lado y me clavaba esa polla sin contemplación, haciendo que sus bolas sonaran a cada embestida contra mis nalgas… yo me tomé las tetas que salían de mi escote y me puse a jugar con mis pezones mientras sentía esa deliciosa verga dentro de mi
Jacinto – que puta es usted vecina, se nota que le encanta la verga aaaaggghhhhh
Yo – ssssiiiiii… quiero ser la más puta de todas… yo amo mucho a mi esposito y hago lo que sea por salvar este matrimonio… uuummmm…. Ssssiiiiii…. Métamela bien adentro vecino… ábrame bien esa chocha
Don Jacinto aceleraba sus embestidas, cada vez con más fuerza y velocidad, haciendo que me corriera muy rico, sintiendo como esa verga me destrozaba por dentro
Jacinto – le voy a dejar esa concha bien llena de leche vecina, para que también le ayude a lubricar su canal vaginal
Yo – ssssiiiii don Jacinto… deme toda esa leche bien adentro, que bastante falta que me hace
Pude sentir como aumentaba su velocidad de mete y saca de verga dentro de mí, arrancándome un último orgasmo, antes de sentir como se hinchaba más esa pija y explotaba botando chorros y más chorros de semen muy adentro de mi hambrienta e insaciable panocha
Jacinto – aaaggghhhh… sssiiiiiii…. Tome su leche perra, que eso es lo que le gusta, exprimir vergas con esa raja
Yo – ssssiiiii… uuuummmm…. Que rico don Jacinto, gracias, no sé qué haría sin usted… sin esa verga tan gruesa y rica que tiene, ahora si me siento más puta que antes gracias a usted
Yo seguí con ese tratamiento por varios días más, para tratar de ensanchar un poco más mi canal vaginal, todo sea por salvar mi matrimonio, don Jacinto me daba verga casi a diario y siempre me enviaba a casa con esa raja bien llena de leche y así pude calmar otro de mis antojitos de embarazada… pero el problema es que ahora quiero más… ahora soy una puta pervertida insaciable y tengo más antojos que quiero calmar… ya calmé mis antojos de probar un viejo pervertido manilargo y vergón… pero ahora quiero una verga joven, ojala virgen, ojala bien jovencita… ahora estoy antojada de probar una verga de adolescente, quiero ser la puta de un jovencito
Mi mente pervertida y calenturienta empezó a maquinar como seducir un joven adolescente y quien sería ese afortunado que probaría una mujer por primera vez… todo tendría que ser muy reservado y con mucho cuidado para no tener problemas y que no vaya a contar nada a sus amigos ni a su familia ni a nadie… tendría que ser alguien cercano y de confianza, para que nadie vaya a sospechar nada… empecé a seleccionar y descartar jovencitos, pero mi mente pervertida y mis antojos me pedían algo bien diferente, algo prohibido, un jovencito bien jovencito… entonces fue como seleccioné a mi próximo amante… que mejor que mi propio hijo para calmar mis antojos y de pasada regalarle su primera experiencia con una mujer hecha y derecha… creo que ahora se me antoja convertirme en la puta de mi propio hijo… porque no???… él y yo somos muy cercanos, ya está entrando en la edad del despertar sexual… no sé si ya se masturba, no sé si ya ha jugado al doctor con alguna amiguita, pero creo que aún es virgen… ya lo he sorprendido varias veces mirando cómo se me marcan los pezones por encima de la ropa cuando estoy en casa, además ya he tenido varias fantasías con el chupándome las tetas mientras cabalgo mi juguetito y recordaba cómo me masturbaba mientras le daba pecho cuando aún era un bebé… entonces estaba decidido… mi próxima verga, sería la verga de mi joven hijo… pero eso lo contaré más adelante, como calme mis antojitos de embarazada con mi propio hijo
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