No siempre el cornudo esposo es el ultimo en saberlo. Primera parte de dos.
Cuando estaba de novio con mi actual esposa, y dolor de cabeza, ya que ella es la hija del dueño y presidentes de la empresa para la cual trabajo actualmente, razón por la cual decidí no darme por enterado por lo menos durante un tiempo de sus infidelidades. .
No siempre el cornudo esposo es el ultimo en saberlo.
Eso podrá ser cierto en algunos casos, pero por propia experiencia les puedo decir, que no siempre es así.
Cuando estaba de novio con mi actual esposa, y dolor de cabeza, ya que ella es la hija del dueño y presidentes de la empresa para la cual trabajo actualmente.
Pero por otra parte también es la mujer más puta y que con más facilidad afloja el culo o su coño ante la menor provocación de cualquiera.
Desde bien temprano en nuestra relación, me di cuenta de que ella era algo particular, pocas veces se la pasaba en su casa, cuando no se encontraba en la casa club jugando tenis, se había ido supuestamente con sus amigas para casa de sus padres en la playa.
Pero a mis oídos llegaban los chismes, de que ella salía en ocasiones con el dueño de una casa disquera, en otras con un alto personaje del gobierno, y cosas así por el estilo, cosas por la que ella nunca me dio explicaciones, ya que tampoco nunca se las pedí.
No porque confiara ciegamente en ella, todo lo contrario, no quería escucharla decirme que me engañaba con otros hombres, realmente no era por que la amase mucho, sino que eso pondría en juego mi posición dentro de la empresa sencillamente.
En una ocasión antes de casarnos, me tocó representar a la empresa en una transacción bastante significativa, luego de firmar y todo el papeleo, uno de los Gerentes nos invita a pasar una buena tarde o mejor dicho noche a bordo de su yate, tras comunicarme con mi novia ella me dijo que pensaba salir a visitar a una amiga.
En la embarcación nos esperaban un grupo de putas, con las que comenzamos a disfrutar del resto de la noche, sin que el yate llegase a zarpar.
Pero cuando me encuentro bebiendo un trago en la cubierta superior, me doy cuenta de mi novia caminaba por el muelle en dirección al yate donde yo me encontraba, pensé salirle al paso, temiendo que fuera a descubrir lo que estaba sucediendo a bordo del yate.
También me puse a pensar quien había sido él o la hija de puta que le había dado el pitazo, de que me encontraba en esa fiesta, de inmediato pensé en una de las secretarias, pero no fue así nada de eso había pasado.
Justo antes de llegar al yate en que yo me encontraba, ella abordó una lancha rápida de lujo que se encontraba en el embarcadero al lado del yate, por pura casualidad o coincidencia.
Yo permanecí en silencio sentado y tomándome el trago oculto tras las sombras, esperando ver que sucedía, apenas ella puso un pie a bordo de la parte de adentro de la lancha salió un tipo con más pinta de mecánico, que de dueño de la lancha.
En sus manos llevaba un trozo de tela todo mugriento de grasa, andaba sin camisa y con un pequeño pantalón corto, por lo que pude apreciar que el tipo era casi un oso de lo velludo que era.
Mi novia no hizo más que verlo y se le tiro en sus brazos, mientras que yo continuaba observando en silencio, ambos se besaron de manera salvaje, como nunca me había besado a mí.
El tipo rápidamente comenzó a pasar sus sucias manos por sobre su blanco vestidito, uno que nunca se lo había visto, la grasa de sus manos comenzaron a mancharlo todo, a medida que ella al parecer, ha eso no le daba la menor importancia.
Entre besos y caricias de momento me doy cuenta que él comienza a meter una de sus manos por debajo del vestido de ella, mientras que mi novia como si nada continuaba besándolo.
La fiesta en el yate que yo me encontraba era tal, que nadie le prestaba atención a la pareja, únicamente yo y por razones obvias.
De cuando en cuando, pasaba a mi lado algunas de las putas casi desnudas, seguida de cerca por alguno de los invitados, pero a mi realmente eso no me llamaba la atención, deseaba saber hasta dónde era capaz de llegar mi futura esposa en esos momentos.
Ella sin vergüenza alguna, mientras el tipo ese la besaba y acariciaba su cuerpo, en la misma cubierta, como si no existiera más nadie a su alrededor se ha quitado el vestidito blanco.
En parte me sorprendí al ver que ella había quedando sin más nada abajo, realmente esa noche al parecer fue preparada para todo, es decir, no iba a perder tiempo quitándose el sostén ni las pantaletas.
Entonces el tipo ya acostado a su lado colocó su cara sobre el coño de mi novia, y ha comenzado a darle una soberana mamada, como reconozco que yo nunca antes se la había dado, en parte porque tampoco ella me había dado ocasión como para llegar a eso, y por otra parte siempre me ha parecido antihigiénico eso de estar pasando la lengua por el coño de una mujer, tan puta como ella.
Desde mi oculto punto de vista, unos dos metros por sobre sus cabezas, los podía ver claramente a los dos, como él enterraba su cara y lamía repetidas veces el coño de ella, y como ella loca de satisfacción movía sus caderas contra el rostro de su amante de turno.
Ya me estaba cansando de estar viéndolos y hasta pensé en buscar una de las putitas que habían subido a bordo, pero cuando cambiaron de posición, algo en mi me detuvo, y me he quedado pasmado viendo como acostada boca arriba, abría del todo sus piernas, en ese momento me percaté que ella se depila completamente su coño.
Lo que más me asombró fue ver cuando el tío ese se ha quitado sus pequeños pantalones cortos, ha quedado colgando una cosa que parecía sin exageración alguna la verga de un burro.
Y no es que a mí me llamen la atención los miembros de otros hombres, pero eso definitivamente debía estar registrado en libro de récord de Güines.
Realmente no podía creer lo que estaba viendo como esa inmensa verga penetraba casi totalmente el coño de mi novia, y como ella se movía a medida que él la penetraba, con sus ojos cerrados, y una sonrisa de puta satisfecha en sus labios.
Para esos momentos pasó una de las chicas que al parecer era la que me correspondía, y tomó asiento a mi lado, pero cuando vio lo que yo estaba mirando, se agachó frente a mí, y sacando mi erecta verga de su encierro, se ha puesto a mamármela sin decir ni una sola palabra.
A medida que yo miraba como el tipo ese que parecía un oso le daba verga a mi prometida, la chica que se encontraba a mis pies me daba una buena mamada.
Ellos cambiaron de posición y sin reparo alguno de parte de mi novia vi cuando él le ha enterrado toda su cosa entre las nalgas, al principio pensé que se lo había metido en el coño, pero cuando lo escuché a él las pocas veces que llegó a decir algo, decir. “Que culito más sabroso tienes perra.”
Y al ver como ella movía sus caderas con mayor fuerza, no me quedó duda alguna que hacía mucho tiempo que ella sabe lo que es que le den por el culo.
Para esos momentos me vine en la boca de la chica que me acompañaba, tras lo cual pensé seriamente en terminar la relación en ese mismo lugar, parándome frente a los dos, y levantando la voz, para que todos se enterasen de lo sucedido, pero me di cuenta de que eso no hubiera sido lo más saludable para mi carrera dentro de la empresa.
Por lo que me retiré del yate, dejando a mi novia y futura esposa en compañía de su amante oso, mientras ella se dedicaba, según me pareció, a mamarle la verga a él.
Al día siguiente le pregunté, de manera inocente que había estado haciendo la noche anterior, ya que inútilmente traté de comunicarme con ella, lo que en parte era cierto, al salir del yate la llamé a su teléfono celular.
Sencillamente respondió, de que estaba acompañando a una amiga, cuando me lo dijo, en su cara no vi el menor asomo de preocupación.
Yo opté por mantener silencio, ya que para esa época me encontraba en mi periodo probatorio como Gerente Adjunto, y un rompimiento como ya les comenté con la hija del presidente de la empresa sería un escándalo que en nada le hubiera hecho ningún bien a mi carrera.
Además, a manera de consuelo, pensé que tanto derecho tenía ella, como yo a pasar una buena noche, que las cosas cambiarían una vez que los dos nos casásemos.
Sí como no….
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